lunes, 13 de agosto de 2012

ASTRONÁUTICA (2) (Historia de la Astronáutica Argentina)


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Historia de la astronáutica en la Argentina La historia de la astronáutica en la Argentina es aquella crónica que engloba temas relacionados con la proyección, diseño y creación de los primeros vehículos aeroespaciales argentinos. Sus comienzos se pueden remontar en la década de 1940, cuando en pleno gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955) se realizaron los primeros ensayos de motores de cohetes, empleando diferentes combustibles. Las experiencias tomaron mayor impulso cuando el presidente Arturo Frondizi (1958-1962) creó el primer organismo para hacerse cargo de las actividades astronáuticas, se trataba de la CNIE, con el ingeniero Teófilo Tabanera como Presidente. Durante la década de 1960 y 1970 se emprendieron muchos lanzamiento con heterogéneos fines, casi siempre con resultados positivos. Si bien el Estado fue el creador de los medios, el mismo no proyectaba ni intervenía en las actividades. La Argentina trazó importantes hitos en su historia astronáutica, como lograr hacer viajar a un ser vivo al espacio y retornarlo con vida a la tierra, convirtiéndose así en el cuarto país en emprender dicha hazaña, a su vez fue la tercer república en realizar lanzamientos desde la Antártida. El proyecto más ambicioso fue el Cóndor II, con participación de Alemania, Irak y Egipto. Se trataba de un misil diseñado para llevar una carga útil de media tonelada y recorrer una trayectoria de 1.000 km. Pero el misil fue desmantelado y sus planos destruidos por orden del presidente Carlos Menem, por presión de Estados Unidos y el FMI. Se disolvió la CNIE para formar la CONAE en 1991. La construcción de cohetes se estanco, hasta en el 2007, cuando se lanzó un cohete en Bahía Blanca, el Tronador. El primer uso de cohetes en territorio argentino data del 22 de mayo de 1821, siendo empleados para fines militares cuando en Mirabé (al sur de Perú), las tropas libertadoras de José de San Martín usaron tubos lanzadores congreve para atacar al enemigo. Cinco años luego, el buque "San Martín" de la Armada Argentina ya estaba dotado con lanza cohetes. Se tiene conocimiento que el navío hizo uso de este armamento especial en 1841, cuando siete barcos de la Armada Argentina se enfrentaron contra cuatro de la Armada uruguaya, en una contienda acontecida en el Río de la Plata: el San Martín alcanzó con dos de sus cohetes al Cagancha.1 Caso siguiente fue en 1827, cuando en una batalla contra el Imperio del Brasil (en el marco de un enfrentamiento bélico contra aquel Estado), las tropas encabezadas por Guillermo Brown dispararon cohetes desde la isla Martín García. También tropas al mando de Juan Manuel de Rosas usaron este tipo de artillería en 1842.1 [editar]Comienzos de la industria durante el peronismo El comienzo de la industria astronáutica coincidió con la etapa de industrialización del general Juan Domingo Perón. Entre los años 1947 y 1948, un grupo de técnicos del Instituto de Investigaciones Científicas de la Fuerza Aérea Argentina comandados por el ingeniero Ricardo Dyrgalla, desarrollaron un motor de combustible líquido para propulsar proyectiles con fines científicos y militares. Se lo nombró AN-1, tenía una fuerza suficiente para impulsar una masa de 320 kg con un tiempo de combustión de 40 segundos. El propelente era ácido nítrico y anilina, para el ensayo se construyó un banco de pruebas, con el cual se realizaron numerosos ensayos, todos con éxito.2 En mayo de 1950 fue propulsado el Tabano en las Salinas Grandes (entre las provincias de Córdoba y La Rioja), precisamente con el motor de combustible líquido AN-1. Alcanzó una velocidad de aproximadamente 850 km/h. Fue guiado por inflarojo y sonido. El motor se probó por primera vez el 20 de octubre de 1949. A partir del lanzamiento del Tabano, la actividad se estancó abruptamente, hasta principio de la década entrante.3 La División Proyectos Especiales en el Instituto Aerotécnico se creó en 1947. Sin embargo, la caótica década de 1950 no permitió que el proyecto aeroespacial argentino avance, terminando en el lanzamiento del cohete Martín Fierro en 1956, sin carga, alcanzó una altura de 2 km. Al otro año, la Unión Soviética se convirtió en la primera nación en llevar un ser vivo al espacio, siendo la perra Laika. Éste no fue un hecho aislado, ya que a partir de aquí, muchos países pusieron interés en la astronáutica.4CONTINUARÁ...