sábado, 18 de junio de 2011

APRENDE A USAR TU COMPU PERSONAL ÁULICA(2)







APRENDE A USAR TU COMPU PERSONAL ÁULICA

--------------------------------------------------------------------------------









APRENDE A USAR TU COMPU PERSONAL ÁULICA(1)




REPORTAJE AL GENERAL BELGRANO

FUENTES: Los textos del reportaje a Belgrano fueron tomados de las Memorias leídas en el Consulado de Buenos Aires en 1796 y 1799, y de cartas escritas a San Martín el 26 de septiembre de 1817; al gobernador de Salta, Feliciano Chiclana, en marzo y abril de 1813; y a Tomás Manuel de Anchorena, el 30 de enero de 1815. Las cartas están recopiladas en "Epistolario Belgraniano", editado por Taurus.


20 DE JUNIO:
Reportaje a Manuel Belgrano
Vamos a celebrar con el general Manuel Belgrano los 233 años de su nacimiento, el 3 de junio de 1770. Y la verdad general, es que los argentinos sabemos muy poco de su pensamiento. Sabemos que era usted abogado, que por puro patriotismo tomó las armas y terminó siendo general del Ejército, y que creó la Bandera. Por eso le agradezco que haya aceptado este reportaje y que nos permita conocer algunas de sus ideas, sobre todo las que puedan aportarnos a nuestro presente.
Belgrano: Hablaré ahora, y diré cuanto pienso sobre las ideas que usted me apunta.
Araceli: Usted sabe general, hace apenas una semana que tenemos un nuevo presidente que asumió el país en la crisis económica más grave de su historia.
Belgrano: No me hace tanto padecer el estado físico de estas Provincias, como su estado moral.
Araceli: Si, general, pero lo más urgente es el hambre, la desocupación
Belgrano: El mejor modo de socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirla y atenderla en su origen; y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios de que el Mendigo busque su subsistencia.
Araceli: Bueno, el nuevo gobierno habla de crear fuentes de trabajo por medio de las obras públicas.
Belgrano: ¿Qué modo más adecuado para prevenir la miseria y enriquecer a los habitantes de un país, que enseñarle los caminos por donde deben dirigirse a la opulencia?
Araceli: Si está bien, pero cuáles son esos caminos
Belgrano: La instrucción que cada uno adquiera en su respectivo oficio. El cultivo, las Artes, el comercio, ejercitados por principios, llegarán sin duda al grado de mayor prosperidad.
Araceli: Eso suena muy lindo, pero mientras se instruyen, el gobierno tiene que salir a apagar incendios en las provincias, con los maestros, los piqueteros, los ahorristas…
Belgrano: Todo lo hace un gobierno cuando no quiere disponer y manejar todo por sí mismo.
Araceli: ¿Cómo es eso?
Belgrano: El Cultivo, las artes, el comercio, estas son las ricas minas, y cuyos preciosos tesoros jamás se agotan. Ellas aseguran las fuerza y el poder de un Estado, que como dice un sabio economista, no dependen de la vana política que desde el Gabinete forma alianzas inútiles y poco seguras, que se rompen luego que se forman por negociaciones frívolas, sino de un pueblo rico, numeroso y bien mantenido.
Araceli: Bien, llegamos a la política, que es uno de nuestros conflictos. Tenemos dirigentes pero el pueblo no se siente representados por ellos, y les pide que cambien su manera de hacer política, que no hagan alianzas inútiles como dice usted, sino que piensen las maneras de sacar el país adelante.
Belgrano: Recórrase toda la Europa culta, y encontraremos a los políticos empleados en el estudio más útil a sus Estados, formando proyectos adecuados a las experiencias que continuamente se están haciendo, escribiendo memorias útiles sobre los asuntos que anualmente proponen las sociedades económicas.
Araceli: Bueno es que hay muchos que piensan que ya miramos mucho hacia afuera, y que ahora llegó el momento de mirar más hacia adentro, como en tiempos pasados.
Belgrano: Se deben extender los conocimientos, la ilustración general, que las luces se difundan por todos, que todos se instruyan, adquieran ideas. Que ni el labrador ni el comerciante, ni el artista ignore lo que les corresponde. Que unos y otros procuren no apegarse tan íntimamente a los pensamientos de sus antepasados, los cuales solo deben adoptarse cuando convienen, y cuando no desecharlos y abandonarlos: lo que fue útil en otro tiempo, ahora es perjudicial. Las costumbres varían, los usos igualmente, y todo, de tiempo en tiempo cambia, sin que en esto haya más misterio que el de la vicisitud de las cosas humanas.
Araceli: Pero hay quienes insisten en no olvidar cosas del pasado
Belgrano: Hay quienes están revestidos de pasiones, en particular, la de la venganza. Es preciso contenerla, y pedir a Dios que la destierre, porque si no, esto es cosa de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
Araceli: Exactamente es así, cosa de nunca acabar. ¿Cuál es para usted el camino para lograr esa tranquilidad?
Belgrano: Mientras los Jefes de Provincia no sean muy escrupulosos en respetar la seguridad individual y ciegos en aplicar la justicia, caiga en quien cayere, no se tranquilizarán los pueblos, no tendrá crédito nuestro gobierno. Las discordias interiores de los pueblos no nacen solamente de los enemigos de la causa, sino de la impericia de los jefes, que tomando la máscara de patriotas no aspiran sino a su negocio particular, y a desplegar sus pasiones contra quienessuponen enemigos del sistema porque desprecian su conducta artificiosa y rastrera.
Araceli: ¿Y cuál es la salida?
Belgrano: El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
Araceli: Ah pero eso es lo que nunca ocurre, sobre todo si se trata de gobernadores, siempre terminan arreglando. Si no, mire lo que ocurrió en Entre Ríos, el Presidente tuvo que ir a sacarle las papas del fuego a un gobernador que no puede pagarle a los maestros porque administra mal su provincia y cuando la Legislatura lo quiso juzgar, su partido político salió a hacer acuerdos para defenderlo.
Belgrano: Nada se hace con declamar sobre la necesidad de la unión de todos los habitantes, si los encargados de la autoridad pública en todos los Pueblos no ponen su conducta y los sentimientos de su corazón en concordancia con sus palabras, y si unos destruyen por una parte, al paso que otros edifican por otra, a costa de los mayores desvelos y sacrificios.
Araceli: Muchas gracias general Belgrano. Tal vez en esta nueva etapa que comenzamos nos demos cuenta de que una manera de refundar la República, como pidió nuestro presidente al asumir, es alinear las palabras con los actos, y alguna vez tener la inteligencia de construir a partir de lo bueno del pasado, aunque eso bueno lo haya hecho una administración que pensaba diferente.