martes, 3 de marzo de 2015

Profesionales del fuego: la dura batalla de los incendios forestales

Cómo sobrevivir a una erupción volcánica Creado por Pamela Gonzalez, WikiVerificador


Cómo sobrevivir a una erupción volcánica Creado por Pamela Gonzalez, WikiVerificador 3 partes:Prepararse para una erupciónPermanecer seguro durante la actividad volcánicaProtegerte después de la erupción La actividad volcánica puede causar explosiones llamadas erupciones plinianas, las cuales lanzan rocas, ceniza y gas a cientos de metros en el aire. A pesar de que no todos los tipos de erupciones volcánicas son tan dramáticas, todas pueden ser peligrosas. Por fortuna, la mayoría de volcanes se monitorean con cuidado y por lo general los científicos pueden proporcionar una alerta anticipada en caso de un acontecimiento serio. No obstante, si vives cerca de un volcán o tienes la oportunidad de visitar uno, siempre corres el riesgo y es importante saber cómo prepararse para una erupción y cómo escapar con vida. Parte 1 de 3: Prepararse para una erupción Survive a Volcanic Eruption Step 1 Version 2.jpg 1Conoce el sistema de alerta de tu comunidad. Si vives cerca de un volcán, es muy probable que tu comunidad tenga un plan establecido para alertar a las personas en el caso de que el volcán haga erupción. En muchos casos se usan alarmas para avisar a la gente que el peligro es inminente. Las estaciones de radio locales también emitirán recomendaciones importantes. Debido a que cada región es un poco diferente, es importante conocer los procedimientos específicos de alerta de tu área.[1] Tan pronto como escuches la alarma, enciende la radio para ver qué aconseja la agencia local de manejo de emergencias. Es posible que te digan que permanezcas adentro, que te alejes de ciertas áreas o, en casos extremos, que evacúes. Si no vives en el área y solo eres un viajero de paso, igualmente debes estar familiarizado con el sistema de alerta de la región, así sabrás qué significa cuando oigas la alerta. Anuncio
Survive a Volcanic Eruption Step 2 Version 2.jpg 2Familiarízate con los procedimientos de evacuación. Si vives cerca de un volcán investigado y monitoreado a profundidad, es probable que puedas obtener un mapa de las zonas peligrosas en tu agencia local de manejo de emergencias o, en los EE.UU., en el servicio geológico de los Estados Unidos. Con esa información puedes hacerte una idea del grado de seguridad de tu casa o lugar de trabajo y planear la mejor ruta de escape. Debido a que las erupciones volcánicas son complejas y, en cierta medida, impredecibles, debes tener varias rutas alternativas para alcanzar una o más "zonas seguras". Survive a Volcanic Eruption Step 3 Version 2.jpg 3Desarrolla un plan de evacuación familiar. Piensa en lo que necesitarás hacer si escuchas las alarmas. Planea a dónde irá tu familia exactamente y averigua la forma más segura de llegar hasta ahí. Ten en cuenta que si el cielo se llena de cenizas, no podrás viajar muy lejos en auto, ya que la ceniza interfiere con los mecanismos de los motores y evita que funcionen correctamente. Conversa con cada miembro de tu familia acerca del plan de evacuación. Asegúrate de que todos sepan exactamente qué hacer y dónde encontrarse. No te olvides de incluir a tus mascotas en el plan de evacuación. Una buena idea es tener una lista de control para que estés seguro de que no olvidas a nadie o nada en aquel momento. Incluye una lista de las personas y los animales que deberán estar presentes, las posesiones que te llevarás y las acciones rápidas que podrías realizar para cerrar tu casa y así evitar el mayor daño posible. Survive a Volcanic Eruption Step 4 Version 2.jpg 4Abastécete de lo que necesitarás. Guarda en tu hogar un suministro de comida y agua transportable mínimo para 3 días. En caso ocurra una erupción, la provisión de agua podría contaminarse, así que no puedes contar con tu pozo o el agua pública. Mantén todas tus provisiones en un lugar, por ejemplo, un contenedor grande que puedas cargar, de modo que los puedas llevar rápidamente si necesitas evacuar. Además del agua y la comida, abastécete de los siguientes elementos: Botiquín de primeros auxilios Sábanas y ropa abrigadora Radio a batería y baterías nuevas para que puedas escuchar las recomendaciones si se va la luz Medicamentos necesarios Mapa de la región Survive a Volcanic Eruption Step 5 Version 2.jpg 5Debes estar preparado si viajas cerca de un volcán. Si vas a visitar un volcán, el conocimiento será tu protección más importante. Antes de ir al volcán, consulta con las autoridades locales y sigue sus recomendaciones o advertencias. Aprende sobre los peligros que podrías encontrar en el área del volcán y, de ser posible, consigue un guía respetable para que te acompañe. Si vas a escalar o caminar cerca del volcán, debes llevar algunos elementos de supervivencia que te ayudarán en caso quedes atrapado afuera y sin acceso a un refugio. Necesitarás un respirador y gafas de protección, los cuales resguardarán tu cara y te ayudarán a respirar. Lleva pantalones largos y camisetas de manga larga. Lleva mucha agua por si quedas atrapado de forma inesperada por el flujo de lava. Asimismo, no hagas esfuerzos excesivos, ya que no podrás reaccionar rápido y correr por tu vida, de ser necesario, si estás fatigado. Parte 2 de 3: Permanecer seguro durante la actividad volcánica Survive a Volcanic Eruption Step 6 Version 2.jpg 1Escucha los consejos de la radio o televisión si escuchas las alarmas. Cuando un volcán hace erupción, debes encenderlos inmediatamente para determinar si estás en peligro inmediato en tu ubicación actual y también para saber qué sucede a tu alrededor. Estos consejos serán tus "ojos" para poder ver el panorama de forma amplia y te ayudarán a evaluar la situación y a tomar las decisiones correctas. Es muy probable que las alarmas sean la primera alerta de una erupción, pero también puedes recibir otras indicaciones de que algo no anda bien. Si ves una columna de escombros que se eleva desde el volcán o sientes un terremoto, entonces sintoniza tus aparatos de inmediato. Asegúrate de que tu radio a batería funcione en caso de que se vaya la electricidad. Es una manera importante para estar conectado y saber las actualizaciones que podrían afectar tu seguridad. Survive a Volcanic Eruption Step 7 Version 2.jpg 2No ignores las instrucciones de emergencia. En la mayoría de los casos te dirán que permanezcas adentro, pero en otros podrían ordenarte evacuar. Es extremadamente importante que sigas las recomendaciones, sean cuales fuesen, para garantizar la seguridad de tu familia. Y aún más importante, si te dicen que evacúes, entonces hazlo inmediatamente. Por el contrario, si no te ordenan evacuar el área, permanece donde estés a menos que veas un peligro inmediato. Ir por las pistas puede ser más peligroso que quedarse en casa. En erupciones recientes han muerto muchas personas debido a que no acataron la orden de evacuación. Si tienes la suerte suficiente como para obtener una alerta con antelación, úsala sabiamente en lugar de quedarte en el sitio. También es importante evacuar el área tan pronto como sea posible luego de la orden. Si esperas mucho tiempo, luego tendrás que lidiar con la caída de la ceniza, lo cual atascará el motor de tu vehículo y será más difícil salir. Survive a Volcanic Eruption Step 8 Version 2.jpg 3Entra a algún lugar si estás en el exterior. A menos que necesites evacuar, el lugar más seguro es dentro de una estructura fuerte. Cierra todas las ventanas y puertas para protegerte de las cenizas y bloques ardientes.[2] Asegúrate de que todos los miembros de tu familia estén adentro y que tu provisión de emergencia de comida y agua también esté adentro contigo. Si tienes ganado, llévalos a su refugio y cierra las puertas y ventanas. Si tienes tiempo, protege la maquinaria en un garaje. Survive a Volcanic Eruption Step 9.jpg 4Ve a terrenos elevados si no puedes encontrar un refugio. Los flujos de lava, lahares, flujos de lodo e inundaciones son comunes en una gran erupción. Todos pueden ser mortales y tienden a viajar por valles y áreas bajas. Sube a terrenos más altos y quédate ahí hasta que confirmes que el peligro ya pasó. Survive a Volcanic Eruption Step 10.jpg 5Protégete de los piroclastos. Además de ir hacia terrenos más altos, también debes tratar de escudarte de los piroclastos, los cuales son rocas o escombros (algunas veces ardientes) que salen volando durante una erupción. Lo más importante es tener cuidado y salir de su rango de alcance. Algunas veces literalmente llueven encima y en algunos tipos de erupciones, como la ocurrida en el monte San Helens en 1980, pueden aterrizar a kilómetros de distancia del cráter del volcán. Protégete y posiciónate bajo la línea de riscos de los montes, en el lado opuesto al volcán. Si quedas atrapado en una lluvia de piroclastos pequeños, agáchate hacia el piso en dirección contraria al volcán y protege tu cabeza con tus brazos, una mochila o cualquier otra cosa que encuentres. Survive a Volcanic Eruption Step 11.jpg 6Evita la exposición a gases venenosos. Los volcanes emiten varios gases y, si estás cerca a uno cuando hace erupción, estos gases podrían ser mortales. Usa un respirador, una máscara o un pedazo de tela húmedo para proteger tus pulmones de las nubes de ceniza y trata de alejarte del volcán lo más rápido que puedas. No permanezcas cerca del piso, ya que algunos de los gases más peligrosos son más pesados que el aire y se acumulan cerca del piso. Protege tus ojos también. Usa gafas protectoras si tu máscara no cubre tus ojos. Mantén tu piel cubierta con pantalones largos y una camiseta de manga larga. Survive a Volcanic Eruption Step 12.jpg 7No intentes cruzar áreas geotérmicas. Las zonas calientes, géiseres y pozos de barro ácido son comunes en los volcanes. El suelo cercano por lo general es muy delgado y una caída podría causarte quemaduras graves o incluso la muerte. Nunca intentes cruzarlos durante una erupción, o en todo caso, crúzalos solo en caminos marcados y seguros . Los flujos de lodo y las inundaciones que siguen a una erupción matan a muchas más personas que los piroclastos o la lava. Puedes estar en peligro incluso a muchos kilómetros de distancia del volcán. Nunca intentes cruzar un flujo de lava o un lahar. Incluso los flujos que parecen estar fríos pueden simplemente haber formado una delgada corteza por encima de un centro de lava en extremo caliente. Si cruzas un flujo de lava, corres el riesgo de quedar atrapado entre dos flujos si otro se desarrolla repentinamente. Parte 3 de 3: Protegerte después de la erupción Survive a Volcanic Eruption Step 13.jpg 1Permanece en el interior hasta que indiquen que es seguro salir. Mantén la radio encendida y permanece en el interior hasta que sepas que el peligro ha pasado y eres libre de salir. Incluso luego de que la erupción haya acabado, es posible que te recomienden permanecer adentro hasta que deje de caer la ceniza. Si sales antes de que se diga que es seguro, asegúrate de cubrir tu cuerpo de pies a cabeza y de respirar a través de un respirador o trapo húmedo. Bebe solo agua embotellada hasta que se indique que el agua del grifo está limpia. Si vez cenizas en cualquier fuente de agua, no la bebas.[3] Si la ceniza cae durante muchas horas, es posible que los oficiales recomienden evacuar incluso después de que la erupción haya terminado. Esto se debe a que la ceniza es tan pesada que puede ocasionar la caída de los techos y crear situaciones peligrosas para las personas en el interior. Survive a Volcanic Eruption Step 14.jpg 2Aléjate de las áreas con una fuerte caída de ceniza. La ceniza volcánica está compuesta de diminutas partículas similares al vidrio que son dañinas para los pulmones. No camines o manejes en áreas cercanas al volcán y con mucha ceniza acumulada. Enciende la radio para saber cuáles fueron las áreas más afectadas. Mantener lejos la ceniza es particularmente importante para las personas con enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis. Tampoco manejes a través de áreas con una fuerte caída de ceniza. La ceniza obstruirá tu motor y lo arruinará.[4] Survive a Volcanic Eruption Step 15.jpg 3Limpia la ceniza de tu casa o propiedad. Una vez que sea seguro salir, necesitarás limpiar la ceniza de tu techo y otras áreas. La ceniza es muy pesada y puede ocasionar la caída de los techos, especialmente si está húmeda. Si el viento la levanta, será dañina para aquellos que la respiren.[5] Usa pantalones largos, camisetas de manga larga y cubre tu boca con una máscara para que no respires la ceniza. Deberías usar también gafas protectoras. Palea la ceniza en bolsas de basura, luego ciérrelas y deséchalas según las recomendaciones de tu comunidad. La ceniza puede ser resbalosa, así que ten cuidado. No enciendas tu aire acondicionado o abras tus conductos de ventilación hasta que hayas retirado la mayor parte de la ceniza.[6] Survive a Volcanic Eruption Step 16.jpg 4Consigue atención médica si es necesario. Debes recibir de inmediato tratamiento médico para quemaduras, heridas e inhalación de gas o ceniza. Una vez que estés fuera de peligro, no pierdas tiempo y busca un tratamiento o examen. Sin embargo, ten en cuenta que podrías tener que esperar si hay personas con heridas más graves. Anuncio
Advertencias Trata de estar atento a señales de fuego si estás en el interior. Un piroclasto ardiente puede incendiar un techo con relativa rapidez. Toma en cuenta el peligro de que un techo colapse si se acumula ceniza pesada. Limpia la ceniza del techo periódicamente, ya que pueden caer varios metros de ceniza en unas pocas horas. Un flujo o explosión de piroclasto puede viajar a 480 km/h (300 mph). wikiHows relacionados Cómo sobrevivir a un terremoto Cómo preparar un kit de emergencia para la casa Cómo hacer un kit de primeros auxilios casero Cómo actuar durante un sismo Cómo estar preparado para un desastre natural Cómo prepararte para una erupción volcánica Cómo prepararte para un huracán
Referencias ↑ http://www.survivalkitsonline.com/volcaniceruptionpreparedness.html ↑ http://www.survivalkitsonline.com/volcaniceruptionpreparedness.html ↑ http://www.naturesfury.net/volcanosurvival.html ↑ http://environment.nationalgeographic.com/environment/natural-disasters/volcano-safety-tips/ ↑ http://www.survivalkitsonline.com/volcaniceruptionpreparedness.html ↑ http://www.bt.cdc.gov/disasters/volcanoes/during.asp USGS.gov Folleto de topografía de los EE. UU. con todos los aspectos de volcanes USGS.gov Programa ante riesgos volcánicos

Salvados - Pérez-Reverte: "El ciudadano educado tiene mecanismos de defe...

Otra Vuelta de Tuerka - Pablo Iglesias con Iñaki Gabilondo (programa com...

Homenaje Manuel Gleizer: el último de los editores románticos


Homenaje Manuel Gleizer: el último de los editores románticos El mes último se cumplieron 40 años de su muerte. Emigrado de Rusia,llegó a la Argentina alrededor de 1900; fue peón de campo, vendedor ambulante y librero. En 1922 fundó una editorial que pasó a la historia por marcar el derrotero de la literatura argentina de los años veinte http://www.lanacion.com.ar/793369-manuel-gleizer-el-ultimo-de-los-editores-romanticos Un retrato de Manuel Gleizer publicado en la revista Caras y Caretas, en 1929. Foto: Gentileza Archivo General de La Nación Los editores son mártires. Cuántas veces le dije yo a Gleizer que si hubiera puesto una fábrica de impermeables, de betún o de caramelos, con la energía gastada, con la inteligencia derrochada, con el trabajo dilapidado en su editorial, sería a estas horas casi millonario." Esto opinaba el poeta Nicolás Olivari en octubre de 1929 acerca de la quijotesca empresa que marcó el derrotero de la literatura argentina de los años veinte. Para ese entonces, la editorial -que vino al mundo con el libro de semblanzas Cómo los vi yo, de Joaquín de Vedia- ya tenía siete años y había publicado, entre muchos otros, a Borges, Macedonio Fernández, Fijman, los hermanos González Tuñón, Gálvez, Lugones, Mallea, Olivari, Payró y Scalabrini Ortiz. Manuel Gleizer llegó a la Argentina hacia fines de 1900 o principios de 1901, proveniente de un pequeño pueblo llamado Ataki, en Kisenief, actual Moldova (en ese entonces, Rusia). Allí había nacido, el 5 de junio de 1889, sobre la orilla derecha del río Dniester. Junto con sus cuatro hermanos (Marcos, Golde, Fishel y Samuel) y su madre, Raquel Groisman de Gleizer, hizo el viaje hacia la que sería su patria adoptiva. Se radicaron en una colonia agrícola de Entre Ríos, donde Manuel fue peón de campo. "Los judíos que llegaban estaban contratados para trabajar para otro -cuenta Julio Rudman, uno de sus nietos-. Sin embargo, hubo intentos aislados de cooperativizar el esfuerzo. En general, el proceso de asimilación fue muy pronunciado. En efecto, el escritor Alberto Gerchunoff, él mismo de origen ruso, retrató el mundo de la judería criolla en Los gauchos judíos. La vida de campo, sin embargo, no era lo que el destino le tenía reservado a Manuel, que en 1918, con 29 años, recaló en el barrio de Villa Crespo. Villa Crespo, barrio reo Barrio con prosapia literaria equiparable con la de Palermo o Boedo, cantado, entre otros, por Enrique González Tuñón, Leopoldo Marechal y Alberto Vacarezza, Villa Crespo debe su nombre al apellido del intendente municipal Dr. Antonio F. Crespo, padrino de la instalación de una curtiembre. Como el negocio fue muy auspicioso, los fabricantes de calzado comenzaron a llamar el lugar, precisamente, Villa Crespo. La "República de Villa Crespo" fue fundada el 14 de febrero de 1935, pero recién en 1972 se dieron a conocer sus límites exactos: vías del Ferrocarril General San Martín, Av. Dorrego, Av. Warnes, Paysandú, Av. San Martín, Av. Angel Gallardo, Estado de Israel y Av. Córdoba. El Villa Crespo que conoció Gleizer, sin embargo, tenía el arroyo Maldonado como límite. Este era una de las fronteras naturales de la ciudad, antes de que se incorporaran los entonces pueblos de Belgrano y Flores. El arroyo, depósito de desperdicios, oficiaba de desagüe de terrenos que ocupaban una gran superficie. Cuando llovía, se transformaba en una enorme laguna de agua sucia. Por ello, a pesar de que era pintoresco, resultaba peligroso por sus desbordes, circunstancia que además restaba valor a los terrenos adyacentes. En 1929, las autoridades decidieron entubarlo, obra que requirió alrededor de 10 años de trabajo. Ya en 1936, sin embargo, se construyó sobre él una amplia calle, primero de tierra: la actual Juan B. Justo. Bajo ésta corre entubado el arroyo, y en su trayecto por la ciudad cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sarsfield, Santa Rita, Villa General Mitre, Villa Crespo y Palermo. Fue allí, entonces, donde hacia 1918 Manuel Gleizer abrió un negocio de venta de billetes de lotería. Sus clientes, se podría sospechar, eran los habitantes del barrio, en su mayoría inmigrantes españoles, italianos y judíos, mezclados algunos de ellos con árabes o con criollos. Y de éstos, seguramente más de uno viviría en el primer conventillo del barrio, edificado por la Fábrica Nacional de Calzados, fundada el 3 de junio de 1888. Construido con cuartos y cocinas de madera, cobijaba a los obreros, y se convirtió en el símbolo más característico de Villa Crespo. Llamado Conventillo Nacional, o La Paloma, tenía 112 habitaciones y fue inspirador de grandes sainetes. Víctor García Costa, director del Centro Informatizado de Documentación para la Investigación Histórica, Económica y Social (Cidihes), reconstruyó el azaroso comienzo de Gleizer como librero: "Gleizer tenía un local en la antigua calle Triunvirato 556 (hoy Corrientes al 5200) -le dijo a la Revista-. Allí puso un negocio de venta de billetes de lotería, pero tuvo la mala suerte de que le quedaran sin vender unos enteros que no pudo devolver. Debió afrontar el pago de unos 300 pesos, que en ese tiempo eran una fortuna. Para saldar la deuda, llevó de su casa 230 libros de la Biblioteca Blanca de Sempere y les puso un cartelito que decía: «0,40 el ejemplar. Los vendió enseguida. Al día siguiente, repitió la operación, pero al revés: puso un cartelito que rezaba «Compro libros». Así se convirtió en un librero de viejo". Luego de tres años de compraventa de libros, Gleizer se trasladó a una casa que quedaba enfrente, en Triunvirato 537, donde abrió por primera vez sus puertas la librería La Cultura. Gleizer, editor La Cultura pronto se convirtió en un punto de encuentro para los escritores de la época. Arturo Cancela, Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, César Tiempo, Lepoldo Lugones, Nicolás Olivari, los hermanos González Tuñón, Samuel Eichelbaum, son algunos de los que frecuentaban el lugar. Muchos de ellos, además de aprovechar los aires de peña intelectual que tenía la librería, pasaban a la casa de Gleizer, que quedaba al lado, y compartían la vida familiar del librero junto a su esposa, Manuela Dayenoff, y sus cuatro hijos: Dora, Meier, Jovita y Hugo. En 1922, Gleizer editó su primer libro, por el cual le abonó al autor 450 pesos de ese entonces (equivalentes al 10% del precio de tapa del total de la tirada), en concepto de derechos de autor. Para hacerlo, pidió un préstamo bancario. Cómo los vi yo costó 2,5 pesos para el público y tuvo una tirada excepcional de 1800 ejemplares. La labor editorial de Gleizer se organizó, a partir de ese momento, en tres colecciones: una de temas judíos, otra de actualidad política y una tercera de contenidos generales. A las tres las identificó un sello en blanco y negro (o en blanco y color, según el libro), creado por el pintor José Bonomi. Era un perfil de Dante al que se le superponían rasgos faciales de doña Manuela. No obstante, fue la última de las colecciones la que pasó a la historia. En ella pronto aparecieron El idioma de los argentinos, de Borges; Molino rojo, de Fijman; No todo es vigilia la de los ojos abiertos, de Macedonio; El violín del diablo, de Raúl González Tuñón; Los aguiluchos, de Marechal; La musa de la mala pata, de Olivari; El hombre que está solo y espera, de Scalabrini Ortiz, y tantos más. Los libros de Gleizer se imprimían a la vuelta del Arsenal de Guerra, en la calle Entre Ríos 1583/1585, donde desde 1910 se encontraba ubicada la librería e imprenta de los hermanos Porter, El Invencible. Así lo recuerda César Tiempo, hijo de la única mujer entre los Porter. Según él, una vez que Enrique González Tuñón hizo moda con sus notas periodísticas en el diario Crítica, de Natalio Botana, "inmediatamente apareció Manuel Gleizer, ubicuo y puntual como un nuevo San Antonio de Padua, y promovió al escritor sin libro a la notoriedad literaria". Este, entiende García Costa, es uno de los aspectos que hay que destacar de la labor de Gleizer: "Antes de Gleizer, de Jacobo Samet, de Glusberg, de Antonio Zamora, en la Argentina no existía la figura del editor. Había imprentas y había libreros. Unos y otros hacían de vez en cuando de editores, pero en realidad no lo eran. Los autores que se lo podían permitir, como Palacios, Justo, publicaban en Europa, en Francia, sobre todo en España. Y los que no, iban a un imprentero y hacían una edición de autor". La importancia de la figura de Gleizer radicó en que puso en marcha uno de los primeros emprendimientos editoriales argentinos. Para García Costa, como don Manuel no era un entendido, se lanzó a publicar lo que le llegaba a las manos, sin hacer mayores distinciones. Esto explicaría, por ejemplo, que en su catálogo El idioma de los argentinos, de Borges, figurara junto a Electrocardiografía y poligrafía clínicas, del Dr. Guillermo Bosco. Con el tiempo, la editorial Gleizer terminó siendo identificada como aquella que apostaba a los autores jóvenes, promesas en ciernes de la literatura argentina. Gleizer publicaba a los que eran inéditos, a los desconocidos. Así, muchas de las primeras ediciones de escritores que luego adquirirían renombre nacional (y a veces también internacional) llevan su sello editorial. Sin experiencia técnica previa y sin dinero, Gleizer editó a autores argentinos que hizo conocer tanto en el país como en el extranjero. Sus libros solían costar entre 50 centavos y 3,50 pesos de ese entonces. Las tiradas oscilaban, pero en general iban de 300 a 500 ejemplares. Había, por supuesto, excepciones. Una fue El hombre que está solo y espera, de Raúl Scalabrini Ortiz, del cual se hicieron 3000 ejemplares. Corría 1931 y fue un éxito, tanto de crítica como de ventas. Una empresa digna de recuerdo Manuel Gleizer llegó a publicar cerca de 300 títulos. Con su editorial aportó su granito de arena para que la profesionalización del escritor -que ya era constatable alrededor de 1910- terminara de afianzarse. "Si bien no solía pagar las ediciones, hay testimonios, más de uno, de la ayuda financiera a los autores. Por ejemplo, Manuel Gálvez lo cuenta en sus memorias", asegura Julio Rudman, su nieto. Además, la editorial también organizaba certámenes literarios de los cuales surgían nuevos autores. "Hubo una relación muy linda, muy cálida, con Manuel Gleizer -recuerda Nélida Rodríguez Márquez de Tuñón, viuda de Raúl González Tuñón-. Al principio, quien tenía relación con Gleizer era el hermano mayor de Raúl, Enrique. En 1926, él le llevó a don Manuel los originales de El violín del diablo, de Raúl, para un certamen de poesía que organizaba la editorial. No sólo salió premiado el libro, sino que la tapa terminó ilustrándola un gran pintor tucumano, amigo de Enrique, llamado Thibon de Libian." Durante más de diez años, Gleizer mantuvo la editorial y la librería en forma simultánea. En 1932 mudó la librería de la calle Triunvirato a la Av. Santa Fe, y luego, en 1935, se fue a Beruti 3476, a una casa sin acceso directo desde la calle. "Eso marcó el ocaso de la librería -asegura García Costa-, que durante algunos años siguió adelante con la compra de los saldos de ediciones de autores argentinos y su provisión a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares." En 1956, Gleizer reeditó la primera obra publicada por su sello, Cómo los vi yo, y al año siguiente alcanzó a sacar a la luz Violín y otras cuestiones, primer poemario de Juan Gelman, que acaba de ser reeditado por Seix Barral en su versión original. Sin embargo, los tiempos habían cambiado y "la editorial se fue apagando sola. Gleizer ya estaba viejo", sostiene García Costa. Manuel Gleizer, impulsor tal vez sin quererlo de las letras argentinas, murió el 3 de marzo de 1966. Por Ana Ojeda Bär .