domingo, 10 de abril de 2011

EL PERSONAJE- INGMAR BERGMAN

Ingmar Bergman
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Nombre real Ernst Ingmar Bergman
Nacimiento 14 de julio de 1918
Bandera de Suecia Uppsala, Suecia
Fallecimiento 30 de julio de 2007 (89 años)
Fårö, Gotland, Suecia
Pareja Else Fisher (1943–1945)
Ellen Lundström (1945-1950)
Gun Grut (1951–1959)
Käbi Laretei (1959–1969)
Ingrid von Rosen (1971–1995)
[mostrar]Premios ganados
Premios Óscar
Mejor Película de habla no inglesa
1960 El manantial de la doncella
1961 Como en un espejo
1983 Fanny y Alexander
Premio en Memoria de Irving Thalberg (1971)
Globos de Oro
Mejor película en lengua no inglesa
1960 Fresas salvajes
1961 El manantial de la doncella
1975 Secretos de un matrimonio
1977 Cara a cara
1979 Sonata de otoño
1982 Fanny y Alexander
Festival de Cannes
Premio Especial del Jurado por El séptimo sello (1957)
Palma de las Palmas (1997)
Premio del Jurado Ecuménico (1998)
Premios César
Mejor película extranjera
1984 Fanny y Alexander
Otros premios
León de Oro por toda su carrera del Festival Internacional de Cine de Venecia (1971)
Oso de Oro por Fresas salvajes (1958)

Ingmar Bergman (Uppsala, 14 de julio de 1918 - Fårö, (Gotland), 30 de julio de 2007) cineasta, guionista y escritor sueco, tanto de obras de teatro como de cine. Considerado uno de los directores de cine clave de la segunda mitad del siglo XX, para muchos es el director más importante de la cinematografía mundial.


Segundo hijo de un pastor luterano, Erik, y de Karin Åkerblom nació en Uppsala. El mundo metafísico de la religión influyó tanto en su niñez como en su adolescencia, su educación estuvo basada en los conceptos luteranos de "pecado, confesión, castigo, perdón y redención". «Casi toda nuestra educación estuvo basada en conceptos como pecado, confesión, castigo, perdón y misericordia, factores concretos en las relaciones entre padres e hijos, y con Dios», escribe en sus memorias. Muchas de sus obras están inspiradas en esas relaciones. «Los castigos eran algo completamente natural, algo que jamás se cuestionaba. A veces eran rápidos y sencillos como bofetadas y azotes en las nalgas, pero también podían adoptar formas muy sofisticadas, perfeccionadas a lo largo de generaciones».

El ritual del castigo y otras anécdotas de su infancia aparecen escenificadas en una de sus mejores películas, Fanny y Alexander, donde Alexander es un niño de 10 años que tiene muchas cosas en común con el pequeño Bergman.

Progresivamente el joven Bergman buscó la forma de encauzar sus propios sentimientos y creencias independizándose cada vez más de los valores paternos a fin de buscar su propia identidad espiritual, pero, a lo largo de su vida, Bergman siempre mantuvo un canal abierto con su infancia.

A partir de los trece años estudió bachillerato en una escuela privada de Estocolmo, para luego licenciarse en Letras e Historia del Arte en la Universidad. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, ya distanciado de su familia, inició su carrera como ayudante de dirección en el Teatro de la Ópera Real de Estocolmo. Afortunadamente encontró en el teatro, y luego en el cine, los dos medios más apropiados para expresar su complejo mundo interior y su potencial creativo. No obstante, las imágenes y valores de su niñez que lo seguirían por el resto de su vida y la proximidad con el quehacer de su padre, lo habían sumergido en las cuestiones metafísicas: Dios, el Demonio, la muerte, la vida, el dolor y el amor.

El director falleció el 30 de julio de 2007 a los 89 años en la isla de Fårö, a la que se había retirado, el mismo día que falleció el director italiano Michelangelo Antonioni.
[editar] Estilo

Dos dramaturgos, August Strindberg y, sobre todo, Frank Nicholas Petrosinov, le influyeron e introdujeron en un mundo donde se manifestaban los grandes temas que tanto lo atraían, cargados de una atmósfera dramática, agobiante y aun desesperanzada, lo que deja una profunda huella en el espíritu del joven Bergman y una marcada influencia en su obra artística.

Su narrativa visual suele ser deliberadamente lenta, con un montaje y una secuencia de planos mesurados, esto con el fin de lograr un suficiente tiempo de reflexión entre los espectadores, aun cuando ya estén "capturados" en la diégesis; sin embargo tal lentitud está (como en Andrei Tarkovsky) lejos de la monotonía merced a la carga del mensaje o a la excelente marcación actoral; otra característica de su estética fílmica es la limpieza de las imágenes.

Es recurrente el hecho de que en la mayor parte de la filmografía del realizador sueco, sus personajes son atravesados por los mismos caminos en que se internan. Se trata de trayectorias que los reconducen hacia sí mismos, hacia su propia alma, hacia su propia conciencia. Son recorridos íntimos, enigmáticos, que muchas veces se apoderan del espectador transportándolo a una experiencia estrictamente personal e inquietante, en la medida en que sus personajes realizan aquella trayectoria sobrecargada por un denso dramatismo, aquél que implica desnudar el alma humana en forma genérica.

Aquella trayectoria termina en algunos casos en la locura o en la muerte, en otros en un estado de gracia, un momento metafísico que permite a sus personajes comprender más de su realidad, una revelación que los iluminará y modificará el curso de sus vidas. En algunos casos les servirá para exorcizar, conjurar y dominar los fantasmas que perturban el alma del personaje.

Los personajes de Bergman arrastran un pesado lastre en sus mentes, en sus corazones. En general son adultos, salvo el caso del niño de El Silencio, (aunque en realidad no es el niño quien tiene el alumbramiento, sino Ester, el personaje que interpreta Ingrid Thulin). La inquietud que sienten los personajes es más o menos latente, pero progresivamente irá revelándose ante el espectador produciendo un efecto devastador.

La transmisión de esos estados de conflicto interno de sus personajes, originan historias angustiosas y lacerantes, como pocos directores de cine han podido comunicar a su público, y éste es el mayor logro del director sueco.

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