lunes, 3 de febrero de 2014

La apasionante historia del misterioso escritor que investiga por qué todos podemos matar


RONNIE ARIAS La apasionante historia del misterioso escritor que investiga por qué todos podemos matar 23/09/2013 Por @LorenaBassani Los crimenes de Moises Ville - baja(1) Conozco a Javier Sinay desde hace muchos años. Trabajábamos uno pegado al otro. Cada uno manejando sus propias armas eficaces y sencillas para escapar de la rutina diaria. Los dos escribíamos notas instrascendentes en una redacción sin aire. Paradójicamente, nuestras almas querían volar como gorriones de ahí. Y volamos. Es que yo siempre creí que él -más que ningún otro de mis colegas- tenía que irse volando de ahí. Porque Javier Sinay es de esos tipos que llegan a una redacción, te saludan amablemente, tipean palabras al lado tuyo, pero que de ninguna manera son iguales a vos. Ni a vos ni a los cuarenta como vos que te rodean. Javier Sinay es un periodista distinto. Y a pesar de que compartimos mucho tiempo juntos, nunca le hice ciertas preguntas. Nunca me animé. ¿Por qué dedicará sus días de sol, su tiempo de ocio, sus noches enteras a investigar sobre muertes crueles y crímenes espantosos? ¿Qué era lo que llevaba a este muchachito tímido y bueno, casi un personaje misterioso de Allan Poe, a entusiasmarse tanto con la sangre y con la mente asesina de nuestro país? ¿Qué quería entender? “Los crímenes de Moisés Ville“, su nuevo libro, es una investigación apasionante que responde y justifica todos mis interrogantes. Parece que Sinay trataba de entender nomás un poco del alma humana. Pavada de desafío… Con esta obra, Javier cuenta, magistralmente, la historia de veintidós asesinatos y echa luz sobre la brutal relación entre gauchos y judíos inmigrantes entre 1889 y principios del siglo XX. De anteojos hipsters, modales refinados, camisas a cuadros y ojo de lince judía, hoy recuerdo a Javier Sinay como uno de esos compañeros amorosos, gentiles, caballeros como pocos, que siempre tuvieron un secreto bien guardado. Una condición bajo la manga que ahora despunta, cada tanto, cuando su esencia y las editoriales lo llaman. Algo que hizo que, esté donde esté y aunque no quiera, se le levantara la mano por encima del resto. Algo que siempre motivó que yo lo respetara y admirara especialmente. Su secreto se llama talento y nada más… ¿Cuánto hace que empezaste a escribir este libro? Empecé hace cuatro años. El 9 de junio de 2009 recibí un mail de mi padre donde me contaba que había un artículo escrito por mi bisabuelo, Mijl Hacohen Sinay -periodista también-, en el que se narraban 22 homicidios cometidos entre 1889 y 1906 en Moisés Ville, un pueblito agrícola de la provincia de Santa Fe poblado por inmigrantes judíos rusos. Ese día nació este libro. ¿Cómo seguiste? Lo primero que hice fue una breve investigación en Internet sobre Moisés Ville, sobre los crímenes y sobre Mijl Hacohen Sinay. Después recurrí a Eliahu Toker, un escritor e investigador que me abrió un poco más el panorama. Mi investigación continuó en el IWO (un instituto de estudios judeoargentinos, en Buenos Aires) y en Moisés Ville (hoy, un pueblo de 2.500 habitantes al que fui cuatro veces). Viajé también a Rosario, a la ciudad de Santa Fe, a La Plata y a Santiago de Chile, siempre en busca de las pistas de estos crímenes y de los rastros de aquel mundo finisecular. Me metí en archivos, en bibliotecas, en registros del Poder Judicial, en museos y en los rincones del pueblo de Moisés Ville, que para mí fue a la vez como una gran escena del crimen y como un gran laboratorio periodístico; y que se convirtió en un lugar que finalmente terminé por querer como propio. ¿Qué fue lo mejor que tuvo escribir este libro? Fue apasionante rescatar un enorme capital familiar que desconocía, en el que hay periodismo, judaísmo y género negro. Recorrí mi árbol genealógico y llegue a descubrir que al menos desde mi tatarabuelo, cada generación de la familia Sinay tuvo un representante en la prensa. Y eso me hizo sentir un poco menos original en mi rol de periodista de la familia, pero también me llevó a darme cuenta de que hay saberes y habilidades que se transmiten dentro de la familia, y que a veces la familia es una red invisible que te contiene y te convierte en un eslabón que conecta el pasado con el futuro. ¿Por qué creés que lo Policial pega tanto en el público? Creo que las buenas historias policiales son en el fondo historias con las que nos podemos identificar. Una mirada humanista del género negro es necesaria. Creo que el morbo es un anzuelo, tal vez una puerta de entrada para el lector, pero no es el elemento principal que trabajo yo en mis textos. Como decía arriba, pienso que una historia policial debe intentar llegar lo más cerca de la esencia humana y de la esencia de las instituciones sociales en las que vivimos. ¿Por qué hay personas que matan a otras personas? destacado todos podemos matarCreo que hay dos o tres tipologías. No mucho más. Uno: el que mata por envidia, por poder, por no ser abandonado, por manipular al otro hasta las últimas consecuencias. Dos: el que mata por motivos difíciles de entender, por pulsiones incontrolables, por locuras. Tres: el que mata porque se encuentra en un nivel de turbación alto. Este último podemos ser todos: cualquiera, llevado a un grado alto de acorralamiento, puede matar, al menos en defensa propia o en una situación sin remedio. Pero no todos pueden darse cuenta de lo que eso significa; no todos pueden elaborar un arrepentimiento. Creo que si contamos los crímenes haciendo hincapié en el morbo y en la sangre, tendremos historias pasatistas, vacías. Pero si las cargamos de sentido y de cultura, esas historias criminales nos enseñarán algo sobre nuestro mundo y sobre el ser humano.