martes, 3 de septiembre de 2013

LETRAS DE CANCIONES


Mari Estevez Yuste Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona hecha de alfileres negros. Mira cómo se me pone la piel ca vez que me acuerdo que soy un hombre casao y sin embargo, te quiero. Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencio, de ortigas y de chumberas, de cal, de arena, de viento, de madreselvas oscuras y de vidrios en acecho. Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo que anda rondando la llave que guarda nuestro secreto. ¡Y yo sé bien que me quieres! ¡Y tú sabes que te quiero! Y lo sabemos los dos y nadie puede saberlo. ¡Ay, pena, penita, pena de nuestro amor en silencio! ¡Ay, qué alegría, alegría, quererte como te quiero! Cuando por la noche a solas me quedo con tu recuerdo derribaría la pared que separa nuestro sueño, rompería con mis manos de tu cancela los hierros, con tal de verme a tu vera, tormento de mis tormentos, y te estaría besando hasta quitarte el aliento. Y luego, qué se me daba quedarme en tus brazos muerto. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Nuestro amor es agonía, luto, angustia, llanto, miedo, muerte, pena, sangre, vida, luna, rosa, sol y viento. Es morirse a cada paso y seguir viviendo luego con una espada de punta siempre pendiente del techo. Salgo de mi casa al campo sólo con tu pensamiento, para acariciar a solas la tela de aquel pañuelo que se te cayó un domingo cuando venías del pueblo y que no te he dicho nunca, mi vida, que yo lo tengo. Y lo estrujo entre mis manos lo mismo que un limón nuevo, y miro tus iniciales y las repito en silencio para que ni el campo sepa lo que yo te estoy queriendo. Ayer, en la Plaza Nueva, —vida, no vuelvas a hacerlo— te vi besar a mi niño, a mi niño el más pequeño, y cómo lo besarías —¡ay, Virgen de los Remedios!— que fue la primera vez que a mí me distes un beso. Llegué corriendo a mi casa, alcé mi niño del suelo y sin que nadie me viera, como un ladrón en acecho, en su cara de amapola mordió mi boca tu beso. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Mira, pase lo que pase, aunque se hunda el firmamento, aunque tu nombre y el mío lo pisoteen por el suelo, y aunque la tierra se abra y aun cuando lo sepa el pueblo y ponga nuestra bandera de amor a los cuatro vientos, sígueme queriendo así, tormento de mis tormentos. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero!.........Rafael de Leon

La guerra en Siria


Fernando Estezzos Más de seis millones
causa más refugiados y desplazados que ningún otro conflicto Ya se ha superado la trágica barrera de los dos millones de refugiados Además hay otros 4,25 millones de desplazados en el interior del país La guerra civil en Siria ha provocado más refugiados y desplazados que ningún otro conflicto en el mundo, seis millones en total, tras haberse superado hoy la trágica barrera de los dos millones de refugiados. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) confirmó que el número de refugiados sirios se eleva a dos millones y que la mitad de ellos son menores de edad. Además, 4,25 millones son desplazados internos en el interior de Siria. De todas esas víctimas de la violencia, el 97% ha buscado seguridad en alguno de los países vecinos, como Jordania, Líbano, Irak y Turquía, según las estadísticas que ha presentado el ACNUR. El organismo, uno de los principales brazos humanitarios de la ONU, advirtió de que la escasez de fondos es un problema acuciante para atender a esta "hemorragia de población" de Siria, ya que las agencias de socorro que trabajan en este país han recibido menos de la mitad de las contribuciones que se requieren. Tendencia alarmante La tendencia del éxodo sirio es muy alarmante y representa un alza espectacular de cerca de 1,8 millones de personas en los últimos doce meses. Hace un año, el número de refugiados sirios registrados como tales o a la espera de serlo, según el procedimiento del ACNUR, era de poco más de 230.000 personas. Esos mismos registros indican que cada día un promedio de 5.000 sirios huyen a un país vecino, donde la necesidad de que las comunidades de acogida reciban ayuda es ahora casi tan urgente como la que necesitan los propios refugiados. "Siria se ha convertido en la gran tragedia de este siglo, una calamidad humanitaria indigna, con un sufrimiento y desplazamiento de poblaciones sin precedentes en la historia reciente", declaró por escrito el alto comisionado para los refugiados, Antonio Guterres. Agregó que el único consuelo a esta situación catastrófica es "la humanidad y fraternidad que muestran los países vecinos recibiendo tantos refugiados y salvándoles la vida". En vista de la presión que está suponiendo para los países vecinos la llegada de sirios -incluida la económica- el ACNUR anunció que altos responsables de Irak, Libia y Turquía participarán en una reunión ministerial mañana en Ginebra para buscar "acelerar" el apoyo internacional hacia ellos. Refugiados sirios cruzando la frontera con Turquía.