Los niños y jóvenes con discapacidades necesitan tanta educación como sus pares.
Sin embargo, en todo el mundo muchos discapacitados reciben poca o ninguna educación.
La Parte A recoge una estimación de las carencias en materia de servicios educativos
adecuados, expone los principios básicos en que deberían inspirarse los servicios
de educación especial y describe las estrategias clave que permitirían a los responsables
de políticas desarrollar y potenciar las prestaciones destinadas a la educación
de niños y jóvenes discapacitados.
Todos los niños tienen derecho a la educación. Una de las tragedias de nuestro tiempo es que son muchos
los niños que no reciben educación y no tienen oportunidad de ir a la escuela. Esto se agrava por la escasez
de oportunidades educacionales en la adultez.
El fracaso en ofrecer educación a todos los niños corre a parejas con el hambre y la guerra como una de
las mayores denuncias que se hacen al presente orden político. También constituye un desafío de importancia
para éste. Un mundo que dispone de los recursos económicos y tecnológicos que permiten la comunicación
global instantánea, así como poner gente en el espacio, difícilmente puede decir que es imposible
educar a todos sus niños.
Este desafío alcanza todo su vigor moral al referirse a los niños con discapacidades. l Quienes sufren discapacidades
-aquellos que tienen la mayor necesidad de educación- son, irónicamente, quienes menos
posibilidad de recibirla tienen. Esto es válido tanto para los países desarrollados como para los en desarrollo.
En los países desarrollados muchos niños con discapacidades son excluidos formalmente del sistema
educativo o bien reciben dentro de éste un tratamiento menos favorable que los otros alumnos, en
tanto que en muchos países en desarrollo la lucha por impulsar la educación obligatoria para la mayoría
de los niños precede a la de satisfacer las necesidades educativas especiales de quienes enfrentan discapacidades.
Las cifras exactas, particularmente en el caso de los países en desarrollo, son difíciles de establecer; sin
embargo, existen algunos estudios disponibles que ilustran la aflictiva magnitud del problema. Ross
(1988) resumió los datos obtenidos en trece países de Africa oriental y del sur. E1 cuadro 1 muestra que
l. Una definición precisa de discapacidad no se ofrece en este trabajo. La terminología y categorización varía ampliamente
de país a país. E1 grupo objetivo incluye a quienes tienen impedimentos físicos o sensoriales, a aquellos que
comparados con los pares de su edad tienen dificultades en su aprendizaje o al comunicarse, como también a aquellos
cuya conducta no puede ser aceptada sin problemas en las aulas o escuelas regulares. Lo que estos niños tienen
en común es una mayor o menor necesidad de que se les brinde una oferta educacional especial que esté por encima
de la que la generalidad de las escuelas ofrecen a la mayoría de los estudiantes. Las estimaciones respecto al tamaño
de este grupo de niños varían entre el 10% al 20% de la población en edad escolar.
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virtualmente todos los países tenían matrículas en educación especial correspondientes, aproximadamente,
al 0.1% o menos de la población en edad escolar.
Cuadro 1: Matricula en educación especial, como porcentaje de la población en edad escolar, en trece
piases africanos
Porcentaje N° de países
Menos del 0.1 7
Entre 0.1 y 0.2 4
Más del 1% 1
Sin datos 1
13
(Adaptado de Ross,1988)
Una encuesta más amplia, realizada por la UNESCO entre 1986-87, encontró que 34 de 51 países que
habían suministrado información (de todos los continentes), tenían menos del 1% de alumnos matriculados
en programas de educación especial (UNESCO, 1988a). El cuadro 2 señala que 10 de estos 34 países
disponían de programas en educación especial para menos del 0.1 % de los estudiantes.
Tabla 2: Cantidad de alumnos matriculados en la educación especial, como porcentaje de la población en
edad escolar
Variación (%) N° de países
Menos del 0.1 10
0.1 - 0.4 13
0.5 - 0.9 9
1.0- 1.9 6
2.0 - 2.9 6
3.0 - 3.5 5
Más de 3.5 2
No se proporcionó información 7
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Para apreciar la real significación de estos cálculos se requiere contrastarlos con las estimaciones de las
necesidades por educación especial. Un señero informe del gobierno del Reino Unido (DES, 1978) recomendó
-con propósitos de planeamiento- asumir que «alrededor de uno entre seis niños en cualquier
momento y hasta uno entre cinco durante su período escolar, requerirá alguna forma de educación especial».
Estas estimaciones concuerdan C011 estudios previos (le las Naciones Unidas que estiman que un
15% de los niños requerían educación especial o medidas rehabilitadoras de algún tipo y que esta proporción
era mayor en los países en desarrollo (N.U., 1976).
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La severa realidad que subyace en estas cifras es que la gran mayoría de niños y de jóvenes con discapacidades
no recibe una atención apropiada, si es que en verdad se les ofrece alguna. En muchos países,
menos de un niño entre cien recibe la oferta de educación especial que necesita.
La UNESCO ha tenido desde comienzos de la década de los años 70 un compromiso serio para mejorar
la entrega de educación especial en todo el mundo. En 1971 publicó su primer estudio respecto a la situación
de la educación especial, trabajo que fue puesto al día a fines de la década de los ochenta (UNESCO,
1988a). Este compromiso se ha dirigido principalmente a acciones en los países en desarrollo, y los
principales proyectos han correspondido a países africanos y asiáticos.
El programa para el bienio 1990-91 se propone enfrentar las necesidades educativas de los niños y
jóvenes discapacitados mediante el enfoque de la educación integrada y los programas basados en la
comunidad. La acción que se ha propuesto cubre tres áreas principales: planificación, organización y
administración de la oferta de educación especial; perfeccionamiento de profesores para la educación
integrada de niños discapacitados; identificación, evaluación e intervención de las discapacidades en la
niñez temprana.
El propósito de este trabajo es contribuir al mejoramiento de la oferta de educación especial estableciendo
los principios básicos que orienten la educación de los discapacitados y llamando la atención hacia
estrategias que los políticos puedan adoptar para garantizar su entrega.
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PUEDE VERSE EL TRABAJO MUY COMPLETO EN ESTE LINK A PUBLICAR EN DIFERENTES ENTREGAS EN FACE: ANGELICA AMPARO ESTEVEZ SAVIZA