lunes, 16 de junio de 2014

INFOBAE-ECONOMÍALUNES 16 DE JUNIO 2014


INFOBAE-ECONOMÍALUNES 16 DE JUNIO 2014 La Argentina acumula tres defaults Los casos de incumplimiento de vencimientos de la deuda pública fueron en 1828 en cabeza de la provincia de Buenos Aires; luego, un año antes del fin de mandato anticipado de Raúl Alfonsín, en 1988 cuando no pudo honrar la refinanciación de obligaciones acumuladas durante la Guerra de Malvinas y en 2001 "El default y la reestructuración de la deuda argentina" es el libro del abogado Eugenio Bruno, experto en el análisis de los casos de deuda soberana y corporativa, abril 2004, donde analizó los tres casos en que la Argentina incurrió en cesación formal de pagos de obligaciones financieras. Típico caso de iliquidez e insolvencia Así describió Bruno en su libro el default de 1828, cuando "Buenos Aires se encontraba quebrada, en guerra con el Brasil, en medio de conflictos bélicos internos, con un Tesoro exhausto y con una economía virtualmente inexistente, sin un PBI capaz de afrontar el endeudamiento". "Los agentes financieros que arreglaron el préstamo de 1824 (Baring Brothers) y los inversores que compraron títulos fueron co-responsables por esta situación de default, al haber prestado sumas multimillonarias a un territorio que carecía de los recursos para su repago", estimó el experto. Efecto derrame de la crisis de deuda en México El segundo default fue en 1988, "en el marco de las negociaciones entre el gobierno y los banqueros que se había iniciado en 1982, luego de la Crisis de la Deuda de México y rápidamente propagada por toda América Latina, bajo las cuales se venían refinanciando anualmente los vencimientos que la Argentina debía afrontar", explica Bruno. La interrupción de ese proceso ocurrió porque "el gobierno no lograba implementar con éxito duradero un programa que estabilizara la economía, permitiera la vuelta del crecimiento y contribuyera a resolver el problema de la abultada deuda externa", indica el especialista en la página 49 del libro de marras. "Entonces el gobierno se encontraba en medio de una crisis fiscal de proporciones considerables y con un reducido nivel de reservas", recuerda Bruno. Crisis de la convertibilidad El último caso de cesación de pagos fue en respuesta al severo debilitamiento del régimen de cambio fijo, en un escenario de deterioro de la competitividad de las empresas por los bajos precios internacionales. "El default decretado por Adolfo Rodríguez Saá durante su gobierno interino a fines de diciembre de 2001 habría sido de mala fe, ya que si bien la situación fiscal de la Argentina estaba muy lejos de ser sólida, durante 2002, fue declarado bastante antes de la fecha de vencimientos sustanciales y el presupuesto preveía fondos para ciertos pagos luego de que ésta hubiera sido reestructurada y que se esperaba tener terminada en marzo de 2002", indica Bruno. AHORA LA ARGENTINA PODRÍA INCURRIR EN UN CUARTO DEFAULT, QUE EL MERCADO CONSIDERA "TÉCNICO" Ahora la Argentina podría incurrir en un cuarto default, que el mercado considera "técnico", si no paga en Nueva York el próximo vencimiento del discount el 30 de junio, por unos u$s900 millones, porque en caso de no lograr la Argentina "comprar tiempo" con un nuevo pedido de intervención de la Corte Suprema de Nueva York, podría sufrir el embargo de esos fondos que deberá depositar en el BONY para honrar la demanda de los holdouts, y lo haría en Buenos Aires. Y si bien formalmente no se ha declarado la cesación de pagos parcial de la deuda renegociada en los canjes de 2005 y 2010 por la aún persistente subestimación de la inflación respecto de las mediciones privadas y de índices alternativos como el Costo de Construcción o los Precios Mayoristas que también calcula el Indec, podría asumirse que también desde 2007 se viene incurriendo en un default técnico, porque se subestima la actualización del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER). La contrapartida, fue sobre estimar el crecimiento del PBI y con ello pago del cupón PBI, como ocurrió en 2009.

¿Qué pasa cuando un país entra en default o cesación de pagos?


GERENCIE.COM ¿Qué pasa cuando un país entra en default o cesación de pagos? Con lo que está pasando en Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y otros países que deben más de lo que tienen, acecha el fantasma de una verdadera crisis económica y surge la inquietud respecto a qué pasa cuando un país entra en default o cesación de pagos. Un país que quiebra económicamente, significa que entrará o podrá entrar en default o cesación de pagos. Esto es que no paga más sus obligaciones financieras. No paga sus deudas. Un país quebrado puede tomar dos caminos para hacer frente a la situación. Un camino que afecta a sus acreedores (léase poderoso banqueros) y el otro camino que afecta a su población. Vemos que en el caso de Grecia se ha optado por el segundo camino. Cuando se quiebra un país, sucede lo mismo que cuando se quiebra una familia o una empresa. El dinero se agota y hay que definir prioridades. ¿O se come o se pagan las deudas? Cuando la decisión es comer y no pagar las deudas, se dice que el país ha entrado en default o cesación de pagos. No pagará las deudas a sus acreedores y estos llevarán la peor parte. Cuando la decisión es no comer y pagar las deudas es cuando vienen los recortes a los beneficios sociales. Los trabajadores son despedidos. Entre los trabajadores despedidos están docentes, médicos, etc., de modo que esto tiene un efecto directo en el bienestar de la población. A los trabajadores que no son despedidos se les baja el sueldo. Se bajan las pensiones. Recortes y más recortes para cumplir con los bancos. Nada diferente a una familia, ¿verdad? Cuando la decisión es pagar y no comer, los impuestos se suben. No se invierte más en hospitales, escuelas, carreteras, ni en subsidios para sectores desprotegidos de la población, etc. Todo es para pagar deudas. Incluso se vende todo. Hay países que han vendido las carreteras, los acueductos, las fuentes de agua, los edificios históricos, los hospitales, las universidades, incluso hasta los bosques y reservas naturales, y los banqueros, por supuesto que presionan hasta llegar a este punto ya que el objetivo neoliberal es la privatización absoluta, por el camino que sea y el camino de la deuda ha resultado muy efectivo. Todas estas medidas hacen que el consumo interno se derrumbe, las empresas se quiebren y el desempleo se dispare. Quien paga las consecuencias de todo esto es la población que tendrá que arreglárselas para sobrevivir, y si eso no es posible, morir de hambre como a diario sucede en África, o e en Haití, o aquí más cerca en Colombia en zonas como Chocó, o incluso más cerca como en las periferias de Bogotá. La decisión de pagar o comer la toman los políticos, y por lo general estos, al ser financiaros por el sector financiero que es el acreedor, se imponen, de modo que siempre se opta por pagar antes que comer. Sólo se conocen tres excepciones: Argentina, Rusia y recientemente Islandia, países que tomaron en su momento la decisión de no pagar, y como podemos ver, nada malo pasó, excepto, claro, las pérdidas que sufrieron los banqueros. Pero un país tiene ventajas frente a una familia o a una empresa que se quiebra. Los países no pueden ser embargados. Si un país vende sus montañas, sus aguas, sus carretas o sus entrañas, lo hace “voluntariamente”, no porque pueda ser obligado (sí presionado), o porque sea embargado o expropiado por el deudor. Esto es suficiente razón para que algunos países hayan tomado la decisión de no pagar antes de llevar a la ruina a sus pobladores. Ahora, que si el país no paga, es decir entra en default, ¿Qué puede pasar? pues no lo prestan más dinero, lo cual no suele ser negativo, ya que un país endeudado, el dinero que le prestan solo alcanza para pagar sus deudas, pero como no las pagará, no hay problema, con los pocos ingresos propios que obtenga será suficiente para atender dignamente a su población como en efecto lo hizo Islandia, ese pequeño país europeo del que nadie habla porque temen que alguien se le ocurra seguir su ejemplo. Una familia que gana un salario mínimo y no paga sus deudas, no le prestarán más dinero pero con ese salario mínimo puede sobrevivir, pero si destina ese salario mínimo a pagar las deudas, sencillamente no podrá comer, de modo que siempre será mejor no pagar antes que no comer.