jueves, 16 de marzo de 2017

MARZO Y EL CONFLICTO DOCENTE


Argentina En estos días es muy difícil decir en Argentina que estamos viviendo en armonía. Estamos haciendo las cosas como alienados; no queremos un país pobre y detenemos el país por el tiempo que sea, sin pensar en cuánto dinero se pierde en cada paro. Detenemos el inicio de clases y decimos que es por los chicos...Hace años que discutimos qué cuestiones son importantes o bien prioritarias en educación, salud etC. y se cubren miles de horas televisivas y radiales con palabras, se llenan las páginas de los diarios con palabras, nos arrogamos virtudes partidarias con absoluto descaro porque no se asumen responsabilidades. No solo los docentes estamos pasando por situaciones inciertas en momentos en que deberíamos encarar las actividades de un nuevo año, con alegría e ilusiones. Propósitos de realizar una fructífera tarea para el niño, el joven, que además de ser lo más importante para los docentes, también deben serlo para la sociedad y los que dicen velar por ellos. Una situación como la presente nos hace blanco de las miradas de los que no comprenden o no están informados. Blanco de las miradas de los que siempre nos han criticado. Blanco de las miradas de quienes han visto la posibilidad de utilizar los hechos en beneficio propio. Blanco de las miradas de los alumnos que cada padre le explica a su modo. Blanco de la mirada nada satisfactoria de todos, inclusive de nosotros los maestros que estamos acostumbrados al diálogo, a la palabra, a escuchar, a responder...y nos cuesta aceptar esta realidad de movimientos, con algunos reclamos justos y otros que se revelan como obvios o dudosos a la hora de hacernos la pregunta si estas personas que nos representan, piensan que los niños son lo más importante que tenemos y de ellos depende el futuro. Y sólo se nota un relato incomprensible porque se esconden los verdaderos motivos, se invaden terrenos que son sensibles al maestro, se aplican parámetros personales, descontrolados y se buscan chivos expiatorios... Perjudicamos al alumno- ¿Con un paro a quién beneficiamos? y además se pierden millones de pesos que se podrían utilizar precisamente para lo que necesitamos y decimos pedir. Se demanda con violencia- Exigimos y no nos preguntamos por qué permitimos una demanda tan brutalmente expresada. Me pregunto ¿Ustedes creen que los gobernantes van a negar una mesa de diálogo si tenemos a los niños y jóvenes en la escuela, y a los docentes dando clases? Puede que no. Pero si desde el principio ya se niegan las posibilidades de consensuar, estamos obrando mal. Estamos mostrando comportamiento inmaduro o mal intencionado. Para eso tenemos a los gremios. Ellos deben actuar de acuerdo al mandato que han recibido de los docentes. "Terminación de la huelga./2015-El artículo 469 de la Ley Federal del Trabajo establece las causas en las que la huelga terminará, estas causas son divididas en cuatro fracciones que abarcan las circunstancias en que podrá desaparecer el movimiento de huelga y por lo tanto dejara de tener efecto sobre la suspensión legítima de las actividades laborales. Las causas de terminación de la huelga son: La voluntad de las partes, cuando el sindicato o colectivo jurídico y la empresa o sindicato de patrones llegan a un acuerdo sobre los puntos expuestos en la negociación. Cuando el patrón accede a cumplir las peticiones de los trabajadores y paga los salarios caídos. Por el dictamen de un lauda arbitral de las personas o comisión que hayan establecido las partes. Por laudo dictado por la junta de conciliación y arbitraje cuando los trabajadores someten a este su decisión" ¿Esto es posible? http://definicionlegal.blogspot.com.ar/2015/11/terminacion-de-la-huelga.html Mientras tanto los maestros debemos estar en la escuela, dándole al alumno un perfil de docente que decide cooperar con el mejor ejemplo, trabajando y esperando la resolución de los problemas por medio de los Sindicatos. Se llega a la guerra como última expresión de lucha, empleando la violencia por necesidad. No es el caso, probemos de ser escuchados primero con los argumentos lógicos y puestos en la mesa de las discusiones válidas, más allá de centrarnos en antagonismos. Si nuestros gremios no nos saben representar adecuadamente, debemos elegir bien a nuestros representantes. Y no nos deben llevar a la calle como apoyo, ya que se los dimos en el momento de ser elegidos. ¿Qué piensa un niño cuando ve a su maestro golpeando bombos y gritando hasta groserías? ¿Qué le pedimos luego a ese mismo niño? Buen comportamiento? El maestro debe ser ejemplo; el niño debe reflejarse en el maestro y en sus mayores; el niño imita... Todos deberíamos tenerlo en cuenta y mucho más padres y maestros. Considero que cada maestro debe decidir por sí mismo si trabaja o no. Es su fuente de trabajo, no sólo la debe defender como tal, sino desde su función de impartir valores, demostrar con su actitud que el niño es lo más importante de su labor. Si existen personas que basados en nuestra vocación docente se aprovechan de tal cuestión, es tiempo de saber elegir a quienes dicen respetar la ESCUELA, a quienes demuestran que realmente les importa y eso siempre estará a la vista. Repensar el rol que nos cabe como sociedad y mirar profundamente con ojos de humildad, de amor por el otro, lejos de la ambición desmedida, la cual que se basa en ignorar por acción u omisión los valores y pilares de la sociedad, entre ellos la escuela.
Amparo Estévez Saviza/ marzo 2017