jueves, 17 de mayo de 2012

DÍA INTERNACIONAL DE INTERNET (Kión y Vedito)

Univisión Feliz Día 'casi mundial' de Internet Univisión - ‎hace 48 minutos‎ México, Argentina y España, y otros veinte países del orbe celebran hoy mayo 17 el Dïa Mundial de Internet. A pesar de no estar incluidos todos los países del mundo, los organizadores en España le colocaron el titulo de festejo global.
Kion y Vedito (Circulito y Cuadradito)--
"No queremos tener jefe" Son los creadores de "Circulito y Cuadradito", un dibujo animado que puede verse en YouTube y cuyo segundo capítulo alcanzó casi dos millones de visitas. Tienen 23 años y creen en seguir disfrutando antes que en ser parte de un negocio. Pareja explosiva. Kion y Vedito, los padres de “Circulito y Cuadradito”, dueños de un éxito impensado (Facundo Luque/La Voz). La primera vez que se encontraron, se miraron feo y hasta algo más. Eran apenas unos chicos de barrio que recién empezaban el secundario en la escuela Cristo Rey, en General Bustos, y que aunque vivían a cinco cuadras de distancia entre sí, nada sabían uno del otro. Quizá no era difícil explicarse semejante rechazo a primera vista: Martín era un tipo de personalidad agitada, locuaz y hasta un tanto engreído; Valentín, reflexivo, reservado y pura serenidad. Pero ni los rechazos ni los amores a golpe de intuición y sensación expresa son siempre la primera y la última palabra, ni la más lúcida. Un día, a Valentín lo pasaría a buscar por su casa un amigo para que lo acompañara a la casa de un amigo del amigo. Y el amigo del amigo que abrió la puerta era Martín. Valentín aceptó el encuentro casi como una maniobra de lo que podría llamarse destino, por nombrar una de las caras de la vida. Y así fue, porque bastó con que Martín se sentara a la computadora para que empezaran a hablar de programas y encontraran un punto en común mucho más poderoso que todas las diferencias. En la década que siguió hasta estos días, ya no se separarían. Serían dos aventureros, Kion y Vedito, conquistando orillas virtuales. Horas prohibidas. Martín Domingo (en adelante, Kion) tenía las condiciones para ser un adelantado en el mundo de la computación. Su abuelo, Nicomedes, abogado, estaba siempre atento a los adelantos de la tecnología, desde máquinas de sumar a las de escribir más modernas, hasta que asomó la computadora. Sus padres tampoco se quedaban atrás: su casa era una de las pocas conectada a Internet en el barrio, casi desde los comienzos de la red. Pero había un problema: nadie estaba muy seguro de adónde conduciría todo eso; además, Kion no era precisamente de los mejores estudiantes: sus notas eran motivos de retos constantes. Por eso, su madre Patricia, también abogada, le daba una hora por día para sentarse frente a la computadora; nada más. “Cerraba con llave la puerta de su pieza, que estaba en el primer piso. Yo me decía: no voy a dejar que una puerta me separe de la computadora. Así que probé y probé hasta que encontré una llave en el fondo de mi casa que anduvo. Pero al poco tiempo se dio cuenta de que estaba usando la compu; creo que fue porque llegaba y me encontraba demasiado tranquilo, pese a la prohibición. Entonces, me quitó la llave”, cuenta. Claro que tampoco se rindió, aunque tuviera que desplegar toda su audacia: “Me colgaba del techo, levantaba la persiana con una mano y la trababa con un destornillador. Entonces, abría la ventana y entraba. Desde ahí podía ver cuando mi mama volvía a casa”. Sin embargo, otra vez fue descubierto. “Decime cómo hiciste”, le preguntó a su madre, más intrigado que frustrado. La respuesta lo desconcertó: había trazado con un lápiz sutil la silueta quieta delmouse . “Después la entendí. Es que no había ninguna referencia y era inimaginable que alguien pudiera trazarse un futuro con Internet. Lo primordial era rendir en la escuela. Creo también que esa limitación me fue muy provechosa, porque no tenía tiempo para perder en juegos o chateando, sino que lo aprovechaba practicando con el Photoshop y otros programas que daban lugar a la creación”, dice. Por parte de su padre, Roberto, recibió la pasión por las imágenes, ya que aquel era un aficionado a las filmaciones. “Siempre estaba con la cámara en la mano”, recuerda. “Incluso, cuando tenía 12 años, me mandó a hacer un curso de edición lineal, es decir por computadora. Para mí, que lo había visto editar cortando cinta, era increíble la nueva posibilidad”. El sueño del cyber propio. Valentín Acevedo (en adelante, Vedito) era un chico con varias computadoras pero, a la vez, sin ninguna. Sus padres, Luis y Elizabeth (ella, de origen brasileño) enseñaban portugués y, además, tenían un cyber . En esas computadoras amontonadas unas con otras en un pequeño salón encontraba sus chances de practicar unos minutos, hasta que llegara un cliente y se necesitara la máquina frente a la que estaba sentado. Claro que, cuando llegaba el horario de cierre, gozaba de unos minutos extras. “Desde muy pequeño me gustó dibujar y fui apoyado en eso. Hablo de dibujar en papel, por supuesto. Quería hacerlo en la computadora, incluso dibujé con letras, hasta que aparecieron otros programas y los fui encontrando”, dice. Para Vedito, las dificultades para tener una computadora a disposición también fueron un aliciente. “Siempre me tuve que concentrar en hacer lo que me interesaba, sin tiempo para perder. Pasaba también que iba la casa de un amigo para practicar con algunos programas y, como tenía que adecuarme a los tiempos de esa casa, debía aprovechar el tiempo al máximo”. –¿Por qué Kion y Vedito? SEnD Vedito: Buscaba un apodo corto y me quedé con Vedo, diminutivo de Acevedo, que después, con el trato, se transformó en Vedito. SEnD Kion: Yo no sé de dónde lo saqué, pero fue lo primero que pensé para mi dirección en YouTube. Era provisorio, pero después se afirmó con el uso. Toda la gente nos llama así, salvo entre nosotros dos y en nuestra familia, claro. –“Circulito y Cuadradito” surgió después de mil intentos y un invento. –Kion: Sí, antes subimos como 200 videos a YouTube, hasta que logramos un impacto con estos personajes. –Vedito: Era como que habíamos lanzado muchas semillas y ésta cayó en el lugar y en el momento justo. –Con el primer capítulo, alcanzaron más de 960 mil visitas; con el segundo, “Cuadradito consigue trabajo” (Ver ambos videos al final del post), están cerca de los dos millones. Además, tiene más de 30 mil seguidores en YouTube, es decir gente que está pendiente de lo que ustedes publiquen o suban... –Vedito: Es como salir a actuar ante un estadio lleno. –¿Han sido tentados para producir la serie en otro soporte, como la televisión, o con más continuidad? –Vedito: Sí, pero por ahora queremos seguir creciendo, desarrollándonos. A mí no me gusta hacer las cosas apurado. En el segundo capítulo, sobre el que trabajamos cuatro meses, me había puesto un plazo para terminar el guión; si no, me rapaba. Y me rapé, nomás, porque no lo terminé en tiempo. Pero en esos días de presión, llegué a molestarme con los personajes. No quiero terminar odiándolos. –Kion: No queremos tener un jefe que nos diga qué tenemos que hacer. No nos importa ganar más plata, nos importa divertirnos. Para mí, éste es el sueño de ganar plata con lo que yo siento que son mis juguetes. –¿Cómo ganan plata hoy? –Vedito: YouTube, como somos una especie de socios, nos reparte dinero de la publicidad que recibe, según la cantidad de visitas que tiene cada uno. Te digo que llego a fin de mes contando las monedas, pero tenemos todos los elementos técnicos que necesitamos y yo, por ahora, me siento bien así. –Kion: Yo trabajo, además, en un boliche como vj (como dj , pero con videos). Estamos bien. Crear en libertad. Vedito habla con serenidad en el bar Il Caffetino, en Nueva Córdoba. Es entonces cuando llega Kion como una tromba, escuchando música con auriculares gigantes. No hay dudas: parecen el agua y el aceite. “Por eso es que después de esas semanas en las que nos pasamos casi todo el tiempo juntos, tengo que descansar un poco de él”, dice Vedito. Kion lo abraza y dice: “Yo admiro a este tipo, es un genio, y no sabés la paciencia, la tolerancia que tiene”, dice Kion de su ex enemigo y hoy, casi hermano. Según cuentan, el proceso creativo parte de un núcleo de historia que imaginan juntos. Luego es Vedito el que se ocupa de escribir el guión. Una vez trazado, lo leen entre ambos, para ver si los diálogos son jugosos y naturales. “Vamo’ a echá’ moco”, la frase que dice Cuadradito, no sólo fue rápidamente aprobada por ambos, sino que se convirtió en una de las más repetidas entre los chicos cordobeses. Finalmente, Vedito pone casi todas las voces y Kion hace la realización técnica. ¿Cuándo aparecerá el próximo capítulo? Quizá pronto. Están trabajando en él. Para Vedito y Kion, nada hay más importante, además de ser capaces de crear, que la libertad de la que disfrutan.
MÁS ADELANTE SE INCLUYE EL VIDEO..."CIRCULITO Y CUADRADITO"