sábado, 8 de marzo de 2014

LA CIENCIA DE LAS EMOCIONES - RONNIE ARIAS


Claro, cambien todo. Porque ahora parece que esa vieja división entre el cerebro y el corazón no sólo es vieja. También está equivocadísima. Queríamos al corazón, odiábamos al cerebro. Uno contaba con buena prensa. El otro, no. Porque ahora parece que todo lo que nos contaron sobre emociones y sentencias está puesto en tela de juicio. Ahora parece que mis mitos vivientes no son más mitos muertos y que mis verdades son nada más que medias mentiras. Y, entonces, a eso de que el corazón tiene razones que la razón no comprende podemos meterlo en otro lado del cuerpo menos luminoso. No nos sirve más. Y el responsable de tanta revolución es Federico Fros Campelo, el autor de “La ciencia de las emociones”, un libro que, con lenguaje ameno y divertido, explica por qué nos enojamos, por qué nos duele lo que nos duele, por qué las fobias, por qué sentimos lo que sentimos, por qué queremos matar al boludo o por qué ese jefe nos trata como si fuéramos esclavos. Ahora parece, sin miedo a equivocarme, que el cerebro tiene sentimientos y secretos que ha sabido guardar a lo largo de (casi toda) la historia. Ahora como que hasta me cae mejor. Buena onda el cerebro. Aguante. ¿Desde cuándo existe una ciencia de las emociones y cómo la definirías? A la gente se le tiene que ir la piel de gallina y el escalofrío en el caracú cuando escucha la palabra “ciencia” pronunciada al lado de “emociones”. Acá no hay nada tedioso ni insufrible como un sermón en latín. Te lo digo en criollo nomás: nuestras emociones pueden explicarse. No son cosa-de-mandinga o nubecitas misteriosas, sino que contienen recursos en común a todos nosotros que las hacen funcionar. ¿Qué mitos podés derribar sobre lo que todos creemos del cerebro y su funcionamiento? ¿Viste eso que dicen que usamos el 10% de nuestro cerebro? Bueno, eso es cual-quie-ra. Usamos todo nuestro cerebro. El tema es de qué manera lo usamos. Más que un solo órgano, nuestro cerebro es un conjunto de órganos. Pero lo importante para la gente no es qué estructuras y químicos cerebrales tenemos, sino… ¡qué hacen esas partes! Gran parte de los esfuerzos que hago es traducir a nuestro idioma cotidiano qué “programas” emocionales están latentes dentro de nosotros. Eso es lo que vas a poder manejar en la práctica. ¿Hay diferencias entre el cerebro femenino y masculino? Yo trato fervientemente de laburar en los procesos emocionales que todos tenemos en común. Eso es lo que más me importa. Sí, hay algunas diferencias. Imaginate que no sólo de neuronas vive el ser humano, sino también de hormonas. Y las mujeres tienen distintas hormonas que los hombres, e incluso distintos ciclos a lo largo del mes. Pero obsesionarse con las diferencias puede ser peligroso, porque lleva a exagerarlas. ¿La ciencia y la espiritualidad tienen a juntarse más o menos que antes y por qué? Sí. Me quedé corto: ¡claro que sí! Y eso es formidable. Porque la ciencia ofrece una visión en tres dimensiones de lo que nos pasa, mientras que la espiritualidad puede evocar una cuarta dimensión. Y ambas, dan respuestas complementarias a lo que transitamos en la vida. Ninguna desmerece a la otra. La magia no se apaga al saber cómo funcionamos. De hecho, surge magia nueva.

Historia del Día Internacional de la Mujer - IMEC 2013

Día Internacional de la Mujer - Un minuto de historia

Avance: Mujeres (Marie Curie, más allá del mito) - Canal Encuentro

José de San Martín- El Nido de Cóndores-Olegario Víctor Andrade-voz-Osva...