martes, 16 de febrero de 2016

DOCENCIA-MAESTROS-PARITARAS


AMPARO ESTÉVEZ SAVIZA A los que tienen hijos y consideran que el maestro debe hacer lo que ellos no pueden o no quieren, les digo que reflexionen y no pongan a todos los maestros en un mismo lugar. Aprecien la dedicación especial que ellos tienen para con sus hijos y el trato de ternura exquisita que deben llevar a cabo para contemplar uno a uno los casos de abandono, mala alimentación (y no crean que hablo solo de los pobres), presencia y aseo habitual, tristeza, salud, hábitos, y la tarea para el hogar, (los famosos deberes incumplidos porque nadie los controla) agresividad contenida por sus vivencias, olvido y la pérdida en los útiles de clase (el maestro tiene lápices, gomas, sacapuntas y algún cuaderno para subsanar problemas de descuido de los padres) que los niños no traen a clase a sabiendas que el descontrol existe y se hace natural. Todo lo que he leído más arriba denota cómo defenestramos al otro sin saber, sin considerar que el hecho de ser maestros conlleva una vida de entrega. Un oficinista cierra el cajón de su mesa de tareas y hasta el otro día “vive”, libre del trabajo y disfruta de su hogar. El maestro está pelando papas y pensando en el otro día frente al aula, preparando mentalmente su clase y pensando en alguno de sus alumnos; porque allí se viven todos los hogares al mismo tiempo…y en cada hogar (no en todos) pasan cosas buenas y malas, y el niño las lleva a la escuela. No quisieran Ustedes escucharlos…y cómo el maestro debe llevar consuelo, desviar los acontecimientos para que niño no sufra o vea ciertos hechos como algo normal y digerible. El maestro pone de su bolsillo material que los niños nunca traen por sí mismos. Un tema escolar para estar bien desarrollado necesita elementos y en estos tiempos lo habitual es que cumplan con lo solicitado diez niños de cada treinta. Además el niño le solicita a los padres elementos para la clase, cuando los ve, por las noches a veces, y es allí donde el adulto vocifera en contra de la maestra e imagínense al niño escuchando tamañas palabras en contra de quien para ellos es “la señorita” que merece su cariño y respeto. Así luego nos quejamos de las presentes generaciones que no respetan nada (decimos) pero ¿quién les ha enseñado? O ustedes creen que todo está en manos de los maestros… El maestro debería tener un solo cargo y la dedicación exclusiva que redundaría en beneficio de la escuela, de su tiempo para programar las clases, y ganar muy bien para, no solo ser dedicado maestro en un solo horario, sino para aliviar la angustia que es moneda corriente hoy en la gente y que un maestro no debe agregar a su tarea. El niño necesita paz, amor y mucha atención para desarrollarse bien. Un tema que siempre se pone en el tapete son las cuatro horas de clase. Primero deben evaluar que un alumno no podría fijar su atención en más de este tiempo, una de las razones por las cuales se ha establecido el horario actual. Seguramente ustedes trabajan ocho horas, pero yo les pregunto si con la misma dedicación e intensidad las ocho horas…Un maestro que cambia de escuela no solo lo hace físicamente sino que además tiene a cargo otro grupo escolar con las mismas o diferentes problemáticas y debe darse plenamente a solucionarlas. Y es verdad, existe el stres, depende de muchos factores. Cuando la arcilla es “humana” como le sucede a los médicos, a los bomberos, a los policías etc. el trabajo no solo es mental y físico, también se manifiestan los sentimientos de amor al prójimo, según el problema del día o los problemas del día, que hacen que un profesional tambalee a veces sin poder modificar la realidad, sobre todo social. Además ustedes creen que se les concederían las licencias por salud, estrés etc. si no hiciese falta? Empecemos un año escolar en paz y sería bueno que reflexionemos sobre algunos temas respecto a los docentes, haciéndolo con el respeto que merecen y no olvidar el rol de padres que debe ser de absoluto compromiso con los hijos y con la escuela a la que concurren.