sábado, 21 de mayo de 2016

CAPÍTULO CUATRO - RODOLFO BENAVIDES


Capítulo IV EL RIO NILO En mi libro Dramáticas Profecías de la Gran Pirámide, se dice que el curso del río Nilo, con sus 6,000 kilómetros de largo, en la pre- historia de Egipto no era exactamente el mismo que hoy existe, ni siquiera el que existió cuando se construyeron las tres primeras pirá- mides. Se dice también que el curso natural de dicho río fue alterado mediante diques en algunos sitios y en otros mediante canales, con el propósito de desviar las aguas, lo cual implica una técnica hidráulica muy avanzada. Estas sugerencias han producido algunas críticas por parte de personas que no pueden aceptar, ni siquiera como una probabilidad, que en época tan remota, con la absoluta carencia de medios me- cánicos y sin conocer todavía ninguno de los metales, esos pueblos fueran capaces de tan gigantesca obra, difícil hasta para la época moderna. Desde luego son comprensibles tales críticas y también las muchas dudas suscitadas, puesto que hasta el momento presente no se ha dado una clara explicaciórf ai de ese ni de otros muchos fenó- menos. Sin embargo, es preciso observar que en los textos egipcios está la afirmación de que durante la primera dinastía —tal vez en la temprana época de Menes, el primer faraón conocido— o quizá mucho tiempo atrás, se construyeron por lo menos tres grandes diques en el alto'Nilo, con el fin de cambiar el curso del río, evitando así la dispersión de las aguas en sitios inconvenientes para aquellos primeros egipcios. Sí, eso dicen los textos, y tal vez esas obras expliquen las (31) sangrientas guerras que Menes sostuvo con los nativos habitantes del Alto Nilo, pues si se les estaban alterando sus medios de vida, es lógi- co que pelearan. Dichos textos hablan también de esas guerras y de que Menes pasó a cuchillo a multitud de nativos del Alto Nilo por haberse opuesto a que se desviaran las aguas del rio. Pues bien, ahora sucede que modernas investigaciones han encontrado claras huellas de dos grandes diques construidos en la más remota antigüedad y, aunque falta encontrar el tercero, es de suponer que también existió y que algún día serán encontrados los restos, tal vez cubiertos por azolve. Con objeto de hacer comprobaciones a este respecto, se ha calculado el espesor del limo que el rio deja en cada derrame. Por este medio, se ha llegado a la conclusión de que hay un depósito de alu- vión de unos diez centímetros de espesor por cada siglo. A conse- cuencia de estos cálculos modernos, se llegó a saber que el delta se empezó a formar entre 7 y 8,000 años antes de nuestro 1953, o lo que es lo mismo, muy al principio de la constelación de Tauro, dato importante que se repite varias veces en el curso de este libro. Coincidiendo con esta época, existió una cultura neolítica que se desenvolvió en Fayum, región situada en el Bajo Nilo, a orillas del pequeño lago Qarun, que, empequeñecido, existe todavía al oeste del Nilo y muy cerca de Menfis, ciudad famosa en su tiempo por haber sido capital de Egipto y asiento del Faraón. Esa región ha sido siempre muy fértil y es de suponer que dicho lago originalmente era mucho mayor y que seguramente estuvo ali- mentado por el rio Nilo, que probablemente no llegaba más que hasta ese sitio y no con gran caudal. De esa panera, al haber sido canaliza- das las aguas hacia el delta, el lago empezó a disminuir "áe tamaño a medida que aumentaba la formación del delta en el Bajo Nilo. Hoy Anverso de la paleta conocida como de Narmer- Menes. Es la única y clara referencia a Menes en su guerra de conquista sobre al alto Nilo. Nótese el hal- cón que atestigua la escena. Es un hermoso trabajo prehistórico. (32) se conoce a ese lago, más bien como Oasis Fayum, lo que ya de por sí está sugiriendo lo reducido del tamaño. Por el mismo procedimiento de calcular el espesor del limo, se ha determinado la antigüedad de algunos de los canales de riego más importantes. Además de dicho procedimiento, existe también otro basado en la información ultramoderna que da la radiactividad, puesto que ciertas rocas contienen níquel y plomo, y se sabe que el plomo se des- compone en una proporción fija ya conocida. Por este último proce- dimiento se ha estimado en 10,000 años la antigüedad de ciertas construcciones referidas al Nilo, en zonas mucho más arriba de Fayum. Consecuentemente, hay muchas coincidencias a nivel cientí- fico, que se refieren a la época en que el río Nilo comenzó a llegar al delta propiamente dicho —el mismo que hoy se conoce— y esas fechas coinciden con 1^ edad de los diques localizados. En realidad, no parecen quedar ya muchas dudas de que hace más de 7,000 años el río Nilo no era como hoy se le conoce, al menos en cuanto a caudal se refiere. Esto quiere decir que ha habido impor- tantes cambios, seguramente hasta de clima y de ecología, debidos al trabajo inteligente de seres humanos que vivieron en una época que se sigue considerando como primitiva a pesar de todas estas manifesta- ciones. Pero en todo esto hay algo realmente intrigante, y es que la épo- ca antes señalada coincide con gran exactitud con la fecha calculada para la epopeya de los súmenos, cuando llegaron a establecerse en la y [Reverso de tu misma paleta. Este tipo de paletas, con itemas distintos, ha sido encontrada en tumbas diver- jas; es de pizarra azul y está hermosamente adorna- ba. En el centro tiene una cavidad que servía para ^disolver la malaquita verde con que se pintaban las ojeras. Esta práctica tenía la doble finalidad de embellecer el rostro y de proteger los ojos de los intensos rayos solares. En varias tumbas han sido 'encontradas bolsitas con el polvo verdoso que segu- ramente utilizaba el difunto. (35) región del bajo rio Tigris en Mesopotamia. Se asegura que dichos sumerios parecen haber sido una raza o pueblo mezcla de caucásicos y negroides, aunque hay autores que creen que más bien fueron mez- cla de asiáticos procedentes de Oceania, asunto que se trata amplia- mente en otro capítulo de este mismo libro. En el caso de que los sumerios fueran de origen caucásico, se explicaría su emigración de la región norte hacia el sur, en busca de mejor clima, por algún acontecimiento grave que estuviera ocurrien- do, tal vez el avance de glaciares Recordemos ahora que este periodo ha sido señalado como neolítico. Período en el que, según se asegura, empezó la agricultura y la ganadería, todo en incipiente escala. Y fue a mediados de este periodo cuando se comenzó a trabajar el cobre, luego hacia el final se conoció el plomo y el estaño y mucho después la plata. Al lograr la aleación de cobre con estaño, se consiguió el bronce, ambos metales obtenidos principalmente en Sinai, tierra egipcia desde entonces. Se ha presentado este detalle, porque es un antecedente impor- tante que de ninguna manera explica, por ejemplo, cómo desde mucho antes de la primera dinastía egipcia ya se trabajaba el oro y se tallaban algunas piedras preciosas, todo ello con gran maestría, según puede comprobarse por piezas que hoy existen en diversos museos. Una de ellas muy antigua, es el Horus-Halcón, cincelado bellamente en oro con ojos de turquesas incrustadas. Esta hermosa pieza de orfebrería fue encontrada en Hieracómpolis y aunque no se ha deter- minado con absoluta exactitud la fecha de su fabricación, se supone que corresponde al tiempo prehistórico de Egipto. Lo anteriormente expuesto significa que en apariencia, esas gen- tes saltaron bruscamente de la noche a la mañana, es decir de la edad de piedra a la orfebrería del oro puro. ¿No sugiere todo esto que hay Horus-Halcón esculpido en piedra, con la serpid como símbolo del faraón. En recuadro: Cabeza S mismo cincelada en oro y con incrustaciones de te quesos en los ojos. (Museo de El Cairo, Egipto (36) una enorme laguna en los conocimientos relativos no sólo a Egipto sino a todo el mundo? Obviamente, hubo fuertes migraciones que forzaron la evolución y aprendizaje de los nativos, lo mismo en forma de enseñanzas frater- nales que a filo de cuchillo. Ese Horus-Halcón seguramente fue un símbolo solar/mucho tiempo antes de llegar el primer faraón, y desde luego,¡muy anterior al dios Amón, que después sería el dios patrón de Tebas (hoy Luxor) ¿No habrá sido ese tiempo de Menes, el del rena- cimiento. de pueblos que por alguna causa muy grave habrían huido de su sitio de origen? Pensando de esta manera, es lógico suponer que en aquel enton- ces sucedió efectivamente algo que motivó gran actividad e importan- tes éxodos. Uno de ellos parece localizarse en Egipto, otro en Sumeria y otro en América. Leyendo la historia de Egipto en busca de información, encuen- tra el lector datos importantes, producto de investigaciones recientes, que permiten formar en la mente imágenes de cómo tal vez ocurrieron los primeros hechos. En el alto Nilo, por ejemplo, y hace aproxima- damente 8,000 años, se habían establecido pueblos primitivos que todavía vivían en la edad de la piedra tallada. Entonces llegaron unos conquistadores poseedores de armas, técnica y cultura mucho más avanzadas que las conocidas por los nativos, produciéndose guerras sangrientas, muy semejantes quizá a todas las guerras de conquista. Los hechos debieron ocurrir en el Alto Nilo, donde abunda el Halcón, razón por la que los conquistadores lo tomaron como emble- ma, símbolo y bandera de dominio sobre toda la región. El Halcón, más tarde transformado en dios, Hqrus, fue precisamente el estandar- te del triunfador faraón Menes. Estas guerras de conquista y su consecuente dominio político duraron por lo menos dos dinastías. Vino después otra dinastía que al cambiar su sede del alto Nilo, ya dominado, a Mentís, muy cerca del delta, se manifestó desde un principio más humanitaria, más política y menos guerrera. Se mostró además poseedora de técnicas muy, avanzadas, tanto, que permitieron en poco tiempo proyectar y luego construir las tres primeras pirámides. Para entonces seguramente ya (39) existía la esfinge, pero estaba tan cubierta de arena, que se ignoraba su existencia. Si, tal vez sucedió así... Pero, ¿de dónde partieron esos pueblos conquistadores tan avanzados? ¿Y por qué lo hicieron? Como contestación a estas preguntas, las crónicas ocultistas contestan que la primera migración importante partió de Lemuria, y que la segunda, también muy importante, salió de la Atlántida. Ambos éxodos fueron la consecuencia de catástrofes de alcance mun- dial. Osiris Este escenario, por mucho que tenga de imaginación, es sin embargo, digno de consideración y análisis, puesto que los menciona- dos conquistadores prehistóricos llegaron al Alto Nilo con un estado político ya formado y con un rey, su ejército bien armado, su religión ya adulta y, como es natural suponer, con leyes para regular su vida como conjunto humano. La madurez de la religión, entre otras consi- deraciones, se puede juzgar por la leyenda de Osiris. El origen de Osiris, como deidad egipcia, se pierde en la profun- didad de los tiempos. Muchos autores coinciden en que probablemen- te fue un ser humano cuya personalidad adquirió tal prestigio, que se le deificó y por ello trascendió los siglos. En este caso, seguramente por haber empezado lejos de Egipto, no existe la menor idea de dónde ni cómo empezó su culto. Es probable que la explicación esté en el nombre mismo. Se dice que muchos siglos atrás no existia el Mar Mediterráneo, y que todo era tierra firme desde Europa hasta A^ica. Un cataclismo habría ocasionado la brusca fractura de lo que hoy es Gibraltar por un lado y el Mar Rojo por el otro, produciéndose un inmenso hueco, ocupado entonces por las aguas precipitadas de los dos océanos, el Atlántico por Gibraltar y el Mar Arábigo por lo que hoy es el Canal de Suez. De la conjunción de ambas aguas se habría formado el actual Mar Mediterráneo. Pues bien, a esa tierra así desaparecida bajo las aguas, las tradi- ciones ocultistas la han llamado Osiris-Ra. (40) El mencionado cataclismo, según algunas opiniones científicas, Pudo haber ocurrido en efecto, pero no recientemente, sino muchos Millones de años antes de que el hombre existiera. A pesar de esta Opinión, lo curioso del caso es que, en el fondo del Mediterráneo,se Han venido encontrando objetos y hasta esculturas que no correspon- Den a ninguna de las culturas antiguas conocidas, así como muros y Malecones que obviamente alguna vez estuvieron fuera del agua y al Servicio de la navegación. Así, pues, existe la probabilidad de que en Esas tierras, anegadas por el Mar Mediterráneo, haya estado el origen De Osiris, de Ra y del culto a ambos. Como quiera que sea, Osiris fue en Egipto el Gran dios de la luz, Del día, del bien, de la bondad y, simultáneamente, el juez de la Muerte. Fue hijo de Seb, dios de la tierra, de la vegetación, de los fru- Tos, y padre de todos los dioses menores, entre ellos Un, diosa de la Fertilidad. Osiris fue esposo y a la vez hermano de Isis. Fue asesinado por Su hermano Set, quien quiso usurpar el trono;pero Isis se lo impidió Y conservó para sí el trono, frustrando los planes del fratricida. Isis Puso los restos mortales de su esposo en un ataúd; pero luego Set los Sacó, desmembró y esparció en grandes distancias. Isis fue recogien- Do las partes del cuerpo hasta recuperarlo totalmente. Debido al episodio anterior, aquí presentado de manera muy Resumida, Set simbolizó la noche, la oscuridad, la maldad, la traición, Etc. Es decir, lo que vulgarmente se entiende por el diablo o espíritu Del mal. Y el mismo fue recordado cada día, pues se interpreta que al Comenzar las sombras de la noche, Set mata a su hermano, pero al Amanecer Horus, hijo de Osiris y de Isis, lo resucita, naciendo enton- Ces el nuevo día, esplendoroso, lleno de luz y de calor. La cosmogonía egipcia trascendió en el tiempo y acabó por lle- Gar a todos los pueblos existentes en la época. Por ejemplo, Osiris Pasó a Grecia con el nombre de Júpiter, alrededor del cual se tejió Una leyenda muy semejante a la de Osiris. Otro tanto ocurrió en Otros pueblos. Por ejemplo, en el Génesis bíblico encontramos a Adán y a Eva, representativos de Osiris y de Isis, y a Cain y Abel, Representativos de Set y Osiris. Entre los mayas están los gemelos (41) Hunab-Ku e Ixbalanqué, aunque este último en el Popol Vuh no reve- la el temperamento agresivo del Set egipcio, ni del Caín bíblico. Es probable que en el pasado haya existido un tronco común cultural, por lo menos para algunos grupos étnicos que se distinguie- ron por haber logrado notable avance, ya que, como en los ejemplos anteriores, se encuentran similitudes en otros pueblos igualmente anti- guos y más o menos contemporáneos a los primeros egipcios. Todo ello hace suponer, y seguramente con razón, que todos esos pueblos tomaron como modelo la religión egipcia, entendiéndose que es pro- bable que las raíces de esa religión se encuentren mucho más lejos en el tiempo y en la geografía. Aclaración oportuna Las alusiones que en este libro se hacen a religiones actualmente vigentes, como la cristiana por ejemplo, no llevan otra intención que la de presentar el hecho histórico tal como se le conoce, siempre que de alguna manera tenga relación importante con el tema tratado. Pre- cisamente es el caso de la cita que a continuación se transcribe y que en cierta medida avala algunas interpretaciones que se hacen en este libro: «El criterio de la iglesia cristiana está fijado por la encíclica Providen- tissimus Deus, de León XIII, del 18 de noviembre del año 1893, así como las respuestas de la comisión Bíblica, en las que se establece que el Génesis no tuvo nunca el propósito de enseñar científicamente la constitución íntima de las cosas visibles y el orden completo de la Creación, sino más bien dar un relato popular en conformidad con el lenguaje ordinario de sus contemporáneos, por lo cuítí es licito, salva- da la Creación Divina, interpretar el proceso de tal creación con arre- glo a los resultados de la ciencia.»