domingo, 10 de abril de 2011

LA GENTE- JESÚS en el NUEVO TESTAMENTO

TEOLOGÍA BÍBLICA

JESUCRISTO EN EL NUEVO TESTAMENTO



1. En los Sinópticos

a. La vida de Jesús

Los sinópticos son libros que enfocan especialmente en la persona de Jesús. No tratan en primera instancia acerca de Dios ni tampoco acerca de las enseñanzas de Jesús. Tratan del hombre de Nazaret, su vida, su ministerio, su mensaje, su crucifixión y resurrección; quien se revelaba como el Hijo de Dios. Cristo es el sujeto o él que hablan cada sección de los evangelios. Los primeros cristianos creían no simplemente en un mensaje, sino también en una persona.

b. La muerte y resurrección de Jesús

Entre todos los eventos de la vida de Jesús, los evangelios destacan especialmente su muerte. Cada evangelio termina con los eventos del Calvario como el clímax. Martin Kahler sugirió que los evangelios son narraciones de la pasión de Cristo con una introducción tratando de su vida.

c. Presentación de la autoridad de Jesús

Los Fariseos, Escribas y Saduceos confiaban en su propia autoridad. Pero el mensaje de Jesús vino con nueva autoridad, él hablaba como de Dios (Mar. 1:27, 4:41). Esta autoridad de Jesús tenía su base en la relación entre Jesús y su Padre. El hablaba con Dios como a su padre en un sentido único (Mat. 11:25-27). Es decir, cuando Jesús dijo “Padre” esto expresaba una relación que solamente existía entre él y Dios, y excluía los discípulos. Por supuesto él les enseñó a decir a ellos, “Padre” (Mat. 6:6) pero la relación entre ellos y el Padre era en un nivel diferente.

d. Presentación de quién es Jesús

Aunque hemos notado la importancia de la muerte de Jesús en los evangelios, esta solamente tiene significado con la primera parte del evangelio que trata del nacimiento milagroso, los dichos divinos, sus sermones con la autoridad de Dios, los milagros y la conducta de Jesús explicaban su persona. Cuando sabemos quien es Jesús, la muerte del Hijo de Dios tiene significado.

Entonces, la vida de Jesús muestra quien era él, su identidad como el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios. También, Jesús habló especialmente de la llegada del reino de Dios (Mar. 1:14-15). Los judíos esperaban dicho reino, pero en una forma diferente, el reino de la liberación de la nación. El reino para Jesús era de los cielos con Jesús y por medio de él, y su tiempo no era en el futuro, porque ya había llegado, no era necesario esperar más: (Mat. 10:7, 12:28, Lu. 17:21). Era un reino de justicia, paz, y libertad de la maldad para una vida de amor y servicio a Dios, muy diferente de las expectativas judaicas (Mat. 5-7, Luc. 6:20-49).

Los discípulos testificaron que Jesús es el Cristo, es decir, el Mesías (Mar. 8:29) aunque no entendían plenamente las implicaciones de esto. Con el tiempo descubrieron que él era el Mesías sufrido (Mar. 8:31, 9:31, 10:33-34) y rechazado (Mar. 12:10 cp Sal 118:22-23, Mar. 15:34 cp Sal. 22:1, Luc. 22:37 cp Is. 53:12).

Este sufrimiento y la muerte no era por gusto. Todo tenía un aspecto redentor (Mar. 10:45, 14:24). La resurrección de Jesús lo vindicaba como Mesías (Luc. 24:19-27). Sobre la base de su autoridad, él mandó a sus discípulos a una misión mundial (Mat. 28: 16-20, Luc. 24:44-49).

2. El Evangelio de Juan

a. La divinidad de Jesús

En Juan encontramos una presentación de Jesús similar a los sinópticos, pero diferente. En Juan, Jesús se declara a si mismo como hijo de Dios (5: 16-23, 10:33). El significado de esto, es que si él es él hijo de Dios, él es de la misma esencia de Dios, entonces él es igual a Dios (5:18). Esto es mostrado en su relación íntima con Dios como su Padre (17).

Juan destaca a Jesús como divino (1:1, 18) y como consecuencia, el objeto de adoración (20:28). Aunque también Juan presenta a Jesús como completamente humano (4:6).

b. El significado de Jesús en metáforas

Como en los sinópticos, en Juan encontramos a Jesús como el maestro (13:13), el profeta (6:14) y él que es reconocido como Mesías (1:49, 4:29). Pero también su persona y servicio están elaborados en metáforas. “Yo soy” dijo Jesús, en: 6:35 (el pan de vida), 8:12 (la luz del mundo), 10:7 (la puerta), 10:11 (el buen pastor), 11:25 (la resurrección y la vida), 14:6 (el camino, la verdad y la vida), y 15:1 (la vid verdadera). Esta frase “Yo soy” tenía vinculación con Dios mismo según (Ex. 3:14).

c. La relación entre Jesús y el Espíritu Santo

Jesús enseñaba acerca de la venida del Espíritu Santo (14: 16-17, 26; 15:26; 16:7-15). Lo interesante es la relación entre el Espíritu y Jesús. Cuando Jesús dijo que el Espíritu es otro consolador (14:16), el usa la palabra en Griego “allos” a{llov para decir al Espíritu como alguien similar a él mismo, y va a estar como un sustituto de Jesús. Si en Juan 14:16 habríamos encontrado la palabra griega para otro, “heteros” e{terov, esto indicaría que el Espíritu es otra persona en el sentido diferente que Jesús.

3. Los Hechos

a. La continuación del ministerio de Jesús

Lucas dice que Hechos, su segundo tomo, es una continuación de lo que Jesús hacía y enseñaba en su primer tomo, el evangelio (Hech. 1:1). Entonces Hechos es una historia de lo que él hizo con el poder del Espíritu Santo por medio de sus discípulos “en su nombre” (3:6, 16; 16:18).

b. El lugar del Espíritu Santo

Hechos empieza con la promesa del Espíritu quien va a ayudar a dar testimonio a los discípulos de Jesús desde Jerusalén hasta los fines del mundo (1:8). El don del Espíritu vino por Jesús (2:33) y Jesús es el señor del Espíritu, por eso encontramos la frase, “el Espíritu de Jesús” (16:7).

c. Jesús en la tierra y en el cielo

Hechos presenta una combinación de lo que Jesús hizo en la tierra y su ministerio en el cielo. Por ej. Pedro explica a Cornelio acerca de la vida de Jesús y su resurrección y también acerca de su posición celestial como juez (10: 34-43). La base para este reino de Jesús es su resurrección, la cual es una resurrección con poder (3:13-15; 5:31).

d. Los Títulos de Jesús

Como en los sinópticos, en Hechos encontramos a Jesús como el Hijo del Hombre (7:56). También él es representado como el siervo sufrido de Yahvé (8:30-35). En la predicación los cristianos mostraban que este Mesías debía sufrir 17:2-3.

También el es el Hijo de Dios (9:20, 13:32-33). La palabra “Señor” es usado mucho con respeto a Jesús en Hechos (2:36; 9:27; 11:16) o la frase, Señor Jesús (1:21; 4:33; 7:59; 8:16). A veces este título, Señor, indica nada menos que Dios (2:39; 4:26).

4. Las cartas

a. Jesús y su pueblo

Pablo presenta a Jesús como un ser humano, nacido de una mujer, miembro de la comunidad judaica, (Gál. 4:4), con hermanos (1Cor. 9:5), enseñando autoritativamente (1 Cor. 7:10; 9:14), sufriendo muerte pero resucitado y exaltado por Dios (1 Tes. 4:14). Su exaltación resultó en un reino del cielo que sigue hasta el vencimiento de toda la oposición (1 Cor. 15:24-25). Jesús es el Señor vivo quien ejercita su reino desde los cielos (Col. 4:1).

Entonces creer en Cristo no es simplemente creencias acerca de él, sino también un compromiso con una persona viva (Gál. 2:16, Ef. 1:13, Fil. 1:29).

Los creyentes en él forman una nueva entidad, la cual es su cuerpo en un sentido espiritual. En este cuerpo hay una relación entre Cristo y cada creyente (Rom. 12: 4-8, 1 Cor. 12: 12-27). Es decir, “En Cristo” y “en el Señor” expresan una unidad con Cristo, pero sin perder la individualidad del creyente. Hay un sentido en el cual los Cristianos que todavía viven en este mundo han resucitado con Cristo porque ya tienen nueva vida (Ef. 2:6, Col. 2:12, 3:1).

b. Jesús y Adán

Hay una comparación entre el primer hombre, Adán, y el segundo hombre Cristo (1 Cor. 15:45-49). Esta comparación se aplica en un sentido teológico. Ambos son cabezas de una línea. Por un lado hay una conexión entre Adán y la humanidad, el pecado y la muerte; y por otro lado existe la conexión entre Cristo y los creyentes, la justificación y la vida eterna (Rom. 5:12-21, 1 Cor. 15:22).

c. Jesús y Dios

La confesión de los cristianos es que Jesús es el Señor (Rom. 10:9, 1 Cor. 12:3, Fil. 2:11). Cristo como Señor es un tema dominante en las cartas, por ej. 1 Cor. 8:5-6. Usar la palabra “Señor” tiene la connotación de dueño, pero también de alguien opuesto a los reyes terrenales, hasta el Emperador. También “Señor” tenía una connotación divina con respeto al uso de la palabra en el Antiguo Testamento para Dios.

A veces Jesús y el Padre están puestos al mismo nivel (1 Cor. 1:3, Rom. 1:7). Aunque pocas veces se encuentra la descripción de Jesús como Dios (Rom. 9:5, Tit. 2:13). Jesús es la imagen de Dios, y cuando encontramos el término, “imagen”, se nota que hay una distinción entre la imagen de Dios en Cristo (2 Cor. 4:4, Col. 1:15) y la imagen de Dios en los creyentes (2 Cor. 3:18, Col. 3:10).

En las cartas la palabra “hijo” en la descripción de Jesús no es usado mucho (Rom. 1:3-4, 1 Cor. 1:9; Gál. 2:20), pero cuando se usa, expresa la intimidad entre Jesús y Dios, y muestra el gran sacrificio del Padre entregando a su propio hijo (Rom. 8:32).
FUENTE: DAVID FORD-SEMINARIO EVANGÉLICO DE LIMA

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