lunes, 29 de abril de 2013

EL TANGO EN HOLANDA


MUNDO MÁXIMA ZORREGUIETA Furor de cortes y quebradas: Máxima desató la “Tangomanía” en Holanda POR MARÍA LAURA AVIGNOLO Se multiplicaron las academias y las milongas. En homenaje a la argentina, hoy habrá un gran baile en la plaza. IMÁGENES VIDEOS <<< >>> 1 de 2 Furor. En la academia “Tango Centro”, una escuela en La Haya, enseñan pasos simples y avanzados para los holandeses. /NOEL SMART COMPARTIR Votar0Email3 ETIQUETAS Máxima Zorreguieta, Holanda LA HAYA. ENVIADA ESPECIAL - 29/04/13 ¿Habrá sido el conmovedor “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla interpretado en su casamiento con Guillermo, con ese bandoneón melancólico que a Máxima le hizo recordar a su padre Zorreguieta y que hizo llorar a la basílica? ¿O el rumor de que ella estaba tomando lecciones de tango? Los holandeses están convencidos de que la pasión por el tango ha sido incrementado por el aura de Máxima: l as lecciones, las escuelas de danza y las milongas se extienden en todo el reino. “MaxiTango” será el homenaje en su honor hoy, en la noche previa a su investidura. Más de mil bailarines de 190 nacionalidades celebrarán en “Dam”, la plaza que al día siguiente aplaudirá a la nueva soberana. “Máxima” gritarán en su homenaje, entre cortes y quebradas . Los tangueros porteños creen que Holanda es el país fuera del Río de la Plata donde mejor bailan el tango. Hasta los grandes milongueros como El Pulpo, que ha enseñado en diferentes ciudades del reino y ahora sus alumnos dutch lo ayudan solidariamente en su enfermedad, observan que los holandeses aprenden con la esforzada disciplina local pero con el ingrediente de la pasión argentina. En Amsterdam, Groguenheim, La Haya o en pequeños pueblos del reino: en todas las ciudades existan profesores que enseñan tango, mientras que sus alumnos, la mayoría holandeses, se entreveran en memorables milongas. " Twee heer Bier ”. Dos por cuatro en holandés. El profesor Jacques Berendson podría ganarse la admiración del entrañable Virulazo, maestro de maestros de la milonga. Estilizado, alto, didáctico y enamorado de Argentina, enseña “la sacada” y el “ocho”, dos de los pasos tradicionales, y marca en holandés con fondo de Julio Sosa en el Tango Centro, la escuela de tango de La Haya. “Pienso que la influencia de Máxima en Holanda es muy grande. Ella es de Argentina. En fútbol es Messi y en tango es Máxima”, dijo Jacques, el profesor. “De acht”, ordena y sus estudiantes intentan “un ocho” aproximativo. “Había interés antes de que M áxima llegara. Pero con su arribo, Argentina se volvió más popular en Holanda y también el tango. El interés comenzó a crecer en las academias donde se enseña. Antes de Máxima, sólo algunas ciudades tenían escuelas de tango. Ahora casi todas las ciudades tienen una”, continuó. Jacques cree que la futura reina de Holanda baila el tango y tomó lecciones. “Pero no sé si es una real milonguera”, admite . “Máxima es una gran elección para el rey. Los holandeses estamos muy orgullosos de ella. Es perfecta para este rol. Es una latina: abierta, espontánea y eso es lo que a la gente le gusta de ella. Lo que fue Evita para Argentina es lo mismo que representa Máxima para los holandeses”, aclaró, con una carcajada. A pasos de la elegante plaza Pleit, Anita Van der Heim enseña y baila. En un segundo piso frente al Departamento de Justicia, los estudiantes oscilan entre jubilados, profesionales que se relajan después del trabajo, los que ya aprendieron y practican pasos sofisticados y los jóvenes curiosos, que aterrizan a practicar gratis en su primera clase. “El tango llegó a Holanda antes de que viniera Máxima, pero ella ayudó a que los holandeses conocieran el tango. Yo no sé si aumentó la cantidad de los que bailan, pero si el interés. Desde que Máxima está aquí, la gente diferencia al tango porteño del tango de salón”, contó Anita, que aprendió a bailarlo en Holanda hace más de 15 años y hoy convoca dos veces por semana a serios milongueros. Desde las siete hasta las ocho y media, se dan clases al ritmo de un CD de Carlos di Sarli. Después, en ese enorme salón con mesitas alineadas con manteles colorados y enormes espejos, como si fuera un club de barrio porteño, la milonga comienza. Hasta la medianoche y con vino argentino. También importan los zapatos de baile de Buenos Aires, los “tamangos” blancos y negros modelo 1940 para los hombres, y unos vestidos ajustados, sexys y con tajo para los nuevas milongueras holandesas. Oscilan entre 60 y 180 euros, que se deben sumar a un presupuesto de 155 euros por 10 clases. “Otra vez carnaval”, cantaban desde el CD. La ingeniera Cindy Leeflang se acomodaba sus sandalias de baile, compradas en Argentina, y junto a Jorik Odems, un ingeniero de seguridad electrónica, literalmente transpiraban la camiseta para entrenarse para la milonga nocturna. Con acento castizo de Madrid, Cindy contó cómo descubrió el tango. “Fue después de un viaje a Argentina, hace dos años. En Buenos Aires encontré las milongas, las tangueras y los tangueros. Es un baile sensual, íntimo y me encantó”. “Creo que desde que llegó Máxima hay más interés por el tango aquí. Los mayores y los jóvenes bailan todos el tango ahora. Antes era un baile de salón”, dijo, aunque admitió que “es un poquito difícil bailarlo”. Jorik fue aún más dramático: “El tango está adentro mío. Yo soy un tango. Es una pasión, una forma de vivir”. El baila dos veces a la semana y a veces más. Lucas, un graduado de ciencias políticas, está tan entusiasmado con el tango que va a terminar sus estudios en la Universidad de Buenos Aires para practicar y “milonguear en La Catedral”. Ingrid, una jubilada, tomó clases y ya viajó una vez a Argentina a entrenarse junto a su marido. Esta nueva pasión por el tango demuestra hasta dónde “el dos por cuatro” se ha vuelto tan popular como la nueva soberana Máxima y Leo Messi en Holanda. Una nueva fórmula “for export” para Argentina: una reina nacida en Buenos Aires, fútbol y tango. El bife ya había llegado hace muchos años a Holanda, junto con los exilados de la dictadura militar, que lo incorporaron en su menú de la melancolía.

AÍDA BORTNIK


Lunes 29 de abril de 2013 | Publicado en edición impresa 1938-2013 Aída Bortnik: murió una de las mejores guionistas y dramaturgas Por Fernando López | LA NACION Ver perfil Foto: Archivo / Patrick Liotta "El cine es, sin duda, el amante con el que traiciono al teatro desde hace muchos años", decía Aída Bortnik, de cuyo fallecimiento, acaecido el sábado por la noche tras una larga enfermedad, se informó en la edición de ayer. "Yo estudié toda mi vida teatro; empecé haciéndolo [Soldados y soldaditos, de 1972, con Víctor Laplace interpretando quince personajes distintos] y siempre estoy escribiendo teatro." Sin embargo, aunque admitía que "nadie se acuerda de los nombres de los guionistas, y yo misma a veces los olvido", su nombre ha quedado definitivamente asociado a sus trabajos como libretista cinematográfica, y en especial a uno, La historia oficial, la primera película nacional (y latinoamericana) que obtuvo el Oscar de la Academia de Hollywood al mejor film hablado en idioma no inglés en 1985 y por el que fue asimismo nominada, con Luis Puenzo, como autora del mejor guión original. Esa misma película, a su vez, fue ganadora de un Globo de Oro. A esas fosforescentes distinciones (que no eran sorpresivas, porque también otro film con guión de ella, La tregua, de Sergio Renán, sobre la novela de Mario Benedetti, ya había sorprendido diez años antes con la candidatura a la estatuilla destinada a films extranjeros) sumó otro "honor" más por el que otros se desvivirían: en 1987, después de recibir el premio Ennio Flaiano en Europa, que era como la garantía de su brillante trayectoria en el cine, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood la invitó a integrarse como miembro de esa selecta comunidad. Poco significarían todos esos oropeles si no se considerara que Bortnik fue, antes que guionista famosa, personalidad destacada de nuestra cultura; espíritu libre y siempre atento a la realidad social y política que vivía; conciencia analítica y reflexiva sobre el estado del país y del mundo; inteligencia despierta para oponerse a las mordazas de la censura, y si no constara que ese ánimo se manifestó en todas sus actividades, como periodista (en Primera Plana, Panorama, La Opinión y Humor, entre otros medios), escritora, cineasta o dramaturga, no hay que olvidar que con Papá querido, una de sus piezas teatrales más recordadas, contribuyó a Teatro Abierto. Aída Bortnik había nacido en Buenos Aires el 7 de enero de 1938. Estudió derecho y letras en la Universidad de Buenos Aires, egresó del Centro de Investigaciones del Instituto de Teatro de la misma casa de estudios y cursó seminarios de Argentores, de historia del arte y de historia de la literatura dramática. Además de Soldados y soldaditos y Papá querido , escribió Tres por Chéjov (1974), Dale nomás (1975) y Domesticados (1981). Además fue miembro fundadora de Teatro Abierto y ganó el Premio Konex de platino a la mejor guionista argentina del decenio 1985-1994. Desde 1990 es miembro del Consejo Académico y asesora de la Universidad del Cine de Buenos Aires y, desde 1993, consejera invitada en los Laboratorios de Guión Cinematográfico de la Fundación Sundance, primero, en Latinoamérica, y luego, ininterrumpidamente en Utah. En 1972 ya escribía libretos para ciclos de televisión, algunos de los cuales ella misma dirigió. Trabajos suyos fueron editados en distintos países de América latina, España, los Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania, por universidades y revistas especializadas. Había querido ser actriz, pero un accidente sufrido en un viaje a Mar del Plata cuando tenía veinte años la dejó postrada por cuatro años y la obligó a interrumpir sus estudios: la escritura, como periodista, cuentista y dramaturga abrió otro camino para sus necesidades expresivas. La televisión y el cine llegaron después. Y en este último terreno, su obra obtuvo probablemente la mayor trascendencia. Baste anotar, además de los ya mencionados, sus títulos más recordados: Una mujer , de Juan José Stagnaro (1975); Crecer de golpe , de Sergio Renán (1976); La isla , de Alejandro Dorias (1979); Volver , de David Lypzyc (1982); Pobre mariposa , de Raúl de la Torre (1986); Gringo viejo , de Luis Puenzo (1989); Tango feroz, la leyenda de Tanguito (1993); Caballos salvajes (1995), y Cenizas del paraíso (1997), todas de Marcelo Piñeyro, y La soledad era esto , de Sergio Renán (2001). Foto: Patrick Liotta Durante la dictadura militar sufrió un exilio obligado en España entre 1975 y 1979. Fue asesora de la Universidad del Cine y del Sundance Film Festival, y ejerció la docencia en la Escuela Grupo Profesionales de Cine (1979-1981), la Escuela Superior de Artes Cinematográficas (1981-1983) y en el Taller de Autores Teatrales y Cinematográficos (1981-1983). "Hoy falleció Aída Bortnik, guionista de La historia oficial , entre muchas otras. Uno de mis grandes maestros de la vida", afirmó el director de cine Juan José Campanella en las redes sociales, sintetizando el sentimiento que genera la pérdida de una de las voces fundamentales del cine argentino de los 70 y los 80. Junto con él, Aída realizó un exitoso curso llamado Escribir Cine, sobre guión cinematográfico. Como es de suponer, muchos actores lamentaron su partida, como Graciela Borges, quien le dedicó un mensaje a través de su cuenta de Twitter: "Murió mi entrañable amiga Aída Bortnik. La mejor guionista del cine argentino. Gracias genia, te debo mucho". La admiración de sus pares siempre fue manifiesta. El guionista Mario Segade contó: "En casa de Aída Bortnik, en 2001, nacía la lista para las elecciones de Argentores y llevamos a [Juan Carlos] Mesa- [Hugo] Midón. Perdimos por fraude. Mi recuerdo para esa magnífica autora y para muchos compañeros de esa aventura que ya no están". En 1999 dictó un curso de posgrado en escritura cinematográfica en la Universidad del Cine. Fue primera profesora invitada, nombrada por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (1998). Anoche, en el Tabarís, el director Ariel del Mastro y el elenco completo de la versión musical de Tango feroz no solamente le dedicaron esa última función, sino que le hicieron un homenaje. Voceros de la Academia del Cine de la Argentina informaron a la agencia Télam que el velatorio de Aída Bortnik se extendería hasta hoy por la mañana, pero, al cierre de esta edición, aún se desconocía dónde serán inhumados sus restos. ALGUNOS DE SUS GRANDES TÍTULOS La historia oficial No sólo ganó un Oscar como mejor película, sino que su guión estuvo nominado Tango feroz Uno de los grandes títulos del cine de la década del 90, hoy convertido en musical Cenizas del paraíso También con Piñeyro hizo el guión de este exitazo con Leo Sbaraglia y Héctor Alterio Caballos salvajes Otro éxito en sociedad con el guionista y director Marcelo Piñeyro, en 1995