martes, 12 de febrero de 2013

ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA (Curiosidades)


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Anillo del Pescador Anillo del Pescador de León XIII El Anillo del Pescador o Pescatorio (en latín, Anulum Piscatoris) es un anillo usado por el Obispo de Roma (el papa) quien, como sucesor del apóstol San Pedro, se considera la cabeza visible de la Iglesia Católica. Su nombre se debe al antiguo oficio de pescador del apóstol San Pedro, el primer papa. Un anillo nuevo es hecho para cada Sumo Pontífice. El Anillo del Pescador tiene la imagen de san Pedro pescando en un bote, bordeado por el nombre del papa que ocupa la sede en ese momento en latín. [editar]Ritos Durante el rito de inauguración de pontificado o entronización papal, se le coloca el anillo en el dedo al nuevo papa. Artículo principal: Destrucción del Anillo del Pescador. A la muerte del papa, una vez comprobado el óbito del pontífice, el camarlengo debe destruir el anillo del pescador para evitar la falsificación de documentos. Esto lo hace retirando el anillo y golpeándolo con un martillo de plata y marfil de forma que la imagen se deforme. Ese material servirá para hacer el anillo del nuevo pontífice. [editar]Origen En una carta escrita por Clemente IV a su sobrino Pedro Grossi en 1265 se incluye la mención conocida más antigua del Anillo del Pescador, usado para sellar toda la correspondencia privada presionando el anillo sobre la cera roja. El anillo del pescador se usa entre otras cosas para sellar las bulas papales. Proveniente de tradiciones de los monarcas medievales, algunos seguidores muestran respeto al papa arrodillándose y besando su Anillo del Pescador. Los once papas con pontificados más largos Los once papas con pontificados más largos se pueden determinar de datos históricos contemporáneos son los siguientes: Papa Pío IX (1846–1878): 31 años, 7 meses y 23 días (11 560 días). Papa Juan Pablo II (1978–2005): 26 años, 5 meses y 18 días (9666 días). Papa León XIII (1878–1903): 25 años, 5 meses y 1 día (9281 días). Papa Pío VI (1775–1799): 24 años, 6 meses y 15 días (8962 días). Papa Adriano I (772–795): 23 años, 10 meses y 25 días (8729 días). Papa Pío VII (1800–1823): 23 años, 5 meses y 7 días (8560 días). Papa Alejandro III (1159–1181): 21 años, 11 meses y 24 días (8029 días). Papa Silvestre I (314–335): 21 años, 11 meses y 1 día (8005 días). Papa León I (440–461): 21 años, 1 mes, y 13 días (7713 días). Papa Urbano VIII (1623–1644): 20 años, 11 meses y 24 días (7664 días). Papa Clemente XI (1700-1721) 20 años, [editar]Los once papas con pontificados más cortos Ésta es la lista de los once papas de pontificados más cortos. El número de los días de calendario incluye parte de los días. Si el pontificado de un papa comenzara el 1 de agosto y él muriera el 2 de agosto, éste contaría como reinado por dos días de calendario. Se pueden determinar de datos históricos contemporáneos los siguientes: Papa Urbano VII (15 de septiembre–27 de septiembre de 1590): pontificado por 13 días.1 Papa Bonifacio VI (abril de 896): pontificado por 16 días. Papa Celestino IV (25 de octubre–10 de noviembre de 1241): pontificado por 17 días. Papa Teodoro II (diciembre de 897): pontificado por 20 días. Papa Sisino (15 de enero–4 de febrero de 708): pontificado por 21 días. Papa Marcelo II (9 de abril–11 de mayo de 1555): pontificado por 22 días. Papa Dámaso II (17 de julio–9 de agosto de 1048): pontificado por 24 días. Papa Pío III (22 de septiembre–18 de octubre de 1503): pontificado por 27 días. Papa León XI (1 de abril–27 de abril de 1605): pontificado por 27 días. Papa Benedicto V (22 de mayo–23 de junio de 964): pontificado por 33 días. Papa Juan Pablo I (26 de agosto–28 de septiembre de 1978): pontificado por 33 días. Otros usos de término «papa» Al general de la Orden de los Jesuitas siempre se le ha llamado el papa negro debido a que en dicha orden lucen una sotana negra, incluyendo al general (desde Inocencio V, que fue el primer papa dominico, y que quiso seguir vistiendo el hábito blanco de la Orden de predicadores, de la que procedía, el papa siempre lleva sotana blanca). ANTIPAPAS León XIV (Ejerció de 24 de marzo del año 2006 a 2 de febrero 2008) Oscar Michaelli, Monseñor Oscar de la Compasión Iglesia Católica Apostólica Remanente. Argentina Inocencio XIV (Ejercio de 7 de marzo del 2008 a 12 de agosto de 2008) Juan Bautista Bonetti Iglesia Católica Apostólica Remanente Argentina Alejandro IX (ejerce desde 13 de agosto de 2008 hasta la actualidad) Alejandro Tomás Greico, cardenal Alejandro de la Compasión (29 años de edad) Iglesia Católica Apostólica Remanente Argentina Antipapa es la persona que, con la intención de ser reconocido como tal o tomar su lugar, usurpa o pretende usurpar las funciones y poderes que corresponden a un papa de la Iglesia católica apostólica romana legítimamente elegido.1 2 El título se utiliza especialmente cuando se trata del papa en cuanto cabeza visible de la Iglesia como obispo de Roma, sea en oposición a un pontífice o bien en periodos de sede vacante. El título de antipapa no implica necesariamente la adhesión a una doctrina contraria a la fe católica, sino únicamente la pretensión de usurpar una jurisdicción que no le pertenece según esta Iglesia. Causas Históricamente, los antipapas surgieron por diversas razones, siendo tres las principales:1 Discordancia doctrinal. Deportación o encarcelamiento del pontífice. Doble elección. El primer antipapa fue San Hipólito de Roma, cuyo papado se extendió entre los años 217 y 235, y el último reconocido canónicamente por la Iglesia Católica fue Félix V (1440-1449), elegido por el Concilio de Basilea. Discordancia doctrinal Ocurre cuando una de las partes (con mayor probabilidad el antipapa) difiere doctrinalmente del legítimo pontífice y es favorecido por las autoridades o el pueblo. El primer antipapa, (San Hipólito de Roma), se proclamó debido a su oposición a los papas San Ceferino y San Calixto I, a los que acusó de laxismo. El antipapa Novaciano también se proclamó por discordancia doctrinal al adoptar el montanismo, mientras que el antipapa Félix V fue elegido por favorecer la teoría conciliar de la Iglesia. En el siglo XX aparecieron algunos antipapas como reacción contra el Concilio Vaticano II, denominados partidarios del sedevacantismo por postular que la sede está vacante, lo que los lleva a ellos mismos a acusar de antipapas a todos los pontífices desde dicho evento inaugurado por Juan XXIII. Deportación o encarcelamiento del pontífice Sucedió cuando el poder temporal intervenía activamente en la Iglesia Católica. Casi siempre los emperadores (del Imperio romano y luego del Sacro Imperio Romano Germánico) deponían al legítimo pontífice, lo desterraban o encarcelaban y ponían en su lugar a uno de sus favoritos si aquél les contradecía. Félix II fue un claro ejemplo, elevado por el emperador Constantino II que se inclinaba por el arrianismo. Por cuestiones meramente políticas se puede citar a Pascual III nombrado por Federico I Barbarroja e instalado en la Santa Sede mientras que el verdadero papa, Alejandro III tuvo que exiliarse. Ha ocurrido también que las disposiciones del poder temporal influyeron contra un papa legítimamente electo, después de su muerte, a fin de cobrar antiguas afrentas. Tal ocurrió con el papa Formoso, cuyo cadáver fue juzgado en el concilio cadavérico por el papa Esteban VI (que apoyaba a Lamberto de Espoleto para la corona del Sacro Imperio) por supuestos errores eclesiásticos y herejía: le hizo quitar las vestiduras pontificias, mutilarlo y arrojar sus restos al Tíber, declarándolo antipapa. Los papas Teodoro II y Juan IX rehabilitaron la figura de Formoso. Doble elección Clemente VII. Ocurre cuando en la Iglesia se enfrentan dos o más facciones y cada una organiza un cónclave y elige a su propio pontífice. Al darse esta situación, es común que ambos papas luchasen para apoderarse de Roma. Es la más compleja de todas las situaciones, porque hubo momentos en los que era difícil determinar qué papa era el legítimo. Entre los años 896 y 904 se eligieron varios papas y antipapas. La situación llegó a su punto culminante cuando Roma se encontró seriamente dividida entre los partidarios del papa León V y el antipapa Cristóbal. La situación fue salvada después de que Sergio III (tercero en reclamar el pontificado) prendiera a los dos disputantes y los hiciera estrangular, quedando como único pretendiente. La situación se ejemplifica mucho mejor estudiando el Gran Cisma de Occidente, que estalló después de de la elección de Urbano VI en el año 1378, debido a su comportamiento, los vicios de su corte y las dudas sobre su ortodoxia. Los cardenales se volvieron a reunir en la ciudad de Fondi, Italia y en un cónclave depusieron a Urbano VI para elegir al antipapa Clemente VII, que se trasladó a Aviñón. El cisma se prolongó durante medio siglo, durante el cual se ensayaron varias soluciones, desde el cese de ambos pretendientes hasta la convocatoria a un concilio. Finalmente, se reunieron en la ciudad de Pisa los obispos y cardenales de ambos bandos, pero únicamente añadieron otro pretendiente. Tras largas disputas, se reunió el Concilio de Constanza, que depuso a todos los pretendientes y eligió a Martín V.