miércoles, 1 de junio de 2016

CAPÍTULO TRECE - RODOLFO BENAVIDES


Capítulo XIII EL REMATE QUE FALTA EN LA GRAN PIRÁMIDE El eje-meridiano de la Gran Pirámide, nos condujo astronómi- camente hasta la constelación de Virgo, hace unos 18,000 años; pero no es eso todo lo que se puede decir de este monumento. Veamos algo más. Ha habido innumerables discusiones tratando en cada caso de explicar la razón que movió a los constructores a dejar la Gran Pirá- mide sin el remate final, que naturalmente habría terminado en un vértice agudo. Las controversias a este respecto han ido desde lo tri- vial, como es suponer descuido o imposibilidad técnica —opinión a todas luces absurda—, hasta interpretaciones ciegamente religiosas, que todo lo atribuyen a intervención divina, o sea, que haga Dios lo que la incapacidad humana no pudo hacer. Hoy, debido a los conocimientos modernos sobre electrónica y otras disciplinas científicas, e) misterio parece ir desvelándose de manera lógica y pone a la vista una vez más la admirable tecnolo- gía que poseían los constructores de dicha pirámide. No hace todavía muchos años, era fácil encontrar alrededor de la Gran Pirámide pequeños fragmentos de piedra diorita asi como de cuarzo, especialmente en forma de láminas muy delgadas; se sabe con seguridad que en algunos casos estuvieron colocadas entre piedra-y piedra y todavía abundan en la construcción en pequeños trozos y fragmentos que debieron desprenderse del tallado y pu- lido de los bloques de esos mismos materiales usados para la cons- trucción. (129) Es de suponer que algunas de las piezas, según haya sido la téc- nica aplicada, pudieron haber tenido la forma de prisma para la cap- tación y luego acumulación de energía solar y tal vez cósmica. Dichos prismas, colocados en la superficie como un principio de sis- tema eléctrico, debieron de ser arrancados por el vandalismo, aunque otros muchos quizá están todavía formando parte de la Gran Pirámi- de. Una distribución técnicamente avanzada usando piedras de dÍori- ta y cuarzo, materia) que por cierto abunda en la naturaleza, vendría a ser la explicación científica de la energía que la Gran Pirámide ha venido acumulando a lo largo de los milenios, puesto que el cuarzo es un gran acumulador de energía. Para mejor entender lo expuesto, diremos, anticipando en parte lo que se dirá en el capitulo La tumba abierta, que la díorita es un compuesto mineral muy compacto y cristalizado de rocas ferromag- néticas, entre las que está el cuarzo: ambas son de abundante uso en la industria eléctrica moderna. El cristal de cuarzo tiene la particularidad de vibrar cuando reci- be ondas eléctricas de su misma frecuencia, razón por la que actual- mente se usa en receptores eléctricos y detectores de ondas ultrasóni- cas. La elasticidad y transparencia del cristal de cuarzo, lo mismo que su gran resistencia eléctrica e inalterabilidad química, hace que este mineral sea de múltiples aplicaciones industriales. Si hipotéticamente se aplican todas estas características a la Gran Pirámide, resulta mucho más fácil entender lo que se refiere a la acumulación de energia de que tanto se ha venido hablando última- mente, incluso con absurdas exageraciones. También se entenderá mejor k> que diremos a continuación. Grandes trabes y cerramientos cíe este tipo, que durante milenios han resistido enorme peso. necesa- riamente tuvieron que ser de piedra sumamente dura, como leí dionla. por ejemplo, lo que expiiciiria entre otras razones el porqué de ¡a acumulación de energia. (131) Actualmente se ha generalizado el conocimiento de que la ener- gia eléctrica escapa fácilmente hacia e! espacio por todo conductor terminado en punta, y cuanto más aguda sea la punta, más fácilmente escapa. Por esta razón en todos los aparatos eléctricos como radios, televisores, computadoras, etc., los técnicos vigilan que los cuerpos conductores nunca terminen en punta sin aislar. La fotografía Kirlian Es importante observar que actualmente la fotografía Kirlian, llamada también electrofotografía y en algunos casos fluviografía, demuestra gráficamente y hasta en color la forma de halo luminoso o luminiscente que se desprende de los cuerpos. Este fenómeno, muy parecido a un resplandor —de donde le ha venido el nombre de coro- na—, produce un efecto semejante a la corona solar, y es de color iri- discente debido a las corrientes eléctricas oscilantes de alta tensión. Todo ello ocurre sin intervención del calor: basta solamente que el cuerpo que se estudia reciba luz. Corona solar. En todos los objetos se observa un efecto semejante a la corona solar al ser fotografiados por el procedimiento Kirlian. (132) Dicho resplandor tiende a esparcirse, para luego desaparecer al alejarse del objeto que se estudia. El conocimiento de la energía que se acumula y desprende de los cuerpos no es improvisado, ni siquiera muy reciente. Ya a finales del siglo pasado el científico Nicola Tesala inventó una bobina eléctrica para tomar fotografías, en las que aparecían ciertos destellos o radia- ciones que se desprendían de los cuerpos vivos. Este fenómeno ocu- rría de manera muy especial en los dedos de las manos, cambiando la intensidad según fuera el estado emocional del sujeto. Inspirándose tal vez en estos experimentos, el doctor inglés Wal- ter Kilner, experimentó hacia 1908 con cristales especiales, con los que pretendía distinguir ciertas fosforescencias que él sabía que se desprendían del cuerpo humano. Estos experimentos hicieron pensar en el aura humana; pero la fotografía Kírlian, con película en color, revela que la luminosidad y las radiaciones que aparecen en la fotografía se desprenden en reali- dad de toda especie animal, vegetal y mineral. En el caso específico de los seres humanos, ya se está pensando en la vieja hipótesis de los campos de energía vital o campo de vida, que naturalmente son eléc- tricos y de los que hablan las escuelas ocultistas. Por el momento hay que concluir que se trata de energía previa- mente acumulada en el cuerpo en cuestión e irradiada posteriormente. Asi, pues, a reserva de nuevas investigaciones, se puede aplicar este dato a todo objeto, y lo mismo a las pequeñas pirámides de cartón o de cualquier otro material no aislante que a las pirámides egipcias. Las variaciones que se encuentren dependerán siempre del tipo de material usado así como de otros» múltiples factores, como son los cósmicos, que parecen ser los que más afectan a las pirámides egip- cias, particularmente a la Gran Pirámide. De lo dicho fácilmente se deduce que los constructores de la Gran Pirámide también conocían estos fenómenos y que, seguramen- te debido a ese conocimiento, no pusieron el remate final en la Gran Pirámide, dejando la construcción en forma truncada, haciendo con ello que se acumulara y conservara la energía que hoy se supone que contiene. (134) Algunos experimentos muy sencillos La Gran Pirámide quedó orientada desde su origen hacia el eje olar y no hacia el polo magnético, lo cual revela un gigantesco cono- imiento del mundo. Hoy se sabe que el polo magnético es errático, ue siempre ha estado en movimiento y que en la actualidad se está-- Los constantes corrientes magnéticas N-S y S-N convierten a la Gran Pirámide en un imán o magneto; por tanto, la acumulación de energía en la misma no se debe a misterio mágico alguno, como muchas personas lo suponen. (135) desplazando unos 5 metros cada mes. Como quiera que sea, el polo magnético da una primera explicación a la energía captada y acumulada por la Gran Pirámide, puesto que desde los días de su construcción ha estado recibiendo constantemente las corrientes magnéticas N-S y S-N. Pero se puede objetar que todo edificio recibe ese mismo efecto magnético. Eso es verdad y ya se ha comprobado de muchas mane- ras; sin embargo, tal vez ninguna construcción reúna las característi- cas necesarias para poder condensar al máximo las corrientes magné- ticas polares y luego producir en su interior las polaridades, una hacia la tierra y la otra hacia el cosmos, cosa que sí debe ocurrir en la Pirá- mide debido a la homogeneidad de los materiales usados, como la diorita y el cuarzo, y a lo compacto de su construcción monolítica. En una palabra: la Gran Pirámide es una especie de magneto. En cambio, las pequeñas pirámides de cartón o de otros materiales que en la actualidad se están fabricando no pueden producir los mismos efectos, ya que tendrían que sujetarse a varias condiciones, entre otras, una perfecta orientación N-S, y en campo abierto, a fin de esperar los mejores resultados. El mismo resultado, y tal vez hasta mejor, se obtendrá sí se colo- ca una pequeña pirámide de cualquier material no aislante entre los dos polos de una magneto de cierta potencia —o sea, en una de las caras el polo positivo y en la opuesta el polo negativo—: así se produ- cirá un campo magnético, y con ello algunos de los efectos que se buscan. A este fenómeno en algunos casos se le viene llamando ener- gía biocósmica. Esperamos que lo dicho aclarará lo que algunos^autores siguen sosteniendo como magia y misterio en relación con la Gran Pirámide. El autor ha hecho el siguiente experimento, que el lector podrá repetir con facilidad: sumérjase una hoja de afeitar, ya usada, en un vaso de agua destilada colocado entre los dos polos de una magneto (imán). El resultado, por lo general, es notable, tal vez hasta superior a lo que se dice que sucede dentro de una pequeña pirámide de cartón, madera, etc. De esto se deduce que, básicamente, son las corrientes magnéticas producidas por el magneto lo que produce el (136) fenómeno, fenómeno natural que tal vez se extenderá en el futuro a otros muchos usos, por ejemplo, los domésticos, a fin de conservar mejor los alimentos. El mismo experimento de la hoja de afeitar se hizo con vino de mesa: se colocó un vaso entre los polos de una magneto, y otro vaso fuera del campo magnético para poder establecer la comparación, y al final el vino imantado adquirió en pocas horas un sabor mejor que el no imantado. Asimismo, se hizo el experimento con carnes y frutas en muy pequeñas cantidades, resultando que lo imantado resiste un poco más a la descomposición. Es de notar que los magnetos usados eran de poca potencia, pues son de los que se pueden conseguir fácilmente en un comercio especializado en este tipo de materiales. Quiere decirse que con un equipo mejor, los resultados podrían ser mejores. Todo cuerpo acumula energía. Desde el siglo pasado se sabe que el ser humano, en cuanto cuer- po viviente, contiene electricidad, en diversos grados de intensidad según los individuos, y que lo mismo ocurre en todos los animales y plantas. Experimentos recientes han demostrado que las primeras mani- festaciones de vida sobre nuestro planeta empezaron por la acción de la electricidad latente en la atmósfera, que actuó como organizadora de los elementos primarios hasta convertirlos en un principio en ami- noácidos, y que de igual manera ha seguido organizando y evolucio- nando la vida hasta nuestros días. De*ahí ha partido la lógica idea de que, si todo el Universo está lleno de electricidad, igualmente debe actuar en todos los cuerpos estelares existentes sobre los respectivos elementos primarios que en cada uno pueda haber, o sea, crear vida. En consecuencia, no hay razón para negar que pueda haber vida inteligente en otros planetas. En los tiempos actuales, y debido al nivel en que se encuentran las investigaciones científicas, se ha comprobado lo dicho en ciertos fenómenos sorprendentes: por ejemplo, en la vida marina abundan (137) especies que son verdaderas baterías eléctricas, y otro tanto se puede decir de insectos, lombrices, hongos, etc. Naturalmente esto no se limita a las especies animales irracionales, sino que también en los seres humanos se ha encontrado el fenómeno llamado bioluminiscen- cia —que es totalmente de origen eléctrico—, por ejemplo, en ciertas heridas, en la orina, en la respiración, por la boca al hablar, etc. Esto último nos recuerda lo que la Biblia dice de Moisés, cuando al entre gar las tablas de la ley despidió fuego por la boca. Claro está que no es electricidad lo que se ha visto o detectado de alguna otra manera, sino el efecto producido en el organismo por reacciones químicas debidas a la intervención de la electricidad. Obviamente, no sólo los cuerpos vivos, sino también los minerales tienen campos eléctricos. (De esto hablaremos con detalle más adelante.) Algunos de los minerales, debido a su natural compo- sición, contienen electricidad en importante voltaje. Así, pues, vivi- mos positivamente inmersos y saturados de corrientes eléctricas, tal* como vivimos inmersos en el aire. A este fenómeno vital, observado desde muy antiguo, se le llamó en sánscrito Prana. De todo esto resulta que absolutamente todo material es simultáneamente acumulador, transformador y proyector de la ener- gia eléctrica emanada originalmente de nuestro centro galáctico. O dicho de otro modo: nuestro principal centro generador de dicha energía probablemente sea el centro de nuestra propia galaxia, que a su vez se alimentará de otros centros superiores. Partiendo de estos-conocimientos, ya de tiempo atrás estableci- dos, sucede que toda la vida, durante la existencia de cada ser, depen- de del centro eléctrico o energético de la galaxia, energía que pasa al Sol y de ahí al centro de energía terrestre. Del mismo modo, dicha vida a su vez usa y transmite la energía captada del medio en que vive, ya sea un ser humano o un planeta. Hemos expuesto todo esto a grandes pinceladas y en un lenguaje fácil y popular para ponerlo al alcance de todas las capacidades mentales y, desde luego, limitando la exposición a nuestra galaxia, a nuestro Sol y a la Tierra. En realidad, estamos inmersos en ondas diversas de toda índole, unas ya conocidas, otras supuestas y otras (138) que seguramente se ignoran, todas ellas procedentes del infinito número de galaxias, nebulosas, estrellas, etc., que existen en el infinito Universo. En otro capítulo hablaremos de este mismo tema, comentando cómo las manchas solares despiden ondas magnéticas que afectan profundamente a las comunicaciones eléctricas terrestres, a la propia corteza terrestre, a la psiquis humana, a las plantas, etc. La explicación anterior viene al caso, porque recientemente han aparecido libros a nivel popular que hablan de la energía de la Gran Pirámide como de algo mágico, misterioso, desconocido y a la vez vulgar, La forma de cuatro lados que tiene la Gran Pirámide, todos dios perfectamente orientados hacia los cuatro puntos cardinales, le da la polaridad Norte-Sur. Al encontrarse bajo un hermoso cielo transparente desde hace milenios, naturalmente ha podido acumular mucha energía procedente del Sol. La energía cósmica de nuestra galaxia llega también a la Gran Pirámide a través de las estrellas, de las nebulosas, de la luna, etc. Esa acumulación de energía ocurre igualmente en todas las montañas. La prueba está en que pueblos antiguos lo percibieron aunque no lo entendieran, de donde nació la idea de las montanas sagradas. Pero, en el caso de la Gran Pirámide, se entiende que la acumulación de energía debe ser mayor que en las montañas, porque debido a su forma geométrica, que ofrece las cuatro caras hacia el infinito, hace que de manera natural las diversas radiaciones cósmi- cas lleguen de manera directa y tiendan a concentrarse en el eje y cen- tro de la^Pirámide, viéndose favorecido este efecto por el material casi homogéneo de que consta y del que ya se habló. Este viene a ser un caso no igual, pero si parecido, al de los discos parabólicos usados comúnmente en la recepción y transmisión de las ondas de televisión. Es de suponer que algo semejante pueda ocurrir en todas las pirámides existentes en el mundo, incluyendo las mayas, aztecas, tol- tecas, etc. Pero el fenómeno es seguramente mucho menos notable e importante, debido a que la forma geométrica es otra, en algunos de los casos con trazos verticales y algunos hasta dirigidos hacia el (139) Durante milenios, la Gran Pirámide ha estado recibiendo en sus cuatro Caras enorme cantidad de energía solar. También recibe energía cósmica de la galaxia a través de las estrellas De la luna,etc. suelo. Por otra parte, los materiales usados generalmente distan mucho de ser homogéneos y, por lo mismo, nada compactos, abun- dando por lo general el barro. Ya se dijo antes que todo cuerpo vivo o mineral, en más o en menos, es acumulador, transformador y proyector de energía eléctri- ca, como ha sido demostrado por la fotografía Kirlian. La Gran Pirá- mide es precisamente eso: un gran acumulador de energía electro- magnética. Lo único que todavía se desconoce, por lo menos a nivel popular, es cómo se ha transformado y cómo se proyecta en la Gran Pirámide esa energía. Es de suponer que cuando todo esto se conozca ampliamente, permitirá construir grandes acumuladores para benefi- cio general del ser humano. Como se puede apreciar, ya en estos momentos la magia y el misterio mágico atribuidos a la Gran Pirámide no existen, puesto que la ciencia moderna sí está en condiciones de explicar todo lo que pue- da haber a este respecto.'Lo único que hace falta es que las condicio- nes hoy tan bélicas en Medio Oriente se calmen, para que se puedan hacer las investigaciones correspondientes. Como conclusión a este capítulo, es oportuno hablar de la teoría científica que dice que la excitación atómica en el Sol, en todas las estrellas y en el espacio interestelar, produce un tipo de luz constante y fría. Luz sin temperatura y sin sombras, que, según se dice, penetra hasta en las cavernas más profundas asi como en el interior de todos los cuerpos y organismos. Como es natural, provoca cambios biológi- cos imprevisibles y difíciles de detectar con los medios con que hoy se cuenta. Algo de esto debe de suceder cuando se incrementa la activi- dad salar, identificada por el aumento de tamaño de las manchas solares. Ciertamente, esta teoría bien podría ser, por lo menos en parte, la explicación a la momificación de los cuerpos de animales que se han encontrado en los pasillos interiores de la Gran Pirámide. Hay muchos ejemplos que se podrían citar referentes a la ener- gía que los cuerpos acumulan. El siguiente capitulo presenta uno de ellos, sencillo y fácil de comprobar objetivamente (141)