sábado, 17 de diciembre de 2011

ARTÍCULO PUBLICADO POR EL DIARIO "EL DÍA" LA PLATA

PUNTO DE VISTA
Ausentismo docente, clave del naufragio educativo

Por ERNESTO F. URTUBEY (*)

En casi treinta años de democracia no han sido pocos los dilemas enfrentados por la educación argentina así como las soluciones alcanzadas. Sin embargo, la mayor parte de las veces sólo fueron "soluciones transitorias" en un intento por aggiornar el sistema educativo frente a los nuevos paradigmas sociales. Los escenarios de discusión y debate contaron inicialmente con los partidos políticos con representación parlamentaria y los gremios docentes, así como también diversas figuras del mundo académico universitario. Hubo además, cómo podríamos olvidarnos, breves pero intensas discusiones de los actores involucrados orientadas a debatir qué tipo de educación queríamos. De todo ese conjunto de hechos surgieron en este período sendas leyes nacionales y sus correlatos provinciales que pusieron en protagónico movimiento a decenas de miles de docentes en todo el territorio nacional y particularmente en la provincia de Buenos Aires. Lejos, muy lejos de cualquier otro alcance, la ley de financiamiento educativo se constituyó en un sólido paradigma instrumental: el "con qué lo vamos a hacer". Estableció el 6% del PBI para educación logrando así imponer a la sociedad y al Estado una exigencia digna de un país con Proyecto Nacional.

No hay educación posible con el actual nivel de ausentismo docente; esto no se resuelve con suplentes y más suplentes de suplentes...
Pese a todo el esfuerzo humano y material, los resultados jamás alcanzaron para mover en sentido positivo la aguja del tester de la calidad educativa. Muy por el contrario, la "sensación térmica" en los propios ámbitos educacionales indicaba una profundización crítica de los resultados negativos. Mientras tanto, cada nuevo equipo de conducción del gobierno educativo mostraba en privado, especialmente en nuestra provincia, el rostro de la desazón y las marcas irrevocables que produce el vértigo de quien se ha lanzado en caída libre y sin red.

Porque el problema no es qué educación queremos sino cómo alcanzamos esa educación que todos queremos, el "cómo lo hacemos". Y entender de una vez por todas que el escandaloso nivel de ausentismo docente es el verdadero desafío que ninguna gestión ha logrado resolver hasta el momento; es el nudo gordiano de la cuestión educativa bonaerense.

SUPLENTES DE SUPLENTES

Transparentar lo que sucede ante la sociedad sería un buen comienzo, recordándole a la ciudadanía que no hay educación posible con el actual nivel de ausentismo docente; que esto no se resuelve con suplentes y más suplentes de suplentes; y que el problema económico no es en definitiva la cuestión principal sino la pérdida irremediable de la continuidad de todo proceso educativo en el aula. Y que esta imagen, la del aula con alumnos y sin docente se replique hasta el hartazgo. Que así seguiremos infructuosamente gastando valiosísimos recursos humanos y materiales que se perderán para siempre y con los que dejaremos de contar a corto plazo de no enfrentar esta cuestión gordiana con la seriedad que treinta años de democracia nos exigen a quienes más responsabilidad tenemos en la superación del actual estancamiento.

Sin duda, el establecimiento de las paritarias docentes como mecanismo institucionalizado es un logro fundamental desde hace relativamente poco tiempo. Pero habrá que nutrir a sus actuales discusiones de una nueva agenda que no deje fuera de la discusión el interés más valioso que debe ser resguardado en ese ámbito: el fortalecimiento del perfil ético-profesional en la carrera docente. Y, de parte del Estado provincial, como integrante de la paritaria, la custodia del más importante de todos sus deberes: el deber de impartir educación de calidad a 4,5 millones de alumnos bonaerenses.

CARGO DE 8 HORAS

Nada podremos hacer a partir de 2012 de no lograr conquistar definitivamente para cada docente la posibilidad de ganar con un cargo (no de 4 ó 4,30 hs. de prestación sino de 8 hs. diarias), lo que hoy logran alcanzar remunerativamente trabajando en hasta tres turnos, sumando cargos, sumando escuelas y distritos. Pero que la contrapartida de esto deberá ser un nuevo régimen de exigencias en su presentismo y en su desempeño profesional a la altura de una tarea que se precie estratégica para la ciudadanía y para el Estado mismo.

Alcanzar consenso en los mecanismos con los que lograremos las soluciones requeridas será la señal definitiva de que ya vemos la tierra prometida en el horizonte. Ulises, arquetipo de la búsqueda, tras un sinfín de dificultades llegó a cumplir su destino. Nosotros aún debemos superar el hasta ahora prolongado naufragio educativo.



(*) Profesor y especialista en Educación