miércoles, 31 de octubre de 2012

PREMIO CLARÍN de NOVELA 2012


Tras una larga expectativa, Clarín dio a conocer la lista de finalistas del Premio Clarín Novela 2012 que competirán por $150.000 y la publicación por el sello Clarín-Alfaguara. De las 526 obras que se presentaron, se seleccionaron diez obras: Galletitas, de Orion, La primera piedra, de Wilber, Sobrevivientes, de Lumo, Baldías, de Lucía Zeballos, Las hormigas argentinas conquistan el mundo, de Juan Fornica, El evangelio negro, de Milseiscientos, La vida interesante, de J. Figueroa, El cerco rojo de la luna, de Rita, La Anábasis, de Aufwachen y El mapa de las viudas, de Los murciélagos. ------------------------------------------------------------------------------ IdeasLiteraturaArteEscenariosAgenda Multimedia LITERATURAFicción30/10/12 - 23:33 Fernando Monacelli, Premio Clarín de Novela 2012 La XV edición del galardón quedó en manos del escritor y periodista bahiense. Su novela, Sobrevivientes, es la historia oculta de un soldado que murió en el hundimiento del Belgrano cuyo cadáver apareció 25 años después. “En la actualidad hay una escritura demasiado cruel de la historia, pero estos personajes reales volverán para decir lo suyo”, dijo el ganador, que embolsará 150 mil pesos y publicará el libro por el sello Clarín Alfaguara. Las Fotos
Fernando Monacelli, ganador del Premio Clarín de Novela 2012. (Juan Manuel Foglia) Etiquetado como:Premio Clarín de Novela 2012 MÁS INFORMACIÓN MONACELLI BASICO “Sobrevivientes” Las opiniones del Jurado Premio Ñ a la Trayectoria para Clorindo Testa Personajes de una noche de fiesta Saltó desde las primeras filas y al subir al escenario dijo que había olvidado lo que tanto planeó decir. “La vanidad es tremenda” resumió Fernando Monacelli, periodista y escritor, flamante ganador del del XV Premio Clarín de Novela. Su libro Sobrevivientes, que cuenta la historia de una búsqueda, la del hijo desaparecido de un soldado muerto en el hundimiento del Belgrano, sorteó la última instancia para quedarse con este, el único premio literario argentino que se entrega ininterrumpidamente desde hace 15 años. “Es un retrato actual. Habla de la cicatrices de un país en guerra a través de este muerto que se llama Juan Cruz”, dijo Santiago Roncagliolo en nombre del jurado. Y luego bromeó con que casi no le dan el premio por llevar el mismo nombre de otro de los jurados, el español Juan Cruz Ruiz. Hacía falta un chiste para descomprimir la tensión de una Usina de las artes colmada de gente y ansiedades. Antes de que Sobrevivientes se quedara con uno de los premios literarios más importantes de hispanoamérica, hubo una noche de gala que fue creando un clímax de fiesta con invitados del rubro y muchas caras conocidas. La decisión del jurado se supo poco antes de las diez de la noche del martes, pero en la previa hubo un camino largo, el mismo que se recorre año tras año. La ceremonia de entrega del premio, que este año recibió 526 originales, la abrió el editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum. “Estamos en el 30 O”, dijo en un juego de palabras que alude a la nomenclatura que los actos políticos llevan en los últimos tiempos. Se remontó a Galileo y lo conectó con los Crímenes de la calle morgue de Edgar A. Poe para hablar de la necesidad de un periodismo libre. “Quisiera una ficción que nos cuente en la complejidad, en lo diverso, que no se imponga una supremacía”, aludió. Y dijo que las industrias culturales solo florecen en aquellos países en los que se piensa con libertad. Y destacó que el Premio, en este sentido, es un espacio a privilegiar. Un lugar para contar nuestras historias. Mientras crecía la tensión en las gradas. Y los finalistas no veían la hora de terminar con la espera, Juan Bedoian, editor general de la Revista Ñ, tuvo la difícil tarea de entregar el premio a la trayectoria. El homenajeado, en ausencia, fue el genial arquitecto Clorindo Testa. Un video lo mostró en buena forma y varios amigos y colegas ratificaron el valor de su obra. Después, en un año especial que conmemora el 20 aniversario de su muerte, Astor Piazzolla no pudo tener un mejor homenaje. El grupo Escalandrum, con el nieto de Piazzolla en batería la rompió en el escenario y destacó la influencia jazzera en la obra de su abuelo. Luego vino el clásico Adiós Nonino para llevar las almas a otra parte. Pero había que volver y le tocó al periodista Ezequiel Martínez, editor adjunto de la Revista Ñ, que entregó una placa recordatoria a la librería Cúspide por sus 50 años. Solo quedaba tiempo para el momento más esperado de la noche. Entonces el jurado integrado por el escritor y periodista español Juan Cruz Ruiz, el también escritor y periodista peruano Santiago Roncagliolo y la novelista y guionista argentina Claudia Piñeiro, que en 2005 resultara ganadora del premio con Las viudas de los jueves, coincidieron en el escenario. Habló primero Juan Cruz, que rescató las palabra de Kirschbaum, pero citando a Arthur Miller. “La literatura tiene como espejo lo que ocurre en la realidad”, ratificó. Y contó que hace 50 años cuando escuchábamos a Piazzolla en las Islas Canarias, su lugar, empezaron a leer libros editados en la Argentina de quienes luego serían los autores del boom. “Estamos viviendo un renacimiento de la literatura latinoamericana. Con autores hablando con su territorio en una actitud rabiosamente existencialista”, dijo, y comentó que verificaba este hecho cada año como jurado del premio. Mientras Roncagliolo se moría de ganas de gritar el ganador, Claudia Piñeiro contó qué se sentía en la previa y después de ganar el premio. “Yo sabía que salían los finalistas en el diario, esperé a que llegara y vi que estaba Las viudas de los jueves. Desperté a mi hijo para mostrárselo, y me dijo: mamá te la robaron. Era porque salía con seudónimo”. Reveló también que el día de la entrega le metió en la mochila a su hijo un libro de Saramago, otro de Rosa Montero y otro de Belgrano Rawson, los jurados. “Al menos me los iba a llevar firmados” recordó Piñeiro que ahora mismo andará firmando libros en los pasillos. “El premio es una gran oportunidad, es una puerta que se abre, después casa uno hará lo que crea con ese recorrido”, sugirió. Por fin llegó el momento de Roncagliolo, y del ganador. Mario Markic puso toda su experiencia para alargar la incógnita, pero como siempre ocurre, el ganador vio la luz. Al nombre de Sobrevivientes, siguió el seudónimo Lumo y luego el nombre de Fernando Monacelli, el periodista bahiense que trabaja en La nueva provincia y que hoy abre un camino en el mundo de la literatura. “Sobrevivientes empieza con un cadáver congelado en la Antártida. Un soldado que ha peleado en el Belgrano que aparece muchos años después del hundimiento”, dijo casi celebrando el peruano Roncagliolo. Y siguió, imparable: “Es un retrato actual. Habla de la cicatrices de un país en guerra a través de este muerto...es la historia de su nieto que contrata a la periodista que persigue esta historia, y es la historia de esta mujer que tiene que empezar a amar el mundo de nuevo. Es una novela muy conmovedora”. Entonces sí, felicitó a Lumo, que es Monacelli, y soltó todo su alivio revelando lo que ya se veía. A Roncagliolo le cuesta guardar secretos. Pero en la Usina del arte, todos las miradas curiosas eran para el periodista bahiense, que enfrentaba su primera fila de entrevistadores. Destacó la transparencia del premio y contó algunos problemas intestintos que al parecer son comunes en estas esperas. Pero como la vedette de la noche también es su novela, contó lo necesario. Que habla sobre una argentina que no puede olvidar sus deudas, que no puede reescribir su historia. “En la actualidad hay una escritura demasiado cruel de la historia y estos personajes reales van a volver para decir lo suyo”, ensayó. Y sembró la semilla de interés que cualquier lector necesita. Bienvenidos sobrevivientes. ---------------------------------------------------------------------------------- SOCIEDAD JUAN BEDOIÁN Clorindo Testa recibió el "Premio Ñ a la Trayectoria" El Editor General de Ñ, le entrega el Premio Ñ a la trayectoria al arquitecto y artista plástico Clorindo Testa. Juan Bedoián, Premio Clarin Novela 2012 30/10/12 - 22:47 Otro de los momentos emotivos de la ceremonia de entrega del Premio Clarín de Novela fue la entrega del "Premio Ñ a la Trayectoria" al arquitecto y plástico Clorindo Testa. La entrega estuvo a cargo de Juan Bedoián, editor general de Ñ. "Este es un sincero reconocimiento a la trayectoria de un maestro", dijo. "Es notable cómo Clorindo Testa ha construido sus casas y edificios, y ha dibujado y pintado sus cuadros a lo largo de estas últimas seis décadas. Lo hizo y lo sigue haciendo como si cada una de esas obras creara una nueva vida, inventara un nuevo mundo", continuó. Bedoian continuó: "Que Clorindo Testa haya logrado una coherencia creativa en el campo de la arquitectura y en el universo del arte, dos espacios que en su caso son inseparables, es un hecho destacable. Que lo haya hecho por más de 60 años, ya lo transforma en un hecho extraordinario". --------------------------------------------------------------------------------- IDEAS29/10/12 - 15:28 Juan Cruz Ruiz ganó el Premio Nacional de Periodismo Cultural de España El escritor y periodista español, que mañana entregará el Premio Clarín de Novela, recibió la noticia en Buenos Aires. Lo dedicó a “quienes hemos hecho la cultura del diario El País durante los últimos 30 años” POR HORACIO BILBAO PERIODISTA CULTURAL. El español Juan Cruz Ruiz ganó el Premio Nacional de Periodismo Cultural de su país. (Roberto Ruiz) Etiquetado como:Juan CruzJuan Cruz Ruiz Recibió la noticia en Buenos Aires el escritor y periodista español Juan Cruz. Dormía en su hotel cuando sonó el teléfono y el Ministro de Educación, Cultura y Deporte de su país, José Ignacio Wert, le dio la sorpresa. Era el nuevo Premio Nacional de Periodismo Cultural de España. “Para mí es un reconocimiento a un colectivo, integrado por quienes hemos hecho durante los últimos 30 años la cultura del diario El País --------------------------------------------------------------------------------- SOCIEDAD RICARDO KIRSCHBAUM El discurso de Ricardo Kirschbaum, editor general de Clarín COMPARTIR Votar0Email0 2 ETIQUETAS Ricardo Kirschbaum, Premio Clarín de Novela 2012 30/10/12 - 22:52 Quisiera proponerles esta noche un breve juego de ideas que incluye distintos saberes: la física, la literatura y, centralmente, la sociedad como un todo interdependiente. No se asusten, es algo lúdico. Todo empieza con mi sorpresa, hace poco tiempo, cuando al leer un texto de divulgación recordé que la teoría de los vasos comunicantes fue enunciada por Galileo unos 500 años atrás. Desde esa época sabemos que en un sistema nada queda aislado: sea el agua en los tubos o las repercusiones sociales de una acción, siempre hay un efecto que afecta el todo. Unos días después escuché a Ricardo Piglia, en uno de los especiales que hizo para Canal 7, mencionar la importancia del cuento "Los crímenes de la calle Morgue", de Edgar Allan Poe, en la cultura contemporánea. Quizás ustedes recuerden la trama: dos mujeres son asesinadas en París y la investigación no llega a descubrir a ningún sospechoso. Finalmente, el aficionado detective Dupin descubre al asesino y lo hace a partir de los indicios y pistas que encuentra en los textos de los periódicos que cubrieron el crimen y que él lee concienzudamente. El cuento es de 1841 e implicó un punto de inflexión en dos sentidos: por una parte, significó la legitimación de la figura del detective moderno. Por otra, reflejó la importancia de la prensa en su rol de dar cuenta detallada de lo que sucede y que, a partir de su trabajo, se pueda entender qué hay detrás de lo aparente. De alguna manera, el detective Dupin -el aficionado a la información- somos todos los ciudadanos. ¿Por qué conecto a Poe con Galileo? Si se afecta la capacidad de la prensa para contar qué pasa y la de -simbólicamente- Dupin para acceder a esa información, hablamos más que de eso. Hablamos de vasos comunicantes donde lo limitante y la ausencia de crítica genera una sociedad menos rica, con déficit de autonomía y más dependiente del poder. Esto importa hoy, aquí, en la entrega del Premio de Novela, porque la literatura es el gran reflejo de lo que somos. Quisiera una ficción que nos cuente en nuestra complejidad, en lo diverso y no que intente convertirse en una voz de la supremacía. Hemos tenido una compleja tradición que se basa en retratar una sociedad que niega al otro. Con distintos signos puedo pensar en "El Matadero" de Echeverría, el "Facundo" de Sarmiento, "La fiesta del monstruo", de Borges y Bioy, "Cabecita negra", de Germán Rozenmacher y en "No habrá más penas ni olvido", de Soriano, entre tantos. Todos textos que, desde lo literario, presentan una maestría envidiable pero que desde un enfoque sociológico nos sumergen en una sociedad signada por la virulencia. ¿Hay posibilidades que esto se modifique? Quizás esta pregunta pareciera salirse de época pero intuyo que es el momento preciso para planteárnosla como sociedad. En este ámbito de creación es importante resaltar que las industrias culturales sólo florecen en aquellos países en los que se piensa con libertad. Justamente por ese espacio que no debiéramos perder en América Latina ni en el mundo es urgente mostrar la endeblez de la Nación de la dicotomía. Como dijo hace ya varios años Beatriz Sarlo, si algo hemos aprendido es que la política no puede "constituirse en un fundamento de la práctica intelectual" porque impone "relaciones de subordinación que son malas para la política y peores para el pensamiento crítico". Desde mi lugar puedo afirmar que de la misma manera que defendemos los derechos de la expresión y de la libertad incansablemente, con toda nuestra energía, no caeremos en la demonización de nadie. No lo haremos por nosotros mismos: no creemos que ese sea el valor que los argentinos necesitamos. Siempre hemos sabido que el Premio Clarín de Novela es un espacio a privilegiar: en épocas complejas no podemos prescindir de contarnos. De escuchar nuestras historias, de describir cómo somos, cómo queremos ser. Muchos piensan así, afortunadamente. Este año hemos recibido una diversidad riquísima de textos -526 para ser exactos- tanto de la Argentina como de muchos otros países. Una vez más, la cantidad y la calidad traducen la transparencia que este Premio se ha forjado a través de sus ya quince años. Esto ha sido posible no sólo por nuestra férrea decisión sino por la objetividad -basada en forma excluyente en los valores literarios- que han mantenido los jurados desde el inicio. En ese sentido, hay algunas novedades. Este año se suman al escritor y periodista español Juan Cruz dos nuevas figuras al Jurado. Que una de ellas sea Claudia Piñeiro implica una alegría muy especial. Premio Clarín Novela 2005, Claudia se convirtió, por la calidad de su obras, en una de las escritoras más reconocidas del país y fuera de nuestras fronteras. Sumamos también a Santiago Roncagliolo, un escritor peruano que sabe conjugar con maestría la trama con el estilo. A ellos, mi agradecimiento por el trabajo de lectura y de debate de las obras. Antes de conocer el nombre del premiado y la trama de su novela, no quiero dejar de agradecerles a todos ustedes por acompañarnos esta noche. Siempre hemos intentado convertir este espacio en una fiesta de la cultura y este año esas ganas, esa necesidad de Clarín de apoyar la creación literaria resulta aún más imperiosa y nos potencia en nuestro trabajo cotidiano. Muchas gracias, y hasta el año que viene.