martes, 2 de febrero de 2016

EPIDEMIAS II


Etimología y significado[editar] Aunque por su etimología griega (Demos significa pueblo), la palabra se aplica originalmente a las enfermedades que afectan a los humanos, es de uso frecuente también en el lenguaje cotidiano para hablar de las enfermedades que afectan a grupos de animales (zoonosis). De hecho, el término adecuado, epizootia, es menos conocido, y es común que para fenómenos médicos idénticos entre animales y humanos sean designados por las mismas palabras en el lenguaje cotidiano. El uso del término en el lenguaje cotidiano también tiende a ignorar o confundir a la incidencia y la prevalencia de la enfermedad. Así, por ejemplo, el calificativo de epidemia es a menudo erróneamente limitado exclusivamente a los casos en que la prevalencia es importante, cuando hay numerosos individuos enfermos sin tener en cuenta su número inicial, haciendo caso omiso de la incidencia normal. El término también es utilizado de la misma manera por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para otros fenómenos diferentes a las enfermedades infecciosas, tales como el rápido aumento de la obesidad en el planeta. Fases de una epidemia[editar] Artículo principal: Modelaje matemático de epidemias Endemia, epidemia, pandemia[editar] Una endemia, que es la presencia habitual de una enfermedad en una zona geográfica (prevalencia positiva incidencia (estable) puede convertirse en una epidemia si las condiciones ambientales lo permiten. Posteriormente: Puede que la epidemia se extienda y se convierte en una pandemia (caso del VIH) Puede que la epidemia disminuya, la incidencia se convierte en muy baja, cero o negativa. Si se mantiene localizada en el espacio, se convierte en un endemia limitada a ciertas regiones (caso actual de la poliomielitis). También puede llegar a desaparecer al final. Ciclos y olas[editar] Las epidemias frecuentemente ocurren en ciclos u oleadas con una fase de auge rápido y una abrupta caída, un cierto período de actividad baja y de nuevo un auge y caída. La gripe es un ejemplo perfecto de una epidemia cíclica , con un ciclo anual o estacional. Las epidemias pueden desarrollarse en una o más olas, como fue el caso de la gripe española en 1918-1919. Los modelos epidemiológicos han demostrado que bajo ciertas condiciones razonables, existen soluciones oscilantes, que explica que las epidemisas ocurran en ciclos. Por el ejemplo el virus de la gripe común, presenta tasas de infección diferentes en invierno y en verano, esa variabilidad estacional de la tasa de infección da lugar a un comportamiento cíclico (si la tasa de infección fuera constante los modelos más simples llevan a la conclusión de que el número de infectados sería una tasa constante). Desarrollo[editar] Una epidemia también puede surgir sin una endemia previa, por ejemplo a raíz de un accidente que provoca la liberación de un vector patógeno en un entorno donde anteriormente era inexistente (prevalencia e incidencia inicialmente cero). En tales circunstancias, solo algunos casos son suficiente para causar un aumento muy significativo en la incidencia de la enfermedad y darle el carácter de una epidemia. Difusión[editar] Mark Bartholomew, investigador de la CEA y un equipo mixto CEA-CNRS-Universidad de Indiana que ha modelado la propagación de las epidemias a partir de bases de datos de la IATA, concluyó en 2008 que «el avión es el factor clave de la propagación (de las epidemias) en todo el mundo (..) Las líneas en las que hay grandes flujos de pasajeros crean caminos preferentes para la enfermedad. El SARS llegó a Francia y Canadá, con vuelos procedentes de Hong Kong.» Por lo tanto, él cree que «incluso si se redujera en un 90 % el tráfico aéreo - que parece difícil de alcanzarse - esto limitaría muy poco el número de infecciones».2 En los animales, las epidemias se propagan principalmente por los animales migratorios (véase el ejemplo de la gripe aviar). Seguimiento[editar] En el siglo XXI, un seguimiento epidemiológico es realizado por las redes de médicos generales o médicos de los hospitales, los farmacéuticos y/o ciudades llamadas centinelas sobre la base de protocolos estandarizados, a nivel local, regional, nacional y continental o incluso mundial en caso de enfermedades como la gripe. Los expertos creen que las enfermedades emergentes, sobre todo las de origen animal, serán cada vez más importante con el crecimiento de la población, el hacinamiento urbano, los cambios climáticos, el aumento del transporte de mercancías y de personas, el aumento de los factores mutagénicos, y el contacto con nuevos gérmenes. Umbral epidemiológico[editar] Un umbral epidemiológico, que corresponde a un número mínimo de enfermos en el momento T se estable para las principales enfermedades, a fin de comparar las tendencias epidemiológicas entre ciudades, regiones, países o continentes, en diferentes momentos. Bajo este umbral, no se habla de una epidemia. Por encima, puede ser adoptadas o solicitadas por las autoridades de salud medidas de prevención y de precaución. El número de pacientes en ese tiempo por lo general describe una curva con forma de campana. La epidemia corresponde al crecimiento de una enfermedad endémica o la aparición de un gran número de pacientes donde la enfermedad estaba ausente. Puede también reflejar la identificación de la mutación de un patógeno que hace visible la gravedad de los síntomas de una enfermedad que antes era asintomática. Modelado[editar] Los investigadores están tratando de anticipar las epidemias para una mejor lucha contra ellas. Para ello están tratando de desarrollar y validar modelos matemáticos. Parece que las conurbaciones y la promiscuidad alteran la ecología de los patógenos, lo que les permite estar activos todo el año, aunque de manera discreta (se habla entonces de «ruido de fondo»).