viernes, 30 de marzo de 2018

DESTELLOS PATAGÓNICOS (35)


EL CERRO NEGRO
Por Sergio Pellizza: Elevación de tierra aislada con un gran contenido de basalto negro. De allí su nombre. Desde tiempos ancestrales se uso como cementerio de privilegio, primero de la aldea, luego del pueblo y ahora de la ciudad que se está formando en sus inmediaciones. Solo los personajes importantes, Intendentes, jueces, militares de alto rango, hacendados muy pudientes, algún obispo, tenían el derecho al descanso eterno en el cerro desde el acceso este. Lugar desde donde sale el sol en todas partes del mundo. El diseño arquitectónico en su estudio definió que desde las primeras luces del alba hasta el ocaso la necrópolis estuviera iluminada. Es por eso que todas las puertas de los mausoleos y artesanales tumbas fueran orientadas en esta dirección. Todo esto nacía desde donde los asuntos de identidad, son teóricamente formulados y políticamente colocados, ubicando la diferencia, en las particularidades culturales de la diferenciación de clase. La identidad se vuelve un lugar único y esencial, una noción soberana del querer ser alguien trascendente, anqué no se lo sea. Desde donde la trascendencia puede ser comprable. Así, en el cerro, el mármol y el bronce intentaban perpetuar las identidades que rápidamente se perdían en la ciudad entre los pleitos de intereses, de herencias, de haciendas y sucesiones políticas, con más concurrentes de parientes y allegados que en el propio sepelio del importante difunto. La gente común tenía su propio cementerio al pie con acceso desde el sur, desde donde viene el viento frio en invierno. Tumbas de tierra, alguna loza, cruces sencillas de madera o hierro forjado. Entre la necrópolis del cerro y el camposanto del pie se elevaba una alta pared de granito que recordaba el límite de los arriba y los de abajo. Algo notable en el de abajo era la presencia de deudos recordando sus seres queridos, a veces con lagrimas otras con una sonrisa, mezcla de vivencias que en los ancianos se remontaban muchos años en el tiempo y con la esperanza de un reencuentro próximo en ese lugar ideal dónde sabían que eran esperados. La tierra reciente, o hace tiempo removida olía a amor. Durante el sismo ocurrido en el último verano se abrieron huecos en el cerro y rodaron mausoleos lozas y tumbas por la ladera en una confusión de huesos que emparejó a todos los difuntos en la misma igualitaria certeza de la muerte. Quizás algunos vivos pudieran comprender, que no se pueden comprar féretros o mausoleos que duren para toda la muerte.

DESTELLOS PATAGÓNICOS (34)


LA LUZ EN LA FRENTE
Sergio Pellizza: El niño, Robertito de 15 años, sin mamá, que no conoció, falleció después del parto. Llevaba en los últimos 2 años, un sinnúmero de tratamientos que intentaban corregir, los daños que le habría producido un tumor en su cerebro que apareció en su lóbulo frontal al cumplir los 13 años. Según el pronóstico médico su expectativa de vida no era mucha… Cuando el padre vio eso que parecía un chichón sin golpe lo llevó de inmediato al hospital de El Calafate, donde le tomaron unas radiografías que no indicaban casi nada. No obstante el padre preocupado lo llevó hasta el Hospital zonal de Rio Gallegos donde le hicieron una tomografía computada, lo revisaron varios médicos especialistas y vieron que lo que ya suponían un tumor, extendía, como raíces hacia la profundidad de su cerebro. Recomendaron enviarlo a un centro con más recursos en Buenos Aires. Allí repitieron los pasos con aparatología de última generación, y vieron con más detalle lo mismo que parecía ser, lo que no debería ser, algo así como una enorme célula neuronal gigante nunca vista antes. Intentaron hacer una biopsia, pero era como si “la célula neuronal” se retirara al interior del cerebro apenas comenzaba el intento de penetración. Desde ese centro de alta especialización enviaron comunicaciones a todos los centros de investigación del mundo explicando lo que tenían entre manos. El caso para los médicos era tan especial que vinieron varios especialistas en tumores infantiles de varias partes del mundo a ayudar. Hubo coincidencia en que lo más indicado era la quimioterapia aplicada con muchísimo cuidado. Con el inicio del tratamiento comenzaron los dolores de Robertito. “El tumor” crecía con el tratamiento a la par de los dolores. El último tratamiento a que lo habían sometido era doloroso y no mostraba resultados notables. En consideración a todo esto el padre, que había sufrido tanto como su hijo estos años de duro peregrinar tras una esperanza que se le escapaba como arena entre los dedos, decidió dejar todo en las manos de Dios y volvió a su estancia en Santa Cruz. Con Robertito. El niño tuvo los años más felices de su vida feliz en este paisaje maravilloso al norte del lago Viedma, hasta que le apareció esa protuberancia en la frente que, según él, solo le molestaba para ponerse la gorra. Robertito llego por fin a su lugar en el mundo, totalmente desmejorado. Los primeros días solo deseaba dormir, prácticamente no comía. Solo tomaba agua pura del arroyo que le alcanzaba, siempre fresca, Filomena, la cocinera de la estancia que estaba siempre pendiente del niño. Ambos se querían mucho así como también Estela de la misma edad que Robertito, su compañera de juegos de siempre, hija de Filomena. Sin ningún medicamento, salvo unas vitaminas que los médicos insistieron en que debería tomarlas para “durar” un poco más. El niño permanecía en un estado de letargo rozando la inconsciencia. Filomena sin preguntar nada, le daba con una cuchara, caldo de pollo liviano y al ver que aparecía algún color en las mejillas, lo fue haciendo más sustancioso. El padre. Notó también los colores que aparecían en las magras mejillas de su hijo. No dijo nada, pero suspendió los servicios de la enfermera que lo inyectaba todos los días y hablo con Filomena para que dejara la cocina y se mantuviera cerca del niño en todo momento, y también Estela cuando quisiera. Se dio cuenta que siempre que ellas estaban cerca se esbozaba una sonrisa en los labios de Robertito. Un día, Robertito despertó como de un pesado sueño y lo primero que vio fueron los ojos de Estela y dijo… No te recordaba tan hermosa, tu nombre viene de estela y es como si un cometa gigante hubiera depositado en ellos machismos puntitos de luz que brillan más que diamantes. Tienes los ojos llenos de estrellas… -¡Mamá ¡…¡ mama ¡ gritó… gritó Estela… Roberto despertó… Acudieron de inmediato, su padre y filomena casi atropellándose. Roberto estaba sentado en su cama, aunque débil aun tenia colores y hasta parecía que había engordado. La protuberancia seguía allí. El joven al tocársela solo dijo. -No me molestará más que para ponerme la gorra. -Papa, compra abundante forraje para el ganado este invierno vendrá muy fuerte. No había ningún indicio ni científico en los pronósticos estadísticos, ni señales que da la naturaleza a los que la saben leer. No obstante el padre se proveyó del forraje. Sabía que Roberto quería que los animales fueran siempre bien tratados. Ni lo quiso pensar, pero era como acceder a los últimos deseos del joven. Vino el invierno, fue durísimo y los animales no sufrieron. El joven se reponía rápidamente; ya era un muchacho de 16 años, algo flaco pero de muy buen aspecto. En un momento en que vio el ceño fruncido de filomena… le dijo. - Ahora te dormirás y me escucharas en tu sueño… -Querida Filo tienes dos grandes preocupaciones que vamos a hablar pero en secreto. -No necesitaras hacer ningún ahorro más para aliviar la crítica situación que vive tu familia en Chile después del terremoto. No le pediré nada a mi padre, que se lo mucho que te ha ayudado, solo tienes que hacer lo que te diré y no decirlo a nadie. -Solo compra en el pueblo, cuando vayan, cuatro decimos de la lotería de Navidad que ya está próxima, cualquier número… ese, es el que saldrá. -La otra preocupación que tienes es Estela, sabes que nos amamos y que somos muy jóvenes. Respetare totalmente a Estela porque realmente la amo y en su momento me casaré con ella, seremos felices y tendrás hermosos nietos. -Yo ya estoy bien y mejorando cada día más y más, debo disimular un poco para que nada raro se le ocurra a mi padre. - Todo esto de saber algo que pasará, se lo debemos al “chichón sin golpe” que me creció en la frente, también se irá. En mis periodos de inconsciencia he viajado mucho de una forma que no te sé explicar pero que tú me crees. Estuve en el Tíbet, en La India… viendo cosas que solo tu inteligente inocencia podrá intuir. Viajes astrales le llaman en esos países. -También es verdad que he sufrido, era necesario para depurar cosas que tenía que depurar. Hubo que hacerlo de forma rápida, por eso la quimioterapia. - Este chichón es una especie de tercer ojo, fui elegido para esta misión que es ahora y en este lugar. – Debo cuidar que nadie invada este paisaje. Habrá muchos que lo intenten. Debo vigilar e impedir que nada altere el paisaje.- Tengo un gran aliado y consejero es el Chalten, los pueblos originarios ya sabían muchas cosas sobre su magia; él me ayudara en la tarea.- También te tengo a ti y a Estela. Mi padre sería muy valioso pero sé que su momento en este plano finalizará después de las fiestas. También sé que se irá contento. Además su espíritu con el de mamá se quedarán albergados en el Chalten y junto con otros seres especiales ayudaran en esta tarea. Nosotros también cuando termine nuestro momento estaremos allí cuidando que el producto del amor de tu hija y el mío continúe con la tarea… Cuando Filomena despertó solo dijo, tengo que ir urgente al pueblo, debo hacer algo importante. – ¿Que es mamá? Pregunto Estela, -Solo comprar un billete de lotería, - -¿Qué número mamá?... - El que saldrá hija. -El que saldrá… Sergio Pellizza

DESTELLOS PATAGÓNICOS (33)


LAS LÁGRIMAS Y EL CRISTAL DE CUARZO
Cuento corto por Sergio Pellizza: En la provincia de Santa Cruz muy cerca del límite con Chile, se levanta casi con pereza, el Cerro Cristal mide 1.282 metros y su principal encanto reside en que desde la cima, uno se siente un poco Dios y un poco nada. Se encuentra dentro del Parque Nacional Los Glaciares y en su base el pequeño Lago Roca recibe varios arroyitos que vienen de sus entrañas. Desde su cumbre puede apreciarse una vista de una espectacular belleza con el glacial Moreno que luce allí abajo como una joya que brilla con unos azules inimaginables. En este escenario desde hace muchos años, según un relato que pasó de generación en generación y que solo puede escucharse ahora de boca del viejo Cristóbal Fuentes. Pasan cosas muy extrañas. Hasta se dijo que habían visto un Ovni revolotear por el cerro varias veces y también misteriosas luces verdes muy brillantes. El viejo fuentes, se comentaba que sabía de todo esto y solo se lo contaba a personas muy especiales... Ernesto y julia, un matrimonio de mediana edad estaban acampando en el camping de Llago Roca y ese domingo temprano decidieron ascender al cerro. Preguntaron qué grados de dificultad presentaba y averiguaron que necesitaban nada más que las ganas de caminar pendiente arriba durante unas cuatro o cinco horas y un buen calzado. Se munieron de lo necesario y comenzaron el ascenso. -No era tan difícil, Ernesto, ya estamos casi a la mitad y no pasaron dos horas, vamos muy bien, además te hará muy bien para esa pancita que está creciendo mucho…- Julia miraba burlona a su esposo que venía jadeando un par de metros atrás. De pronto detrás de unos arbustos altos casi tropiezan con un viejo sentado a la vera del casi invisible sendero, muy arrugado, con un pedazo de toscano apagado en la boca, tomando mate y la mirada perdida en el tiempo. -Buenos días, le dice Ernesto -Buenas, contesta el viejo.- ¿Quieren tomar un par de mates antes de continuar? -Con mucho gusto contesta julia, a pesar de la desaprobadora mirada de su esposo… Ernesto se aparto unos cuantos metros para vaciar su vejiga y regresó al cabo de unos minutos después de lavarse las manos en el cristalino arroyo que bordeaba el sendero. -Mi esposo no toma pero yo s,i encantada. Notó que su mirada se animaba y también de los armoniosos movimientos al agregar un poco de yerba nueva y verter con casi gracia el agua desde unos cuantos centímetros de la boca del mate. Hasta la renegrida pava parecía linda. Tomó el mate de la firma mano del anciano y lo sorbió. Le pareció que era el mejor mate de su vida. Los turbios ojos con cataratas del viejo, miraron con una intensidad estremecedora al matrimonio que sentados sobre el pedregullo se reponían unos instantes para continuar el ascenso, les dijo… -Apenas puedo verlos, mis ojos están muy cansados pero aun así siento la inmensa tristeza colma los ojos de ustedes. No sé explicarles como pero si siento que puedo ayudarlos. Los dos saben mucho de remedios y han curado a mucha gente solo porque estudiaron muchos años para eso. Sin importarles el dinero solo porque lo sienten. Tienen mucho saber en sus cabezas y siempre lo aplican generosamente pero les falta algo para que sus ojos se iluminen de nuevo. Les falta fe, deben creer que lo que no entienden también existe, algunos le llaman milagro. No se puede explicar ni entender pero existen. Les daré algo para ayudarlos a creer. El viejo hurgó entre sus bolsillos y extrajo un pequeño cristal de cuarzo. Les dijo, cuando el cristal llore la tristeza de sus ojos se convertirá en alegría y su más caro deseo estará cumplido. Solo les pido que cuando vengan de nuevo, han comido dulce de calafate así que lo harán; dejen el cristal aquí en este mismo lugar, yo ya no estaré pero crean que el cristal en este lugar brillará mucho y volverá a llorar para que se produzca otro milagro que ayude a gente buena como ustedes. Julia tomó el cristal lo envolvió en un pañuelo y lo guardo en su pecho. Al contacto de su piel el pañuelo se humedeció… -Debe ser la transpiración se dijo julia… Le dieron al viejo junto con las muchas gracias, galletitas y chocolates que habían traído… Pasaron varios años como siete u ocho… Ernesto y cristina volvieron al cerro subieron casi hasta la mitad, ubicaron la mata grande y le dieron a la manita de Cristina, la hermosa hija con los ojitos llenos de estrellas, que los acompañaba, el cristal para que lo dejara en el mismo lugar y llorara de nuevo para hacer otro milagro. Sergio Pellizza

DESTELLOS PATAGÓNICOS (32)


LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Cuento corto por Sergio Pellizza: En el rojo ocaso patagónico, desde lo alto, el rio parecía de vino. Corría su color purpura de un lado a otro del valle, recodo tras recodo. La carretera tendiendo puentes sobre él como si fuera una atrevida aguja que teje un hilo de duro hormigón y acero. Los ojos del anciano se cerraban meditando. Quizás los viejos tiempos no han desaparecido. Quizás estén esperando, allí en el horizonte. Quizás se pudiera redescubrir esos tiempos, ese aire claro y puro, esa respirable libertad. Si se pudiera ayudar a demostrar que cada uno puede elegir. Que puede abrirse al amor. Que puede elegir su propio mundo y su propio tiempo. Entonces podría comprobarse que los nuevos procesadores multinucleo de la nueva generación de las PC, las nuevas tecnologías de los celulares inteligentes, que los enfrentamientos de los siempre impacientes y apurados transeúntes en las ciudades, marchando cada vez más rápido para no llegar a ninguna parte. Son solo una cara de la moneda de la vida… Una cara que no tenemos porqué elegir si no la deseamos. El anciano también sabía que en cuanto su sueño fuera expresado, surgirían opiniones contrarias que se apresurarían a aplastarlo. Siempre había escuchado desde que lo dijo por primera vez. Que era arriesgado e impracticable, sin ninguna posibilidad de éxito. Los buenos tiempos ya pasaron… ¡Pero, hombre, si eso lo sabe todo el mundo¡. ¡Oh, quizás este país fue un lugar tranquillo y acogedor, pero hoy día, cualquier persona la tomará como un desconocido (y no de forma muy amistosa) Hay que defenderse de todo y la mejor defensa es el ataque. Este mundo competitivo, inseguro no permite sobrevivir a quien se distraiga. Hay que moverse, conquistar posiciones, subir a toda costa, pisar cabezas, agarrarse de donde se pueda pero estar en continuo ascenso. Todo es válido en este momento competitivo… El anciano seguía reflexionando, no se veían ya ni el rio ni el camino ni los puentes. Solo un diamantino cielo estrellado lo miraba. Se le ocurrió de pronto, le haría trampa a la vida. No le permitiría elegir a nadie a partir de ese momento solo la vida tendría una sola cara. Claro tendría que explicar algunas cosas, como el libre albedrío por ejemplo entre otras… pero de eso se ocuparían los teólogos. De algo si estaba seguro. No quedaban muchas oportunidades y el diluvio universal ya había sido probado antes y no funcionó. Sergio Pellizza

DESTELLOS PATAGÓNICOS (31)


EL VIAJE DE UNA TRAVIESA MOLÉCULA DE AGUA
Por Sergio Pellizza: La traviesa molécula de agua convertida en hermoso cristal de hielo, contoneando su forma exagonal, se despabila esa mañana, notando suaves tironeos en su delicada estructura. Recordaba que hacía tiempo reposaba tranquila en lo alto de la montaña. Antes había sido parte de nube paseada por el viento, luego precipitó en ese confortable lugar como nieve. Se sentía muy cómoda allí, cuando de nuevo el calor del sol comenzó a sacudirla y junto a muchas amigas del vecindario se sintió empujada por la gravedad y el rio de hielo comenzó a moverse lentamente. -Estaba tan bien aquí, se dijo. - Descansando después de mucho, mucho tiempo y comentando con sus compañeras las muchísimas historias que tenían para contarse. - Pero el trabajo hay que hacerlo reflexionó. Comenzó a bajar con todas las demás en forma de racimos apretados que formaban gotas, luego con muchas otras gotas formaron un pequeño arroyito, un torrente donde todo se revolvía, hasta llegar a un lugar más tranquilo, un lago. Los humanos con esa manía de trascender le habían puesto el nombre de un tal Viedma, lo mismo que, del glacial donde procedía. El viento había comentado que ese tal Viedma era un explorador español que lo había “descubierto” en tiempos humanos en el año 1782. Muchos siglos antes los habitantes originarios lo llamaron “Copar”, una planta que crece en sus orillas. Nombre que no trascendió porque no sabían escribir. De todas maneras el viento también dijo que el proceso de formación de la cordillera comenzó en el Terciario y llegó hasta los inicios de la época glaciar más reciente, a principios del Cuaternario es decir que en tiempos geológicos se trata de millones de años. La traviesa molécula de agua, unida a muchas nuevas amigas paseó un tiempo entretenido, charlando en ese lago Viedma y de pronto otra vez se interrumpe el descanso. Ella y las que la rodeaban son empujadas por la fuerza de gravedad hacia nuevas turbulencias. -Se terminó la paz amigas comentó, agarrémonos y disfrutemos este nuevo viaje. Se realizó por el que llamaron Rio La leona. Poco después otro momento de paz en un lago donde desemboca este río, el Lago Argentino. El viento siguió comentando cosas, de entre las que se pudo escuchar: Entre los pioneros de su descubrimiento se encuentra el contralmirante Valentín Feilberg, entonces subteniente de la goleta de la Armada Argentina Chubut, quien en noviembre de 1873. Es el lago Argentino con sus 1560 Kilómetros cuadrados el más grande de Argentina y el tercero en Sudamérica. La molécula traviesa estaba contenta y seguía sus interminables charlas con sus vecinas nuevas y antiguas, siempre atentas a los comentarios del viento, que en este momento dice: -Atento chicas están por ingresar a un nuevo Rio que llaman Santa Cruz. Aquí se moverán bastante, es uno de los ríos más caudalosos de Argentina, tiene una longitud desde sus nacientes, lugar donde están por ingresar, de 385 Km y un desnivel desde el Lago Argentino de 187 metros. Debido a esto su caudal es de 790 metros cúbicos por segundo. Los humanos creen que es un buen lugar para construir represas para generar energía eléctrica, ese fluido que necesitan para hacer todo lo que hacen con su tecnología. -Pienso que si bien se modificará un poco el paisaje el balance será positivo porque esta manera de generar fuerza electromotriz es mucho menos contaminante que la de la generación por usinas propulsadas por hidrocarburos que lanzan muchos residuos a la atmosfera. -Ojala así sea reflexionó el viento. - Me resulta muy molesto moverme en una atmosfera sucia que debo estar continuamente limpiando y ya llegue al límite de mis capacidades. En el hemisferio norte es un desastre la contaminación de lagos y ríos. – -Les cuento que en Europa hay un rio que se llama Danubio que inspiró un vals muy hermoso. “Danubio Azul” Del hermoso vals dedicado por Johann Strauss a esos hermosos azules, solo queda el nombre, ya que el plástico y la basura han alcanzado niveles nunca vistos. - En el Danubio «hay más plástico que peces» y su color es un sucio marrón, sentencia el científico del Departamento de Limnología y Oceanografía de la universidad de Viena, Aaron Lechner. -Les digo también que la paciencia de los poderes superiores está llegando al límite y no sé qué sucederá si la contaminación llega hasta los increíbles azules de los glaciales, en especial del que Llaman Perito Moreno, donde se sabe que está el altar mayor de la naturaleza. Esto sería imperdonable y creo se acabaría el tiempo de los humanos. Que apenas tienen menos de un millón de años desde que comenzaron a andar en dos patas y pensar. La naturaleza entre otras cosas tiene paciencia y 15 millones de años no son prácticamente casi nada en su calendario geológico y le bastarán para regenerar el planeta azul. Esta vez sin molestos humanos.

DESTELLOS PATAGÓNICOS (30)


EL PEQUEÑO PESCADOR
Por Sergio Pellizza: El Rio Gallegos, a la altura de Guer aike, está tranquilo con su curso regular de deshielo de primavera. El puente de hierro parecía desperezarse con unos chirridos metálicos. Era viejo había sido inaugurado en 1911. Se comentaba que pronto se haría otro de hormigón armado, más ancho y mejor. También un camino nuevo. Al rio no le importaba y al puente que había visto pasar mucha agua por debajo, tampoco. Si, estaban ambos ansiosos porque el niño no viene. También lo estaban las plantas acuáticas que siempre agitaban a propósito para ahuyentar a los peces y acercarlos al pequeño pescador. Ya avanzada la mañana, deciden preguntarle al viento del oeste que siempre anda por todos lados trayendo y llevando noticias y chimentos. El viento se calmó un rato para contar un chimento intrascendente y fue en ese momento que le preguntaron si sabía algo del niño. -No lo he visto esta mañana en la estancia, dijo, pero averiguare que pasa y les cuento. Regresó a los pocos minutos con la noticia de que el niño estaba enfermo y habían llamado al médico por la radio. Este indicó que no lo movieran y que iría una ambulancia para trasladarlo al hospital de Rio Gallegos. -Estoy muy triste dijo el puente. -Yo también contesto el rio - Ayer lo vi muy pálido y no nos habló de sus sueños. – También dejó su caña. Ya no sujeta, ahora ha descendido lentamente; su punta está sumergida en el agua. Al dar contra ella, la plácida corriente se altera apenas. Las plantas acuáticas se suman a la gran pregunta - ¿Qué ha ocurrido? El viento compungido trajo la respuesta. -El niño ha muerto, pero no se ha ido.- En su último suspiro me entregó su ángel de la guarda que ahora está conmigo y se quedará siempre con nosotros para cuidar el puente, las plantas y el río…

DESTELLOS PATAGÓNICOS (29)


LO QUE DIJO EL GLACIAL MORENO EN SU ROMPIMIENTO. Cuento corto por Sergio Pellizza: Facundo González García, hombre de mediana edad, estaba sentado sobre una piedra en el lugar que había al azar elegido, en un mapa de almanaque; un planisferio publicidad de su gran empresa donde estaban marcados los lugares del mundo donde se comercializaban sus productos. Solo hacia unos días que había dado vuelta el mapa y sobre esa ciega superficie blanca pinchó con un alfiler un lugar al que iría cualquiera fuese. Se había salvado raspando de un infarto por estrés y los médicos le habían casi obligado a tomarse unas largas, largas vacaciones. Se estaba jugando su vida. Así lo entendió y tomó en la clínica misma, su decisión. El alfiler como la aguja de una brújula lo había llevado a un lugar muy bello pero no podía dejar de pensar en la crisis en que estaba inmerso su país y que tendía a profundizarse… su mente no podía dejar de pensar en la contracción de la economía, la conveniente devaluación para obtener mayor beneficios en la conversión de moneda… A pocos pasos y tomando ese brebaje que llamaban en el lugar mate; un anciano que parecía una estampa de la tranquilidad mirando el paisaje. -Me gustaría saber cómo andan sus cosas se dijo, parece estar tan tranquilo como si hubiera resuelto todos los problemas del mundo. Se aproximó y le dirigió la palabra. Buenas tardes buen hombre. Me llamo Facundo González García y es muy probable que el metal de que esta hecho ese tubito por el que usted sorbe esa infusión tenga algún componente que mis fabricas producen. -¿Ah si?… -Dijo el anciano y siguió inmutable mirando el paisaje. Solo se movió y lo miro para decirle. Este tubito se llama bombilla y lo que hago es tomar mate ¿quiere probar?... -¿No es algo antihigiénico esa costumbre?. ¿Cómo se que usted está sano y no me pasará ninguna enfermedad si acepto compartir eso? - Mire Don Gonzalo en esta tierra no se pide ningún certificado sanitario para tomar y compartir mate.-Si yo sé que estoy enfermo tomo mate solo y también creo que si usted lo estuviera simplemente no aceptaría el envite…¿ Entiende Don Gonzalo? El Don Gonzalo acepto el envite y comento. -Es medio amargo pero es agradable, muchas gracias. -También le cuento Don Gonzalo que cuando dice gracias es porque no quiere más. -¿No quiere?... -Disculpe buen hombre, si quiero más me invita de nuevo por favor. Y así entre mate y mate el anciano escucho los grandes problemas que tenia don Gonzalo ganas de contar… Al finalizar el anciano lo miro fijo y don Gonzalo pudo percibir la profunda sabiduría que anidaba en esos profundos ojos. Solo le dijo: -Mire Don Gonzalo. Muchas cosas importantes están adentro de algo por eso no se ven y otras están tan a la vista, son tan obvias que tampoco se muestran. -¿Me podría dar un ejemplo buen hombre? -Claro, solo fíjese en sus bolsillos, allí está su problema y no es dinero, luego fíjese en lo que ven sus ojos justo allí enfrente a escasos 500 metros. Allí está la solución si logra mirar al mismo tiempo que ve. -Buen hombre vacié mis bolsillos y sacando algunos billetes y monedas solo encontré pelusas nada más. En cuanto a lo que veo, salvo que es un paisaje muy hermoso. No me dice nada más… -Don Gonzalo en su bolsillo solo vio el dinero porque es lo único en lo que piensa. Si lo da vuelta, notara que también hay una costura hecha por gente o una máquina que maneja gente… Hay más que dinero, hay gente allí. Por otro lado lo que tiene frente a sus ojos es nada más y nada menos que lo que llaman la octava maravilla del mundo. Es el Glacial Moreno. Lo está esperando hace cuatro años acumulando y acumulando como usted dinero, el glacial juntando hielo. En estos momentos le va ofrecer un gran espectáculo de desprendimiento que usted ya está mirando y que jamás vio. Es la lección más grande de su vida. Superó el infarto por una gracia especial que se le dio para que tuviera una segunda oportunidad. Deje fluir su acumulación como el glacial lo hace con su hielo que se hará agua y alimentará el Lago Argentino que a su vez alimentara el Rio Santa Cruz generando vida en todo su trayecto. Su acumulación Don Gonzalo cuando rompa hará lo mismo. Su fluir será para la gente. -¿Entiende Don Gonzalo? Facundo González García, hombre de mediana edad lloró y por primera vez en muchísimo tiempo, sintió la tranquilidad de la verdadera paz. La de la conciencia. Era feliz, sabía lo que tenía que hacer y cómo hacerlo… Quiso abrazar al buen hombre… pero ya no estaba, solo quedaba en su paladar el sabor al mate compartido con sabor algo amargo pero rico y también con algo de salado de algunas lagrima que había llegado hasta su boca. Sergio Pellizza

DESTELLOS PATAGÓNICOS (28)


LOS KAMI DE LA PATAGONIA AUSTRAL
l Por Sergio Pellizza: El quipo de médicos miraba la serie de placas que mostraban parte de la estructura ósea de Cho: Nombre de doble significado. Por un lado, "mariposa", y por el otro, "nacida en la madrugada", jovencita de 12 años. El veterano profesional jefe del equipo trataba de encontrar algo para dar una información coherente al ansioso padre, poderoso empresario, dueño de una de las más grandes fábricas de electrónica con oficinas en Osaka, Japón, que miraba desde atrás, las mismas placas. El jefe de quipo de médicos dijo. -En realidad Ingeniero, los aquí reunidos hemos hechos todos los estudios posibles a su hija, usando toda la más moderna tecnología disponible, incluso varios equipos que en sus plantas se fabrican y no encontramos razón para que la joven no pueda caminar. –También sabemos de los estudios neurológicos y otros que se hicieron a estos efectos tampoco encontraron nada. El ingeniero sufría un dolor terrible por su hija, no transparentado, como disimulado, detrás de su ser oriental. Dijo: -La verdad es que no se qué hacer. – De todas maneras doctores agradezco su preocupación y dedicación. Hizo una inclinación de cabeza y se reiteró. El poderoso empresario era Sintoista, segunda religión del Japón después del Budismo. Basada en la veneración de los Kami, espíritus de la naturaleza, pensando en ellos como buscando ayuda, se mezcló con el rio de gente que pululaba por la ciudad. De repente sintió como una especie de señal en su nuca que lo hizo girar. Al hacerlo vio la vidriera de la agencia de viajes que ofrecía viajes a Argentina, en particular un lugar donde un cartel decía: “Sienta la pura naturaleza de la Patagonia Austral”. Se quedó como clavado al piso frente a la vidriera. La fotografía que estaba bajo el cartel atrajo de inmediato su atención. Era como un inmenso océano de color ocre salpicado por algunos manchones verdes y blancos que se extendía hasta el horizonte infinito, incluso parecía prolongarse detrás de la foto. No había más letras comentando el paisaje… Su mente se las agregó…- Horizonte infinito donde la vista flota sin tener donde posarse… Esa sensación sintió. Sin pensarlo sus pasos lo dirigieron al interior de la agencia. Esperó unos minutos mirando la fotografía espejada en el vidrio y fue aún más profunda la sensación de profundidad. -¿En qué puedo serle útil señor? Mi nombre es Aiko, Le preguntó una agradable señorita de inmaculada sonrisa. -Solo deseo toda la folleteria que me pueda suministrar de esa región llamada Patagonia Austral por favor. -Enseguida señor, dijo la sonrisa impecable de la señorita que parecía estar prendida en sus labios. Agrupó los folletos, los coloco en un elegante sobre y al entregárselo, pensó. – Esta cara la he visto antes y sin saber porque agregó – Si dispone de unos minutos señor, sería un placer poder contarle un poco de la vivencia que se siente en esos lugares que no puede reproducirse con las cámaras. He estado allí y los conozco. Sin siquiera responder al hábito de mirar el reloj, dijo un cortes, -si por favor. Y a partir de ese momento Todo comenzó. Desde la misma agencia hizo una llamada de celular a su asistente ejecutivo y le dijo. – Voy a estar muy ocupado con un asunto de vital importancia para mí; por favor prepare los documentos para delegación de la conducción empresaria en el Director General. Compre la agencia de turismo que está en la calle, Mido-Suji Dori, es la única que ofrece en la zona viajes a la Patagonia Austral en Argentina. También informe a la señorita Aiko que la atiende, que los nuevos dueños desean hablar con ella pasado mañana a las 11:30 horas en la misma agencia. Llegó a su casa en el barrio exclusivo de Osaka con una liviandad de espíritu que hacía tiempo no sentía. Abrió la puerta de su piso y desde el fondo del amplio living sintió el amoroso “papá” casi gritado y enseguida el zumbar del motorcito de la silla de ruedas de Cho, su hija que a toda velocidad venia a su encuentro. Casi lo tira cuando extendió sus brazos para abrazarla. -Cada día más hermosa mi pequeña. Vamos a sentarnos cómodamente porque tenemos que hablar… Hablaron mucho tiempo, los ojitos de Cho se iluminaban cada vez más a medida que papa contaba sus próximos proyectos. Lo que más le gustaba era que dejarían esos molestos y continuos exámenes médicos, y además un viaje no sabía bien a donde pero su corazoncito anhelaba que fuera un lugar donde los Kami fueran libres, y no presos de tanto edificio, tanta gente, donde los únicos arboles eran los del parque y que le habían confiado que estaban cansados del sabor químico del abono y de tanta poda para que fueran en una dirección. Pobres arbolitos se sentían encerrados y aburridos como ella… El tiempo voló mucho más rápido que el jeet privado que los aterrizó suavemente en el aeropuerto de El Calafate. El papá, La señorita Aiko su amiga y guía junto con Chó Descendieron alegremente. Había viento. La señorita Aiko le dijo: -Este Kami, Cho, se llama viento del oeste y está dándote la bienvenida, su saludo es un poquito áspero pero es su naturaleza en estado puro. Al llegar al hermoso lugar que había rentado su papa; lo primero que vió fue un hermoso y añoso álamo que parecía decirle con sus ramas ven que tengo algo que decirte. Fue hasta el árbol y desde su sillita lo tocó suavemente, sintió el fluir de su sabia en sus venas de madera y de pronto el álamo dijo ¡abrázame Cho¡ y siente toda la energía vegetal que está esperando que la tomes. No alcanzó a pronunciar las palabras…no pue…,…¡se paró¡ y se fusionó en un estrecho abrazo con el álamo. El viento se convirtió en brisa e hizo que las ramas bajas acariciaran suavemente las trensitas de cho. Todo fue tan rápido, que no dio siquiera lugar a la sorpresa. El padre sintió tanta alegría que dejó que las lágrimas corrieran libremente y llenara de emoción expresada, su reservado rostro oriental y sin saber cómo se dibujo en sus labios una sonrisa tan luminosa como la de la señorita Aiko. Se dejó abrazar por los Kami de la Patagonia Austral sin reservas y solo con un sentimiento de profunda gratitud hacia ellos.

DESTELLOS PATAGÓNICOS (27)


LA LUZ VERDE Cuento corto por Sergio Pellizza En esa noche sin luna, el hombre estaba tirado, en medio de una semiinconsciencia de la cual los sentidos estaban regresando lentamente. Primero sintió la humedad y el contacto con el pasto. Luego aspiró la fronda y olía a bosque. La oscuridad era casi total. Solo unos ruidos como de derrumbe y un característico splachs… sordo, que le eran familiares, le dijo que se encontraba cerca del Glacial Moreno. Luego se dio cuenta que la oscuridad que le rodeaba se estaba aclarando. Una débil luz se filtraba lentamente desde lo alto. Miró hacia arriba, y percibió directamente sobre su cabeza un irregular retazo de pálida fosforescencia, que crecía gradualmente en brillo. Se incorporó hasta quedarse sentado. Cuánto tiempo estuvo sentado con la cabeza mirando hacia arriba, la vista clavada en la luz, no lo supo. Parecieron años. Entonces él se habló a sí mismo y se forzó a mirar a otro lado, intentando también moverse de ahí La fosforescencia tenía un tinte verdoso, y era tan fuerte como la luna llena, pero el polvillo se alzó al mínimo movimiento, y algo bloqueó su fuerza. Se movió un poco, pero no mucho. Una gran pesadez lo obstruía, como cuando uno tiene una pesadilla. Sabía aproximadamente donde estaba pero no cómo y cuándo había llegado. Lo último que recordaba era el laboratorio donde trabajaba en virología de avanzada. Sabía que no le quedaba mucho tiempo, el cáncer estaba acelerando en su organismo su capacidad destructora… Estaba tan cerca de conseguir ese poderoso antivirus y sentía que se le escaba como su vida de entre las manos. Ayer, suponiendo que este momento fuera su hoy había conversado largamente con su viejo amigo y abuelo que lo acompañó prácticamente desde que nació en El Calafate, era el padre de su madre de lejanos orígenes tehuelches. Su abuelo, una colección de arrugas sin edad que nunca había viajado en pájaros metálicos subió al avión que lo llevaría a Buenos Aires, porque quería decirle algo muy importante a su nieto. Nadie supo cómo se enteró de la desbastadora enfermedad que lo abatía solo repetía que tenía que hablar con su nieto. Así fue como acompañado por el administrador de la estancia llegó a su destino, el laboratorio de su nieto. No mostró la menor sorpresa ante el despliegue tecnológico. Solo abrazó a su nieto le dijo al oído unas cuantas palabras que solo ambos comprendían. Hablaron mucho tiempo y mientras lo hacían, el abuelo esparcía un fino polvo sobre la cabeza de su nieto. Le dijo que se dormiría profundamente y despertaría en un lugar oscuro sin dolor y sin tiempo. -Solo mira la luz y déjate llevar…- Pensó que se había muerto y esa luz es la que dicen que vieron algunos que volvieron de la muerte. Siguió mirando la luz verdosa y el polvo que de pronto comenzó como a organizarse en contornos indefinidos que de a poco se definían en algo que él conocía bien. Eran estructuras moleculares recombinables, a cada instante más y más complejas. En un momento una estructura dominó todo el espacio y supo que había encontrado lo que estaba buscando. Tomó el anotador que tenía en el escritorio, registró la estructura y antes de conectarse a la PC para dar a conocer al mundo el descubrimiento arropó a su abuelo que plácidamente dormía sobre el cómodo sillón frente a su escritorio. Mucho tiempo después comprendió que nada es más mágico o milagroso que curar allí donde la ciencia se hacía difícil de entender. La gente que concurre a visitar a los sanadores son aquellos que no han obtenido de la medicina tradicional una solución a sus problemas. Esperan un alivio que los remedios no han sabido procurarles, buscan abrir las puertas a la esperanza. Se apela al sentido mágico de la vida que en mayor o menor grado todos poseemos. Solo hay que tener fe en él, y saber usarlo como el abuelo.