lunes, 4 de mayo de 2015

LIBRETA DE TRAYECTORIA...Reflexiones de una docente


03/05 Amparo Estévez Saviza Como docente de años quiero dar mi opinión respecto de la nueva forma de evaluación en la provincia de Buenos Aires. En primer lugar creo que se desconecta a la familia del tema y les digo porqué. Supongamos que en el aula hay un niño con problemas de aprendizaje en MATEMÁTICA, tal cual Ustedes lo plantean. Imaginemos que el niño no sabe las tablas y resuelve mal las operaciones. Y se supone que no le hemos enseñado a razonar ya que no sabe deducirlas las tablas por sí mismo. ¿Qué hace la escuela? Antes de que se produzca la nota, deberíamos advertirle a los padres o tutores que el niño adolece de este problema. ¿Vamos a informarlos sin cita previa? O lo haremos en reuniones a las cuales ya sabemos y ningún maestro me negará, acuden solo los padres de los niños sin dificultades serias. Y hacer en paralelo: Orientación Escolar-Bibliotecarias- Profesores de especiales y los maestros-como factible elaborar en conjunto la crítica y evaluar ¿será posible? Además de plantearnos la autocrítica que tal vez los docentes ni el estado estamos haciendo bien las cosas para que ese niño aprenda a resolver situaciones problemáticas, en sus vidas y en sus tareas escolares. El hogar es el ausente y por ende los padres en la crítica que asegure una evaluación justa. Se plantean varias cuestiones en este tema creo: una, que al evaluar los maestros y el equipo no coincidan y la nota no sea la merecida a criterio de todas las partes actuantes. Otra sería que el problema venga de lo social, es decir de un niño que no está bien alimentado o bien conlleve consigo alguna problemática particular ¿Quién verdaderamente lo conoce para evaluar la diferencia? creo que quien está con él todo el tiempo, que es su maestro o maestros. Si el maestro de Ed. Física considera que el niño no trabaja en clase tendrá que informar primero de la situación al equipo para considerar que ese niño debe llevar nota 4-5-6 y luego explicitar los motivos del incumplimiento por parte del alumno. Este puede no asistir a clase por muchos motivos, o no rendir lo suficiente. Una de las razones es el caso de los niños excedidos en peso que se niegan a hacer algunas pruebas que se les exige. El docente está muy limitado para obtener el cumplimiento de sus planificaciones ya que se debe adaptar a la realidad de su espacio de trabajo.. ¿Toma conciencia-el equipo paralelo dentro de las escuelas- de cómo se vive cada problemática en el aula o en el campo de Educación Física? ¿Sabe una bibliotecaria- como dice el informe- qué pasa con un determinado niño? Humildemente creo que no. Tampoco el equipo de orientación que suele tomar solo los casos de indisciplina escolar por varios motivos… TAL VEZ NO ENTIENDA CÓMO SE IMPLEMENTA. Sí sé que se espera que solo el maestro no tenga la responsabilidad de la nota, pero SÍ afirmo que sólo él sabe lo que sucede en torno a sus alumnos y en soledad califica según criterios que traen implícitos no solo logros del mismo sino una comprensión impulsada por la ética, lo humano, lo abarcativo de las dificultades particulares, con una mirada especial que nace del contacto permanente durante un ciclo escolar que conlleva situaciones límite que debe afrontar junto a cada uno y resolver en el acto, con amor y entrega. Les dejo un párrafo del informe que explica los objetivos de esta nueva LIBRETA DE TRAYECTORIA “De acuerdo a lo explicado por varios docentes, la idea principal de la Libreta de Trayectoria es quitarle protagonismo a una desaprobación para hacer foco en el desempeño general del alumno que desaprueba. La idea es detallar los principales inconvenientes del estudiante en cada materia para que los padres estén alertas y el niño pueda reforzarlos mediante la práctica en sus casas.(Digo: ¿Cuáles casas…?) "El alumno es evaluado por su docente, por maestras de apoyo, por el equipo de orientación escolar (EOE), por las bibliotecarias, por los profesores especiales", enumeró Rodríguez. Resaltó además que "la evaluación como proceso continuo contempla una variedad de propuestas para que el alumno pueda aprender de acuerdo a sus experiencias, a sus tiempos. Ya no existe más la maestra que, en soledad, le decía a un chico 'tenés un cuatro', y ya" “Quitarle protagonismo a una desaprobación…” Más o menos como darle otra oportunidad a sabiendas que no será “aplazado” término descartado… ¿No nos han dicho a los maestros cuando nos formaban como tales que un niño necesita reglas ciertas, aplicables, con cierto rigor y plazos? En los momentos actuales existen en el aula un sin fin de motivos por los cuales los niños no rinden. Uno de ellos es la escuela y su entorno. La sociedad y la familia. Niños con una infancia en hogares partidos en dos. El niño debe recibir orientación en un solo sentido fácilmente comprendido a través del tiempo e ir incorporando nuevas experiencias a medida que crece y está en condiciones de tomar con sentido crítico los saberes. No recibir órdenes contrapuestas cuando no está en edad de comprender. Ya de por sí, por los medios de comunicación e Internet se ve en la obligación de interpretar mensajes que no comprende cabalmente por su edad. Agravado que en la familia se suceden hechos que ellos presumen que no todos son pensandos en protegerlos… Ejemplo: su padre le indica que no debe ver TV por las tardes cuando hace sus deberes. La madre(ambos separados) se lo permite. No existe, por la misma separación, un criterio unificado en la educación de sus hijos. En la escuela EL NIÑO va a estar sujeto a que un equipo escolar paralelo y sus maestros se pongan de acuerdo. Además de que estos sepan utilizar el lenguaje apropiado de la ciencia y la pedagogía con los cuales evaluar e indicar los errores para que los padres se limiten a recibir un informe que quizá no entiendan... ¿Quién va a sostener la realidad fría y calculada que la educación sea también sujeto de juicios y denuncias realizadas por los padres? Cuestión que ya existe y se ha ido sorteando gracias a que el maestro actúa como moderador, junto a su autoridad más próxima y muchas veces no pasa de ahí… ¿Podrán los padres por el solo hecho de que el niño no repita aceptar la evaluación que la escuela le presenta sin un organismo que los escuche en forma personal, y estar sujetos a una entidad que obligue a aceptar sus reglas? ¿Les estamos brindando una información cierta en base a la formación adecuada que nos permita sostener una evaluación con mensajes directos y bien sustentados que emane de la concordancia? ¿Que hará un equipo, más allá del maestro, que considere al mismo como ineficiente para el desempeño y no desee compartir su criterio de evaluación? ¿Esta preparado el docente para consensuar? Creo que estas diferencias lo van a hacer inviable, sin consideraciones, es decir lo "hacemos como podemos", sin sustento propio, impuesto e imperfecto. Y será el niño quién lo pague, siempre el niño en medio de los errores de los adultos. Creo que con buenas intenciones no se llega. Se llega con conocimiento cabal y experiencia, de nada sirve que lo pongamos en práctica para después borrarlo por deficiente y en el mientras tanto habrá hecho- el nuevo sistema de evaluación- mucho daño. Daño que pagarán los niños. Siempre ellos son y serán los que al final se los toma como objeto y no como seres sensibles, en formación, en una escuela que tiene la obligación de pensar y velar por sus vidas, sus mentes y su evolución y con sumo cuidado. Entender que los padres, en muchos casos, van a saber responder por sus hijos y otros están lejos de comprender y no intervendrán, por cierto. El maestro por lo común, por su formación, sabe llegar a los padres. Contenerlos en su problemática familiar-no siempre puede- porque la conoce de cerca. Comprendo que hay que entender los problemas de un mundo convulsionado como el actual y saber qué hacer con los chicos. ¡Qué es difícil! Pero no es haciendo que un organismo escolar tome las riendas de la evaluación con criterio blando, sin especificaciones, tomando parámetros de incierta ejecución y resultado. Creo que el docente siempre estuvo a la altura de las circunstancias. Que los docentes de hoy no reciben la preparación específica para afrontar la complejidad de la sociedad actual, que se le quita el rol de contenedor que siempre tuvo. Que se le dice: no estás preparado- te voy a poner un apoyo- que a las claras va a tornar difícil la convivencia. La droga, el maltrato, la violencia intrafamiliar, hacen de la escuela un lugar de contención y de difícil resolución; que la sociedad en su conjunto conoce y no sabe como actuar. Creo que la escuela tampoco. El niño trae en su mochila muchas preguntas y mucho llanto contenido. ¿QUÉ HACEMOS? ¿Nos conformamos con darles metas indefinidas, sin prepararlos para un futuro que va a condenarlos? Los diferentes niveles de enseñanza se culpan de recibir a los niños mal formados y mal preparados para el nivel siguiente. Qué hacemos? Seguimos mirando para los costados, inventando culpables o nos ponemos de una buena vez a generar programas y docentes preparados para afrontar un nuevo mundo imparable en retos… Quien cree en los parches no sabe por donde se van a descoser primero y cuando esto pasa es tarde para componer un sistema que a las claras está quedando insuficiente y no se sabe por donde abordar la realidad que se le presenta descarnada. No es cuestión de cambiar todo. Hay que hacerlo por etapas, teniendo en cuenta en última instancia que somos los educadores, la escuela y el estado los responsables de cada niño confiado a nosotros. Que todas las problemáticas dentro de las aulas nos involucran e involucran a cada niño en su realidad. Que cada caso es único, particularmente tratable y no es haciendo equipos de defensa como vamos a resolverlos. No quiero solamente protestar sino establecer parámetros para comenzar a pensar que si bien la educación se va quedando en sus fines, siempre hay tiempo de comenzar a cambiar las cosas. No vayamos a fomentar un mayor desastre por el hecho de evaluar blando, conscientes de los errores cometidos salvando nuestra responsabilidad como escuela y teniendo luego que lamentar en grandes títulos de diario. “Esto es lo que logró tal o cual partido político durante sus funciones” Slogans políticos que no están pensados en los niños del futuro sino en catapultarse hacia sus objetivos personales que esperan el aplauso de esos mismos niños que contribuyeron a convertirlos en masa sin pensamiento propio.