sábado, 9 de julio de 2011

AUTISMO











El crecimiento del cerebro es visto como un proceso dinámico y en continuo cambio. Si una etapa del desarrollo ha sido omitida o poco usada, se provee al niño la oportunidad de volver a pasar por esa experiencia, con un aumento en la frecuencia, intensidad y duración.
Se ha demostrado que el cerebro se desarrolla y organiza a través del uso. Para que este desarrollo se produzca es necesario que el individuo se involucre en las experiencias de la vida y experimente a través de todo el aparato sensorial en lugar de ser un mero espectador de las cosas que ocurren. Así las experiencias quedan almacenadas en su cerebro como propias e involucran su supervivencia. Sin esta experiencias, el cerebro del hombre nunca hubiese evolucionado y nos hubiésemos convertido en prisioneros de nuestro propio cuerpo.
Ya que el autista tiene un sistema sensorial sobre el que no tiene control, elige controlar las energías que entran en él, es decir aquellas que puede controlar; las otras son rechazadas como caóticas. Como resultado, permanece atascado en un nivel de función sensorial.
Sus sistemas sensoriales distorsionados, crean para ellos un mundo distorsionado y eligen convertirse en prisioneros dentro de sí mismos, antes que tratar con un mundo asustante, en continuo cambio y que parece hostil.

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Complementos en la oración



Tanto el sujeto como el predicado pueden ir acompañados de una o más palabras que completen su sentido y que, precisamente, por esa función que realizan se llaman complementos.

Complementos del sujeto

El sujeto puede tener por complemento todas las palabras que se le unan, con preposición o sin ella, para aclarar o completar su significado.

Ejemplos:

Este hombre


trabaja.

Este hombre viejo


trabaja.

Este hombre viejo y enfermo


trabaja.

Felipe II, Rey de España,


construyó el Escorial

(Ver Determinantes (o complementos) del núcleo del sujeto)

Existen también complementos de los complementos, es decir, sintagmas que no modifican directamente al núcleo del sujeto ni del predicado, sino que su dependencia sintáctica no va más allá de la unidad sintagma. Tradicionalmente se ha llamado complemento del adjetivo, del pronombre o del adverbio (Lejos de su casa).

En tercer lugar a todos los elementos que hay en el predicado, a excepción del verbo, los llamamos complementos. Acompañan a verbos que por si solos no son capaces de expresar del sujeto todo lo que queremos, es decir, son verbos de predicación completa. Sólo algunos verbos exigen siempre complemento (me dijo...), la mayoría de ellos pueden llevarlo o no llevarlos (hemos comido arroz // hemos comido).

Complementos del predicado

Para reconocer los distintos complementos utilizaremos cuatro criterios:

a) Comprobar si el sintagma de que se trata cambia de función al pasar de activa a pasiva o viceversa.

b) Intentar cambiar todo el sintagma por un pronombre.

c) Verificar si esta relacionado con unos o dos núcleos.

d) Confirmar si la supuesta función puede ser desempeñada por este tipo de sintagmas.

Clasificación.

Podemos dividir los complementos del predicado en cuatro grupos:

Complementos objeto

a) Complemento directo:

El complemento directo es el indicador de que una oración es transitiva. Su presencia es necesaria en determinados predicados que tienen una gran extensión semántica y necesitan ser delimitados. Puede construirse con la preposición "a" o sin ella. La presencia de la preposición, normalmente indica que el complemento es de persona.

He visto a tu padre

He visto tu coche

Las oraciones pasivas son simples transformaciones de las transitivas. El complemento directo pasa a ser sujeto paciente si la oración transitiva se convierte en pasiva.

El atleta ganó la competición // La competición fue ganada por el atleta.

Pero el criterio más preciso para reconocer el complemento directo consiste en sustituir el sintagma entero por los pronombre átonos lo, la, los, las.

Estudié la lección ( la estudié ).

Saludé a tu padre ( lo saludé ).

b) Complemento indirecto:

Indica el receptor (destinatario del daño o provecho), que expresa el verbo y el complemento directo conjuntamente, en el caso de las oraciones transitivas.

Leí un cuento a mi sobrino

O sólo del verbo en las oraciones intransitivas.

Escribí a mi novia

Se puede reconocer sustituyendo el sintagma en cuestión por le, les.

Hice un dibujo para mi tía (le hice un dibujo).

c) Suplemento:

Es incompatible con el complemento directo y acompañan verbos que van, necesariamente, seguidos de una determinada preposición (hablar de, tratar sobre, pensar en, etc...).

Pueden llevar cualquier preposición y no es posible pronominarlo.

Hay quien los confunde con los circunstanciales de materia, hay que tener en cuenta que éstos sí son compatibles con el complemento directo.

Hace figuras con migas de pan (materia)

Piensa en mí cuando sufras (suplemento)

Complementos predicativos

El complemento predicativo es el único elemento del predicado que está relacionado con el verbo y con un nombre, que puede ser el sujeto o el complemento directo.

Podemos encontrar dos clases de complementos predicativos:

a) Los que van en oraciones de predicado nominal y a los que ya nos hemos referido con el nombre de atributo y pueden sustituirse por un pronombre "lo" neutro.

El mar está revuelto (lo está)

La mar esta revuelta (lo está)

b) Los propiamente llamados complementos predicativos, que van en oraciones de predicado verbal relacionados además de con el verbo, con el sujeto (subjetivos).

Andrés ha sido nombrado cónsul

Nosotros contemplamos horrorizados el accidente

O con el complemento directo: (objetivo).

Tiene una pierna rota

Lo cogieron dormido



Complementos circunstanciales

Los complementos circunstanciales pueden figurar solos o acompañados de otros complementos en cualquier tipo de predicados.

Las circunstancias que pueden expresar son muy variadas, y tradicionalmente se las conoce por: de tiempo, lugar, modo, instrumento, causa, compañía, cantidad y finalidad.

Las estudiaremos una a una...

Temporales: nos indican el tiempo en el que se verifica la acción del verbo. Responde a la pregunta ¿Cuándo?.

Juan saldrá a las cinco

Lugar: son aquellos complementos que nos indican el lugar donde se realiza la acción del verbo. Responde cuando le preguntamos al verbo ¿Dónde?.

Pedro está en casa

Modo: nos muestra el modo o la manera con la que el verbo realiza la acción. Responde a ¿Cómo?.

El asesino mató a su vecina por sorpresa

Instrumentos: nos indica la herramienta que utiliza el sujeto para realizar la acción.

Andrés abrió la caja con sus propias manos

Causa: expresan el motivo por el cual se realiza la acción.

El personaje murió por amor

Compañía: este complemento nos indica quién acompaña al sujeto que realiza la acción.

Juan compra con su madre

Cantidad: atiende a la intensidad con la que se realiza la acción.

Mi hijo llora mucho

Finalidad: expresa la finalidad de la acción del verbo, se suele preguntar ¿para qué?.

(Él) estudia para aprobar

Complemento agente.

Este complemento sólo puede aparecer en oraciones pasivas y representa al sujeto de la activa correspondiente. Puede ir precedido por las proposiciones "por" o "de", esta última en casos excepcionales.

El ladrón fue capturado por el policía

Es propiedad: www.profesorenlinea.cl

FACUNDO CABRAL (2)
















Facundo: Gracias por haber existido en el instante que yo existo, gracias por tus hermosas canciones, gracias por tus grandes letras, gracias por inspirarnos y ayudarnos a reflexionar en esta vida tan distraída...no has muerto, vives en muchos corazones que te mantendrán vivo por la eternidad.
Willyotube hace 3 minutos

FACUNDO CABRAL









HISTORIA DE LA CASA DE TUCUMÁN





Historia de la casa de tucuman
Miércoles, 24 de Junio de 2009 18:09 | Escrito por Daniela Guini

La casa de Tucumán - su historia

Hacia fines del S. XVII, el alcalde Diego Bazán y Figueroa había construído su vivienda en el terreno que hoy ocupa la Casa de la Independencia, según lo atestigua su testamento de 1695.
En 1765 la Casa pasó a ser propiedad de Doña Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna, que la recibió de sus padres como dote.

El frente de la casa, con sus características columnas torsas, debió ser construido por los Laguna y Bazán, ya que este tipo de ornamentación aparece en el Norte a fines del Siglo XVIII.
En 1816, ante la necesidad de contar con un local para las sesiones del Congreso que se reuniría en Tucumán, se optó por la Casa de Doña Francisca Bazán de Laguna.
El Presidente Nicolás Avellaneda, de origen tucumano, emitió un decreto del Poder Ejecutivo Nacional para la compra de la casa por el Estado, con la expresa recomendación de que se conservara el "antiguo y venerable salón".
La Casa estaba en muy mal estado entonces el Gobierno decidió demoler el auténtico frente y "las habitaciones del ala derecha del primer patio", dejando intacto el Salón de la Jura, separado de las nuevas oficinas del Juzgado y Correo, que ocuparon el costado izquierdo y el frente.
El Ingeniero Stavelius dirigió los trabajos, dando a la casa una fachada "Neoclásica" con un entablamiento y un gran frontis, cuyo arranque estaba flanqueado por "dos leones acostados", como lo describe el Arq. Mario Buschiazzo.
En 1880, la Casa se encontraba en estado lamentable, con excepción de la nueva fachada. Hasta el techo del Salón de la Jura amenazaba derrumbarse. En 1881 se logró que el Correo restaurase y engalanase, aunque modestamente, el histórico salón.
En aquella época, se colocaban para las fiestas patrias los retratos de dieciocho de los Congresales, realizados por Augusto Ballerini (1887) y adquiridos por el Gobierno Nacional. Cuando pasaban los festejos, estos eran llevados a la Biblioteca Sarmiento donde eran conservados y custodiados.
En 1896, debido al mal estado de las habitaciones la Casa quedó totalmente abandonada.
En 1902 el deterioro de la casa había avanzado. Doña Guillermina Leston de Guzmán -dama tucumana famosa por sus obras de beneficencia- solicitó al entonces Ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Emilio Civit, de paso en Tucumán, que evitara la destrucción de la Casa. Su solicitud fue escuchada, y el Presidente Julio A. Roca, aprobó el proyecto de construcción de un templete que protegiese únicamente el Salón de la Jura, demoliéndose el resto de la propiedad. Recordemos que fue el Presidente Nicolás Avellaneda, tucumano como Roca, quien hizo que el Gobierno Nacional adquiriera la Casa en 1874 con la expresa recomendación de que se conservara el "antiguo y venerable salón". Para ornamentar "El Templete", el Presidente Roca encargó a la escultura tucumana Lola Mora la confección de los bajorrelieves que representan 'El 25 de Mayo de 1810' y 'La Declaración de la Independencia'. El 'Templete' fue inaugurado el 24 de septiembre de 1904.
En 1916, Centenario de la Independencia, el Gobernador Ernesto Padilla promulgó una Ley que determinaba la expropiación del terreno colindante con la Casa, hacia calle 9 de julio, actual patio de homenajes y donde se encuentran los bajorrelieves de Lola Mora.
En el interior del Templete se econtraba el Salón de la Jura de la Independencia, que habitualmente se engalanaba para las fiestas tucumanas, como la celebración de San Miguel. En 1940 comenzó a gestarse la idea de reconstruir íntegramente la Casa de la Independencia. Por un proyecto de Ley presentado por el Diputado Nacional por Tucumán, Ramón Paz Posse, se aprobó la obra.
En 1941 se declara a la Casa Monumento Histórico Nacional. El Doctor Ricardo Levene, Presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos fue uno de los entusiastas propulsores de la reconstrucción. La tarea de la reconstrucción fue encomendada al célebre arquitecto Mario J. Buschiazzo, el que realizó lo que se denomina "arqueología colonial" y en base a los antiguos planos, inició excavaciones de sondeo en busca de los antiguos cimientos. Estos aparecieron en el lugar donde lo había indicado.
Buschiazzo consiguió elementos arquitectónicos originales del S. XVIII para la reconstrucción de la Casa.
En el año 1986 el Distrito Noroeste elaboró un proyecto de restauración integral de las cubiertas, que se desarrolló en dos etapas. La primera en 1986, abarcó tres salas y sectores de galerías. La segunda etapa, en 1993, incluyó el resto de la Casa, mereciendo especial atención la restauración de la cubierta del salón histórico, único sector de la Casa original.