martes, 9 de octubre de 2012

EL DÍA QUE ASESINARON AL CHE (Según el historiador O¨Donnell)


youtube-Subido por argentinaprohibida el 08/10/2010 Documental en 4 videos- "El Día que Mataron al Che" realizado por Pacho O´Donnell.Sus últimas horas en Bolivia,el diario, la gente, los americanos, el cerco,el momento del asesinato, el santo para los pobladores de Higueritas, testimonios , notas, entrevistas a quienes participaron de esa jornada de la que hoy ,8 de Octubre se cumplen 44 años.... --------------------------------------------------------------

EUTIMIO (El Che; mambises )


WIKIPEDIA- INFOBAE.COM 08-10-12 | CULTURA Pacho O´Donnell: "En la Argentina hay un falso respeto hacia el Che" Por Rodrigo Duarte rduarte@infobae.com
El escritor e historiador reedita su aclamada biografía del líder guerrillero, a 45 años de su muerte en una escuela en Bolivia. En diálogo con Infobae.com, analiza los motivos de su inmortalidad y revela detalles de la relación secreta con Juan Domingo Perón Tras la oleada de obras dedicadas a Ernesto "Che" Guevara que innundaron las librerías en el año 1997, con motivo de los 30 años de su muerte durante la fracasada campaña boliviana, parecía que no era mucho lo que quedaba para ser contado de la vida del mito guerrillero. Sin embargo, Pacho O'Donnell, quien comparte nacionalidad, profesión, clase social ("rama pobre de familia rica", según su definición) y hasta problemas respiratorios con el héroe de la Revolución Cubana, quería leer una biografía que priorizase su vida en la Argentina y sus días finales en la selva, esos desesperados momentos antes de que entrase en la historia para siempre. Y como ese libro no existía, entonces tuvo que escribirlo. Publicado originalmente en el 2003, Che: el argentino que quiso cambiar el mundo, cuenta con históricos testimonios y entrevistas obtenidas alrededor del mundo durante los casi dos años que duró la escritura del libro que este mes Sudamericana vuelve a editar. En diálogo con Infobae.com, O´Donnell reconoce que el intenso proceso de investigación hizo que nunca más pudiese despegarse de su figura, a la que define como un "ejemplo demasiado alto para todos los hombres". Mambises El término mambises (mambí, en singular) se utiliza para referirse a los guerrilleros independentistas cubanos, soldados que en el siglo XIX participaron en las guerras por la independencia de Cuba. Contenido [ocultar] 1 Origen de la palabra 2 Las tropas mambisas 3 Notas 4 Bibliografía [editar]Origen de la palabra La palabra mambí viene asociada a Juan Ethnnius Mamby "Eutimio Mambí", oficial negro que desertó del bando español,1 un líder que luego peleó contra los españoles en Santo Domingo, cincuenta años antes del inicio de la Guerra de los Diez Años en Cuba. También puede referirse a una palabra aborigen que designaba la rebelión contra los caciques que vivían escondidos en los bosques.2 Los soldados españoles, notando las tácticas similares en el uso del machete de los revolucionarios cubanos, comenzaron a referise a ellos como los "hombres de Mambí", lo que luego se acortó diciendo "mambí" o "mambises". [editar]Las tropas mambisas Estaban compuestas por cubanos de todas las clases sociales, desde esclavos, negros y mulatos libres, hasta terratenientes como Carlos Manuel de Céspedes, conocido como el Padre de la Nación Cubana, que dieron todo por la libertad e independencia de Cuba. Cabe destacar la participación en la guerra de independencia de Cuba de oficiales y soldados de otros países, como Henry Reeve, conocido como El Inglesito, el polaco Carlos Roloff y el dominicano Máximo Gómez. A este último, conocido como el Generalísimo se le considera autor de la primera carga al machete del Ejército Libertador cubano, que se convertiría en una de las tácticas principales de los mambises. También llegó a ser propuesto para candidato a la Presidencia de la República, lo cual no aceptó. Otros conocidos mambises fueron los generales Antonio Maceo, quien se destacó por su valentía y talento militar, así como por su protagonismo en la Protesta de Baraguá y Guillermo Moncada el llamado Gigante de ébano. ↑ El problema dominicano fue estudiado por Cristóbal Robles Muñoz en "Paz en Santo Domingo", Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1987 [editar]Bibliografía Moreno Fraginals, Manuel, "Cuba-España, España-Cuba Historia común". Grijalbo Mondadori. Barcelona, 1995 . ISBN 84-397-0260-4 Emilio de Diego García, Weyler, de la leyenda a la Historia. Fundación Cánovas del Castillo, Madrid, 1998. ISBN 84-88306-48-2 Gabriel Cardona y JuanCarlos Losada, "Weyler, nuestro hombre en La Habana" . Planeta, Barcelona, Segunda edición 1988. ISBN 84-08-02327-6 Perinat Mazeres,Santiago, "Las Guerras Mambisas".Ediciones Carena,Barcelona,2002. ISBN 84-88944-96-9 ------------------------------------------------ ¿Y EUTIMIO? Pacho O’Donnell “Che, el argentino” confirma que Soderberg es un talentoso director y que del Toro es un magnífico actor. Además se nota un meticuloso estudio de las circunstancias de la guerra de la Sierra Maestra, con un notable verismo en caracterizaciones y vestimentas. También es indudable que Ernesto Guevara ha sido objeto de una profunda investigación acerca de su personalidad introvertida e irónica que contrastaba con la extroversión caribeña de sus camaradas, asimismo de su habla argentina con alguna tonalidades y modismos cubanos. Tampoco faltan sus tics como el de aspirar bruscamente por la nariz moviendo la boca hacia la izquierda. Asimismo, y lo digo como asmático crónico, su recurrente asfixia está reflejada en su dramatismo y conmueve que el Che haya sido capaz de hacer lo que hizo aquejado de un mal tan invalidante. Agravado además por lo tórrido y húmedo de la selva cubana ( también lo serían el Congo ecuatorial y la Bolivia tropical,) lo que no impidió que fumara enormes y humeantes cigarros, como desafiando a tan poderoso enemigo. La historia es respetuosa a la verdad histórica aunque, aquí está el principal defecto del film, recortando aquellas vicisitudes que sirvieron al guionista para dibujar al Che como una figura sin mancha, excesivamente humanitario y consecuente. Por supuesto que mucho de esto hubo pero era humano y habitado por contradicciones y defectos. Y lo de Sierra Maestra fue una guerra y Guevara mató y ordenó matar como correspondía. Lo remarcable es que algunas escenas que parecerían corresponder a una exageración hollywoodense como aquella en la que el Che arrebata el bazooka a uno de sus hombres y en el primer disparo le acierta y destruye el fuerte del Uvero responden a la realidad. Algo que se nos escatima es que por ser extranjero y médico, el Che se vio forzado en no pocas oportunidades a desarrollar acciones que convencieran a los demás, quizás también a sí mismo, de su compromiso con la revolución castrista. De allí su coraje que lo llevaba a ir siempre al frente de sus hombres con serio riesgo de su vida. También, como tiempo más tarde lo haría al presidir los juicios sumarísimos y fusilamientos en la fortaleza de La Cabaña, hacerse cargo de tareas sucias que los demás rehuían. En el film de Soderberg la condena a muerte de los supuestos traidores-desertores que decide el Che sin juicio se resuelve en un fusilamiento. La verdad histórica fue que el mismo Che, ante la vacilación de sus hombres de cumplir con la ejecución, desenfundó su pistola , la apoyó en la sien de Eutimio Guerra y disparó. El mismo lo cuenta en su diario: “La situación era incómoda para la gente y para él, de modo que acabé con el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola 32 con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto”. No sería esa la única vez. La ausencia de esa escena no es banal, apunta a privar al espectador de la complejidad de la personalidad del Che, alguien cuyas convicciones en ocasiones lo acercaban al fanatismo y cuya pasión por la disciplina me fue relatada por algunos de sus colaboradores como emparentada con la crueldad. ¿Desmerecería esto la figura del Che? En absoluto, porque lo aleja de la heroicidad y lo aproxima a la condición de humano y ello hace aún más rutilantes las acciones extraordinarias que fue capaz de llevar a cabo. Es remarcable la obsesión por ser leales a la verdad histórica, que por ejemplo hace que los personajes secundarios sean desempeñados por actores de extraordinario parecido con los reales, como es el caso de Aleida March, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro, Víctor Bordón, Juan Almeida, Ciro Redondo, Orlando Borrego, y demás, lo que puede ser apreciado sólo por especialistas del tema o por cubanos. La caracterización de Fidel, en cambio, no es tan feliz aunque la voz y los movimientos son fidelísimos. Puede suponerse que el guión y la película terminada hayan tenido que pasar la aprobación del muy celoso gobierno cubano lo que explicaría la versión excesivamente acrítica a la que nos hemos referido. En cuanto al guión, algunas líneas argumentales están insuficientemente desarrolladas y el público no entendido no las comprenderá cabalmente. Por ejemplo “El vaquerito”, de quien sólo se muestra su muerte en acción, era el jefe del “Batallón Suicida” y fue célebre por sus acciones de insólita audacia, ninguna de ellas reproducida en el film (no fue suya la idea de avanzar destruyendo las paredes de las casas), por lo que el dolor del Che ante su muerte no es comprensible. Tampoco es clara su tajante antipatía por García Menoyo, ya que no se explica ni se muestra que era jefe de otra columna combatiente que no reconocía a Fidel y a quien el Che adjudicaba más petulancia y oportunismo que méritos de combatiente. En cuanto a la decisiva toma de Santa Clara, filmada con nervio y maestría, se da excesivamente por sobreentendida la importancia del tren blindado que traía refuerzos y armas para los gubernamentales y que de no haber descarrilado hubiera hecho imposible el triunfo de los rebeldes. Tampoco se explica porqué Guevara aparece con su brazo enyesado, lo que se debió a una caída desde el techo de una casa. Quizás estas nubes argumentales sean el precio de haber filmado dos películas en muy corto espacio de tiempo. Lo que es de celebrar es su título, “Che, el argentino”, que refirma la verdadera identidad de Guevara, en contraposición a la campaña de “cubanización” con la que gran parte de nuestra izquierda y de nuestro progresismo ha sido cómplice. Guevara vivió 39 años de los que transcurrió en Cuba solo 8, es decir el 20% de sus días. No sólo nació argentino sino que también murió argentino pues al alejarse de Cuba renunció a la nacionalidad cubana. Por otra parte todos aquellos a quienes entrevisté para escribir su biografía destacaron su “argentinidad”: mantuvo su habla porteña salvo en sus discursos en los que se expresaba en “cubano”, canturreaba tangos, bebía mate incansablemente, se mantuvo siempre al tanto de las noticias de su tierra natal. Por otra parte no fue casualidad que muriera a pocos centenares de kilómetros de la frontera argentina, seguramente preparando una incursión armada en su patria. El film tiene un gran final cuando el Che reprende a algunos de sus colaboradores por desplazarse en un fastuoso automóvil último modelo que había pertenecido a algunos de los jerarcas batistianos huidos a Miami. Y ello, lo que responde con veracidad a la mística revolucionaria del Che que jamás se permitió un privilegio, marca la diferencia con otros de los combatientes que brillaron en la etapa heroica de Sierra Maestra pero que luego, ostentando su mérito revolucionario, se convertirían en burócratas que, cincuenta años después, continúan ocupando muchos de los más elevados cargos del gobierno castrista al peor estilo de la inamovible gerontocracia soviética. Y eso valoriza la pasión ética del guerrillero argentino que renunció a honores y prebendas para perder la vida en pos de sus ideales.