martes, 13 de septiembre de 2016

CAPÍTULO CINCO "EL CHICO Y EL COCODRILO" FIN


Puedes comértelo -sentenció el asno. -¡Ah! -exclamó Bambo-. No pienso dejarte libre, no hay nada que te pueda salvar. Pero antes de que pudiera comérselo, un conejo pasó corriendo hacia el río. -Contemos también nuestra historia al conejo -suplicó de nuevo el muchacho. -¡Chico! Tengo hambre y empiezo a estar aburrido de este juego -exclamó el cocodrilo. -¡Oh! ¡Por favor! Sólo una vez más -insistió el chico. -De acuerdo, pero el conejo va a ser el último al que vamos a consultar. Cuando el conejo hubo bebido hasta tener lleno su estómago, los miró y les preguntó qué ocurría. El cocodrilo le contó lo que venía al caso. El chico empezó a contar sus razones, pero el conejo de repente lo interrumpió. -¡Cállate! He oído hablar de ti. Todo el mundo aquí sabe lo testarudo que eres. Que hable primero el cocodrilo. En medio de las explicaciones se giró hacia el cocodrilo y le dijo: -Perdona. Mis orejas son muy grandes pero no oigo muy bien. ¿Podrías acercarte a mí un poco más? El cocodrilo y el chico se acercaron al conejo. El nivel del agua bajó hasta el pecho del muchacho. El cocodrilo volvió a contar su historia y cuando terminó, el conejo dijo: -Cocodrilo, aún no puedo oírte. Por favor acércate hasta la orilla. No te preocupes, es seguro. No veo ninguna posibilidad de que este chico pueda escapar de ti. El chico y el cocodrilo así lo hicieron. -Ahora -dijo el conejo- podrían contarme una vez más sus historias. El cocodrilo explicó su versión y después dejó que el muchacho contara la suya. Cuando terminaron el conejo dijo. -Chico, eres un mentiroso. Eres tan pequeño y el cocodrilo tan grande que no hay ninguna posibilidad de que puedas cargar con el cocodrilo desde la colina hasta aquí. Si esto es posible , déjame ver cómo lo haces. El cocodrilo desconfiaba, pero el conejo lo calmó: -Acérquense y salgan del agua, te prometo que pronto vas a comértelo. El chico cogió dos largos palos, puso al cocodrilo encima de uno de ellos y el otro sobre su lomo. Después lo ató desde la cabeza hasta la cola. ¡El cocodrilo estaba atrapado! No podía moverse. Entonces el conejo preguntó al muchacho: -¿Le gusta la carne de cocodrilo a tu gente? -Es la única carne que les gusta. -Bien, entonces aquí tienes tu presa -dijo el conejo. El chico cargó con el cocodrilo y lo llevó hasta su casa. Mientras tanto el cocodrilo cantaba: Oh, tengo miedo al chico tengo miedo al chico. Tengo miedo porque me comerá. Cuando su gente lo vio llegar con el cocodrilo atado entre dos palos, empezaron a gritar: -¡Miren!¡Nuestro muchacho se fue a buscar leña y trae un cocodrilo! -Esto no es todo -dijo el chico- también hay un conejo entre los matorrales. Tenemos que ir a cazarlo. Todos los niños siguieron al chico y llevaron a sus perros. El conejo, al oír tanto ruido, se dijo: "Debo marcharme de este lugar y ocultarme, los humanos son los seres más ingratos que existen". Los niños lo buscaron por todas partes pero no lo pudieron encontrar. Cuando finalmente desistieron y estaban volviendo a casa, el conejo llamó al muchacho y le dijo. -Lo que dijeron el árbol, la vaca y el asno sobre los seres humanos es totalmente cierto. Fui yo, el conejo, quien te salvó la vida, y ahora tú quieres comerme del mismo modo como el cocodrilo quería comerte. No quiero saber nada de ti. Se dice que por esta razón los conejos corren tan rápido cuando ven a un ser humano. Antes de que esto sucediera, si alguien se perdía en la selva, un conejo siempre salía para indicarle el camino de regreso.FIN http://genialab.blogia.com/