jueves, 13 de marzo de 2014

CARTA A UN JOVEN ARGENTINO QUE ESTUDIA FILOSOFÌA de JOSÉ ORTEGA Y GASSET


CARTA A UN JOVEN ARGENTINO QUE ESTUDIA FILOSOFÌA ( Tercera parte) de JOSÉ ORTEGA Y GASSET AMIGO: Siempre me ha sorprendido la desproporción que suele haber entre la inteligencia, a menudo espléndida, del americano y esa otra facultad de "mese au point" que es su criterio. Tal vez en horas de sinceridad consigo mismo,percibe todo buen intelectual americano ese extraño fenómeno secreto de la insuficiencia de su criterio. Cualquiera que sea su énfasis hacia el exterior-énfasis que en ocasiones se eleva a la petulancia-,el fondo insobornable que arrastra todo hombre consigo le advierte de que no está seguro de sí mismo en el difícil manejo de las ideas. ¿Por qué es esto así? Yo aventuraría una explicación, pero su desarrollo me forzaría a entrar en cuestiones un poco abstrusas de psicología étnica. Sería preciso contrarestar la tradicional noción que supone idénticas, poco más o menos, las almas humanas en todos los tiempos – sin más diferencias que la de sus contenidos- e ignora que son ,a veces, de estructura (de anatomía y fisiología) sumamente diversas.Además hay cosas que conviene hablar sólo entre pocos y no aventarlas con riesgo de que sean mal entendidas.En fin, usted por sí sólo, puede reconstruir mi intento de explicación fijàndose en que la función ya exquisitamente desarrollada en el argentino,la sensibilidad,habría que localizarla en la periferia de la psique, por ser función receptiva, mientras que el criterio, aùn imperfectamente desenvuelto (repito en el orden propiamente cientìfico y literario)es una operación de dentro a fuera y afecta a las zonas màs centrales, más personales de la conciencia.Esto significa que la nueva generaciòn necesita completar sus magníficas potencias con una rigurosa disciplina interior.Yo quisiera ver en éstos jovenes la severa exigencia de ella.Pero acontece que veo todo lo contrario: un apresurado afàn por reformar el universo, la sociedad, el Estado, la universidad, todo lo que fuera, sin previa reforma y construcciòn de la intimidad. En este punto no pactaré jamás con ustedes, y me hallarán irreductible. Todo el que incita a los jòvenes para que abandonen el sublime deporte còsmico que es la juventud y salgan de ella a ocuparse de las cosas llamadas "