jueves, 29 de diciembre de 2016

ÉXODO RURAL


-CANTABRIA-Monumento a la madre del emigrante en San Sebastián de Garabandal. Éxodo rural Monumento a la madre del emigrante en San Sebastián de Garabandal. Comarca de La Valdería, León, España, años 1970. El éxodo rural o éxodo campesino se refiere a la emigración, generalmente de gente joven (adolescentes y adultos jóvenes) del campo a la ciudad. Este proceso es muy antiguo y se aceleró con la Revolución Industrial y, sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Se suele considerar como un tipo especial de migración porque en ella, no sólo se cambia de lugar de residencia, sino también de profesión, por motivos más que evidentes, dadas las diferencias geográficas tan grandes que existen entre las oportunidades, número y características de los diferentes tipos de empleo que existen en el campo, con relación a la ciudad, además de los cambios en los aspectos sociales, culturales y medioambientales de la vida urbana. La decisión de emigrar Los seres humanos, lo mismo que sucede con la mayoría de las especies animales, se desplazan en la superficie terrestre, en unos movimientos (individuales o colectivos) llamados migraciones. La principal diferencia entre los seres humanos y las especies animales es que, en este caso, los motivos de las migraciones son instintivos (el instinto de conservación o supervivencia de la especie, el instinto de reproducción, la adaptación al medio, etc.) mientras que las migraciones en los seres humanos obedecen a una decisión razonada más o menos libre (o más o menos forzada), en la que el instinto, aunque también tiene su importancia, ocupa un lugar muy secundario. Esta idea puede dar pie a una subdivisión de las migraciones en dos tipos: espontáneas y forzadas. Lo que sucede es que no hay, por lo general, una clara delimitación entre ambas . Pero en el caso del éxodo rural es bastante sencillo de analizar. La bibliografía anglosajona de las ciencias sociales ha acuñado un término: "The push-pull theory" o "Teoría de la atracción - repulsión" que sirve para explicar, al menos de una manera sencilla, la génesis del éxodo campesino hacia los centros urbanos, como desplazamientos motivados por factores de rechazo en el medio rural y, como contrapartida, de atracción en el urbano. En los países subdesarrollados existe una amplia documentación en torno al tema del éxodo rural y del proceso creciente de crecimiento de las mayores ciudades. Puede citarse como ejemplo, la obra de Breese1 que, aunque hace referencia a una época ya pasada, puede dar una sencilla idea de todos los mecanismos que generan dicho proceso. Factores de rechazo en el medio rural La carencia o escasez de fuentes de empleo: Este factor afecta en mayor grado a la población femenina, por lo que las mujeres tienden a predominar en el éxodo rural. La escasez de instituciones de enseñanza: Además, hay que sumar las largas distancias que hay que cubrir para llegar a una escuela o colegio. Las dificultades en el transporte escolar son mucho más graves en el medio rural y, sobre todo, en los países subdesarrollados. Entre todas las instituciones educativas, son las de enseñanza secundaria y, desde luego, de la superior, las que resultan más escasas en el medio rural. La escasez de servicios: Entre ellos hay que destacar a los servicios asistenciales, de comercio, de formación y asesoría técnica y muchos otros. El desarrollo técnico de la agricultura: Este desarrollo técnico tiende a disminuir las necesidades del trabajo asalariado y como consecuencia de eso, da origen a un motivo adicional para emigrar. El atractivo de las ciudades[editar] La Finca Roja en Valencia, España constituye un conjunto de 378 viviendas para obreros construida en 1930 con un diseño de Enrique Viedma Vidal, con un patio interno de zonas comunes que incluian escuelas, parques y hasta un mercado. Los apartamentos, muy bien ventilados, constan de tres habitaciones, sala-comedor, cocina y baño. Una iniciativa que sirve de ejemplo de las atractivos de la ciudad sobre los de la vida rural en el siglo XX. Las ciudades ejercen un atractivo muy poderoso sobre la población rural. Muy a menudo, los campesinos de todo el mundo, quedan "deslumbrados" por la vida urbana, la cual se manifiesta en la oferta de todos aquellos elementos que suelen ser más difíciles de lograr en el campo. En las ciudades existe una mayor diversidad de empleo, especialmente para el sexo femenino. En cambio, en el medio rural, casi no existen empleos fuera de las actividades relacionadas con las labores agropecuarias. Existe también una mayor diversidad y disponibilidad de servicios. Los centros urbanos, sobre todo los más grandes, tienen un nivel superior al del medio rural en lo que a oferta de servicios se refiere (servicios asistenciales, educativos y culturales, transporte y comunicaciones, servicios informativos, recreacionales, etc). Empleo poco cualificado. Muy a menudo, las ciudades necesitan mano de obra para aquellos empleos de escasas exigencias y de menor remuneración y estos empleos tienden a ser cubiertos por los inmigrantes del medio rural. Como señalaba Clyde V. Kiser2 en 1967 al referirse a la inmigración en la América Latina: En realidad, cuando los latinoamericanos piensan en la inmigración, no están pensando en obreros industriales. Piensan en trabajadores del campo y agricultores, porque estos son los que ellos desean. Como la gente de cualquier otra parte, desean que otros hagan lo que ellos mismos están poco dispuestos a hacer, en este caso, el trabajo duro de las grandes propiedades y el cultivo del campo en el interior del país. Y esta idea se extiende, aún hoy, a situaciones similares en todo el mundo. Sólo que con la mayor facilidad de los medios de transporte y la disminución de la población rural a unos niveles muy exiguos, los puestos de trabajo de menores exigencias tienden a ser ocupados por inmigrantes, a veces ilegales y procedentes de países cada vez más alejados. Las "leyes" de las migraciones[editar] Fue E. G. Ravenstein el que primero habló de las "leyes" de las migraciones al analizar desde el punto de vista estadístico, los lugares de residencia de la población inglesa de dos censos consecutivos, a finales del siglo XIX. Desde luego, hablar de leyes en un análisis demográfico parece ser algo demasiado tajante, y por eso se indica entrecomillado el término. Esas leyes serían pues, una especie de estructuras o patrones, es decir, rasgos o características que pueden observarse mediante la comparación de los datos demográficos en los que se reflejan los cambios espaciales de la población. Sus conclusiones, que se aplican en su mayor parte al éxodo rural, fueron, en aquella ocasión,3 4 las siguientes: La mayoría de los migrantes procede de una corta distancia. Las mujeres emigran en mayor número que los hombres. Cuando la distancia es muy grande, predomina el sexo masculino. Los emigrantes del medio rural se dirigen, cuando realizan largos desplazamientos, únicamente a las ciudades más grandes. Si la distancia es bastante grande, tiene lugar una especie de migración por etapas. En esta migración por etapas, los lugares dejados vacantes al emigrar, pueden ser ocupados por migrantes de áreas más alejadas. La migración por etapas suele dirigirse a centros poblados progresivamente mayores. Las corrientes migratorias principales generan unas corrientes secundarias que suelen ser compensatorias, de menores proporciones y en sentido inverso. En el éxodo rural predomina la población joven (adolescentes y adultos jóvenes). Los nacidos en las ciudades son menos migrantes que los nacidos en el medio rural.WIKIPEDIA ***************************************************************** EN ARGENTINA una de las paradojas de la Argentina. Las grandes ciudades sufren un grave déficit habitacional y en el interior muchos huyen de pueblos y campos, donde sobran las viviendas, y en busca de una vida mejor se instalan...en las grandes ciudades. Una investigación de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) basada en cifras del Indec señala que en 1991 vivían en zonas rurales algo más de 4 millones de personas, cifra que cayó a 3,5 millones en 2010 a pesar de que aumentó la población (más de 7 millones) durante ese período. Lo increíble es que este fenómeno se dio en pleno boom de la soja. "Las decisiones de migración no se toman todos los días y generalmente responden a la necesidad de búsqueda de mejores horizontes", dice Ezequiel De Freijo, analista del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA). La falta de infraestructura que lleva al aislamiento, el déficit en servicios y, sobre todo, la escasez de trabajo de buena calidad van despoblando el campo. Según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), entre 2010 y 2013 se perdieron 300.000 puestos de trabajo en las cadenas agroindustriales de todo el país. "Ninguno de mis dos hijos se quedó en el campo", cuenta José López, encargado de un establecimiento de 1200 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Nacido y criado en la llanura pampeana, creció entre grandes extensiones sembradas y el quehacer de actividades ligadas con la cría de animales. Es de los pocos que, junto con su mujer, le escapa a la ciudad. Prefiere un horizonte sin cemento. Click Aqui "Según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), entre 2010 y 2013 se perdieron 300.000 puestos de trabajo en las cadenas agroindustriales de todo el país " Compartilo Pero, según López, quedan pocos como él. Le cuesta conseguir alguna ayuda porque "los jóvenes ya no quieren trabajar en el campo". Como sus propios hijos, se van de los caminos de tierra, la falta de luz y gas, y de las tareas propias de las economías regionales. De los dos varones, uno es cuentapropista y el otro "enganchó un trabajito en la municipalidad", algo muy común en los pueblos del interior, cuyas administraciones son grandes empleadoras, lo que las deja prácticamente sin recursos para invertir en la mejora de la infraestructura y el desarrollo de las poblaciones más pequeñas. En el país hay 3,6 millones de personas que trabajan en el sector público, según Juan Luis Bour, economista de FIEL. Desde 2008 el empleo sólo creció en el Estado. Apenas un tercio de la población económicamente activa (PEA) tiene un trabajo en el sector privado formal. Una de las consecuencias visibles de la falta de empleo privado en el campo es, según Leandro Vesto, director de la ONG Proyecto Pulpería, que en la provincia de Buenos Aires hay 100 pueblos que están en peligro de desaparecer. En todos hay casas abandonadas. La ONG intenta atraer familias a pueblos casi despoblados para que vivan en casas en comodato (sin pagar alquiler, previo arreglo con sus dueños, con una opción a compra más adelante). "Las casas abandonadas traen una atmósfera muy negativa para los pueblos. Por eso los incentivamos para que ejerzan algún oficio: plomería, peluquería... Tienen la casa sin costo y en algunos municipios no pagan impuestos. Para que el pueblo no muera, les pedimos que lo que ganan lo gasten en el lugar." Vesto dice que además del esfuerzo personal de los pobladores, es necesario que los municipios hagan su aporte para mejorar la calidad de vida de los habitantes. "Hay pueblos que no tienen luz, casas que se tienen que calefaccionar con leña, que es escasa, caminos de tierra en muy mal estado que aíslan a los pobladores, falta de servicios básicos, poco acceso a la salud y a la educación...La vida en los pueblos es muy dura", dice. Por ejemplo, los caminos de tierra dificultan la llegada los maestros a las escuelas. "Una de las consecuencias visibles de la falta de empleo privado en el campo es que en la provincia de Buenos Aires hay 100 pueblos que están en peligro de desaparecer " Compartilo Según un informe de CREA, la red de caminos tiene 622.527 kilómetros, pero sólo el 10,6% está pavimentado. Además, las rutas nacionales y provinciales sufrieron un fuerte deterioro en los últimos años por falta de mantenimiento. "La red pavimentada creció mucho desde 1920 hasta 1980, pero el ritmo de avance cayó drásticamente en las últimas tres décadas", dice el informe. Estos caminos de tierra intransitables ahuyentaron fábricas que se mudaron a la ciudad, dejando a la deriva a pueblos enteros. Es el caso de Cadret, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, que dejó de respirar cuando la fábrica de quesos Santa Rosa se mudó en 2007 porque los 30 kilómetros de tierra hasta llegar al asfalto era una traba muy grande para sacar la mercadería. También los constantes cortes de luz y la falta de señal en la telefonía celular funcionan como grandes desmotivadores para vivir en el campo. El resultado: en las ciudades, hacinamiento; en pueblos y campos, casas deshabitadas. En la Argentina, más del 90% vive en centros urbanos. Para que mejore esta situación, es clave distribuir de manera diferente el presupuesto. "Tiene que aumentar el empleo formal privado. De esa forma los municipios se liberarán de la carga de emplear a tanta gente. La vida urbana, no tanto mejor...CONTINUARÁ