martes, 4 de diciembre de 2012

SOLEMNE ANUNCIO de la NATIVIDAD DE JESUCRISTO


Solemne anuncio de la Natividad de Jesucristo El Martirologio Romano prevé el canto de la Kalenda o pregón navideño en el día de la vigilia de Navidad, en la conclusión de las Laudes o de una hora menor de la Liturgia de las Horas; Kalenda que hemos publicado tiempo atrás tal como la trae el mencionado martirologio. En 2008 el Papa Benedicto XVI dispuso que sea cantada al final de la breve vigilia de preparación a la Misa de Nochebuena, antes de que comience la procesión de entrada. Hoy publicamos la Kalenda según la versión utilizada en la Basílica de San Pedro en 2009, traducida al Castellano y adaptada musicalmente por el Sr. Darío Recalde, compositor y organista, quien ha colaborado generosamente con el apostolado litúrgico llevado a cabo en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, hoy clausurada. Téngase presente que la Kalenda no pertenece a la Misa propiamente dicha sino que la precede, aunque al final de la grabación se oiga el Gloria Modo VIII, llamado de Angelis. Para descargar la partitura, active el enlace que está al final de esta entrada. La Kalenda o Pregón Pascual Octavo de las Kalendas de enero; luna octava. Trascurridos innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra, y formó al hombre a imagen suya. Después de muchos siglos desde entonces, después del Diluvio, en que Altísimo pusiera su arco en las nubes como signo de alianza y de paz. Veintiún siglos después de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea. Trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto, bajo la guía de Moisés. Cerca de mil años después de la unción de David como rey. En la semana sexagésima quinta según la profecía de Daniel. En la Olimpíada ciento noventa y cuatro. El año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe. El año cuarenta y dos del imperio de César Octavio Augusto, estando todo el orbe en paz: Jesucristo, eterno Dios e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su piadosísima venida, del Espíritu Santo concebido, nueve meses después de su concepción: (de rodillas) en Belén de Judea nace, de María Virgen, hecho hombre. (de pie) La Natividad de nuestro Señor Jesucristo según la carne.

TIEMPO DE ADVIENTO


Durante los cuatro Domingos del tiempo de Adviento que hoy comienza reviviremos, con profunda y serena alegría, la larga espera de Cristo que da su verdadero sentido al Antiguo Testamento. En esa esperanza, no entrevista desde lejos como antaño sino en plena realización, nos acompañará San Juan Bautista, preparando nuestras almas para la Navidad así como preparó, con su ruda predicación, el camino al Señor. Pero sobre todo nos acompañará la Flor pura de Israel, la Hija mejor de Sion, la Santísima Virgen María que, con su belleza y su virginidad, sedujo a Dios y abrigó a su Hijo en sus primeros nueve meses de existencia terrena. Siendo su seno purísimo el punto de intersección entre el Cielo y la tierra, ella está especialmente calificada para introducirnos en el misterio del Nacimiento. Mas el Adviento no solamente nos prepara para la Navidad, que es la manifestación humilde del Señor en la Historia, nos prepara también para su Parusía; porque la Iglesia abre y cierra el año litúrgico con la perspectiva de la Venida Gloria de Cristo, Rey del Universo, al Fin de los Tiempos. Bodas eternas que ella, como esposa, espera con una especie de anhelante impaciencia. Nuestra vida es un largo Adviento que exige una actitud de firmeza, como dice San Pablo: "Él los mantendrá firmes hasta el fin para que seáis irreprochables en el día de la Venida de Nuestro Señor Jesucristo" (1ª Cor. 1, 8). Debemos permanecer varonilmente firmes, con constancia paciencia y fidelidad, en la fe y el amor a Jesucristo. No dejarnos llevar por el oleaje del Mundo, resistiendo, en actitud militante, a la seducción de la inmanencia, a la dictadura del relativismo y al mito del progreso indefinido. Estar vigilantes para que no pase inadvertido el instante de Dios; y vivir con sobriedad usando de los bienes terrenos con la mirada puesta en la Patria definitiva. Porque aunque el mundo moderno se horrorice ante la sola mención de la Parusía, Cristo, como dice el Credo, "de nuevo vendrá con gloria para juzgar vivos y muertos, y su reino no tendrá fin". Segundo adviento "Broche precioso que fija sobre el pecho de Cristo, Pontífice Eterno, el doble manto de la Ley y de la Gracia", llamó uno de los Padres de la Iglesia, San Pedro Crisólogo, a Juan el Bautista. En efecto, él es el lazo, el punto de encuentro entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre la Ley de Moisés y la Gracia de Jesucristo. Con rancia y agreste figura, con palabra fuerte y vigorosa, es el Adviento hecho persona; por eso todos los años confíale la Iglesia preparar tanto la llegada de Jesús en la próxima Navidad como su Parusía al fin de los tiempos. Porque así como el oficio maternal de María no se clausuró al recostar a su Hijo en el pesebre, ni la vocación providencial de cada uno de los santos se agota en la fase terrena de su existencia, la misión de Juan el Bautista no ha quedado cerrada con la Encarnación, sino que continúa desde el Cielo hasta la vuelta del Señor. La Historia de la salvación puede ser considerada como un matrimonio espiritual entre Dios y su pueblo. Por eso fue Israel llamado adúltero cuando, dejando al Divino Esposo, se extraviaba tras los ídolos. San Juan Bautista es el amigo del Esposo que, en la plenitud de los tiempos y luego del largo Adviento del Antiguo Testamento, se hizo carne para desposar a la Iglesia. El amigo que, por oficio, preparó a la esposa exhortándola a la conversión, adornándola con la joya de las virtudes y bañándola con el bautismo de penitencia, para finalmente conducirla hasta la casa de su Señor. Y mientras su gloria resplandece como nunca, el que fue lucero antes del Alba, voz antes de la Palabra, se pierde entre las brumas de la historia señalando por última vez al Señor y diciendo: "Conviene que el crezca y yo disminuya" (Jn 3, 30). INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA El día 8 de diciembre de 1854, el Sumo Pontífice beato Pío IX, por la Bula dogmática Ineffabilis Deus, definió solemnemente como artículo de fe la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen con las siguientes palabras: “...con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción,... ,ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia” El sentido común, la Tradición y las Sagradas Escrituras lo prueban: ¿Qué hijo, pudiendo, no haría de su madre la mujer más buena y hermosa? Jesucristo, si quiso y no pudo, no fuera Dios. Si pudo y no quiso, no fuera hijo. Por eso, pudiendo y siendo decoroso, lo hizo ("potuit, decuit, ergo fecit"). Así razonaba Juan Duns Scoto, uno de los más importantes defensores de la Inmaculada Concepción. Ya en el Siglo II decía San Hipólito: "Cristo es un arca revestido con maderas incorruptibles: María y el Espíritu Santo" Era impecable la que en el capítulo I del Evangelio de San Lucas fue llamada por el Arcángel "Llena de gracia". Porque esta es la fiesta de la pureza de María, preservada, no curada, y para resaltar la inocencia que adorna a los niños, se estableció la costumbre, hoy lamentablemente olvidada, de que recibieran la Primera Comunión en la presente solemnidad. Se necesitan personas inocentes para salvar el mundo, pero con la inocencia que nos pide el Evangelio, que no es para cobardes ni mediocres. La inocencia que es chispa celestial, fundamento de toda vida heroica, y máxima manifestación de la semejanza divina. Hoy más que nunca, en su fiesta, saludemos a la Santísima Virgen con esta antigua jaculatoria: "Ave María Purísima - Sin Pecado Concebida" KALENDA O PREGÓN PASCUAL Kalenda Vaticana de Navidad Solemne anuncio de la Natividad de Jesucristo El Martirologio Romano prevé el canto de la Kalenda o pregón navideño en el día de la vigilia de Navidad, en la conclusión de las Laudes o de una hora menor de la Liturgia de las Horas; Kalenda que hemos publicado tiempo atrás tal como la trae el mencionado martirologio. En 2008 el Papa Benedicto XVI dispuso que sea cantada al final de la breve vigilia de preparación a la Misa de Nochebuena, antes de que comience la procesión de entrada. Hoy publicamos la Kalenda según la versión utilizada en la Basílica de San Pedro en 2009, traducida al Castellano y adaptada musicalmente por el Sr. Darío Recalde, compositor y organista, quien ha colaborado generosamente con el apostolado litúrgico llevado a cabo en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, hoy clausurada. Téngase presente que la Kalenda no pertenece a la Misa propiamente dicha sino que la precede, aunque al final de la grabación se oiga el Gloria Modo VIII, llamado de Angelis. Para descargar la partitura, active el enlace que está al final de esta entrada. La Kalenda o Pregón Pascual Octavo de las Kalendas de enero; luna octava. Trascurridos innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra, y formó al hombre a imagen suya. Después de muchos siglos desde entonces, después del Diluvio, en que Altísimo pusiera su arco en las nubes como signo de alianza y de paz. Veintiún siglos después de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea. Trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto, bajo la guía de Moisés. Cerca de mil años después de la unción de David como rey. En la semana sexagésima quinta según la profecía de Daniel. En la Olimpíada ciento noventa y cuatro. El año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe. El año cuarenta y dos del imperio de César Octavio Augusto, estando todo el orbe en paz: Jesucristo, eterno Dios e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su piadosísima venida, del Espíritu Santo concebido, nueve meses después de su concepción: (de rodillas) en Belén de Judea nace, de María Virgen, hecho hombre. (de pie) La Natividad de nuestro Señor Jesucristo según la carne.

HISTORIA DE LA NAVIDAD


Subido por Francisco Roberto Rosas Castillo el 23/12/2009-- ----------------------------------------------------------- SIGNIFICADO DEL ÁRBOL DE NAVIDAD Subido por bibliaenred el 09/12/2009 www.bibliaenred.org-- ---------------------------------------------------------- LA HISTORIA DE PAPA NOEL Subido por mensajesreconfortant el 11/12/2010 Entérese en este video, cuál es el origen de Papá Noel, llamado también Santa Claus. ----------------------------------------------------------