Capítulo VII
ESFINGE DE TANIS. PIRÁMIDE DE SAKARA.
LA DIOSA ISIS
En el museo de El Cairo se encuentra una pequeña escultura en
forma de esfinge, llamada Esfinge de Tanis, porque en ese lugar fue
descubierta. Esta reliquia, en vez de llevar el klaft (el tocado de tela en
la cabeza), como lo lleva la Gran Esfinge, tiene melena de león, y las
orejas y todo el cuerpo de león, lo que inequívocamente alude al dios
sol por una parte, y por otra a la constelación de Leo: ambos, símbo-
los religiosos inseparables desde hace 12 o 13,000 años.
Al igual que la Gran Esfinge, la de Tanis tiene cara humana. La
interpretación más generalizada se refiere al sol naciente, que es uno
de los nombres dados a la Gran Esfinge. El klaft o tocado de tela
también alude al sol, como ocurre con cualquier sombrero moderno.
Algunos arqueólogos afirman que la Esfinge de Tanis corres-
ponde a una época tardía, probablemente a la XII dinastía (1842-
1797 a. C.) y que representa a Amenemher III.
Pensamos —como otros autores— que la Esfinge de Tanis es un
símbolo solar que representa un dfbs y una religión solares y que pro-
bablemente fue esculpida hacia la primera dinastía, dada su coinci-
dencia artística con las paletas predinásticas conocidas como de la
época de Narmer-Menes. Quizá transcurrido el tiempo otro faraón
tomó este símbolo y lo adoptó como propio, fenómeno acaecido con
cierta frecuencia con otros símbolos egipcios.
Otros autores han señalado como antigüedad probable entre
6,200 y 4,933 a. C. En consecuencia, vendría a ser muy anterior
a la construcción de la Gran Pirámide. (73)
Cabe suponer, como mera probabilidad lógica, que la Esfinge de
Tanis pudo haber servido de modelo original, y tal vez a escala, para
hacer después la Gran Esfinge; pero al labrar la roca para hacer la
definitiva y estando ya en la Era de Tauro fueron cambiados algunos
detalles —fenómeno normal en toda construcción— y las modificacio-
nes consistieron en quitarle la melena leonina y ponerle el klaft, asi
como perfilar el cuerpo en forma de toro, símbolo que coincidiría en
sentido astronómico con la Gran Pirámide y con la constelación de
Tauro ya vigente.
La Esfinge de Tanis está reconocida como una admirable obra
de arte, especialmente para la época en que fue esculpida, ya que
demuestra una técnica, experiencia y sensibilidad muy avanzadas,
tanto como la orfebrería en oro puro de que se habla en otro capitulo
de este libro.
Pirámide de Sakara .
La segunda construcción de Egipto, parece haber sido la Pirá-
mide de Sakara, que fue la primera de su tipo. Su creación se atri-
buye a Path Hotep, también conocido como Inhotep (2,700 a. C.),
que fue visir del faraón Soser y a quien siempre se le ha reconocido
como gran médico y arquitecto, hijo a su vez de otro arquitecto.
A este respecto, los griegos siempre reconocieron que desde
tiempo muy antiguo los egipcios fueron maestros en la medicina y en
la magia. Por ejemplo, Hornero en la Odisea dice:
«En Egipto, los hombres son más expertos en medicina que en ningún
otro lugar del mundo.» „
•»••
Pero Inhotep vivió en la tercera dinastía: ¿cómo pudo haberse
llegado a ese grado de conocimiento, tanto en arquitectura como en
medicina, en orfebrería, en escultura, en astronomía, etc., sin haber
existido previamente milenios de experiencia y natural evolución?
¿En qué región del mundo se vivió esa evolución? ¿De dónde llegó
esa experiencia y sensibilidad?
Hoy no existen contestaciones satisfactorias y todo sigue aún
envuelto en el misterio. (75)
Isis
Hathor significa vaca. Aunque en época tardía, la construcción
del templo de Hathor obedeció a un culto muy antiguo. Fue morada
de Horus (Halcón), hijo de Isis y de Osiris; esto significa que Hathor
alimentó la vida de Horus. Hathor fue una manera de simbolizar a la
diosa Isis, y ésta a su vez, fue perpetuada en la Gran Esfinge.
No se conoce ninguna otra diosa anterior a Isis en la teogonia
egipcia. A Isis se la simbolizó de varias maneras: asi por ejemplo, en
algunos casos aparece con cuernos de vaca, símbolo de alimentación
y de vida.
También suele aparecer con la flor de loto en la cabeza y un ins-
trumento musical en la mano, semejante a la sonaja, símbolo de man-
do usado por los faraones. También aparece con forma felina, clara
alusión al león y a la Gran Esfinge.
«
En el Libro de los muertos, se ponen las siguientes palabras en
boca de Isis y naturalmente de la Gran Esfinge:
«Yo soy la reina de estas regiones. Yo fui la primera que reveló a los
mortales el misterio de la vida que hay en el trigo y en el maíz.»
Este texto da la razón de por qué se la consideró como madre de
la vida y de la alimentación.
Al hacer mención del maíz, es obligatorio que recordemos a los
mayas y a algunos otros pueblos de América, para quienes el maíz
fue la base de su alimentación y por^ello lo consideraron de origen di-
vino.*Ahora bien quienes han investigado acerca del origen primitivo
del maíz, afirman que el mismo jamás fue silvestre en parte alguna del
mundo. ¿De dónde habrá salido el maíz tanto en Egipto como en
América? ¿Habrá sido traído desde el espacio exterior, es decir
desde otro planeta y que por ello se le atribuyó un origen divino?
Entre otros muchos atributos, Isis representaba las fases de la
luna. Los sacerdotes del culto a Isis debían observar absoluta casti-
dad y sus cabezas debían ser rapadas antes de empezar cualquier
ritual relativo a Isis. (77)
En fin, que Isis es un personaje cósmico representado monumen-
talmente en la Gran Esfinge, y que a ésta no se la podrá entender sin
las claves astronómicas contenidas en la Gran Pirámide. Y decir
astronomía es decir matemáticas, en las que hay números que,
además de tener valor cuantitativo en lo astronómico, lo tienen tam-
bién simbólico. Tal es el caso del 666, tema muy importante que se
aborda en el siguiente capítulo.
La diosa Hathor o Isis. Puede advertirse en la ilus-
tración el fenómeno astronómico de las fases lunares
y el de la «Luna llena», simbolizados por un disco o
una esfera, entre cuernos. (79)