lunes, 25 de mayo de 2015

Diez "vinos tardíos" recomendados de mayo


http://www.infobae.com/2015/05/25/1730457-diez-vinos-tardios-recomendados-mayo Diez "vinos tardíos" recomendados de mayo La cosecha de uvas para la mayoría de los vinos argentinos comienza en verano. Sin embargo, hay un tipo de vinos que necesita más tiempo en la viña para que los granos ganen concentración de azúcar. Así nacen en mayo, los famosos vinos tardíos. Los elegidos de Fabricio Portelli Al mes patrio cada cual lo celebra como quiere, y eso incluye todo lo que ocurre alrededor de la mesa, ya sea en casa o en el restaurante. Las comidas típicas como el locro y las empanadas pican en punta, y con ellos una gran variedad de vinos para acompañarlos; blancos o tintos según el gusto del comensal. Pero mayo también es el mes en el que nacen los vinos dulces. Porque para concentrar una mayor cantidad de azúcares, hay que dejar los racimos en la planta para que se deshidraten y así, el dulzor gane en proporción. Con uvas más dulces, se pueden hacer vinos que fermenten en su totalidad llegando a niveles de alcohol normales (12 a 14 grados), y con un remanente de azúcar residual importante (70/80 gramos por litro). Así quedan dulces, naturalmente y sin agregar nada. Claro que hay muchas formas de lograr vinos de Mayo. Porque más allá de las uvas pasificadas, se puede optar por distintos estilos de elaboración. Por lo general en nuestro país se siguen las recetas clásicas de Francia, Italia y Portugal. El Sauternes, con su ícono Chateau D´Yquem, es el blanco de cosecha tardía más prestigioso y costoso del mundo. Sólo para entender, en el año 2000 se pagó por un ejemplar cosecha 1806, la suma de €20 mil euros. Hoy, esa misma botella está valuada en más de €100 mil euros. El buen Sauternes puede ser eterno, y el secreto está en el equilibrio entre el azúcar y la acidez. Pero el toque de gracia de dicho vino es un hongo denominado Botrytis Cinérea, que produce la podredumbre noble. Y eso le da sabores complejos y texturas muy delicadas al vino. Mirada desde adentro En la Argentina, por la falta de humedad, es muy difícil que la Botrytis se de naturalmente en la viña. Pero si se utilizan las mismas uvas que en dicha zona de Burdeos (Sauvignon Blanc y Semillón), y se las cosecha entrado el otoño, cuando el calendario marca que ya llegó mayo. Claro que también hay otras uvas que se emplean por estas tierras para diferenciarse, como Gewurztraminer, Moscato y Petit Manseng, entre otras. La fermentación del vino y su crianza en barricas de roble también aporta matices (ahumados, especiados, frutas secas, etc.) a los aromas y sabores de los vinos dulces. Por otra parte, hay enólogos más osados que elaboran tardíos con uvas tintas. El Malbec, por ser nuestro cepaje más reconocido, predomina. Pero variedades más suaves (por ser menos tánicas) como el Merlot y el Pinot Noir, dan mejores resultados, ya que la aspereza que suelen dar los taninos, no compiten tanto con el dulzor. Al momento de comprar un vino dulce, hay que tener muy en claro que no es lo mismo un vino de cosecha tardía que un vino dulce natural. Este último, es un vino (por lo general blanco) que se cosecha normalmente, y se le para la fermentación alcohólica con baja temperatura. Se filtra, se estabiliza y queda así un vino liviano (de 8 a 11 grados alc.) con algo de azúcar residual (alrededor de 60 gr/litro). Son dulces livianos y más simples, concebidos más para beber informalmente o como aperitivo que como vino de postre. ¡Viva el (O) Porto! El otro método más utilizado para lograr vinos dulces es el encabezamiento del mosto/vino con alcohol; tal como se hacen los afamados vinos de (O) Porto en portugués, desde mediados del siglo XVIII. Acá, los vinos fortificados suelen ser tintos, y con el Malbec como uva insignia. Cuando el vino llega a los 10 grados de alcohol, se le adiciona alcohol vínico (otros 10 grados aproximadamente) para frenar la fermentación. Así se obtiene un vino encabezado con casi 20 grados alcohólicos y unos 120 gr/l de azúcar residual. También, la crianza en barricas es fundamental, ya que los vinos licorosos (como se los conoce), suelen tener más estructura, y necesitan tiempo para armonizarse. Hay Oportos que salen al mercado con 10, 20, 30 y 40 años. Es evidente que la capacidad de guarda de un vino y su trascendencia en el tiempo, genera mucho prestigio. Hace pocos días, Sogrape (el grupo vínico portugués más importante y dueño de Finca Flichman en la Argentina), subastó en €6.800 euros una botella de Porto Ferreira Vintage 1815; la más vieja de su colección privada; marcando un récord para la categoría. En la Argentina hubo un pionero, un Malbec a la manera de Oporto. Y no sólo allanó el camino a muchos otros, sino que demostró con el tiempo, ser un digno exponente de los tintos fortificados. La sangre italiana también tira. Por eso existe un vino que se elabora como en el Véneto, con el método del apassimento, que consiste en secar las uvas al sol o en un ambiente seco, luego de cosechadas, y así lograr que los granos pierdan agua y ganen dulzor en proporción. Y es justamente el tenor de azúcar el que los condiciona a ciertos momentos de consumo. Por lo general al final de la comida, como postres en sí mismos, o acompañándolos. Y si bien se multiplica la oferta, aún la costumbre no ha prendido tanto en los consumidores. Por suerte, algunos restaurantes se dieron cuenta que era necesario servirlos por copa y ofrecerlos incluidos con los postres. En casa es más fácil, solo es cuestión de animarse. Los blancos tardíos jóvenes van muy bien con postres frutales y cremosos. Los que son más añejos, con patisserie más sofisticada y frutos secos. También con quesos de pasta blanda maduros y con los azules tipo Roquefort. En algunos menúes por pasos de alta gastronomía, se suele ofrecer como entrante un vino así acompañando un paté delicado o foie gras. Los tintos y fortificados maridan mejor con los chocolates, puros, o en postres y tortas. Otra opción es servirlos como un licor, al finalizar la comida, después del café y para endulzar la sobremesa. Para dar con una buena elección sólo hay que recordar que el dulzor y la consistencia del postre deben ser similares a los del vino. Las copas siempre deben ser pequeñas, porque se sirve y se toma poco, ya que el gusto dulce es más invasivo y cada trago es más consistente. También, hay que cuidar la temperatura de consumo; los blancos más frescos que los tintos, pero no fríos. Porque la baja temperatura apaga el vino y no le permite expresarse en plenitud. Otro aspecto que los consumidores siempre tienen muy en cuenta es el precio, aunque no sea esto lo más importante. Si bien estos vinos suelen ser de precio medio, hay que tener en cuenta que casi todas las botellas son más pequeñas (375 cc y 500 cc) que los típicos blancos o tintos. En la Argentina; quinto productor mundial de vinos; hay de sobra para elegir. Y ya sean de cosecha tardía o fortificados, la base de todos los vinos dulces patrios, siempre serán las uvas de mayo. Los diez recomendados con puntaje Terrazas Single Vineyard Petit Manseng 2012 Bodega Terrazas de los Andes, Mendoza $150 Desde su primer cosecha (2006), este vino se ha posicionado como uno de los mejores dulces de cosecha tardía del país. Pero no sólo por ser Petit Manseng, un cepaje muy original, proveniente del Este francés. Sino por su equilibrio y la complejidad que adquiere con el paso del tiempo. De aromas intensos y delicados; paladar refrescante y amable. Es sutil pero con cuerpo y profundidad. Ideal para acompañar postres que combinen gustos salados (quesos) con dulces (chocolates). Puntos: 91 Selección de Granos Nobles, Gewurztraminer 2012 Bodega Luigi Bosca, Maipú, Mendoza $220 De viñedos de más de 50 años proviene este original vino dulce, por donde se lo mire. Su elegante botella es para coleccionar, su etiqueta es sobria y su aspecto, brillante. Para concebirlo el Ing. Alberto Arizu selecciona racimo por racimo, y grano por grano. Solo así puede asegurar un vino dulce con personalidad. De acidez profunda y texturas delicadas. Su final de boca es fragante y largo. Ideal para disfrutarlo solo o acompañando quesos azules. Puntos: 90 Single Vineyard Late Harvest, Sauvignon Blanc 2012 Bodega Salentein, Valle de Uco, Mendoza $150 No es casualidad que José "Pepe" Galante, el reconocido enólogo de la bodega, haya elegido esta cepa blanca para elaborar un vino dulce. Porque el Sauvignon Blanc es el corazón del Sauternes, el célebre cosecha tardía francés. Y esta uva, en las alturas de Uco, mantiene una acidez natural mayor que en otras zonas, incluso cosechándola en Mayo. Es un vino dorado brillante, de aromas penetrantes y amables. Denso y fluido, su paso por boca es consistente, vivaz y elegante. Ideal para acompañar quesos y postres frutales de estación. Puntos: 90 L´Elisir D´Amore 2007 Bodega Casa Bianchi, San Rafael, Mendoza $225 En los afamados vinos de Sauternes (Francia) la clave, además del Semillón y del Sauvignon Blanc, es un hongo que produce la podredumbre noble de los granos llamado Botrytis Cinérea. Y en este vino argentino también. Eso explica sus aromas complejos y sabores almibarados. La madurez de su carácter se sostiene con la frescura, y su paso por boca es lento e intenso, prolongándose su final. Ideal para servir con patés o masas secas. Puntos: 90 Henry Cosecha Tardía 2011 Bodega Lagarde, Mendoza $220 Este vino es un postre en si mismo. Un puro Moscato Bianco, una uva italiana casi exclusiva para elaborar blancos dulces. Además, sus aromas y sabores son densos, amables y frescos. Fermentado en barrica y luego criado por un año y medio. Por ello y el tiempo transcurrido desde su nacimiento el vino es ambarino y muy untuoso. Su clave está en la acidez filosa que lo mantendrá vivo por muchos años más. Ideal para tomar en las copitas de la abuela al finalizar una comida, como un licor. Puntos: 90
Enamore 2012 Bodega Renacer, Valle de Uco, Mendoza $190 De un joint-venture con la tradicional bodega italiana Allegrini, nace este tinto dulce que recrea el "apassimento". Esto es, luego de cosechados los racimos de Malbec, Cabernet (Franc y Sauvignon) y Bonarda al comienzo de mayo, dejan algunos secando al sol hasta que se secan. Luego, se agregan al vino durante la fermentación. Y al finalizarla, se cría en barricas durante un año. El resultado; un vino con cuerpo, de paso firme y sabores amables. Maduro y fresco, gracias a su sostenida acidez. Esto le otorga un gran potencial de guarda. Por su carácter es ideal para acompañar con quesos duros o tortas de chocolate. Puntos: 89 Saurus Tardío, Pinot Noir 2010 Bodega Familia Schroeder, San Patricio del Chañar, Neuquén $148 El Pinot Noir es el tinto más delicado que existe. Y mantiene esa cualidad cuando se lo vinifica dulce. Sin dudas es una rareza y una apuesta jugada. Pero el terruño patagónico y la mano de Leonardo Pupatto lo hicieron posible. El paso del tiempo se nota, por su equilibrado paladar, pero sobre todo por sus aromas y sabores maduros. Es ideal para acompañar con selección de quesos y frutos secos. Puntos: 88
Malamado, Malbec Bodega Malamado, Maipú, Mendoza $140 Sin dudas es el vino dulce más famoso de la Argentina. Un Malbec a la manera de Oporto, el célebre fortificado portugués. Y si bien acá se frena la fermentación del vino con agregado de alcohol hasta alcanzar casi los 20 grados, se parte de uvas sobre maduradas de las fincas que rodean a la bodega en Fray Luis Beltrán. Una vez encabezado el vino, se cría dos años en barricas de roble francés. Eso explica sus tonos ahumados y avainillados que se entremezclan en la nariz y boca con las frutas rojas maduras. Ideal para acompañar postres de chocolate como el volcán o la mousse. Puntos: 88 Cosecha de Mayo, Semillón 2013 Bodega Del Fin del Mundo, San Patricio del Chañar, Neuquén $79 El Semillón otra variedad prestigiosa utilizada en los afamados blancos dulces de Burdeos (Sauternes). Y también, un emblema patagónico. Por eso Marcelo Miras no dudó en cosecharla en Mayo para dar a luz a su primer vino tardío. De aromas frescos y florales, paladar ágil y untuoso, con suaves dejos de membrillo. Su dulzor es bien delicado, y por eso es ideal para servirlo fresco en la mesa, acompañando alguna ensalada agridulce o un won de vegetales, más allá de los postres. Puntos: 87 Lorenza de Goyenechea Tardío Sauvignon Blanc 2013 Bodega Goyenechea, Villa Atuel, San Rafael $100 Hace cinco generaciones que los Goyenechea hacen vinos. Y cuando ya no quedan casi uvas para cosechar; ya entrado mayo; pasan a levantar las pocas uvas de Sauvignon Blanc que dejaron en Finca La Vasconia, en el corazón de Villa Atuel, muy cerca de San Rafael. Así, los granos contienen más azúcar residual y se logra un blanco dorado, denso y dulce, con dejos cítricos bien maduros, y un agradable final ahumado gracias a su corto paso por barricas francesas. Por su estructura, es ideal para acompañar budines y tortas. Puntos: 85 Especial para Infobae, Fabricio Portelli

LECTURA: Sumisión, la polémica novela futurista de una Francia musulmana


LECTURA RECOMENDADADA Sumisión, la polémica novela futurista de una Francia musulmana "Europa se ha suicidado": es el diagnóstico de algunos intelectuales que empiezan a convertirse al islam y elaboran un relato al uso. Es el año 2022: las mujeres abandonan el mercado laboral, y también los pantalones y las minifaldas... Una nueva civilización, una nueva fe y una nueva economía ocupan el lugar de la cultura occidental, individualista, liberal en usos y costumbres, pero incapaz de dar respuestas a los problemas de la sociedad. Ese es el argumento de la nueva novela del siempre provocativo Michel Houellebecq. El personaje central es un profesor de la Sorbona, en la cuarentena, típicamente –casi caricaturescamente- europeo: una situación económicamente aceptable, un lugar en la sociedad intelectual, sin familia, sin hijos, descreído de todo, sin grandes ilusiones, ni personales, ni colectivas. Observa la decadencia y la crisis que lo rodean con cierto desprendimiento. Se inquieta, pero no hasta el compromiso. Y aceptará lo que viene con resignación acomodaticia. En cierta forma su historia es la parábola de una Europa que, de tanto renegar de su pasado y de sus valores tradicionales –recordemos el debate por la no mención de las raíces cristianas de Europa en su Constitución-, acaba sometida a una nueva creencia. O la de una Europa cansada que, incapaz de responder a las tensiones sociales y políticas que la atraviesan e incluso la fragmentan, se "entrega" a una corriente de pensamiento unos siglos más "nueva" y ciertamente más dinámica: el islamismo. Lo inquietante es que Houellebecq mezcla elementos futuristas –la Francia que imagina es la del año 2022- pero partiendo de realidades y tensiones ya presentes. Apela incluso a la mezcla de personajes reales –como varios políticos de hoy: Sarkozy, los Le Pen- con otros inventados. No se priva de tocar símbolos bien fuertes. Su profesor –y relator en primera persona de la historia- enseña en la Sorbona, universidad que acaba privatizada e islámica. Llueven fondos de las petromonarquías del Golfo para financiar esta nueva educación que ya no es laica –ruptura fuerte si las hay para Francia-; pero esta presencia de capitales de origen árabe comprando negocios o entidades emblemáticas ya es una realidad. No es futuro. Como tampoco lo es la "guetoización" de los suburbios de las grandes ciudades a un punto alarmante y sin solución a la vista. El clima de la novela va de la opresiva angustia que genera la creciente violencia y fragmentación social –caldo de cultivo de la extrema derecha- a una relativa calma y hasta conformismo cuando finalmente se produce lo temido: un resultado electoral que fuerza a los tradicionales partidos de derecha e izquierda a alinearse detrás del partido musulmán para frenar a la extrema derecha. Francia empieza a cambiar y el propio protagonista se dejará tentar por ese cambio (como podrá apreciarse en los extractos más abajo). El libro de Houellebecq causó mucha polémica; no sólo por su contenido sino por el momento de su publicación. La novela debía salir a la venta el mismo día del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo en el que murieron 12 integrantes del staff. Para más datos, el escritor había sido portada de la última edición, con el título "Las predicciones del mago Houellebecq"-. Entre los muertos, había amigos del consagrado escritor. Houellebecq, de 57 años, se consagró en las letras francesas con sus novelas Las partículas elementales y Plataforma. Los desafíos al pensamiento políticamente correcto son una constante en él y alternativamente ha sido tildado de misógino, reaccionario e incluso islamófobo. Lo cierto es que Sumisión encara temas que atraviesan a la sociedad francesa, pero que no siempre son abordados abiertamente –a veces ni siquiera enunciados, en aras de la corrección política-, lo que puede ser visto como una provocación pero también, por qué no, como una oportunidad para hablar de lo que hay que hablar. Sumisión (extracto) Ese breve rapto de entusiasmo se produjo en un momento en que, de forma generalizada, Francia recuperaba un optimismo que no había conocido desde el final de la edad de oro del capitalismo, medio siglo antes. Los primeros pasos del gobierno de unión nacional formado por Mohammed Ben Abbes eran saludados unánimemente como un éxito, nunca un presidente de la república recién elegido había gozado de tal "estado de gracia", los comentarios eran unánimes al respecto. Recordaba a menudo lo que había dicho Tanneur acerca de las ambiciones internacionales del nuevo presidente y seguí con interés una información de la que casi no se había hablado: el relanzamiento de las negociaciones sobre la próxima adhesión de Marruecos a la Unión Europea; en lo relativo a Turquía, ya se había fijado un calendario. Así que la reconstrucción del Imperio romano estaba en marcha y, en el plano interior, Ben Abbes desarrollaba un recorrido impecable. La consecuencia más inmediata de su elección era que la delincuencia había disminuido, y en proporciones enormes: en los barrios más duros, se había reducido ni más ni menos a una décima parte. Otro éxito inmediato era el desempleo, cuyas curvas estaban en caída libre. Se debía sin duda a la salida masiva de las mujeres del mercado de trabajo, ligada a la considerable revalorización de las ayudas familiares, la primera medida presentada, simbólicamente, por el nuevo gobierno. El hecho de que el pago de las mismas estuviera condicionado al cese de toda actividad profesional hizo rechinar un poco los dientes entre la izquierda, al principio, pero a la vista de las cifras del paro el rechinar de dientes cesó rápidamente. El déficit presupuestario ni siquiera aumentaría: el incremento de los subsidios familiares estaba compensado por completo por la drástica disminución del presupuesto de Educación, que anteriormente era de lejos el presupuesto más importante del Estado. En el nuevo sistema, la escolarización obligatoria acababa al final de la primaria, es decir, más o menos, a los doce años de edad; se restablecería el certificado de estudios primarios y se consideraba la culminación normal de la formación escolar. Además, se alentaba la formación profesional del artesanado; la financiación de la enseñanza secundaria y superior, por su parte, pasaba a ser enteramente privada. Todas esas reformas tenían como objetivo "devolver su justo lugar y toda su dignidad a la familia, célula de base de nuestra sociedad", declararon el nuevo presidente de la república y su primer ministro en una extraña alocución común en la que Ben Abbes adoptó unos acentos casi místicos mientras François Bayrou (1), con el rostro aureolado con una amplia sonrisa beatífica, desempeñaba el papel de "Juan Salchicha", el Hanswurst de las antiguas pantomimas alemanas, que repite de forma exagerada –y un poco grotesca- lo que acaba de decir el personaje principal. A todas luces, las escuelas musulmanas no tenían nada que temer, pues, en todo lo relativo a la enseñanza, la generosidad de las petromonarquías era ilimitada desde siempre. De manera más sorprendente, algunos centros católicos y judíos habían logrado al parecer salir adelante recurriendo a la colaboración de diversos empresarios; en todo caso, anunciaban que habían cerrado las negociaciones y que abrirían con normalidad al inicio del curso. (.....................................................................) Más allá de esta agitación superficial, Francia evolucionaba rápidamente, y evolucionaba a fondo. Pronto fue evidente que Mohammed Ben Abbes, incluso independientemente del islam, tenía ideas; durante una rueda de prensa, se declaró influido por el distributismo, lo que dejó estupefactos a todos sus oyentes. La verdad era que ya lo había declarado, en varias ocasiones, durante la campaña presidencial; pero dada la tendencia natural de los periodistas a ignorar las noticias que no comprenden, la declaración no fue recogida ni difundida. Esta vez, se trataba de un presidente de la república en ejercicio, así que era indispensable que actualizaran su documentación. El gran público supo así durante las semanas siguientes que el distributismo era una filosofía económica aparecida en Inglaterra a principios del siglo XX bajo los auspicios de los pensadores Gilbert Keith Chesterton e Hilaire Belloc. Pretendía ser una "tercera vía" tan alejada del capitalismo como del comunismo, asimilada a un capitalismo de Estado. Su idea de base era la supresión de la separación entre el capital y el trabajo. La forma normal de la economía era así la empresa familiar; cuando era necesario, para ciertas producciones, reunirse en entidades más vastas. Debía hacerse lo necesario para que todos los trabajadores fueran accionistas de su empresa y corresponsables de su gestión. (.....................................................................) -Tiene una casa muy bonita... -Me costó años conseguirla, no fue fácil, se lo aseguro.... – Se repantigó en su asiento, y en esta ocasión me pareció, por primera vez desde mi llegada, que se abandonaba de verdad: lo que ahora iba a decirme era importante para él, no cabía duda alguna-. Evidentemente lo que me interesa no es Paulhan (2), ¿a quién puede interesarle Paulhan? Pero a mí me hace feliz a cada instante vivir en la casa donde Dominique Aury (2) escribió Historia de O, en todo caso donde vivía el amante por cuyo amor escribió ese libro. Es un libro fascinante, ¿no le parece? LEER MÁS: La increíble doble vida de la autora de la gran novela erótica del siglo XX Era de la misma opinión. Historia de O en principio lo tenía todo para no gustarme, las fantasías expuestas me asqueaban y el conjunto de un kitsch pomposo: el apartamento ne la isla Saint-Louis, el palacete del faubourg Saint-Germain, Sir Stephen, todo eso era una puta mierda. No obstante, el libro estaba habitado por una pasión y un aliento que prevalecían. -Es la sumisión –dijo en voz queda Rediger-. La idea asombrosa y simple, jamás expresada hasta entonces con esa fuerza, de que la cumbre de la felicidad humana reside en la sumisión más absoluta. Es una idea que no me atreverá a exponer ante mis correligionarios, que quizá la juzgarían blasfema, pero para mía hay una relación entre la absoluta sumisión de la mujer al hombre, tal como la describe Historia de O, y la sumisión del hombre a Dios, tal como al entiende el islam. Mire –prosiguió-, el islam acepta el mundo, y lo acepta en su integralidad, acepta el mundo tal cual, para hablar como Nietzsche. El punto de vista del budismo es que el mundo es dukkha: inadecuación, sufrimiento. El cristianismo por su parte manifiesta serias reservas: ¿acaso no se califica a Satán de "príncipe del mundo"? Para el islam, en cambio, la creación divina es perfecta, es una obra maestra absoluta. ¿Qué es en el fondo el Corán sino un inmenso poema místico de alabanza? De alabanza al creador y de sumisión a sus leyes. No suelo aconsejar a la gente que desea acercarse al islam comenzar por la lectura del Corán, a menos por descontado que deseen hacer el esfuerzo de aprender árabe y sumergirse en el texto original. Les recomiendo en cambio leer los suras, y repetirlos, sentir su respiración y su aliento. El islam es la única religión que ha prohibido cualquier traducción para el uso litúrgico, porque el Corán está enteramente compuesto de ritmos, de rimas, de estribillos, de asonancias. Reposa sobre al idea básica de la poesía, la idea de una unión de la sonoridad y del sentido que permite decir el mundo. Hizo un nuevo gesto de excusa, creo que en parte fingía que su propio proselitismo le azoraba, pero a la vez debía de ser muy consciente de que ese discurso ya se lo había hecho a numerosos docentes a los que deseaba convencer; supongo que la observación sobre la negativa de la traducción del Corán, por ejemplo, dio en el blanco con Gignac los especialistas de la literatura medieval ven a menudo mal la transposición del objeto de su devoción al francés contemporáneo; pero al fin y al cabo, explotados o no, sus argumentos tenían mucha fuerza. Y no podía evitar pensar en su modo de vida: una esposa de cuarenta años para la cocina, una de quince años para otras cosas..., sin duda tenía una o dos esposas de edad intermedia, pero no me imaginaba preguntándoselo. Me puse en pie decididamente esta vez para despedirme, le agradecía esa tarde apasionante, que se había alargado hasta el anochecer. Me dijo que también él había pasado muy buen rato, y hubo una suerte de duelo de cortesías en el umbral de la puerta; pero los dos éramos sinceros. (1) François Bayrou: político de centro, por lo general aliado con la derecha. Pero en las últimas elecciones dio su apoyo al candidato socialista François Hollande. 2) Jean Paulhan, escritor y director de la Nouvelle Revue Française. Una de sus amantes, Dominique Aury, es la autora, bajo el pseudónimo Pauline Réage, de Historia de O, obra cumbre de la literatura erótica francesa.

REVISIONISMO HISTÓRICO-25 DE MAYO DE 1810


http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-31232010000100006&script=sci_arttext HACIA UNA MAYOR COMPLEJIZACIÓN DEL TEMA Sin negar los sustanciales aportes de la nueva historiografía antes señalada, que han permitido cortar con ideas muy instaladas con referencia a la preexistencia de una Nación argentina, proceso pordemás complejo que va a atravesar todo el siglo XIX, lo cual ayuda a explicar la persistencia de las autonomías provinciales y de las formas confederales como modo más aceptado de organización política, consideramos que la interpretación del proceso revolucionario ha resultado en algunos casos empobrecida por una versión a veces acontecimiental y exageradamente "argentino-céntrica", es decir sin referencias contextuales al conjunto latinoamericano. No retomaremos aquí las reconocidas influencias de las reformas borbónicas de finales del siglo XVIII en el territorio rioplatense, ni las visibles consecuencias de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 que derivaron en un significativo proceso de militarización y en un sustancial rol de la opinión pública en la destitución del Virrey Sobremonte. Tampoco haremos referencia a los antecedentes del movimiento independentista de Haití de 1804 ni a los movimientos insurgentes indígenas producidos más tempranamente en el Perú y en el Alto Perú, para considerar otros elementos más cercanos al ámbito rioplatense y menos destacados por la historiografía argentina contemporánea. Como decíamos al comienzo, tradición y modernidad no pudieron estar ausentes en la instancia revolucionaria, aun cuando sus actores no lo explicitaran con total claridad. Un absoluto fidelismo real vemos por ejemplo en la actuación de los funcionarios de la Real Audiencia de Buenos Aires, que desde las invasiones inglesas venían planteando su firme lealtad a la corona y a la constitución del reino. El movimiento juntista surgido en la península fue aceptado por la Audiencia porteña como fruto de las especiales circunstancias que vivía la metrópoli, pero la situación europea no era aplicable al caso americano ya que en España había quedado acéfalo el gobierno y sumida la península en la anarquía, mientras que en América se habían mantenido los representantes del rey, tal y como expresa el voto del Fiscal en lo Civil Manuel Genaro Villota en el Cabildo del 22 de Mayo (López Díaz, 2009:8). De ahí la condena a la Junta de Montevideo, al intento de los capitulares porteños de 1809 y a la Junta de Mayo, así como el respaldo a la continuidad del virrey Cisneros en el Cabildo del 22 de mayo. En opinión de los magistrados reales, el juntismo contrariaba la constitución monárquica y la unidad de la soberanía española. Este último punto, especialmente destacado por los miembros de la Real Audiencia, fue rechazado de hecho en las decisiones finales de los cabildantes por la falta de representación americana en las instancias de gobierno españolas y, básicamente, por el principio de la retroversión de la soberanía. Una vez instalada la Junta Gubernativa en Buenos Aires, comenzaron los inevitables choques con la Audiencia que siguió defendiendo el poder monárquico en abierta alusión a los peligros de una posible independencia,7 hasta que finalmente las nuevas autoridades tomaron la decisión de expulsar a sus miembros del territorio rioplatense con rumbo a Canarias el 22 de junio de 1810 (López Díaz, 2009:14)8 Otro tema importante a tener en cuenta son las insurrecciones altoperuanas del año 1809 producidas en Chuquisaca y La Paz, severamente reprimidas por las fuerzas peninsulares. Estos acontecimientos, que en el léxico de los españoles fueron simples "alborotos" o, lo que es más significativo aún, "elementos rupturistas de la gran unidad simbolizada por la nación española", tuvieron matices diferentes en el sentir de los insurrectos. Siguiendo a Seghesso de López, tomamos como ejemplo la experiencia testimonial de Monteagudo, quien refiriéndose específicamente a los sucesos de Chuquisaca memoraba que desde 1809 su participación había estado consagrada a la "revolución" y, aunque calificaba a ese movimiento de "rebelión", explicaba que "entonces no tenía otro nombre, porque el buen éxito es el que cambia las denominaciones".9 Es decir, tales acontecimientos, -especialmente los ocurridos en La Paz- habrían dejado las huellas de un proyecto revolucionario inacabado que estaba lejos de ser ignorado por España. En este sentido, la autora antes mencionada desarrolla en profundidad el papel que jugaron en esa región virreinal la Real Universidad de San Francisco Xavier y la Academia Carolina, ambas emplazadas por los Borbones en la actual Sucre -ex Chuquisaca y Charcas- donde antes se ubicaban las academias de estudios superiores de los jesuitas. De estos centros académicos egresaron figuras como Monteagudo, Moreno, Paso, Castelli y Gorriti, entre otros. Allí se combinaba en la formación de los juristas un particular eclecticismo que incluía el pensamiento escolástico reformado, heredado de los jesuitas, y las nuevas corrientes ilustradas provenientes de la España borbónica, a la vez que se leían clandestinamente las obras de Rousseau, Mably y Montesquieu, entre otros, según testimonian los estudios de las obras que contenían las bibliotecas privadas más importantes de la época.10 Es por otra parte conocido que Mariano Moreno realizó en 1810 la primera traducción del Contrato Social de Rousseau, aunque eliminando el capítulo referido a la religión por cuanto consideraba que las creencias católicas eran parte constitutiva del sentir popular, sobre todo en el interior del territorio rioplatense. Para José Carlos Chiaramonte, el Derecho Natural y de Gentes, cátedra incluida por Carlos III en 1771, luego de la expulsión de los jesuitas, consiste en un nuevo iusnaturalismo, basado en Grocio, Pufendorf, Wolf y Hobbes, entre otros, que reemplazaría exitosamente en los centros educativos americanos al iusnaturalismo escolástico, con la pretensión de afirmar un Estado español moderno y sostener el poder absoluto del rey por encima del poder temporal de la Iglesia (Chiaramonte, 2004:106). Acertadamente, el historiador argentino insiste enla "gratuidad de la discusión sobre si Rousseau, Suárez o Santo Tomás fueron los ideólogosde la independencia", por cuanto la crisis de la monarquía española tras la invasión napoleónica, la creciente presión británica y las tendencias de los criollos por una mayor participación en la vida política son factores decisivos en la situación revolucionaria, aunque asume también la importancia de tener en cuenta "como, con los elementos doctrinarios existentes [...] los americanos afrontaron el problema de organizar nuevos países" (Chiaramonte, 2004:52-54) Por otra parte, hay autores que rescatan especialmente la influencia de las considerables reformulaciones que la escuela salamanquina, reconocida como la escolástica tardía o segunda escolástica, había incorporado tempranamente, desde la época de Vitoria y, sobre todo, de Francisco Suárez, al pensamiento americano. Según estas doctrinas, basadas en el pactum translationis, la autoridad civil recaía directamente en el pueblo, quien la delegaba al soberano. De esta forma se negaba el origen divino de la autoridad real. Muchos autores que esto sostienen en la actualidad, con posiciones muchas veces excluyentes, niegan cualquier influencia en los movimientos independentistas de las ideas rousseauniana del pacto social11, para rescatar en cambio una robusta formación escolástica a partir de la educación superior que brindaban los colegios de la Compañía de Jesús. Pese a la expulsión de los jesuitas en 1767, estas ideas habrían penetrado en la formación de las futuras dirigencias revolucionarias. En síntesis, las revoluciones hispanoamericanas tendrían un profundo sentido español, influenciado por teólogos y juristas de la península y no por "ideologías extranjeras" (Gómez Rivas y Soto, 2005:121-22) En una interpretación seguramente más ajustada a la realidad, por la propia complejidad del proceso, Portillo Valdés incorpora con mayores precisiones las características del pensamiento español de fines del XVIII y comienzos del XIX a partir del estudio de los debates constitucionales de Cádiz entre 1808 y 1812, como una difícil imbricación entre el interés por la modernidad de los discursos y las propias tradiciones de la monarquía católica española (Portillo Valdés, 2000:31). Los liberales españoles, más que preocupados por el contractualismo social como base del orden político, lo habrían estado por la modernización de la monarquía a partir del límite constitucional y en clave esencialmente nacional (Portillo Valdés, 2000:491). Como también dice Xavier Guerra, en el imaginario político de la época se vuelve más visible una visión pactista de la monarquía heredada de los tiempos de los Austrias, cuando lo dominios americanos no eran colonias sino reinos iguales en derecho a los españoles. Es en este mismo sentido que, para este autor, el movimiento de Mayo no tendría carácter anticolonial sino que habría sido producto de una revolución con fuerte componente atlántico, que sería a la vez española y americana (Guerra, 2003:91-92) Esta interpretación, de hecho bastante aceptada por la historiografía americana más reciente, quita sin embargo originalidad a los procesos locales. Por último, debemos recuperar también el accionar, antes mencionado, de las sociedades secretas, hoy totalmente erradicado de las interpretaciones sobre el movimiento revolucionario, con lo cual se elimina también la visión continental de algunos de sus actores. Las sociedades secretas fueron sin duda una opción válida para las elites criollas en su afán por distanciarse de las prácticas intelectuales del Antiguo Régimen y constituir formas modernas de sociabilidad política (FerrerBenimelli, 1985; González Bernaldo de Quirós, 2000:78). El debate público promovido por los liberales españoles, que imaginaban una monarquía atemperada que uniera bajo su régimen los intereses de la metrópoli y las posesiones americanas en una unidad soberana, la Nación española, era resistido por buena parte de la elites criollas que cuestionaban la legitimidad de las autoridades que reemplazaron al rey cautivo. Los americanos residentes en la península, habrían comenzado entonces a trabajar activamente a favor de una independencia de la metrópoli con un criterio continental sudamericano. Allí se destaca la gestión del caraqueño Francisco de Miranda y la Creación de la "Sociedad de Caballeros Racionales", filial gaditana de la Gran Reunión Americana, de extracción masónica, donde militaron un número importante de oficiales americanos integrados al Ejército Real, como es el caso de Carlos de Alvear, activo promotor de la iniciativa, junto al chileno Bernardo O'Higgins, los venezolanos Andrés Bello y Simón Bolívar, el colombiano Antonio Mariño y el rioplatense José de San Martín, entre otros (Bragoni, 2010:26-29). Febriles años de reuniones y encuentros en Cádiz y Londres, derivaron en el arribo de San Martín y otros miembros del grupo a Buenos Aires en 1812. La creación de la llamada Logia Lautaro y su comunidad de intereses con los seguidores de Monteagudo en la Sociedad Patriótica, culminaron con la revolución que puso fin al Primer Triunvirato porteño y derivó en la convocatoria a la Asamblea Constituyente de 1813 con dos objetivos claramente explicitados: la declaración de la independencia y la unidad americana. Ninguno de ellos finalmente se cumplió por diversos motivos pero, principalmente, por el cambio de la situación en Europa y el retorno del monarca español cautivo. Pero el plan continental prosiguió, tal y como lo demuestra la declaración de independencia de las "Provincias Unidas de Sudamérica" firmada en Tucumán en 1816 y las posteriores campañas de liberación emprendidas por San Martín y Bolívar. Es más, podría argumentarse que sólo esta dimensión continental permitió sostener los procesos de independencia cuando las situaciones de los distintos gobiernos revolucionarios se habían tornado especialmente adversas luego de la derrota de Napoleón y el retorno de las monarquías absolutas. En síntesis entonces, no pueden desconocerse estas ideas rupturistas presentes en España y América al menos desde 1808. Sin exagerar su inserción real en la sociedad rioplatense, como de hecho hacen los historiadores masones que sostienen que todos los integrantes de la Primera Junta, con la sola excepción de Azcuénaga, eran miembros de distintas logias secretas (Silvestre y Rodríguez Rossi, 2010:14)12, tema de dudosa verificación,13 no debe sin embargo negarse que el asociacionismo secreto fue una opción válida para la militancia política de las élites criollas en contra del Antiguo Régimen. De hecho, las primeras noticias sobre la instalación de logias secretas en el Río de la Plata, aunque efímeras y poco trascendentes, datarían de fines del siglo XVIII,14 pero su influencia más importante se haría sentir durante las invasiones inglesas, particularmente a través del accionar de Saturnino Rodríguez Peña y su vinculación con Beresford, también masón. Algunos protagonistas de la revolución mencionan asimismo las reuniones secretas que se realizaban en casa de Vieytes y Nicolás Rodríguez Peña con la idea de formar un gobierno independiente de la metrópoli española (Tomás Guido [1855] en Fradkin y Gelman, 2010:118) Ni una visión de continuidad absoluta, ni una de ruptura definitiva pueden considerarse entonces como determinantes de los hechos acaecidos el 25 de mayo de 1810 en el Río de la Plata. En el marco de una compleja realidad política, se dieron cita un conjunto de ideas que no expresan un único "pensamiento de Mayo", como bien dice Goldman, sino una combinación de concepciones derivadas de la antigua tradición hispana, de las teorías del derecho natural y de la ilustración liberal moderna, donde predominaban las ideas pactistas "según las cuales era necesario el consentimiento de los integrantes de una sociedad, ya sean súbditos, individuos o pueblos, para fundar una autoridad política" (Goldman, 2009:7) Esta distinción es importante por cuanto tampoco era una sola la idea de soberanía. Si bien se aceptaba, ante la acefalía real, el principio compartido dela retroversión de la soberanía a la comunidad, dos tendencias se expresaron claramente en la escena política rioplatense: la que sostenía, sobre bases republicanas, la existencia de una soberanía única del "pueblo" de la Nación, como pretendía Mariano Moreno, en tanto Secretario de la Junta, frente a aquella otra que propugnaba la existencia de tantas soberanías como "pueblos" -ciudades, luego provincias- hubiese en el territorio, tal y como proponía Cornelio Saavedra, su Presidente (Goldman, 2009:11) No caben dudas de que la idea revolucionaria, presente sin duda en una minoría ilustrada, representada por Moreno, Castelli y Monteagudo, entre otros, va a ir adquiriendo forma en el decurso de los acontecimientos, a medida que evolucionen los sucesos que se producen en España y en el propio territorio rioplatense,para definirse más acabadamente por la independencia con el accionar de la Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro en el año 1812 y derivar en una definitiva ruptura con España en 1816. Las ideas republicanas compartieronel campo de lo político con aquellas más sujetas a la tradición hispánica y a los cambios introducidos por la ilustración en el Antiguo Régimen, que de hecho impugnaban el poder absoluto del monarca sin desistir de la monarquía como régimen y de su fuerte componente católico. En este caso, la preocupación más visible en algunos parece haberse relacionado con la idea de incrementar la autonomía por sobre la independencia, al menos en la etapa más próxima a los sucesos de 1810; para otros, como es el caso de los masones, la idea de independencia estaba más firmemente instalada, al menos desde 1808, mientras el régimen político más aceptado era la monarquía atemperada al estilo británico. Lo dicho es también indicativo de que el proceso revolucionario fue justamente eso, un proceso, con un antes y un después, y no debe ser considerado como un mero acontecimiento histórico cuya explicación comienza y termina con él.