martes, 30 de octubre de 2018

Inclusión de la educación física en la escuela.


Inclusión de la educación física en la escuela. Publicado el 28 marzo, 2018 por Lic AUS Jorge Luis Prioretti 3 Votes La educación física en la escuela incorporada como una materia no es inclusión. Si bien la educación física es una disciplina fundamental para la formación integral del ser humano porque permite a los educandos desarrollar destrezas motoras, cognitivas, afectivas y éticas esenciales para su vida diaria, como proceso para su proyecto de vida y aplicables en un futuro en su vida social, ya que con esta actividad fomenta valores humanos y sociales. Pero para que sea realmente inclusiva, deben tenerse otros aspectos que abarque trasversalmente toda la educación del educando integrando: Juegos en el patio de la escuela, reuniones informales dentro y fuera del colegio, salidas a terreno, excursiones, entre otras. También, educar para la salud: vida sana, higiene y alimentación. Aporte de la educación física en el aprendizaje. [1] Actualmente la educación física se ha constituido como disciplina fundamental para la educación y formación integral del ser humano, especialmente si es trabajada en edades tempranas, porque permite a los educandos desarrollar destrezas motoras, cognitivas y afectivas, esenciales para su vida diaria y como proceso para su proyecto de vida. A través de la educación física, los estudiantes expresan su espontaneidad, fomentan su creatividad y sobretodo permite que se conozcan, se respeten y se valoren a sí mismos y a los demás. Por ello, es indispensable la variedad y vivencia de las diferentes actividades en el juego, lúdica, recreación y deporte para implementarlas continuamente, sea en clase o mediante proyectos lúdico-pedagógicos. A través de la clase de educación física los estudiantes aprenden, ejecutan y crean nuevas formas de movimiento con la ayuda de diferentes formas lúdicas, recreativas y deportivas. En estas clases los estudiantes pueden desenvolverse, ser creativos y mostrar su espontaneidad como seres que quieren descubrir muchas alternativas que pueden ser aplicables en un futuro en su vida social. Para que exista una educación integral, en la que ningún aspecto del ser humano quede al azar, debemos considerar el cuerpo y la mente como una unidad, por lo que la educación física no debe ubicarse dentro de la programación del centro como la materia de menor importancia, sino a la par, porque una contribuirá con la otra al desarrollo de logros cada vez más complejos. Además, esta ha adquirido una importancia mayor con respecto a nuestra vida cotidiana, cada vez más sedentaria, lo que ha supuesto que salten las voces de alarma debido al alto índice de obesidad infantil. Es por esto que una alimentación sana y un tiempo adecuado de actividad física correcta, complementa de la mejor forma posible el desarrollo integral de las personas, tanto de la perspectiva mental como corporal. El valor del deporte en la educación integral del educando.[2] El ser humano es una entidad global formada por tres dimensiones, biológica, psicológica y social, que dan lugar a manifestaciones biosociales, psicobiológicas y psicosociales del desarrollo. Como soporte y puente entre la persona y el ambiente en el que ésta se desenvuelve, y también como conexión entre muchas de las operaciones humanas entre sí, se encuentra la motricidad (actividad física, deporte), la cual repercute en tres grandes áreas: biomotriz, psicomotriz y sociomotriz. Por tanto, la práctica deportiva puede hacerse partícipe de la formación integral del ser humano, puesto que guarda relación con todos estos elementos, no limitándose únicamente a las repercusiones físicas, sino teniendo también una gran capacidad de influencia sobre las funciones psicológicas (emocionales) y sociales (relacionales). Decir que el deporte contiene en sí mismo un importante cúmulo de valores, tanto sociales como personales, y que revierten en beneficio de sus practicantes, que a través de la participación en juegos y deportes surgen cualidades tan admirables como lealtad, cooperación, valor, resolución, fuerza de voluntad, dominio de sí mismo, resistencia, perseverancia o determinación. La práctica del deporte es importante para la formación integral de la persona, es decir, para todas y cada una de sus áreas del desarrollo, tanto para las físicas (forma física, salud y prevención de la enfermedad) como para las psicológicas (autoestima, personalidad, calidad de vida) y las sociales (relación con los demás, rendimiento en el empleo, evitación de la soledad), además de poder influir sobre el desarrollo moral y la promoción de diversos valores sociales y personales. Actualmente, al deporte se le reconoce su capacidad como elemento integrador de colectivos inmigrantes (Heinemann, 2002; Medina, 2002), medio para enseñar responsabilidad a jóvenes en riesgo (Hellison, 1995), herramienta para la prevención y tratamiento de las drogodependencias (Martínez, 1999), útil en la recuperación social de los barrios marginales (Balibrea, Santos y Lerma, 2002), favorecedor de la socialización de personas mayores, y activador de diversas funciones en las personas con discapacidad (Goldberg, 1995). El deporte es un fenómeno social cada vez más incorporado al ámbito de lo cotidiano en la sociedad contemporánea, que afecta en gran medida al concepto de calidad de vida, se incorpora dentro del gran espectro del ocio como elemento catalizador de la salud física y psicológica del individuo y, cada vez más, se utiliza como producto, objeto de intercambio social y eje económico en muchos casos. La recreación como parte de la educación física.[3] Cuando pensamos en actividades recreativas, nos estamos refiriendo a: juegos en el patio de la escuela, reuniones informales dentro y fuera del colegio, salidas a terreno, excursiones, entre otras. Instancias, que entregan una serie de beneficios, destacando el hecho de que mejora la comunicación entre los estudiantes y con el docente; además el profesor tendrá la oportunidad de conocer a sus estudiantes en otras facetas; existirá la posibilidad de identificar algunos aspectos de los estudiantes que no es posible identificar dentro del aula, en el esquema tradicional de clases. Asimismo, indirectamente, se puede mejorar la comunicación entre padres, hijos y profesor; resultando los asistentes a las actividades más felices. Iniciativas que por lo demás, es importante enfocarlas de manera positiva en la salud de los estudiantes, como por ejemplo cuando se promueve una vida saludable. “La recreación debe entenderse como un proceso personal que tendrá que proyectar un impulso correcto de los componentes de diversión, del descanso y del desarrollo de la persona. La combinación de estos componentes debe permitir transformar nuevas experiencias, diversificarlas, tratando de servirse de éstas para buscar una correcta armonía en la relación de la persona en sus niveles de organización fisiológicos, biológicos, psíquicos y socioculturales (Lavega, 1997)”. La recreación para nuestros educandos no puede ser entendida sólo como una pura diversión: “es una disposición positiva y favorable de cambio y regeneración y debe cumplir la condición de “volver a crear” o de “recrear” divirtiendo mediante una actitud activa y una implicación y participación en un grupo (Camerino, (2000). Por ello el concepto que tenemos de recreación puede ser bien transmitida a nuestros estudiantes mediante la actividad física recreativa y el deporte recreativo. Los objetivos educativos de esta “recreación motriz” que queremos transmitir se centran en la satisfacción de las siguientes necesidades y valores: La manifestación a partir del movimiento necesario para la expresión de la naturaleza biológica y para asegurarle su supervivencia, El reconocimiento y la autovaloración al sentirse estimado, La autonomía en la toma de decisiones, La aceptación del grupo con la participación y la solidaridad, El impulso hacia la aventura y la vivencia de experiencias nuevas, expresión y reconocimiento de los demás. Los educandos encuentran las posibilidades de expresión de sus necesidades en esta “recreación motriz” desde el momento en que les ayudamos a plantearse, mediante la práctica, todos estos principios: Expresar sentimientos a partir del juego, Encontrar posibilidades de actuar sobre las cosas que nos rodean, Creación de soluciones a problemas planteados de forma independiente, Ejercitación de su propia libertad en la práctica de la autogestión. La vivencia de estas experiencias recreativas a partir de la “recreación motriz” nos da la conciencia de nuestras propias fuerzas y potencialidades, nos confiere seguridad en la acción y nos amplía el campo de nuestras posibilidades como seres vivos que deberíamos querer superarnos lúdicamente a nosotros mismos. Los programas y acciones de “recreación motriz” buscan generar en los participantes una actitud emocionalmente positiva y la sensación de que son partícipes de una práctica que no les agobia, que les interesa conocer por novedosa y que al realizarla les pedimos su esfuerzo e implicación a largo término. Así mismo con estas actividades no buscamos el puro disfrute ya que fomentamos procesos autoeducativos y de independencia personal. Educar para una vida sana es parte de una educación física. Muchas cosas nos puede brindar la educación, pero quien puede negar que educar en este aspecto es educar para la vida. Cuando nos referimos a salud consideramos a la persona física, psicológica, social y espiritual. Muchas prácticas de vida, individual y social, atentan a nuestra salud. Por eso, educar para una vida sana es una perspectiva para una mejor calidad educativa y de vida. Cuando hablamos de educar para una vida sana y desarrollo sostenible no es solo brindar información académica sobre el tema sino educar, es decir, crear actitudes, prácticas y concientización sobre estos temas que son para la vida, para una conciencia ciudadana, para un saber vivir juntos, entre otras. Estos contenidos nos guiara para toda la vida, nos forja un estilo de vida más humano, mucho más que otros contenidos que podamos aprender en la escuela. a. Educar para una vida saludable. La educación es un proceso orientado a perfeccionar al hombre, como dijimos, en todas sus dimensiones (física, psicológico, social y espiritual) y que además es necesario la intervención, tanto de los padres de familia, como de los docentes, para potenciar en los estudiantes, aquellos conocimientos, habilidades y actitudes, que les permita vivir y convivir con los demás con estilos de vida saludable, íntimamente ligado a la calidad de vida. La educación es un factor determinante en la salud. Una persona educada debe conocer los fundamentos básicos de Educación para la Salud para estar en condiciones de proteger su propia salud, la de sus familiares y de colaborar en el fomento de la salud de su comunidad. Se entiende que quienes están más predispuestos a tener mala salud no son únicamente los más pobres, sino quienes tienen el menor nivel de educación. La vida sana es un concepto integral que se relaciona, por ejemplo, con la cultura, el trabajo, la educación y el ambiente. Educar para una vida sana no es solo prever las enfermedades sino todo aquello que nos da un bienestar físico-psíquico y nos ayuda a ser felices: leer, encontrarnos con amigos, andar en bicicleta y jugar también nos hace estar más saludables. b. Educación para la salud. [4] El concepto de la educación para la salud, que actualmente abarca un concepto más amplio de promoción de la salud y un nuevo énfasis en la prevención, se concentra cada vez más en el aprendizaje y en el proceso de fortalecimiento de la autonomía. Lo que se define como salud o enfermedad, como bienestar o malestar, depende no sólo de factores individuales y biológicos, sino del entorno social y cultural dentro del cual vivimos, trabajamos, y nos relacionamos. c. Educar para una adecuada alimentación. La educación nutricional como instrumentos esenciales para el logro de los cambios de hábitos alimenticios, así como de la importancia que tiene la implicación de la comunidad en todos los sectores que afectan al consumo de alimentos y a la implantación de estilos de vida saludables. d. Educar en las prácticas higiénicas. [5] Teniendo en cuenta lo que indica Dueñas (2001) la higiene es el conjunto de conocimientos y técnicas que deben aplicar las personas para el control de los factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre su salud. Según este autor, la higiene personal es el concepto básico del aseo, limpieza y cuidado de nuestro cuerpo.