miércoles, 18 de mayo de 2011

LA ESCARAPELA NACIONAL- SUS ORÍGENES...

unes 18 de mayo de 2009
DIA DE LA ESCARAPELA NACIONAL LEA ATENTAMENTE E INFORMESE


El Día de la Escarapela fue instituido por el Consejo Nacional de Educación, en 1935, y su celebración se efectúa el 18 de mayo.


El Día de la Escarapela, como 18 de mayo, fue instituido por el Consejo Nacional de Educación, en el año 1935. (Res. 13-5-1935, Expte. 9602-9º-935). El origen de los colores de la escarapela y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la Patria no pueden establecerse con precisión.Entre muchas versiones, una afirma que los colores blanco y celeste fueron adoptados por primera vez durante las invasiones inglesas (1806-1807) por los Patricios, el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los nativos. Se dice también que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio de Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810.Lo cierto es que el 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano -mediante una nota- solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional. "Manuel Belgrano no vio el cielo celeste y las nubes blancas, y en esto se inspiró para crear la Bandera nacional (...)"(Fuente: Martín A.Cagliani: La Página del Conocimiento). Se fundaba en que los cuerpos del ejército usaban escarapelas de distintos colores y que era necesario uniformarlos a todos, puesto que defendían la misma causa. El 18 de febrero de ese año, el Gobierno resolvió reconocer la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata con los colores blanco y azul celeste. "(...) Entusiasmado con la medida, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores y la hizo jurar el 27 de febrero. Ese mismo día, el Triunvirato ordenó a Belgrano hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui. El general emprendió la marcha al norte de inmediato y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del gobierno a la nueva bandera." (Fuente: Historia Visual de la Argentina, Clarín, Capítulo 21, “La Revolución y el Alto Perú (I)”, ‘Belgrano crea la Bandera’) Ese 27 de febrero de 1812 Belgrano inauguró las baterías Libertad e Independencia e informó al Gobierno: "Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional..." "(...) Los colores nacionales se usaron en la Argentina desde 1811, en la escarapela famosa erróneamente atribuida a la distribución de French y Beruti del año anterior. Provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII (rey ausente de España). La escarapela blanca y celeste ya había sido utilizada por Pueyrredón y otros camaradas durante las Invasiones Inglesas. La escarapela es creada por decreto el 18 de febrero de 1812 (...)"
Publicado por DE RAICES CRIOLLAS.

CÁBALA V- CÁBALA CRISTIANA

CONTINUA:
Pico tuvo acceso a las fuentes herméticas traducidas por la Academia y que bajo el nombre de Corpus Hermeticum recogían tratados como el Poimandres y el Asclepios. Además dispuso de la traducción de los Diálogos de Platón. Así como también tuvo acceso a la Cábala, tradición oral, se dice, revelada a Moisés en el Sinaí al margen de la ley escrita. Siendo iniciado en ella a través de las enseñanzas en hebreo que Pico recibiera de judíos conversos, como Flavio Mithridates, Pablo de Heredia y Elia de Mendigo, portadores de esta tradición según había sido desarrollada en el siglo XIII en suelo hispánico.

Tanto F. Mithridates, erudito en lengua hebrea, en griego y en latín, como Pablo y Elia, transfirieron a Pico los textos hebreos fundamentales, y su procedimiento hermenéutico según la ley de correspondencias, que permite las combinaciones y permutaciones entre los números y las letras consonantes. A partir de lo cual Pico encuentra en la antigua sabiduría de los hebreos un camino abierto para la hermenéutica cristiana de la Cábala, en el que se confirma la Fe cristiana en la Divinidad del Cristo, según la línea de la tradición patrística y medieval que habían trazado ya San Jerónimo y Nicolás de Cusa. De este último se cuenta que en su oratorio presidían "la Díada platónica, la Tríada cristiana y la Tétrada pitagórica".

En la confluencia de la gran corriente Cabalista, Cristiana y Hermética, que en sus símbolos fundamentales da identidad a la tradición viva de occidente, es que Pico desarrolla sus Novecientas conclusiones, ofreciendo a quien pudiera interesar, la demostración y la confirmación recíproca entre unas y otras, por medio de los principios que sustentan sus respectivas cosmogonías, aspectos a su vez de un solo y único principio que las fundamenta.

De entre las novecientas, una de las setenta y dos "Conclusiones Cabalísticas según propia opinión que confirman grandemente la religión cristiana a partir de los fundamentos de la religión de los hebreos", dice: Per litteram Scin, que mediat in nomine Jhesu, significatur nobis cabalistice, quod tum perfecte quieuit tanquam in sua perfeccione mundus, cum Iod coniunctus est cum Vau, quod actum est in Cristo, qui fuit verus dei filius et homo. "Por la letra Shin, que está en medio del nombre de Jesús, se nos significa cabalísticamente que entonces reposó tan perfectamente como el mundo en su perfección, cuando la Iod se unió a la Vau, lo que se hizo en Cristo, que fue verdadero hijo de Dios y verdadero hombre". También nos dice en otra de las 72 conclusiones que los tres grandes nombres cuaternarios que están entre los secretos de los cabalistas deben atribuirse a las tres personas de la Trinidad. Y que por la letra Shin que está en medio del nombre de Jesús en hebreo, se significa al verdadero Hijo de Dios hecho hombre por el Espíritu Santo, I H S V H.

CÁBALA IV- CÁBALA CRISTIANA

CONTINÚA:Facultades o potencias del alma con las que el intelecto recorre gradualmente la escala del Ser, lo cual podemos contemplar en una lámina alusiva incluida en el Libro del ascenso y descenso del Intelecto, donde se muestra a éste en su recorrido por el mundo de la creación, transcurriendo a través de las esferas elemental, humana, celeste y angélica hasta el templo de la sabiduría cuya puerta abierta es iluminada por el sol, símbolo de la unidad puramente espiritual.

Atributos de Dios, que en el Ars Combinandi de Llull y por medio de diferentes figuras hallarán aplicación a todas las esferas del saber humano de lo cósmico, como es por ejemplo el caso de la del Arbol de la Ciencia en cuyas raíces, tronco, ramas, ramos, hojas, flores y frutos hallan su correspondencia las diferentes Artes que son en sí los reflejos humanos del orden natural.

Este recorrido del intelecto por la escala del Ser, operado a través del Ars Magna, era inspirador de un amor que halla su eco en la poesía provenzal de aquel tiempo, y también de una regla de caballería hecha explícita en un libro compuesto en siete capítulos, a tenor de los siete planetas o fuerzas celestes que gobiernan a las terrestres y que se titula Libro de la Orden de Caballería. "La primera parte trata del principio de la caballería. La segunda, del oficio del caballero. La tercera, del examen que debe hacerse al escudero cuando quiere entrar en la orden de caballería. La cuarta, del modo como debe ser armado el caballero. La quinta, de lo que significan las armas del caballero. La sexta de las costumbres que son propias del caballero. La séptima, del honor que se debe al caballero".

Libro que fue modelo para la sociedad inglesa isabelina del siglo XV. Además la obra de Ramón Llull constituyó uno de los puentes que contribuyeron a la generación de la Cábala Cristiana y latina en el Círculo de Florencia.
R. Llull, Liber de ascensu et descensu intellectus
Valencia 1512
El cual estuvo centrado alrededor de la Academia platónica, espacio de "Diálogo" fecundo entre tradiciones, inaugurada de nuevo por Cosme de Medici a poco de llegar Gemistos Plethon de Bizancio, el cual vino provisto de los escritos en lengua griega que allí se guardaban, los de Hermes Trismegistos así como los de Platón, y también de Jámblico, Proclo y de Porfirio entre otros. Textos del neo-platonismo alejandrino, que recipiendario de las antiguas tradiciones Persa, Caldea y Egipcia, habría de traducir al latín en su mayor parte Marsilio Ficino, Gran Maestre de la Academia de Florencia. Círculo al que perteneció Giovanni Pico della Mirandola, nacido en 1463 y que viviendo tan solo treinta y dos años, fue reconocido como Fénix de su tiempo y también como Príncipe de la Concordia.

CÁBALA III- CÁBALA CRISTIANA

CONTINÚA:
Raimundo Lulio vivió en el siglo XIII y fue contemporáneo a la redacción del Libro del Zohar, en un tiempo floreciente en el que se encontraron sobre suelo hispánico y en estrecha relación las culturas latina, cristiana, judía e islámica.

En el curso de su existencia compuso una gran obra o Ars Magna, compendio del saber universal y verdadera Teocosmogonía, en la que se desarrolla el ámbito de la creación establecida en virtud de los principios trascendentes que la sustentan.

Principios triunitarios que hallaron su concordancia en el núcleo esotérico de las formas tradicionales representativas de occidente, tanto desde el punto de vista cristiano-latino, como del judío e islámico. Síntesis que aparece representada en una ilustración a la obra de R. Llull en forma de cuatro personajes sentados bajo sendos árboles, un cristiano, un judío, un musulmán y un gentil, ante quienes pasa un caballero -significando a la propia Ars Magna- remontando la corriente de un río, por el que simbólicamente discurre el conocimiento.

Compone el Ars Magna según los números, esencias constitutivas de todas las cosas, representados a su vez por las formas geométricas correspondientes, entre las que destacan, tres fundamentales: el círculo, el triángulo y el cuadrado.

Círculo de lo absoluto, cuyo valor simbólico es 10, es decir el de la Unidad y verdadero Principio de todas las cosas y las Nueve Dignidades o atributos mismos de Dios: Bondad, Eternidad, Poder, Sabiduría, Voluntad, Virtud, Verdad y Gloria, cuyos nombres fueron establecidos por la tradición neoplatónica y cristiana de San Agustín y de Dionisio Areopagita. Atributos estrechamente relacionados con las 9 sephiroth o numeraciones puras de la Cábala, manifestaciones del sagrado nombre de Dios.

Atributos, Dignidades, o Nombres Supremos que en el Ars Brevis de Llull encontramos especificados por las letras del alfabeto latino de la B a la K, procedentes todas ellas de una primera letra inefable y que se disponen en una síntesis de tres círculos concéntricos, referidos de mayor a menor al ámbito de lo supraceleste, de lo celeste y al de lo terrestre. A partir de lo cual es elaborada un Ars Combinandi cuyo ejercicio permitirá reconocer en la mente humana todo el mundo cognoscible, disponiéndose a ser conocida o visitada por el espíritu.

En el orden de lo geométrico, triángulo y cuadrado son figuras que corresponden al número 3 de las fuerzas principales y al 4 de los elementos de la materia, a través de cuya multiplicación aparecen las doce formas ideales del Zodíaco o signos arquetípicos, gobernados a su vez por las siete fuerzas planetarias resultantes de la suma o adición de aquellos mismos números.

Nueve dignidades divinas en las que se reflejan todos los aspectos de la creación universal, en un orden jerárquico que comprende toda la cadena del Ser o escala de las criaturas, y que va por emanaciones sucesivas, desde lo más sutil e incorpóreo a lo más material, fluyendo desde las energías angélicas hasta la naturaleza del mundo creado con base en los cuatro elementos.

Creación que comprende tanto un ámbito celeste, representado por los doce signos zodiacales y sus siete regentes planetarios, girando en armónica revolución, como un ámbito terrestre, en donde todas las cosas evolucionan según aquellos ritmos.

Mundo o Macrocosmos de la creación, que halla su reflejo central en el Microcosmos, que participando a la vez tanto de lo espiritual como de lo elemental, es constituido a su imagen, como hombre verdadero, en espíritu, alma y cuerpo.

Las facultades que presiden y a la vez median, posibilitando la identidad entre lo macrocósmico y lo microcósmico son en número de 3, la Memoria, el Entendimiento y la Voluntad, por medio de quienes y a través de su libre albedrío, el hombre puede elevarse en la contemplación de las esencias divinas. Facultades que Llull, en su Libro de la Contemplación, describe así:
"La primera recuerda lo que la segunda entiende y lo que la tercera quiere. La segunda entiende lo que la primera recuerda y lo que la tercera quiere. La tercera quiere lo que la primera recuerda y la segunda entiende."
Señalándose así, la compenetración recíproca permitida por la intuición directa del corazón, que hace de todas, una sola.

CÁBALA II- CÁBALA CRISTIANA

Modelo que cristalizó en Florencia donde Marsilio Ficino y Juan Pico de la Mirándola, dando curso a la traducción y al diálogo, vierten la antigua sabiduría hebrea y griega al latín, demostrando los nombres diversos con los que cada tradición se refiere a los mismos Principios.

Y todo ello según la tradición de las "escuelas de traductores", que al igual que en Florencia existieron en otros tiempos y lugares, en Atenas, Alejandría, Bagdad, Toledo, Gerona, Córdoba, o Aquisgrán.

Abundando en ello se da cita a textos, que son expresión de la inteligencia que iluminó a aquellos cabalistas-herméticos-cristianos, en formas signadas por los números, la geometría, las letras, la alquimia, la arquitectura, la pintura, el grabado, y el teatro, entre otras; ciencias y artes o vehículos conductores de un conocimiento regenerador capaz de sugerir un espacio nuevo, como el que se indica en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos: Conócete a ti mismo. Conocimiento representado también por el signo de la Mónada, principio de la Díada, de la Tríada y de la Tétrada.

La existencia no es más que el recorrido o viaje alrededor del "misterio" del que todo surge y al que todo ha de retornar, y que va revelándose en el "rito" del despertar al "conocimiento".

Para rescatar o revivir este objeto precioso o tesoro es preciso traspasar la letra muerta, colocarse detrás del espejo, despertando del sueño en que se vivió; para llegar a adivinar que, en el "gran sueño" que es la vida ya no hay temor a seguir soñando.

Y lo que es posible soñar hoy en la Voluntad despierta, son las noticias que llegan hasta nosotros en voces audibles, legibles y visibles para oídos más que humanos que viven en la paradisíaca inocencia del Edén. Mensajes de los orígenes que nos traen a la memoria una muestra de imágenes sugerentes que evocan los estados desconocidos del espíritu.

Las puertas del entendimiento, de la voluntad y de la memoria, pasivas respecto al Principio y activas respecto al cosmos, están abiertas de par en par. La escalinata que cubre el espacio entre lo visible y lo invisible, es recorrida por la alfombra mágica del símbolo en todas sus formas y variedades.

Testimonios que habiendo llegado hasta aquí se conservan aún en la memoria de las crónicas de nuestro tiempo, sencillas muestras de un amor al conocimiento, tan reales, que a los ojos interiores no puede caberles ya ninguna duda de que jamás han dejado ni dejarán de existir, pues son en el ahora imperecedero.

Los hombres de este entonces estuvieron hoy en una Arcadia Feliz, próximos a un siglo en el que están por concluirse todas las cosas.

Corresponde a la virtud de la paradoja comprender que como todo está hecho, todo está por hacer; la obra conclusa está inconclusa y presta a la renovación.

Disfrutemos de la compañía de los Angeles o de las Ideas y visitemos los recintos simbólicos ante los que la imaginación enmudece. CONTINUARÁ...

CÁBALA I

Cábala
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Árbol de la Vida, de Athanasius Kircher.

La Cábala o Qabbaláh (del hebreo קַבָּלָה‎ qabbalah 'recibir') es una de las principales corrientes de la mística judía. La base estructural de este estudio consiste en el análisis del Árbol de la Vida. Entre los judíos, es la tradición oral que explica y fija el sentido de la Sagrada Escritura, y por tanto entiéndase por Cábala al conocimiento en cuanto a las cosas celestiales mediante el ejercicio del estudio y cumplimiento de preceptos y reglas superiores.
Según el Canal de la Cábala:[1]

La Cábala precede a cualquier religión o teología y fue dada a la humanidad por el mismísimo Dios, sin pre-requisitos ni pre-condiciones. Según las enseñanzas cabalísticas, el universo funciona de acuerdo a ciertos principios supremamente poderosos. Al entender estos principios y al aprender a actuar de acuerdo con ellos, la vida mejora enormemente en lo inmediato, y se logra a mediano y largo plazo la verdadera plenitud, para uno mismo y para toda la humanidad.
Así, de la misma manera en que las leyes físicas básicas, tales como la gravedad y el magnetismo existen independientemente de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, las leyes espirituales del Universo influyen en nuestras vidas cada día y a cada momento. La Cábala brinda el poder de entender y vivir en armonía con estas leyes, y además, de usarlas para beneficiarnos a nosotros mismos y al mundo.
La Cábala es mucho más que un sistema filosófico intelectualmente convincente. Es una descripción precisa de la naturaleza entrelazada entre la realidad espiritual y la física; y es un compendio total de métodos poderosos, a la vez que prácticos, para lograr objetivos dignos dentro de esas realidades. Dicho de manera simple, la Cábala da las herramientas que se necesitan para obtener felicidad, plenitud y para llevar la Luz del Creador a la vida propia. Es la manera de alcanzar la paz y la alegría que todo ser humano desea y merece, en la más profunda esencia de su ser.

*
o En la Temurá, el nuevo sentido sacado de una palabra sale transponiendo las letras de que se compone, o separándolas de manera que formen diferentes palabras; es decir, un procedimiento anagramático. Se ha hablado mucho de la numerología relacionada con la cábala. Cada letra como elemento creador tiene asignado un número, lo que le confiere significados aún más crípticos a textos como la Torá o, en realidad, a cualquier otro.

La lectura cabalística a través de los tres mecanismos básicos descritos (gematria, notaricón, temurá) de la Torá, escrita en el lenguaje de Dios, (y numerada según la progresión de Fibonacci) revela no sólo un mensaje divino sino una descripción del mecanismo del mundo, y funciona como el «manual de instrucciones» para intervenir en él. La Temurá consiste en la permutación de letras al modo de un anagrama. Ya que en el hebreo no hay vocales, de la lectura de una palabra como YHWH se sigue WHYH, HWYH, cada una con un posible significado simbólico concreto. La Gematria es otra disciplina de interpretación que consiste en cálculos numéricos obtenidos a partir de las letras del Alefato. Éste sintetiza 10 significaciones posibles en cada letra, a saber: relativas al concepto que encubren; a su significado estricto; a su forma; su número; su significación celeste (zodiacal y astrológica); su localización temporal (en estaciones, días de la semana y meses); su relación con el cuerpo humano, su efecto sobre las habilidades y los dones del hombre; simbolizando a personajes importantes de la historia de Israel e incluso especificando la dirección de los canales que unen a las diez sefirot). El Notaricón, por último, «lee entre líneas» reveladas las respuestas que el lenguaje divino mantiene ocultas para un lector no iniciado. Básicamente, se trata de tomar las iniciales de una serie de palabras, o las letras finales, y extraer de ahí nuevo material profético, «no-revelado» y preciso. Dado que el hebreo no tiene vocales, se puede obtener una considerable cantidad de palabras ocultas. Umberto Eco cita un ejemplo del Eclesiástico que pregunta: «¿Quién subirá por nosotros al reino de los cielos?». Tomando las letras iniciales y las finales de cada palabra, se obtiene la siguiente respuesta: «Los justos verán a Dios».

KÁBALA- "EL LIBRO DEL ESPLENDOR"

SEPHER-HO ZOHAR
"LIBRO DEL ESPLENDOR"
Es la "Suma" de la Kábala Judía.
Atribuido a Moisés de León, judío
castellano de finales del siglo XIII
Los textos escogidos están tomados del
libro "Zohar. Revelaciones del "Libro
del Esplendor", seleccionadas por Ariel
Benson", Arcana Coelestia, Barcelona,
1980
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Revelaciones hechas a la Gran Santa
Asamblea
Por todo el país, alrededor del mar de
Galilea, el maestro, Simeón Ben Yojai, se
paseaba con sus discípulos. Algunas veces
eran doce, otras tal vez diez, de estos
fieles adeptos, a quienes el maestro
enseñaba la Torah y les explicaba la
palabra de Dios como la hablan revelado
los profetas y los maestros de Israel: la ley
escrita conservada para toda la
posteridad en el libro imperecedero, la
Biblia.
Y él dijo a sus discípulos: «Desgraciado
del hombre que sólo ve en la
interpretación de la ley la recitación de
una simple narración, relatada en
palabras de uso común. Si tan sólo fuera
esto, nosotros no tendríamos dificultad
alguna en componer hoy una Torah
mejor y más atrayente. Pero las palabras
que nosotros leemos son tan sólo la túnica
exterior. Cada una de ellas contiene un
significado más alto que el que nos es
aparente. Cada una contiene un misterio
sublime que nosotros debemos
persistentemente tratar de penetrar. Los que
toman el vestido exterior por la cosa que ella
cubre, no hallarán mucha felicidad en él.
Exactamente como los que tan sólo juzgan al
hombre por su indumentaria exterior están
llamados a ser desilusionados, pues son el
cuerpo y el espíritu los que hacen al hombre.
Debajo de la indumentaria de la Torah, que
son las palabras, y debajo del cuerpo de la
Torah, que son los mandamientos, está el alma,
que es el misterio oculto. Es el misterio oculto
el que hace la ley dada por Dios ser superior a
todas las leyes hechas por el hombre, incluso en
el caso de que estas últimas puedan aparecer
más grandes y parecer más lógicas. Hay un
alma dentro de un alma, que se alienta con la
ley".
A pesar de todo esto, el maestro dudaba de
revelarles lo que sus almas anhelaban saber, y
que su alma anhelaba revelar; pero un día, a la
Hora de Gracias, el maestro se fue al campo con
sus discípulos. El sol estaba en el momento de
ponerse, pero el cielo estaba lleno de signos y
maravillas. El sol se volvió más y más brillante,
y permaneció sin ponerse. La luna apareció en
toda su majestad, y las estrellas, en toda su
brillantez.
Los discípulos miraron interrogativamente al
maestro, y uno de ellos dijo: "Maestro, ¿no
parece que haya llegado el tiempo -del cual tan
frecuentemente nos ha hablado de revelarnos
los misterios que están encerrados en la ley?
¿Cuánto tiempo debemos gastar inútilmente en
perseguir y ocuparnos nosotros con una ley que
está sobre un pilar?
CONTINUARÁ...