jueves, 10 de mayo de 2012

CALOI en www.historietas.com.ar- (1978)


En 1978, Carlos Trillo recibe en Italia el "Yellow Kid" como mejor guionista del mundo. Y ese mismo año, y después de tanto tiempo sin voces, en medio de tanto silencio se produce un acontecimiento fundamental: en ediciones "La Urraca", Andrés Cascioli funda la revista "Humor Registrado" (conocida por todos simplemente como la "Revista Humor") que, entre censuras y amenazas, se irá perfilando como una publicación de abierta oposición a la dictadura militar. En ella se destacan, como historietistas, Fontanarrosa, Tabaré, Garaycochea, Nine, Fortín, Limura, Grondona White, Meiji, Ceo, Altuna, Fabregat, y varios nuevos valores. A la izquierda vemos a "Piccafeces", un personaje de Grondona White. Entre 1978 y 1979, en la revista Tit-Bits, se publicaría "Wakantanka", la historia de un indio chippewa, con guiones del desaparecido Oesterheld (luego completada por Albiac) y dibujos de Juan Zanotto. En el año 1978, con motivo del Mundial de Fútbol, comienzan a aparecer en televisión los cortos con marionetas de Clemente, de éxito inmediato, pues los produce Caloi y los muñecos tiene la voz y la esencia que espera la gente, por lo que "Clemente" (derecha) se transforma en el "verdadero" símbolo popular del mundial, destronando al "gauchito", símbolo oficial, al que incluso derrota en su propia tira del diario. Por otra parte, entre 1978 y 1980, se desarrollarían 3 ediciones del "Encuentro Nacional del Humor y la Historieta", en la ciudad de Lobos (recién en 2011 llegaría la 4ª edición del evento). Entre los nuevos personajes, en 1979 llegaría "Pérez-Man", de Bróccoli. En 1980 aparecería la historieta "Aguila Negra", de Ray Collins y Solano López, para la revista "Nippur Magnum". Además, el éxito de la selección Argentina de fútbol motivaría que, a fines de la década, Jorge Toro creara la historieta "Gattin y el equipo", una sátira en la cual distintos animales representaban a los jugadores que participaban en el seleccionado. De todas formas, el fútbol ya había estado presente en esta década con la serie "Dick, el artillero" (izquierda), de José Luis Salinas y Alfredo Grassi, en el diario "La Prensa". Por su parte, la Editorial Perfil lanzaría, en 1980, las historietas del fotógrafo "Nico Cruz", a cargo de Albiac, Morhain, Vitacca y Oswal. En cuanto a las revistas, en 1979 surgiría el fanzine "¡Crash!", con ensayos y estudios sobre el mundo de la historieta y sus creadores, y también el último de los grandes títulos lanzados por la editorial Columba: "Nippur Magnum". Finalmente, en Julio de 1980, y como una extensión de la revista "Humor", llegaría a los kioscos la revista "SuperHumor" (éste tema lo desarrollaremos en la próxima parte de la historia del cómic en Argentina).

HISTORIA DEL COMIC ARGENTINO -TERCERA PARTE


ESTE TRABAJO DEBE SER CONSULTADO PARA LA INFORMACIÓN COMPLETA EN: WWW.todohistorietas.com.ar A continuación se difunde la última parte ( SEXTA Y OCTAVA ) LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA SEPTIMA PARTE: a partir de la década del '90 Recién iniciada la década, en el Centro Cultural San Martín se lleva a cabo, en 1990, con el auspicio de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, el "Primer Salón Nacional de la Historieta y el Humor", sin demasiada trascendencia popular, pero que deja un saldo positivo. Un año después, se realiza, esta vez en el Centro Cultural Recoleta, el "Segundo Salón Nacional de la Historieta y el Humor", y a pesar de que el centro cultural no permite vender ejemplares, no publicita demasiado la exposición ni se la toma muy en serio, este salón es el punto de partida de la Muestra Permanente de la Historieta y Humor que se viene realizando hasta hoy en forma habitual en la Recoleta. En cuanto a la siempre vigente Mafalda (imagen de la derecha), en los años '90, y a pesar del tiempo transcurrido desde la última tira publicada por Quino (que data de Junio de 1973), sigue haciéndose notar, sobre todo en el exterior. Por otra parte, la "comicmanía" que ya comenzaba a insinuarse en los últimos años de los ‘80 hace que empiecen a abundar en la zona céntrica primero, y en los barrios más importantes, después, los "Comic Shops" (o Comiquerías), liderados por "El Club del Comic", pionero en el rubro, en los que el público, sobre todo el más joven, se vuelca en masa. Como consecuencia del dólar barato (la paridad cambiaria había sido decretada en 1991 por la Ley de Convertibilidad), a principios de la década se hace más accesible la importación de historieta extranjera, y los superhéroes norteamericanos, con sus series al día, inundan el mercado. De a poco irán desapareciendo las grandes revistas de antologías para dar lugar a los comic-book, formato en el que se editará casi todo lo que se haga en nuestro país. Y mientras que Argentina y Brasil lanzan, en forma conjunta, un producto con la participación de los mejores autores de ambos países (click en la imagen de la izquierda), en esta década se desarrollan y aparecen nuevos dibujantes de una inusitada capacidad artística, a la vez que la historieta de aventuras aparece agotada y reiterativa. Es una etapa en la que no surgen nuevos guionistas de relevancia, en una crisis que es compartida por gran parte de la producción cultural y artística. Sin embargo, los años ‘90 se caracterizan por la consagración definitiva del historietista argentino a nivel mundial. Tanto guionistas como dibujantes, tanto los de siempre como los nuevos valores, triunfan en Europa y son convocados para colaborar con los "monstruos" del comic norteamericano, más reacios que los europeos para aceptar creadores extranjeros. Artistas de los "grandes" como Quique Alcatena, Francisco Solano López o Leo Durañona, y chicos "nuevos" como Fede Cueva, Pez, Horacio Ottolini, Ariel Olivetti y Pablo Raimondi son contratados por Marvel y D.C. para dibujar o entintar algunos de sus títulos , y no precisamente los menores, pues hablamos de "Avenger" o "Batman", entre otros. Como ejemplos de este "boom" internacional, podemos mencionar que, tomando el año 1994, se llega a la conclusión de que en Italia, uno de los países de mayor producción de comics en Europa, la mayoría de las revistas publicadas tiene un 25 % de material europeo y un 75% de material argentino, ya sea encargado directamente a sus autores o comprado a la editorial Columba. Por otra parte, Javier Coma (español) opina que las mejores historietas de la década del ‘80 son "Perramus" (Breccia-Sasturain), "Verano indio" (Pratt-Manara), "Partida de caza" (Christin-Bilal), "Afán de vida" (Will Eisner), "Custer" (Trillo-Bernet) "Encuentros y reencuentros" (Sampayo-Muñoz) y "American Flagg" (Chaykin). De los siete mejores del mundo, el 50% exacto (si consideramos todo lo argentino que tiene Pratt) es producción nacional. En 1991 aparece el número uno de la revista "El Tajo", de ediciones Record, donde se publicaría la serie "El Milagro de las Sirenas", a cargo de Eduardo Santellán. Ese mismo año, en Guernica (España), se realiza la exposición sobre Muñoz-Sampayo, a la vez que el Correo Argentino emite la primera serie de los sellos postales de "El humor y la historieta". En 1992 es editada profesionalmente, por Ediciones la Urraca, la tira "Cazador" (derecha), de Lucas-Olivetti-Ramírez-Cascioli, una serie iniciada como fanzine, y que fue una de las más exitosas y paradigmáticas de la historieta argentina de los noventa, con gran repercusión entre el público adolescente. En Noviembre de 1992 aparece el último número (el cien) de la revista "Fierro". A su vez, una aparición importante es la de la nueva revista "El Lápiz Japonés", cuidada y prolija, en forma de libro, realizada por gente muy joven, con la presencia de autores jóvenes y muy profesional, a pesar de su "estilo subte". Por otro, las editoriales comienzan a publicar a gran escala, en forma de libro, recopilaciones de los éxitos argentinos en Europa y de los clásicos de otras épocas. Así, "De la Flor", "Doedytores", "Columba", "Colihue", "Récord" y otras famosas editoriales que hasta el momento no se habían ocupado del tema, comienzan a deleitarnos con las versiones completas (reimpresas o inéditas), de, por ejemplo, "Tigre hotel", una de las grandes creaciones de Pablo Zweig (dibujos) y Mario Rucconi (guión); "Vera, historia de Indias", de Oski; "Cosecha verde", una apasionante historieta que combina elementos del relato folletinesco y la serie negra (a cargo de Mandrafina y Trillo); "Buscavidas" de Breccia y Trillo; "Mi novia y yo" tomos I y II, de Robin Wood y Carlos Vogt; "El Eternauta I y II" (de Oesterheld y Solano López), "Sargento Kirk" (de Oesterheld y Pratt), "Bull Rocket" (de Oesterheld y Campani); "Keko, el Mago", de Carlos Nine, "Metallum Terra", de Quique Alcatena y Eduardo Mazzitelli; "Transposiciones" y "Letras Escogidas", de Sanyú; "Versiones", de Alberto Breccia y Juan Sasturain; "Bordeline I y II", de Carlos Trillo y Eduardo Risso; "El otro yo del Doctor Merengue", de Divito, "Don Fulgencio", de Lino Palacios; "Alack Sinner", de Muñoz y Sampayo; "Ciudad", de Ricardo Barreiro y Juan Giménez; "Ministerio" e "Instituto", de Ricardo Barreiro y Solano López; "Los Cómicas y el SIDA", de Fernando García y Hernán Ostuni; "Manual de Historia Argentina", del niño Rodríguez; "Yo, Matías" (varios volúmenes), de Sendra; recopilaciones varias de Fontanarrosa, y muchísimos más. Dentro de este "éxito asfixiante", en la línea de las mejores revistas de los ‘80, nace, con los ‘90, "Puertitas", de "El Globo Editor", dirigida por Carlos Trillo, que publica los que serán los grandes éxitos de la década; por ejemplo, la ya mencionada "Cosecha Verde" y "Dragger" de Cacho Mandrafina y Carlos Trillo; "Irish Coffee", con dibujos de Carlos Meglia y guión de Carlos Trillo; "Max Calzone" (izquierda) de Parissi y Tabaré; "La sagrada familia", de Enio y Guillermo Saccomanno, con aventuras de la "maffia" italiana, y muchos más, además de seguir la tradición de sus antecesoras en cuanto a comentarios críticos, notas monográficas y apuntes sobre el comic. La publicación duraría hasta el año 1994. En paralelo a "Puertitas" se publicó "Puertitas Supersexy" dedicada enteramente al género erótico. Siguiendo con las historietas que aparecen en la década y en poco tiempo llegan a ocupar un lugar preponderante, en "Skorpio", del n° 178 al 181, de 1991, se publica la excelente "El Golem", con guión de Ricardo Ferrari y dibujos de Cacho Mandrafina y Beto Macagno. A su vez, en las publicaciones clásicas de Columba aparecen joyas como "El Púgil", de Ricardo Ferrari y Lucho Olivera; "El Dios", de Ferrari y Capristo; "Fratelli Centobuchi", de Trillo y Mandrafina y otros. En 1992, Daniel Paz comienza a publicar, en el diario "Página 12", la tira "F.Mérides Truchas", a su vez que se elige a Patoruzú (derecha) como símbolo de la exposición realizada en Buenos Aires con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. A partir de mayo de 1992 la editorial italiana "Euroa" comienza a publicar, en Italia, "Cybersix", de Carlos Trillo y Carlos Meglia, uno de los boom del comic mundial, que recién comenzará a publicarse en la Argentina en 1994. En Noviembre de 1993 muere Alberto Breccia, y, tiempo después, un grupo de los alumnos de su taller de dibujo funda la revista de historietas "El Tripero". Otras revistas de esta época fueron “La Parda”, “Cóctel” y “Planeta Caníbal”. Después de casi cuarenta años (salvo intentos esporádicos que habían fracasado estrepitosamente), vuelven a realizarse ediciones argentinas de las revistas de D.C. y Marvel Comicas, caracterizadas, como las antiguas, por una excelente edición, traducción y comentarios, que vuelven a abrir un importante mercado sudamericano. Gran parte del catálogo de DC Comics es editado en Argentina por parte de la editorial Perfil. En 1994 comienza a salir, en los kioscos, la versión comercial de "Comiqueando", uno de los fanzines de la década del ‘80, dedicada íntegramente al comentario y crítica de la historieta y el dibujo animado nacional e internacional y a la promoción de nuevos valores. En ésta revista aparecería "Amorfi" (izquierda), de "Dani The O" (Daniel Díaz). Por otra parte, y a pesar de la desaparición de Oesterheld, "El Eternauta" tendría nuevas continuaciones. El 20 de agosto de 1995 muere Hugo Pratt, sumiendo definitivamente en el luto a la historieta del mundo. En junio de 1995 se realizan en Bahía Blanca las "Jornadas Nacionales de la Calle, con la presencia, entre otros de Francisco Solano López, Juan Sasturain, Carlos Nine, Hermenegildo Sabat, etc. En ese mismo año, Solano López, con su historieta "Silly Symphonics", gana el 1er. premio del Festival de Cine y Arte Erótico de Barcelona. El Ministerio de Cultura y Educación, también en el ‘95, en el marco del Programa Nacional por los Derechos del Niño y el Adolescente, produce y difunde almanaques y afiches ilustrados por Fontanarrosa, Rep y Sendra, tres de los mejores humoristas gráficos de la actualidad. El 6 de noviembre de 1995 reaparece triunfal después de tres décadas, con sus nuevos cortos en Canal 13, el siempre recordado "Hijitus", de García Ferré, con nuevas técnicas pero la magia de siempre en este mismo mes, en el Palais de Glace de Buenos Aires se realiza, a dos años de su muerte, un homenaje a Alberto Breccia titulado "Luces y Sombras", con la presencia de grandes artistas argentinos y españoles. El 31 de diciembre de 1995, la revista dominical de Clarín, Viva, hace un balance del año a través de tres "argentinos" famosos: Clemente (Caloi), Inodoro Pereyra (Fontanarrosa) y Matías (Sendra). En enero de 1996 sale el último número de "Skorpio", y ese mismo año llegaría la revista “Hacha” (se editaron solo 6 números). Entre Abril y Mayo de 1996, en la Feria del Libro de Buenos Aires, hay un espacio especial dedicado a los cien años de la historieta y uno de los actos culturales organizados es una mesa redonda titulada "La Historieta como vehículo educativo", a cargo de especialistas en el género como Oscar Steimberg, Jorge Rivera, Germán Cáceres y Sanyú. Entre el 7 y 10 de noviembre se lleva a cabo Fantabaires, la 1º Convención de Historietas, Humor Gráfico, Ciencia Ficción y Terror; con la presencia de artistas, ciclos y charlas, más las distintas editoras, se realiza la misma en la Sociedade Nazionale Italiana, que fue colmada por el público. Fantabaires duró hasta ya entrada la nueva década. En estos años aparecen nuevos personajes en los diarios, como ser "Catalina" (izquierda), de Garaycochea (desde 1991, en "La Nación"), "El Nene Montanaro", de Altuna (desde 1994, en Clarín), "Gaturro", de Nik (desde 1993, en "La Nación"), y, más adelante, dos personajes de "Rep" en el diario "Página 12": "El Niño Azul" y "Gaspar, el Revolú". En 1996 comienzan a emitirse en canal 11 los capítulos de la serie "Cybersix", interpretada por la modelo Carolina Pelleriti. En abril de ese año la revista "La Maga", en su número 221, regala un videocasette que contiene un programa completo del ciclo DNI (A.T.C.) dedicado a "El Eternauta" (emitido en 1995), personaje que sería incluído por el diario Clarín, en el año 2000, y a pesar de ser una historieta, en su colección "La Biblioteca Argentina / Serie Clásicos", junto a obras como Martín Fierro y autores como Borges, Sábato o Cortázar. Entre 1997 y 1999 cientos de revistas independientes y fanzines surgirían en todo el país, como ser "Catzole" (donde aparecería "El oficial Yuta", derecha, de Rovella), "Morón Suburbio" (de Angel Mosquito) , "Kapop", "Falsa Modestia", "Océano y Chaquito", "Pluma Negra", "Chelza!", "La Métafora", "Cámulus", "La Quimera", "Alas", "Max King Comics!", etc. También surgirían revistas más ambiciosas, pero que desaparecerían a los pocos números, como ser "Oxido de Fierro", "Buitre", "Qajas" o "Arkanov ". En las provincias del interior del país se producían fenómenos similares con revistas como "Aspid", "Elvisman", "El Hombre Sopapa" (hecha enteramente en tela), "Guacho", "Cossanostra", "Rrruido", "Cogazomics", "Asfalto Caliente" y "Dopple Charasca". En la última parte de la década surgieron los "Comic books argentinos", donde aparecerían una serie de personajes que, sin llegar a ser superhéroes, se aproximarían a ese género. Las 2 revistas que alcanzarían mayor proyección en el tiempo con este estilo fueron "Animal Urbano" (publicada por "Furor Historietas") y "Caballero Rojo" (bajo el sello "Comiqueando Press"), pero también vale mencionar a las revistas "El Ojo Blindado", "Virus", "El Laucha" y "Mitofauno". El personaje "Animal urbano" (izquierda), que era un oscuro mutante argentino que defendía a los excluídos de la sociedad, era realizado con los guiones de Dabat (luego reemplazado por Guillermo Grillo) y los dibujos de Molina. En el caso del personaje del "Caballero Rojo", ya había aparecido en la revista "Comiqueando", y era un superhéroe argentino inspirado en el personaje de Titanes en el Ring, con guiones de Torres y dibujos de Navarro. Pero la estrella comercial del fin del siglo fue el Manga, con, por ejemplo, la revista "Lazer", de Editorial Ivrea. En 1998 llegaría un nuevo personaje en el suplemento infantil del diario "La Nación": "Lejos Pratt" (derecha), de Oswal y Albiac. Ese año se creó la “Asociación de Historietistas Independientes” (AHI), agrupando a los productores de revistas y fanzines independientes del país; en la AHI llegaron a contabilizarse más de 100 títulos diferentes. Ese mismo año, el Correo Argentino lanza la segunda serie de sellos postales en homenaje a los autores del humor y la historieta de Argentina, y a sus populares creaciones (click aquí para ver el el matasellos "Día de emisión", con el clásico "gatito" dibujado por Landrú). En el año 2000, Ediciones de La Flor lanzaría el libro “La historieta argentina - Una historia”, de Gociol y Rosemberg, un volúmen de más de 600 páginas cuya primera parte corresponde a una cronología de la evolución de la historieta argentina y la segunda al pertinente análisis temático. Al finalizar la década apareció brevemente la revista "Ultra" (de editorial Ivrea), con 3 historietas, "Anita, la hija del verdugo" (de Sosa y los hermanos Bobillo), "Convergencia" (de Oberto y Brito) y la reedición de "4 Segundos" (de García Zecchin y García Valdearena). Es importante señalar que, en el último lustro del siglo XX, los artistas argentinos consagrados publican bastante material en el exterior. LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA OCTAVA PARTE: a partir del siglo XXI Por la caída de la convertibilidad (en Diciembre de 2001), el aumento de los costos paraliza a los pocos que se animaban a la autoedición, y por bastante tiempo no aparecen nuevas publicaciones de historieta argentina. Para peor, en el año 2001 cierra la famosa editorial "Columba", siendo la que por más tiempo publicaría historietas en el país. Por otra parte, pasa el furor de las "comiquerías", y van cerrando una a una, quedando solo unas pocas. Sin embargo, y a pesar que en Enero de 2002 aparece por última vez la Revista "Anteojito", en el siglo XXI siguen apareciendo, con el tiempo, nuevas revistas de historietas, como ser “El Historietista” (a cargo de Walter Vázquez), "¡Suélteme!", "Ultra", "Selvática", "El Abismo", "Pinlu" (dirigida por Guerrero), etc. Así, progresivamente surgen, día a día, más publicaciones independientes de historietas, siendo la mayoría autofinanciadas y distribuidas por los propios editores. Quien más se destaca como editor independiente es "La Productora", con revistas unitarias como "El Otro", "Road Comic", "Punto Muerto", "Resurrecto", "Néstor Comics", "Perfecto", "Grájal", etc. En todas estas revistas aparecen los nuevos talentos y autores de la historieta nacional, en constante renovación. En el año 2003 el Correo Argentino emite la tercera serie de sellos postales de "El humor y la historieta". En Diciembre de ese mismo año se lanza la "Biblioteca Clarín de la Historieta", siendo 20 títulos publicados cada 15 días, con clásicos de la historieta nacional (Mafalda, El Loco Chávez, El Eternauta, Patoruzú, Nippur, Inodoro Pereyra, Isidoro, etc.) y extranjera (Súperman, Batman, Popeye, etc.), con la historia de los personajes y las biografías de los respectivos autores. Y a propósito de Mafalda, ella y sus amigos (imagen de la derecha) siguen haciéndose notar en el nuevo siglo, a pesar que la última tira data de 1973. Mientras tanto, siguen apareciendo nuevos personajes y tiras en los diarios, como por ejemplo "Charly Huesos" (izquierda), de Claudio Furnier (en "La Voz del Interior"), "CaZados", de Trillo, O'Kif y Gutiérrez (año 2002, en "Clarín"), los pingüinos de la tira "Macanudo", de "Liniers" (año 2002, en "La Nación"), "La Nelly", de Langer y Mira (año 2003, en "Clarín"), y "Batu", de "Tute" (año 2007, también en "La Nación"). Por su parte, vale señalar que un personaje creado por Peni, "Z.X.Wilbur" (el niño extraterrestre) para la revista "Genios", se comienza a distribuir en varias revistas infantiles del extranjero. En Septiembre de 2006 se lanza la "Nueva Biblioteca Clarín de la Historieta", esta vez con 15 libros de aparición quincenal, siendo 8 referidos al cómic nacional (entre ellos Boogie, Patoruzito, Sargento Kirk, Don Fulgencio, Avivato y Sherlock Time), y 7 del cómic estadounidense (como ser "El hombre araña", "Tarzán", "Mickey", "Donald", "X-Men", etc.). Ese mismo año, el Museo de Bellas Artes de Chile le rindió un homenaje a la Historieta Argentina, que influyó y fue pionera en toda América Latina, realizando tres muestras de ella en Santiago de Chile; Argentina envió un importante material para las exhibiciones, que tuvo gran repercusión en el público y en la prensa y medios culturales en general. Luego de casi quince años de ausencia, en octubre de 2006, y como suplemento opcional del periódico Página/12, reaparece la revista "Fierro", dirigida por Juan Sasturain. Se hace notar en el año 2007 la aparición de la colección "Aventuras Dibujadas", un proyecto editorial que compila, en doce álbumes, historietas contemporáneas de autores argentinos para niños y jóvenes, como ser "Bosquenegro" (de Calvi), "Dante Elefante" (derecha, de Rovella), "Monsterville" (de Parés y Jorh), "El Cuerno Escarlata" (de Trillo y Varela), "El Perro de la esquina" (de Leo Arias), "Misión + Cota" (de Chanti), "Coco y Cilindrina" (de Montag) y "Martin Holmes" (de Trillo y Bobillo). Y en el mismo año 2007, el dibujante José Muñoz ganó el Gran Premio de la ciudad de Angouléme, Francia. Este galardón le dió derecho a presidir el Festival 2008, donde se organizó una muestra de homenaje a la Historieta Argentina. Esta muestra contó con el aporte del "Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires", el cual envió 80 originales de los artistas mas importantes de la Argentina. En Marzo de 2008 llegó a los cines "Imaginadores", de Daniela Di Fiore, una mezcla de documental y animación que recorre el universo de la historieta argentina. De Enero a Julio de 2008 hubo un homenaje a la Historieta Argentina realizado en la ciudad de Angoulême, Francia. Del 20 al 24 de Mayo del mismo año se realizó, en Buenos Aires, el Festival Internacional de Historietas "Viñetas Sueltas", reuniendo a autores sudamericanos y europeos. En Abril de 2008 se publicó el libro "La Argentina que ríe", de Cascioli y Califa, publicado por el sello editorial FNA (Fondo Nacional de las Artes), el cual recoge la producción del humor gráfico argentino durante las décadas de 1940 y 1950. En Junio de 2009 apareció el primer número de la revista de historietas y humor "Comic.ar", con la dirección de Tomás Coggiola, y con personajes como "El Exhumador" (izquierda, de Curci y Centurión), "Nahuel Puma" (de Fernández e Ibáñez), "Dugong y Manatí" (de Alcatena), "Nacho Paparazzo" (de Nápoli y Basile), etc. En Octubre de 2009 fue sancionada, por la Legislatura porteña, la Ley 3.220 instituyendo el 4 de Septiembre de cada año como "Día de la Historieta", instando al Poder Ejecutivo de la ciudad a realizar actividades y promover políticas destinadas a desarrollar la historieta como arte e industria cultural. A partir de Marzo de 2010, por un acuerdo entre el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y las principales librerías, los cómics y las historietas obtuvieron un sector propio en las mismas, como para sumar un nuevo circuito de comercialización. Ese mismo mes, el diario "Página 12" lanzó a la venta el álbum de figuritas de la historieta argentina denominado “Chapitas de Fierro”. En Mayo de 2011 apareció el libro "Bicentenario: 200 años de humor gráfico - Primera Centuria: 1810 / 1910", editado por el "Museo del Dibujo y la Ilustración".

HISTORIA DEL COMIC ARGENTINO-Segunda parte


LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA SEGUNDA PARTE: Desde comienzos de la década del '30 hasta el final de la década del '40 Durante las décadas del '30 y del '40, en la colección "Critica cómicas", se publicaría diverso material extranjero y argentino. En el año 1931 aparecería, en el diario "Crítica", un suplemento de historietas a todo color (denominado "Popeye"), y comenzaría a destacarse el dibujante italiano Bruno Premiani. En cuanto a los primeras tiras de la década hay que mencionar "Las desventuras de Maneco" (derecha), de Linage, prototipo de un personaje muy difundido en la época: el del chanta porteño, simulador y tramposo, y que popularizaría la frase "sonaste Maneco", el cual se publicaría en "Caras y Caretas". Otro personaje que haría popular una frase sería "Calixto Campolargo", de González Fossat (desde 1933, en "La Novela Semanal"), quien finalizaba las tiras diciendo "¡Estás listo, Calixto!". Otras tiras de comienzos de la década serían “La barra de Bolita”, de Lino Palacio (en el suplemento infantil de “La Prensa”) y "Quique, el niño pirata", de Cazeneuve (en el diario "El Mundo"), ambas surgidos en 1931. Y sería en 1931 cuando el personaje del "Indio Patoruzú" (izquierda) tendría su propia tira en el diario "La Razón". Ese mismo año llegaría la revista de historietas para niños "Bolita". En 1933 aparecería, en la revista "Para Tí", la historieta "Tío Migajas y Lucerito", con textos de Matilde Velaz Palacios y dibujos de Bensadón. En 1934 llegaría "Cholo y Cacho", de Vidal Dávila, para "Barrilete". Ese año se publicaría también "El Nuevo Rico" (junto a su
mayordomo "Federico"), de Héctor Rodríguez. Desde 1935 aparecería la tira "Tancredo", de Fantasio, primero en "La Razón y luego en "El Mundo". Ese mismo año Daloisio publicaría a "Kid Tortazo", "Bimbo" y "Don Juan Porteño", en la revista "Aconcagua". En éstas décadas aparecerían también las tiras "El tonto de Capirote" y "El Burro y el Comisario" (ambas de Navarrete), "La señorita Pilar delira por manejar" (de Linage), "Pajarito" (de Balza), "Corchito y compañía" (de Martelli), "Pulgarín" (de Clemen), "Bolita" (de Páez Torres), "Don Sandalio" (de Roux), "Lauchita y su barra" (de Villafañe), "Piolín" (de Skitt), "Bigo y Telli" (de Giraldo), etc. Además, entre la abundancia de personajes aparecidos por esos años, hay que mencionar también a "El profesor Papafrita" (de Arzubi Borda), "Don Casifrundo" (de Kantor), "Tutú y su pandilla" (de Marino), "Carpincho" (dibujo de la derecha, de Clemen, quien firmaba como "Big-Boy"), "Trompita" (de Gigante), "Bu-Bu" (de Macaya), "Las andanzas de Silvestre" (de Pace), "El Doctor Ciruela" (de Quinteros), "Don Serapio" (de Ugarte), etc. Continuamente el las diversas revistas llegaban nuevos personajes; por ejemplo, en "Mundo Argentino" aparecerían tanto "Tarantelli y Peteneras" (de Bello) como "Tachuela" (de Jean Josse), mientras que en "Estampa" llegarían "Los Ramachuza" (de Rodríguez), en la revista "Ahora" estaría "Don Chispita" (de Alessio), y en la revista "Mustafá" llegaría "Kharú, el hombre misterioso", de Wadel y Clemen. Por su parte, la revista "La Cancha", de López Pájaro, publicaría, entre otros personajes, a "Tito el Lungo", de Ianiro, y a dos creaciones de Ferro: el árbitro "Don Pitazo" y los mellizos "Aserrín y Pan Rallado". En cuanto a los diarios, en "La Razón", luego de la publicación de "Julián de Montepío" (y su valet, Cocoa), de Quinterno, se publicarían personajes como "Payuca, cabo conscripto", de Araceli, "Betún", de Daloisio, "Gumersindo" (imagen de la izquierda), de Fola, “Goyito”, de José Taggino, y el popular buzo "Chapaleo", de Eduardo Ferro. En 1936, aparecería "Rayito y Clavelina", de Ada Lind (seudónimo de Laura Quinterno), en el diario bonaerense "El Mundo". Posteriormente, en el diario "El Pampero", habría historietas como "Carocito" (de Seguí), "Virola" (de González Fossat), "Ñangapirí" (de Ferro) y "Bien Porteño" (de Lubrano). En tanto, entre 1935 y 1940 Raúl Roux publicaría, en el diario "La Razón", la historieta "Más allá", basada en un viaje a través del espacio. Por otro lado, en el diario "Noticias Gráficas" se publicarían "Las aventuras de Carlos Norton", de Amenabar y Bernabó, que era una tira basada en un exitoso radioteatro sobre un detective de Buenos Aires. En ésta década hubo varios gauchos que fueron protagonistas de tiras cómicas, como ser "El gaucho Atilano" (de Raúl Naya, en "Sintonía") y "Don Cirilo Blanco" (de Carlos Clémen, en "Pololo"), ambos de 1933, y más adelante "Juan Pereyra" (de Pedro Gutiérrez). Incluso, un par de ellos fueron personajes de historietas utilizadas como medio de promoción en publicidad gráfica, tal el caso de "Rendija" (derecha, de "Neos"), para tres marcas de cigarrillos, y protagonizada por un gaucho criollo simbolizando la manufactura nacional, y, más adelante, "Andanzas del gaucho Relamido" (de Burone Bruché) para una marca de jabón. Diversas revistas publicarían nuevos personajes, como ser "Raco el extra", de Columba (en "Cine Argentino"), "Nisistrato", de Borraro (en "El Hogar"), "Pepe Boleto", de Ferro (en "Pilucho"), y "Chupete", de Vidal (en la revista "Barrilete"). En tanto, las revistas específicas de historietas, se multiplican y alcanzan grandes tiradas. En el año 1936, aparece la "Revista Patoruzú", de Dante Quinterno, lugar donde se publicaría "Hernán, El Corsario" (izquierda), de José Luis Salinas, una historieta que incorporaría recursos propios de la más moderna cinematografía; también llegarían, con el tiempo, "Ventajita" (de Blotta y Juliá), "María Luz" (de Battaglia), "Oscar dientes de leche" (de Divito), y diversos personajes de Eduardo Ferro, como ser "Tara Service" (un técnico electrónico medio idiota), "Bólido" (el cadete), "Cabeza Fresca", "Pandora" (un "yiro"), etc. A fines de los años '30 aparecería la revista "Pif Paf" (de Editorial Tor), y, brevemente, la revista "El buen humor" (de Marengo). En 1937, en la revista porteña ¡Aquí está!, se presenta la serie humorística "Conventillo", creada por un joven dibujante, Héctor Torino. La serie, con distintos nombres, fue continuada a lo largo de 40 años, y estaba ambientada en el universo de los hospedajes colectivos donde se cruzaban los numerosos inmigrantes pobres de distintos orígenes que llegaban a la Argentina; allí apareció por primera vez "Don Nicola" (derecha), el popular dueño del conventillo. Ese mismo año, en la revista "Pilucho", llegaría "Pochita" (en una tira cuya autora firmaba como Berta M.C.), mientras que en la revista "El Hogar" llegarían “Las aventuras de caza del Pibe Palito”, de Cazeneuve. Un año después, en el diario "La Prensa", aparecería "Don Fulgencio", de Lino Palacio. En 1940 llega la revista "Cara Sucia", de Reilly (Billy Querosene), con varios personajes de historieta como "El ñato Agrelo" (de Reilly y Mazzone), "Agapito el León" (de Guratti), "El doctor Bubby" (de Reilly y Villafañe), "Pelopincho y Cachirula" (de Fola), "La vaca Aurora" (de Mirco Repetto), "El mago Truco y su ayudante Retruco" (de Daloisio), "Nemesio" (de Bourse Herrera), "Cucharita" (de Villafañe), "El gallito Sofanor" (de Blay), "Tío Pedro" (de Valencia), "Ñandusa" (de Marino), "Don Cleptómano" (a la izquierda, de Mirco Repetto), etc. Por su parte, la tira "Mi sobrino Capicúa" (de Mazzone) se publicaría por un tiempo en ésta revista para retornar luego a la "Revista Patoruzú". En la revista "Figuritas", donde colaborarían, entre otros, Cortinas, Clemen, Pedro Gutiérrez y Carlos Linares Quintana (este último, con su historieta protagonizada por objetos escolares animados denominada "La Pluma Cucharita"), llegarían, a partir de 1936 y en los años posteriores, personajes como “La rana Charquito” (de J. Vidal), "Paragüita, el inventor del trabajo" (de Marino), "Los mellizos detectives" (de Daloisio), "El negrito Alelí" (imagen de la derecha, de Martínez Parma), "El Marqués de Puerto Nuevo" y el gaucho "Rancagua" (ambos de Juan Oliva), etc. Por su parte, la revista "Leoplán" tendría personajes como "Don Mateo" (de Olivas), "Goyo y Panchita" (de Fantasio), el zorro "Tío Juan" (de Valencia), "Esculapio Sandoval" (de Torino) y "El vasco Anchoa" (de González Fossat). Por estos años, Alberto Breccia realizaría, en las revistas "Tit-Bits", "Rataplán" y "El Gorrión" historietas como "Mariquita Terremoto" (izquierda), "El Vengador" (la primera tira de superhéroes realizada en Argentina), "Kid Río Grande", y adaptaciones de novelas populares. Otros personajes de esta época, pero en otros medios, fueron "El gato Crispín" (de Aguilar, en “Fémina Ilustrada”), "Cirilo el Audaz" (de Rapela, basada en la mítica figura del gaucho de las pampas), "Don Simón y su hobby" (de Franchot), y "Don Mamerto detective" (de Torino). En 1940, en el diario "El Mundo", se publicaría "Tric y Trake" (de Daloisio), una típica historieta del género "dúo alocado de amigos". Sucesivamente llegarían nuevos personajes de Dante Quinterno, como ser "Isidoro Cañones" (en el año 1935 lo haría, en el diario "El Mundo", como un personaje secundario, y luego, en 1940, ya con su propia tira, en la "Revista Patoruzú"), el caballo "Pampero" (en 1936), "la Chacha" (a la derecha, también en 1936), "Upa" (en 1937), "Ñancul" (en 1937), y el tío de Isidoro, el "Coronel Urbano Cañones" (en 1939). Todos estos personajes aparecieron en el diario "El Mundo". Vale señalar que recién mucho después (ya en el año 1959, y en la revista Patoruzú) llegaría "Patora" (la hermana del cacique). A partir de la década del '40, por varios años, y de la mano de Adolfo Mazzone, iría llegando una amplia galería de personajes, como el convicto que vivía planeando fugas "Piantadino", el holgazán "Fiaquini" (a quien vemos a la izquierda), el avaro "Tacañino", el vagabundo "Linyerio", el punguista "Afanancio", el mucamo "Perkins", el alcahuete "Batilio", el niño chantajista "Yoloví", el lento "Tolondrati", el detective "Chapalupa", el ponebombas "Señor Bang", el desafortunado demonio "Tridente", etc. Desde 1941 hasta 1947 apareció la revista de humor político “Cascabel”, dirigida por Jorge Piacentini, y donde colaborarían, entre otros, Carlos Warnes (creador, en 1942, del célebre personaje "César Bruto", ilustrado por Oski), Emilio Villalba Welsh, Conrado Nalé Roxlo (Charnico), Landrú, Lino Palacio (Flax), Abel Ianiro (quien, por otro lado, crearía en la revista Leoplán a "Tóxico y Biberón"), etc. A principios de los años 40', Guillermo Divito crearía a dos de sus grandes personajes: "El Doctor Merengue" (imagen de la derecha), protagonista de la tira "El otro yo del Doctor Merengue", en la revista "El Hogar", y a "Bómbolo", en el diario "La Prensa". Ya en 1944, exactamente el 16 de Noviembre, el propio Divito, junto a un grupo de soñadores como él, fundaría la revista "Rico Tipo", la cual marcharía a la vanguardia del humor escrito y dibujado por muchos años (llegó a vender 350000 ejemplares), y que incluso marcaría el ritmo de la moda a través de la vestimenta de varios de los personajes. Fueron jefes de redacción, sucesivamente, Eduardo Almira y José Benavidez. Entre otros personajes del propio Divito que aparecían en la revista estaban "Pochita Morfoni" (una gordita glotona), "Fúlmine" (que era un prototipo del "yetattore"), "Fallutelli" (quien era un oficinista odiado por todos), "El Abuelo" (que era un viejito seductor), y, por supuesto, "Las chicas" (a la izquierda), que eran sexies, con cuerpos esculturales (cintura de avispa, piernas larguísimas, busto interesante) y polleras muy cortas, y que pensaban y se movían como muchachas emancipadas (incluso se alimentaron de la moda y a la vez la impusieron). Por la revista "Rico Tipo" pasaron grandes dibujantes y humoristas, y colaboraron innovadores como Ianiro (y su personaje "Purapinta", caricatura de un guapo porteño no muy valiente, a quien vemos a la derecha), Fantasio, Carlos Warnes, Oski (creador de otro personaje: el avaro "Amarroto"), Calé (con su "Buenos Aires en camiseta"), Landrú, Pedro Seguí, Mazzone (con varios de sus personajes), Bavio Esquiú, Liotta (y su personaje "Timberio"), Juan Cotta (con "Patiño"), Barrios, Francho, Toño Gallo (con "Desconfiacho"), Muñiz, Avlis, Carlos Gómez (con varios personajes, entre ellos "Lechervida"), Martínez, Salinas, etc. En 1941, en la revista "Aquí está", se publicaría "Don Piluso", de Daloisio. Por otra parte, Patoruzú es partícipe de dos hechos fundamentales en los años '40, ya que el 25 de agosto de 1941, produce un hecho inédito al ser publicado por un diario de Estados Unidos, el PM de New York (a la izquierda), siendo la primera vez para una historieta argentina; por otra parte, al año siguiente protagoniza el primer dibujo animado argentino, "Upa en apuros" (que se estrena en noviembre de 1942). En el año 1945 se suma a las publicaciones ya existentes la "revista Don Fulgencio", dirigida por Lino Palacio, en la cual colaborarían, entre otros, Gordon, Rafael, Dobal, Andrino, Gigante, Guerrero, Vidal Dávila, Landrú, Bourse, Rodríguez, Manzoni, Tálice, Gagliardi, Valenti, Belgo, Benarós, Mariofelia y Martínez. También en 1945 llegaría la "revista Patoruzito", de Dante Quinterno. En ella aparecerían diversos personajes como "Langostino", de Eduardo Ferro; el propio "Patoruzito" (de Quinterno, Lovato y Repetto); "Cisco Kid", de Salinas, quien dibujó a este cowboy de aire latino para el King Features Syndicate durante más de veinte años, sobre guiones que le eran enviados desde los Estados Unidos; "Rinkel, el ballenero" (imagen de la derecha), de Tulio Lovato, que era una serie de ambientación marina; y "Lanza Seca", de Roux, quien realizó esta serie sobre la conquista del desierto y la guerra a los aborígenes. Y sería en la mencionada "Revista Patoruzito" donde el futuro maestro Alberto Breccia realizaría audaces cambios de plano en el dibujo; allí, con textos de Wadel, comienza a dibujar la tira "Vito Nervio" (izquierda); Breccia heredó esta serie, inicialmente dibujada por Cortinas, en 1947, y la dibujó durante diez años, dotando al detective protagonista de un carácter rudo. Antes, en 1944, Breccia realizaría "Puño Blanco" para el diario "La Razón" y "Gentleman Jim" para la revista "Bicho Feo", con guión de Cortinas, autor que realizaría, en esa misma revista y en el mismo año, la tira "Isabelita y Chichito". En la década del ‘40 comienza la que podría denominarse la "Época de Oro" de la historieta nacional. El inicio lo marca la aparición y consolidación de la historieta "seria" y "adulta", que le valdrá el mote de "literatura dibujada". Esto se apoya en la fundación, en 1945, de la revista "Intervalo", de Editorial Columba, la cual viene a llenar un bache, ya que se completa el espectro, que se da con "Billiken", para los chicos, "Patoruzito", para los jóvenes, y la mencionada "Intervalo", para los adultos. Aunque el valor de "Intervalo" es innegable, y en ella comenzaron a publicar sus primeras obras muchos de nuestros grandes dibujantes, la estética "quietista" de la revista le otorga una calidad artística cuestionable. Para ganar su prestigio de "adulta" la historieta que se publicaba en Intervalo se apoyaba casi siempre en modelos literarios, con ausencia por completo de guión, el cual se limitaba a reproducir textualmente o a resumir el texto original adornado con ilustraciones: un palabrerío que repetía casi siempre lo que las pocas imágenes ya mostraban, dejando incluso de lado el tan característico "globo" de los comics para utilizar sólo el epígrafe (reproducción del texto al pie de la ilustración) o largas tiradas de viñetas ocupadas sólo con palabras, sin dibujos. Aunque hoy parezcan aburridas, estas historietas que se apoyaban en la literatura tradicional y prestigiosa tenían un éxito tal que en 1950 la Editorial Columba saca un suplemento semanal, "Intervalo Extra", dedicado exclusivamente a adaptaciones de la literatura universal. Desde 1941, y a lo largo de 33 años, Luis Medrano publicaría, diariamente en el diario "La Nación", sus populares "Grafodramas", unos dibujos que, junto a escasas palabras, serían un registro de la vida cotidiana de los argentinos a lo largo de décadas (click aquí para ver un ejemplo). En 1942, en el diario "La Razón", llegarían "Archibaldo" (de Taggino) y "Villa Mosquete" (de Guerrero). En 1943, en la revista "Billiken", aparecieron, con un humor a veces absurdo, a veces ingenioso y a veces ingenuo, "Ocalito y Tumbita" (a izquierda y derecha respectivamente), de Vidal Dávila (click aquí para ver la primera tira). Años después, en el diario "Clarín", llegaría la historieta "Blanca Nieve y Pío Pío", de Guevara y Rega Molina. En el año 1945 se fundó el "Museo de la Caricatura Severo Vaccaro", que, con sucesivos cambios de sede, cierres y reaperturas, se mantuvo vigente hasta nuestros días. En 1946 aparece la revista "Popurrí", dirigida por Medrano, y donde colaborarían, entre otros, Gómez de la Serna, Conrado Nalé Roxlo, Cancela, Fantasio, Guerrero (con "Los mellizos Pancho y Paco"), Camblor y Garaycochea. En 1948 surgió, brevemente, la revista "Medio Litro", dirigida por León Benarós, con un humor costumbrista, y diversas notas, comentarios e historietas, entre las cuales estaban “Pobres gatos” (de Landrú), el bañero chanta “Salvador” (derecha, de Vic. Martin), “Son cosas que pasan” (de Fantasio), “Don Solazo” (de Benarós y Jorge Elena), “El Poderoso Infra-Man” (de Benarós y Alberto del Castillo), el estudiante chicato “Cuatroqui” (de Demarchi), “Jovencitas” (de Hilda Temy), el ñandú “Charabón” (de Gordon), el hipnotizador “Vista Brava” (de Daloisio), la sirenita “Amapola” (de Jorge Elena), etc. A fines de la década del '40 se instala en Argentina la editorial Abril, que edita las revistas "Salgari" (desde 1947), Misterix (desde 1948), Cinemisterio (desde 1950) y, posteriormente, "Rayo Rojo". Vale señalar que el nombre de la revista Misterix derivó del personaje con el mismo nombre (de Ongaro y Campani) surgido en la revista Salgari, al cual vemos en la imagen de la izquierda (click para agrandar). Así, a través de revistas como "Misterix" y "Rayo Rojo", se promovería la difusión de la historieta nacional y significaría lo que en su momento fueron "Caras y Caretas" o las publicaciones de Quinterno o Columba (justamente, ésta editorial, en Julio de 1950, lanzaría otra revista: "Fantasía"). Por otra parte vale mencionar que, a fines de la década del '40, la historieta comenzó a trasladarse a los demás medios. Como ejemplo, podemos mencionar a "Avivato", personaje de Lino Palacio llevado al cine en 1949 por Enrique Cahen Salaverry, y protagonizada por Pepe Iglesias; a “Fúlmine” (derecha), de Divito, también en 1949, con la dirección de Bayón Herrera y con Pepe Arias como protagonista; a "Don Fulgencio", de Lino Palacio, en 1950, dirigida por Cahen Salaverry (con Enrique Serrano como protagonista); a "Piantadino", de Mazzone, en 1950, dirigida por Francisco Mugica, y protagonizada por Pepe Iglesias; y a "Juan Mondiola", de Bavio Esquiú, también en 1950, con dirección de Manuel Romero y protagonizada por Juan José Míguez. Siguiendo con el recorrido de personajes, podemos mencionar dos creaciones de Carlos Freixas: "Tucho, de canillita a campeón", un repartidor de periódicos que llega a campeón de boxeo y tiene peligrosas aventuras por todo el mundo que se integran con sus encuentros boxísticos (apareció en la Revista Patoruzito desde 1948), y "Darío Malbrán, psicoanalista", con historias de tinte policial (publicada hacia 1949 en la revista "Aventuras"), en éste caso con textos de Julián Maldonado. Por su parte, la dupla Haleblian - Del Castillo crearían, en 1945, "Arbolendo, el árbol con vida” y "Pulgarcito", ambas en "Tibor Gordon". En Septiembre de 1950 Editorial Láinez sumaría un nuevo título: “Puño Fuerte”, nombre tomado del boxeador dibujado por Franz Guzmán, quien posteriormente tendría otra personaje en esa revista: “Tamalito”. Finalmente, al culminar la década surge también la revista "Mundo Infantil" (de Editorial Haynes), con personajes como "Los mellizos Tiki y Toko" (de Vidal Dávila), "Picho de la Federal" (imagen de la izquierda, de Urtiaga), la ya mencionada "Vaca Aurora" (de Mirco Repetto), etc.

HISTORIA DE COMIC ARGENTINO - PRIMERA PARTE


.LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA El siguiente trabajo fue realizado por Néstor Gustavo Giunta, y se encuentra debidamente registrado en la Dirección Nacional de Derecho de Autor. Nota del autor: para efectuar el mismo tomé como base un texto original del profesor Oscar De Majo, quien autorizó las modificaciones y agregados efectuados aquí sobre un artículo aparecido en el n° 29 de la revista "Signos Universitarios", de la Universidad del Salvador, en Enero de 1996. NOTA: Único motivo de la publicación es meramente la difusión del tema...WWW.todohistorietas.com.ar PRIMERA PARTE: Desde mediados del siglo XIX hasta el año 1930 Se considera que la primera viñeta humorística publicada en Argentina fue "Viva el Rey", del año 1824, obra del Padre Francisco de Castañeda, quien poseía una Academia de Dibujo. Sin embargo, los primeros relatos gráficos publicados en la Argentina aparecen en los periódicos de sátira política recién a mediados del siglo XIX. Estos periódicos basaban su éxito en la publicación de caricaturas litográficas que, en general, eran observaciones costumbristas. En 1863 aparecería el periódico dominical "El Mosquito", considerada como la primera revista con humor político nacional. En "El Mosquito", que se publicaría hasta el año 1893, serían populares los dibujos de Henri Stein y las caricaturas de Meyer. Por otro lado, en 1884 llegaría la revista "Don Quijote", de Eduardo Sojo, que duraría hasta el año 1905, y en la cual se utilizaba la sátira política como ejercicio del periodismo de opinión. Los primeros antecedentes de la historieta propiamente dicha, en la Argentina, aparecen en las revistas "Caras y Caretas", desde el año 1898 (imagen de la izquierda) y "PBT", desde el año 1904 (imagen de la derecha), donde los artículos de costumbres y política aparecen con alguna ilustración. Se inicia con las "Tiras comerciales" y los dibujos de Manuel Mayol y José María Cao, publicados en los primeros números de "Caras y Caretas", y más precisamente con "La caza del zorro" de Acquarone (en 1901, en esa misma revista). Al comienzo, los globos se alternaban con los habituales textos al pie, en general sin tener incidencia en la acción. Tanto la revista "Caras y Caretas" como "PBT" fueron creadas por Eustaquio Pellicer. En "Caras y Caretas" colaborarían, entre otros, Fray Mocho (seudónimo de José Alvarez, quien a la postre sería director de la misma), Giménez, Zavattaro, Redondo, Villalobos, Málaga Grenet, Valdivia, Mirko, Sirio, Columba, Alonso, Huergo, Caballé, Sabat, y los ya mencionados Cao y Mayol. En tanto, en "PBT" colaborarían, entre otros, Pueyo, Vargas, Vera, Osés, Chiarela, Teganos, Sanuy, Castro Rivera, Navarrette, Rojas, Rabier y Olivella. Por otra parte, desde 1904, Alberto Haynes editaría la revista "El Hogar", que luego sería origen de una poderosa editorial. Mientras tanto, en la primera década del siglo XX se reproducen en la Argentina los primeros comics británicos y norteamericanos, rebautizados en su mayoría con nombres locales. Es así que en 1909 aparecería el primer número de la revista de aventuras "Tit-Bits", dirigida por Rodolfo de Puga (click aquí para ver el número 2000 de la revista), de la editorial Láinez. La primera historieta "secuencial" y con personajes fijos que perdura (o sea, una verdadera "historieta") fue "Viruta y Chicharrón", de Manuel Redondo y Juan Sanuy, del año 1912, que aparecía en "Caras y Caretas". En realidad, y contra lo que muchos creen, "Viruta y Chicharrón" no fueron los primeros personajes de la historieta argentina, ya que eran la versión vernácula de “SpareRibs and Gravy”, dos personajes de Geo Mac Manus. Los diálogos de la misma se desarrollaban únicamente por globos, y tenía más peso el juego linguístico que el gráfico (click aquí para ver una pequeña tira). Y es un año después, en 1913, cuando aparece, también en "Caras y Caretas", y de Manuel Redondo, el primer personaje de la historieta argentina, "Don Goyo de Sarrasqueta" (imagen de la derecha), quien enfrentaba situaciones de las noticias de actualidad, generalmente criticando. En este historieta no se utilizaban “globos” (eran textos al pie de cada viñeta), y se publicaría ininterrumpidamente durante más de quince años en forma semanal. Posteriormente, en "Caras y Caretas" llegarían tiras como "El L.C. Timoteo y el pesquisa Doroteo" (1919, de Luis Macaya), "Abraham Kancha, experto en Uper" (1927, de Hersfield) y "Las aventuras de Chingolo" (1929, de Crosby). En tanto, en la revista "PBT", llegarían otros personajes nuevos, como "Aniceto Cascarrabias" (dibujo de la izquierda), en 1915, de Pedro de Rojas, quien sería el autor, posteriormente, de "Don Salamito y Doña Gaviota", de "El esqueleto rematado" (con diálogos entre un esqueleto y su adquirente en un remate), y de “Smith y Churrasco” (que eran dos detectives). En 1916, también en "PBT" llegaría las tiras "Aventuras de un matrimonio aún sin bautizar", luego bautizada con los nombres de "Don Tallarín y Doña Tortuga" (a cargo de Oscar Soldati), y la historieta cómica de ciencia-ficción "El explorador interplanetario” (de Juan Serrano), donde los protagonistas ("Martín Gala y K. Chupín"), provistos de unos artefactos parecidos a las Alas Delta, recorren diferentes planetas del sistema solar. En 1916, en la revista "El Hogar", comienzan "Las aventuras de El negro Raúl" (derecha), una tira diaria de Arturo Lanteri basada en un personaje real de la fauna porteña. Es así que las historietas aparecen en revistas específicas, y representantes del humor, gráfico y escrito (que en otros lugares comenzarán a existir mucho después). En 1917, los dibujantes Zavalla (con el seudónimo "Pelele") y Columba (que había dibujado antes para la revista "La vida moderna") realizarían caricaturas en unas pantallas luminosas en varias esquinas de Buenos Aires. En 1919 llega la primera revista específicamente infantil, "Billiken", fundada por Constancio C. Vigil, la cual alcanzaría distribución en toda hispanoamérica. Al fin de la década, aparecen varias revistas que contienen historietas nacionales y extranjeras. _En 1917, en la Revista "Popular", aparece "Las diabluras de Tijereta", de Arturo Lanteri (imagen de la izquierda). Ese año aparecería otra revista que incluiría tiras cómicas, "La Novela Semanal" (editada por Miguel Sans y Armando Castillo). Pero recién en 1920 es cuando la historieta pasa a la prensa diaria, cuando el diario "La Nación" empieza a publicar tiras, con gran enojo de muchos de sus lectores, que pensaban que con estas "frivolidades" se desmerecía la "seriedad" de la publicación. Y a partir de la publicación de la tira "Bringin Up Father" de MacManus en el diario "La Nación" (en 1920) proliferan las series de ambientación familiar, a medida que en el país se afianza una masiva clase media. En la década del 20 prácticamente no hay revista de actualidad que no publique entre sus páginas alguna serie de historietas. En el año 1922, Arturo Lanteri sería el creador, en la revista "El Hogar", de la tira "Las aventuras de don Pancho Talero", que duraría casi 30 años, y sería objeto de dos exitosos films; "Pancho Talero" (dibujo de la derecha) era un hombre sometido por su mujer, y durante sus andanzas la historieta captaría un amplio espectro de la vida cotidiana. En 1923, en "La Novela Semanal", Arístides Rechain publicaría la historieta llamada "Página del Dólar" (por estar auspiciada por los cigarrillos "Dólar"), una tira protagonizada por un matrimonio de color (específicamente "Policarpio y su esposa"). Y otra tira de esa época sería "Von Esel, el hombre más tonto del mundo", de "Fly". En el año 1924, en "La Novela Semanal", apareció "La familia de Don Sofanor" (dibujo de la izquierda), también de Rechain, con el esquema de la familia que aspira a pertenecer a una clase social alta. En 1924 llegarían, en la revista "Mundo Argentino", las tiras "Aventuras de Firulete y Retacón" (de González Fossat) y "Anacleto Bataraz y Papamovski" (de Lanteri). De esos años serían también las historietas "Coquita la bataclana" (de Quirino Cristiani, el pionero del dibujo animado en Argentina), "Sofanor Villalba (a) Hollín y su mula Catalina" (de Ermete Meliante) y "Andanzas de Juancito Pato Tero" (de René Barbe y Raúl Roux). Entre revistas dedicadas al cultivo de la historieta aparecidas en la década del '20, hay que citar a "Las Páginas de Columba", fundada en 1922 por el dibujante y caricaturista Ramón Columba, la cual sería semillero de muchos dibujantes. En la misma se publicaría, en el año 1924, "Jimmy y su pupilo" (derecha), de González Fossat, anunciada como la primera historieta deportiva. La tira trataba sobre las desventuras de "El Ternero Mamón de las Pampas", que llegó al boxeo de casualidad, y Jimmy, su manager y entrenador. Este intentaba que su pupilo se tomara en serio la actividad con la intención de acumular dinero a costa de su boxeador, que lo único que obtenía era una derrota tras otra. "Jimmy y su pupilo" inauguró en la Argentina el legendario "continuará", porque la historia seguía de un número a otro. En 1925 llegarían dos tiras más de González Fossat: "Aventuras de Pepita" y "Cebollita y Azucena". El 29 de julio de 1925 se produciría el debut como dibujante de un discípulo del popular caricaturista Diógenes Taborda; hacemos referencia a Dante Quinterno, que publicaría, en "El Suplemento", y con guiones de Leroy, la tira "Panitruco", una historieta con personajes de la noche porteña. En 1926 Quinterno crearía su primer personaje propio, con la tira “Andanzas y desventuras de Manolo Quaranta” (izquierda), para la revista “La Novela Semanal”, y posteriormente llegaría su primer gran éxito, "Don Fermín" (que más tarde pasaría a llamarse "Don Fierro"), en la revista “Mundo Argentino”. Ya en 1927, aparecerían las "Andanzas de Pantaleón Carmona" (derecha), de Messa, publicada por "Femenil". Un año después llegaría la tira de dos alemanes viviendo en Argentina, "Otto y Erich", a cargo de Raúl Roux. En esos años surgieron también "Los éxitos de Pepe Antenita" (de Linage), las "Aventuras de Prudencio Parabrisa" (de Rojas), las "Aventuras de Tarantelli y Peteneras" (de Luis Bello), y "Las hijas de Pastasciuta" (de Oscar Soldati), otra serie familiar que, en este período, tenía una fuerte influencia de las comedias teatrales de entonces. En 1928, surge la primera revista exclusivamente integrada por historietas, "El Tony", de Editorial Columba, lo que la ubica antes que la primera editada en Estados Unidos, donde el comic se desarrolló originalmente en los diarios. La revista "El Tony" se editó ininterrumpidamente durante más de 70 años, y de la misma se editaron también algunos números "extraordinarios" y varios "anuarios". Entre los primeros personajes que aparecieron en la revista "El Tony" estaba "Rulito, el gato atorrante", creado por Raúl Roux en el año 1929, y continuada por otros dibujantes (Gutiérrez, Vidal Dávila, Ferroni y Presa), quienes posteriormente dibujarían "El pecoso y su pandilla". También en 1929 llegarían las "Aventuras de Nenucho" (izquierda), de González Fossat, en "Mundo Argentino", la cual sería una de las primeras series protagonizada por un niño. Ese mismo año, pero en "La Novela Semanal", llegarían las tiras "La barra de Candelario", de Gutiérrez, y "Pepinito y su novia" de González Fossatt. Por estos años debutaría con sus personajes, en los periódicos, Lino Palacio, que crearía a "Ramona" (derecha), en 1930, para el diario "La Opinión". Y hablando de diarios, es importante señalar que, a pesar de que "La Nación" es el diario pionero en la Argentina en cuanto a la publicación de historietas, el más importante para el género, en sus comienzos, es el diario "Crítica", que desde mediados de la década del ‘20 y a lo largo de la del ‘30 albergará lo mejor de la producción nacional y extranjera. La importancia del "comic" en Crítica se debió al interés de su director, Natalio Botana, por la historieta. Además, Botana trajo como novedad algo que era usual en los diarios norteamericanos, la publicación de una misma historieta como "daily strip" (tira diaria en blanco y negro) y como "sunday strip" (plancha dominical a todo color). En el diario Crítica se publicarían diversas historietas norteamericanas, adaptando el vocabulario a los usos y hábitos locales, pero también habría bastante producción local. En octubre de 1928 aparecería, en la tira de Dante Quinterno "Aventuras de Don Gil Contento" (antes llamada "Un porteño optimista"), un personaje secundario, "Curugua-Curiguagüigua", que más tarde se transformaría en uno de los más famosos y queridos de nuestra historieta: "El indio Patoruzú" (a la izquierda, una imagen de sus primeras apariciones). También hay que destacar los trabajos de Diógenes Taborda, la sección de historietas llamada "Mujeres Célebres" (realizada por el jefe de arte del diario Crítica, el español Pedro de Rojas), y la aparición, en 1929, de la primera historieta argentina "seria", "El Tigre de los Llanos", a cargo de Raúl Ramauge, la cual narraba la vida de Facundo Quiroga, sin utilizar globos, y recurriendo a extensos textos explicativos.

DOCTOR ANGEL ROFFO


--EMO (Ediciones médicas) Biografías de médicos Dr. Ángel H. Roffo Médico de gran renombre y de intensa trayectoria, Angel Roffo fue uno de los primeros profesionales argentinos dedicados al estudio del cáncer y a la lucha contra esta enfermedad. Nació en Buenos Aires en 1882 y estudió en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de esa ciudad. Finalizó sus estudios de médico en 1909 y poco tiempo después de graduarse -con una tesis llamada El cáncer, contribución a su estudio, con la que obtuvo la Medalla de Oro de la Facultad de Medicina-, ingresó a la Cátedra de Urologí­a de la Facultad, y se convirtió en el Jefe de Trabajos Prácticos de la misma. Entre 1912 y 1912, fue profesor adscripto de la Cátedra de Anatomí­a Patológica, y, desde 1915 hasta 1931, profesor suplente de dicha cátedra.Junto con Mariano Castex, Carlos Bonorino Udaondo, Alfredo Landivar y Pablo Barlaro fue secretario de redacción de la Prensa Médica Argentina desde su número inicial, publicado el 10 de junio de 1914. Durante su prolongada recorrida por los hospitales de Europa, iniciada en 1920, concurrió entre otros al servicio de Madame Curie y aprendió la utilización del radium como agente terapéutico. Volcó en el Instituto a su cargo toda su experiencia y sus esfuerzos, hasta el punto de instalarse y vivir en él permanentemente. Fue el pionero de la medicina oncológica argentina y representó a nuestro paí­s como delegado en los congresos y reuniones cientí­ficas de las naciones más adelantadas de su tiempo. En 1914, presentó su trabajo Cáncer experimental, que fue determinante para que se abriera en Buenos Aires un instituto de investigación dedicado a esa patologí­a. El Instituto de Medicina Experimental para el estudio y tratamiento del cáncer se inauguró en 1922 bajo la dirección de Roffo y se convirtió pronto en el principal centro nacional y latinoamericano para la lucha contra las enfermedades oncológicas. A partir de 1920, visitó varias veces Europa y se relacionó con los más importantes cientí­ficos de la época. Roffo era, por entonces, el principal especialista en el estudio y tratamiento de las enfermedades oncológicas de Latinoamérica, y poseí­a una vasta experiencia docente en la Facultad de Medicina de la UBA y en otras universidades del paí­s y del exterior: en el Colegio Carlos Pellegrini, en la Universidad de Santiago de Chile, en la Universidad de San Andrés de La Paz, Bolivia, en el Instituto de Estudios Panamericanos y en la Eastern Research University de Wilmington, Delaware, Estados Unidos. Formó parte de numerosas academias cientí­ficas de todo el mundo en Lima, Venezuela, Rí­o de Janeiro, Madrid, Barcelona, Génova y Turí­n, en Italia y México. Recibió varias distinciones, como la medalla de oro del Congreso Internacional de Higiene en Roma, 1912; el Premio Nacional de Ciencias en 1914 y 1939, el Premio Centenario de la Independencia de la Academia de Medicina, 1916, la medalla de oro de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el Premio Centenario de la Independencia del Brasil, 1923 y el Premio Bauti de la Universidad de Florencia, 1936, cuyo importe donó a la Liga Italiana para la Lucha contra el Cáncer. Además le fueron otorgadas otras importantes distinciones: la Orden de Caballero de la Legión de Honor francesa, 1939, la Cruz de Honor de Alemania, la Gran Cruz del Orden de Cristo, Portugal), Gran Oficial de la Orden de los Andes, Bolivia, la Orden del Sol, Perú, Comendador de la Orden del Libertador, Venezuela y Comendador de la Corona de Italia. Roffo produjo más de 500 obras sobre su especialidad, la mayor parte de ellas publicadas en el Boletí­n del Instituto de Medicina Experimental de Buenos Aires. Algunas de ellas fueron: Dismatosis Humana, en1913, Biologí­a del Cáncer, Lo que debe saberse sobre cáncer, 1934, El Cáncer en la República Argentina, causas de su aumento, entre otras. Angel Roffo murió en 1947. Habí­a sufrido la amargura de ser separado de la dirección del Instituto a su cargo ?como le ocurrió a otros cientí­ficos de la época-, y aún cuando fue rehabilitado no se sobrepuso le totalmente. Hoy, aquel Instituto por él organizado se llama "Instituto de Oncologí­a Angel H. Roffo", feliz reconocimiento con que la sociedad argentina premió su obra. El Instituto En la actualidad, el Instituto de Investigaciones Experimentales -que se llama Instituto de Oncologí­a Angel Roffo- está conceptuado como uno de los más importantes centros médicos argentinos dedicados a la lucha contra el cáncer, a pesar de las crisis económicas que sufre casi permanentemente. La Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC), una institución que ha desarrollado una vasta labor preventiva y de asistencia a los enfermos oncológicos, nació por impulso de Helena Larroque, la esposa y compañera de laboratorio de Angel H. Roffo. El Instituto, fue la respuesta de la Academia Nacional de Medicina a la propuesta del Dr. Daniel Cranwell y a la presentación de un bien documentado trabajo del Dr. Angel Honorio Roffo. El 19 de abril de 1922 fue inaugurado el primer pabellón, que disponí­a de salas de internación para hombres y mujeres, un quirófano con dependencias para esterilización del material, laboratorio, sala de rayos X, consultorios y oficinas para la administración y Dirección, constituyéndose en el primer establecimiento oncológico de América. Con el apoyo de la Facultad de Medicina, de quien pasó a depender el Instituto, y el aporte de donaciones privadas y de recursos votados por el Congreso de la Nación, se inició la edificación de nuevos pabellones, cada vez más necesarios ante el incremento incesante de consultas. La importancia que el Dr. Angel H. Roffo, director del establecimiento, le asignaba a la investigación se concretó al erigirse el Pabellón Emilio Costa, habilitado en 1923. La esposa del Director, Helena Larroque, aportó inteligencia, imaginación y esfuerzo creando la Escuela de Nurses. La familia Costa donó la Capilla de Santa Francisca Romana, que posee un excelente órgano, para llevar sosiego a través de la música a pacientes, sus familiares y público en general. En 1969 se inauguró la guarderí­a para los hijos del personal del Instituto. Como todo organismo vivo el Instituto de Oncologí­a que actualmente lleva el nombre de su fundador, se fue transformando para hacer frente a los grandes cambios operados en la ciencia médica. Nuestro equipo médico está comprometido con la vida. Su formación académica, su experiencia y capacidad técnica está avalada por el reconocimiento nacional e internacional. El Departamento de Diagnóstico por Imágenes habilitó en 1982 el primer tomógrafo computarizado a nivel hospitalario. Se cuenta además con ecógrafo, ecocardiógrafo, mamógrafo y modernos equipos de radiologí­a convencional. El área de Anatomí­a Patológica está dotado con microscopio electrónico y un Servicio de Inmunopatologí­a. La radioterapia, quimioterapia y medicina nuclear se encuentran asistidas por los servicios de Psicopatologí­a, Infectologí­a y Tratamiento Sintomático. El "Hospital de Dí­a" se ha creado para aplicar la quimioterapia ambulatoria y agilizar la rotación de camas. Fuentes educ.ar www.roffo.org.ar