jueves, 20 de marzo de 2014

CONSTITUCIÓN PARA INTERNET


Brasil: el congreso tratará el proyecto para crear la “Constitución de Internet” marco-civil La iniciativa contempla la defensa de la neutralidad de la red, libertad de expresión y seguridad en Internet. Luego de las revelaciones sobre espionaje realizadas por Edward Snowden y de la discusión sobre la neutralidad de la Red, el Congreso Brasileño está deliberando la aprobación del Marco Civil, un proyecto conocido como la “Constitución de Internet” que busca asegurar los derechos en el uso de la Red. Henrique Eduardo Alves, presidente de la Cámara de Diputados, postergó el jueves la votación de la medida hasta el 25 de marzo. Por su parte, el ministro de Justicia, José Cardozo, señaló que los líderes de los bloques del Congreso consensuaron hacer algunas modificaciones en el texto del Marco Civil para aumentar las posibilidades de que sea aprobada. Así como la Revolución Francesa tenía sus tres ideales, el Marco Civil de Intenret también propone su trío: neutralidad de la red, libertad de expresión y seguridad en Internet. La iniciativa no sólo es apoyada por grandes firmas de Internet –como Google, MercadoLibre, Yahoo!, Facebook y Mozilla–, sino también por la gente: la semana pasada se movilizaron unas 300 mil personas pidiendo por la neutralidad. Pero también existe una fuerte participación política. Por un lado, la presidente Dilma Rousseff pidió al congreso priorizar este proyecto sobre cualquier otra legislación. El énfasis de la mandataria está apoyado en que había sido espiada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense. Por el otro, Eduardo Cunha, ex presidente de la empresa de telefonía de Río de Janeiro antes de su privatización en 1998 y lobista de las firmas de telecomunicaciones, está en contra de la neutralidad de la red. “Sin la neutralidad, Internet se parece más a una empresa de TV pro cable, donde los proveedores pueden ofrecer diferentes paquetes de servicio“, remarcó Ronaldo Lemos, profesor de abogacía, socio del buffete PNM Advogados y miembro del consejo de Mozilla. “El servicio básico podría incluir correo y redes sociales. Premium permitiría mirar videos y escuchar música. Super Premium dejaría hacer descargas”, graficó el letrado. Lemos fue uno de los colaboradores del borrador original que se escribió en 2009, junto al ministro de Justicia y un grupo de profesores de derecho, entre ellos, Bruno Magrani, quien actualmente está al frente de la oficina legal de Facebook Brasil. La primera “gran convocatoria” de apoyo la consiguió el cantante Gilberto Gil durante su mandato como Ministro de Cultura de Lula: juntó 300 mil firmas en tan solo 48 horas en el sitio Avaaz. Fuente: TechCrunch Más info: Texto del proyecto (portugués)

Felipe Pigna - · Tupac Amaru, pionero de nuestra independencia


Autor Felipe Pigna Aquel hombre que se le atrevió a uno de los imperios más poderosos de su tiempo se llamaba José Gabriel Condorcanqui y pasaría a la historia como Túpac Amaru. Había nacido el 19 de marzo del año 1740 en la provincia peruana de Tinta. Era descendiente del último Inca, Túpac Amaru, que había encabezado la heroica rebelión de 1571 contra el virrey Francisco de Toledo. Heredó los cacicazgos de Pampamarca, Tungasuca y Surimaná. Cuando acababa de cumplir 20 años, se casó con quien sería el amor de su vida, Micaela Bastidas Puyucawa. Túpac presentó una petición formal para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas. Denunciaba los esfuerzos inhumanos a que eran sometidos y pedía también que se acabara con los obrajes, verdaderos campos de concentración donde se obligaba a hombres y mujeres, ancianos y niños a trabajar sin descanso. La Audiencia de Lima, compuesta mayoritariamente por encomenderos y mineros explotadores, ni siquiera se dignó a escuchar sus reclamos. Túpac fue entendiendo que debía tomar medidas más radicales y comenzó a preparar la insurrección más extraordinaria de la que tenga memoria esta parte del continente. Los niños de ojos tristes, los viejos con la salud arruinada por el polvo y el mercurio de las minas, las mujeres cansadas de ver morir en agonías interminables a sus hombres y a sus hijos, todos comenzaron a formar el ejército libertador. La primera tarea fue el acopio de armas de fuego, vedadas a los indígenas. Pequeños grupos asaltaron depósitos y casas de mineros y el arsenal rebelde fue creciendo. Abuelos y nietos se dedicaron a la fabricación de armas blancas, pelando cañas, preparando flechas vengadoras. Las mujeres tejían maravillosas mantas con los colores prohibidos por los españoles. Una de ellas sería adoptada como bandera por el ejército libertador. Con los colores del arco iris, la wipala aún flamea en los Andes peruanos y bolivianos. El 4 de noviembre de 1780, Túpac Amaru detuvo al corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga y lo obligó a firmar una carta en la que pedía a las autoridades que enviaran dinero y armas para combatir a los rebeldes. Solícitamente le fueron enviados 22.000 pesos, algunas barras de oro, 75 mosquetes y cientos de mulas. Todo pasó a manos del ejército rebelde y tras un juicio sumario, Arriaga fue ajusticiado el 9 de noviembre, en la misma plaza donde había torturado y enviado al cadalso a tantos inocentes. El 18 de noviembre de 1780 se produjo la batalla de Sangarará en la que las fuerzas rebeldes derrotaron al ejército realista dirigido por Tiburcio Landa. Los rebeldes parecían imparables. Manuel Godoy, estrecho colaborador del rey Carlos IV cuenta en sus memorias: “Nadie ignora cuánto se halló cerca de ser perdido, por los años de 1780 y 1781, todo el Virreinato del Perú y una parte del de la Plata, cuando alzó el estandarte de la insurrección el famoso Condorcanqui, más conocido por el nombre de Túpac Amaru.” Tras el triunfo de Sangarará, Túpac Amaru cometió el error de no marchar sobre Cuzco, como le aconsejaba su compañera y lugarteniente Micaela, y regresar a su cuartel general de Tungasuca, en un intento de facilitar una negociación de paz. La gravedad de la situación llevó a los virreyes de Lima y Buenos Aires a unir sus fuerzas en un ejército de 17.000 hombres al mando del visitador general, José Antonio Areche quien llevó adelante una feroz campaña terrorista de saqueo de pueblos y asesinato indiscriminado de todos sus habitantes, logrando que muchos desertaran del ejército rebelde y facilitando la derrota definitiva de los insurrectos. Túpac fue hecho prisionero -gracias a la traición de su compadre Francisco Santa Cruz- y trasladado al Cuzco. El visitador Areche entró intempestivamente en su calabozo para exigirle bajo tortura los nombres de los cómplices de la rebelión. Túpac Amaru le contestó con desprecio: “Nosotros dos somos los únicos conspiradores; Vuestra merced por haber agobiado al país con exacciones insoportables y yo por haber querido libertar al pueblo de semejante tiranía. Aquí estoy para que me castiguen solo, al fin de que otros queden con vida y yo solo en el castigo. Túpac no delató a nadie, se guardó para él y la historia, el nombre y la ubicación de sus compañeros. El siniestro visitador Areche reconoció en un informe al virrey el coraje y la resistencia de aquel hombre extraordinario, dejando constancia de que los días continuados de tortura no pudieron quebrar al rebelde: “el Inca Tupac Amaru es un espíritu y naturaleza muy robusta y de una serenidad imponderable”. Túpac fue “juzgado” a la manera de la autodenominada justicia española, heredera de la Inquisición, y condenado a muerte junto a su compañera y toda su familia. El 18 de mayo de 1781, quedaron expuestos a los “civilizadores” que los descuartizaron. Fernando Túpac Amaru, de diez años de edad, quiso volver la cabeza y taparse los ojos, pero fue obligado a presenciar el sacrificio de sus padres y hermanos. Pero a pesar de la barbarie, los asesinos de Túpac y su familia ya no podrían descansar tranquilos. Años después de perpetrada su masacre, en todo el territorio americano era otro el catecismo que se leía, eran otras las enseñanzas que se aprendían; la dignidad comenzaba a campear y el habitante originario iba a acostumbrándose a caminar erguido. Los revolucionarios de 1810 serán llamados “tupamaros” por los documentos españoles de la época y este calificativo será asumido con orgullo por los rebeldes que lo harán propio, como lo señala la copla anónima de aquellos años: Al amigo Don Fernando Vaya que lo llama un buey Porque los Tupamaros No queremos tener rey.

Misterios e historia de Andalucía.


José Manuel Pampín Villar compartió la foto de Misterios e historia de Andalucía. 21 h · -"MEDIO PAN Y UN LIBRO" (DISCURSO DE FEDERICO GARCÍA LORCA EN LA INAUGURACIÓN DE LA BIBLIOTECA DE SU PUEBLO)- Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931. “Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? ¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionera en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”. -"MEDIO PAN Y UN LIBRO" (DISCURSO DE FEDERICO GARCÍA LORCA EN LA INAUGURACIÓN DE LA BIBLIOTECA DE SU PUEBLO)- Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931. “Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? ¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionera en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”.