lunes, 31 de agosto de 2015

La guerra contrainsurgente de hoy Pablo Bonavena[1] y Flabián Nievas[2] Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy - (4) última...


La guerra contrainsurgente de hoy Pablo Bonavena[1] y Flabián Nievas[2] Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy - (4) http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy Toda esta marcha atrás moral es consecuencia y, a la vez, componente vital de la política contrainsurgente que considera un estorbo aplicar el derecho internacional humanitario, ya que su respeto generaría una apreciable desventaja militar frente al bando enemigo.[82] La guerra contra la insurgencia solo sería posible desplegarla con cierto éxito si se renuncia a los principios fundamentales de la modernidad. En tal sentido no es un dato menor la emergencia de un tipo de planteo que en su formalización jurídica se conoce como “derecho penal del enemigo”, pero cuyo formato es compatible con grandes líneas de pensamiento contemporáneo, que podríamos definir como el proyecto “anticipatorio”, la prevención por anticipación del hecho. Este formato surge de fundir la prevención con la disuasión; la primera es activa y la segunda pasiva: una cosa es tomar medidas disuasivas del delito, y otra muy distinta (aunque en este enfoque aparece como similar o idéntica) es la de anticiparse al hecho. Se funda en el contrafáctico de lo no ocurrido pero que potencialmente podría ocurrir. Tomando como verdadero lo hipotético, la acción anticipatoria aparece entonces como una “corrección” de la historia. Pongámoslo en un ejemplo. El sujeto A es un terrorista que está a punto de cometer un atentado que produciría una cantidad de víctimas; anticipándose al hecho se lo aprehende o se lo elimina, evitándose de ese modo la acción y, con ello, salvando la vida de las potenciales víctimas. Todo parece muy convincente excepto por la cuestión, no menor, de que tal sucesión de acontecimientos nunca sucedió. Frente a esta objeción, no sin encono se responde: ¿es que acaso hay que esperar a que se produzca el ataque para luego aprehenderlo? La coerción moral que se ejerce con tal pregunta puede invalidar cualquier razonamiento alternativo, pero lo cierto es que no existe certeza alguna de que los hechos se fueran a desarrollar de tal o cual manera, y que solo se trata de una especulación. Nadie puede garantizar que los hechos sucederían necesariamente o inevitablemente así. Porque no se trata de situaciones inminentes, claras y precisas de las que por supuesto se pueden colectar pruebas acerca de las intenciones de un sujeto, sino de presunciones fundadas en un formato de pensamiento especulativo y fuertemente prejuicioso en contra de determinadas figuras. El caso del ciudadano brasileño Jean Charles Menezes asesinado por la policía en el subterráneo de Londres con 8 balazos el 25 de julio del 2005 es un tipo de hecho que resulta mucho más cotidiano de lo que estaríamos dispuestos a aceptar.[83] Esta matriz de pensamiento trasvasa el ámbito estrictamente militar logrando una instalación social de gran envergadura de importantes consecuencias, creando una corriente de opinión que redundará, tarde o temprano, en su beneficio.
www.aler.org Vemos que la lógica que sustenta la forma actual de la contrainsurgencia para definir su contrincante es idéntica a la lógica que se le imputa a algunos jueces “garantistas”, al reprochárseles que la excarcelación de algunos reclusos redunda en la reincidencia de éstos, tomando en consideración lo realizado después de la liberación, como si el juez pudiera saber ex ante la conducta que seguirá el liberado y mantenerlo recluido por lo que aún no ha hecho pero que, tal vez, luego hará. Esta lógica lineal, menuda, tosca e infantil, se ha explayado en vastas capas sociales, circulando profusamente por los medios masivos de comunicación, siguiendo el mismo formato anticipatorio que surge, en origen, de las políticas contrainsurgentes. Las garantías procesales, los derechos humanos y los derechos civiles se erigen, para esta concepción, en obstáculos que deben ser removidos. Se trata, en tal apreciación, de puros formalismos. Se vacía el contenido que los mismos tienen. En tanto este formato de pensamiento se extiende como el nuevo sentido común, generalizándose tras el imperativo de la “seguridad”. Obsérvese la similitud del objetivo; la seguridad es una de las principales preocupaciones de la contrainsurgencia. Y, como toda acción de inteligencia, no quedan claros los orígenes, nunca son totalmente visibles para el público –que ha sido objeto de la operación–. Por supuesto no se trata de “inventar” una realidad de la nada, sino de brindar interpretaciones, es decir, formas de vincular elementos de la realidad, pero no de manera sistemática y con arreglo a un método, como es el análisis científico, sino con el deliberado propósito de enfatizar algunos elementos en detrimento de otros, de manera independiente de la frecuencia o relevancia que tenga la presencia de tales elementos en el despliegue de la totalidad. Operaciones de tal envergadura no son a) de implementación inmediata, ni b) totalmente impuestas, ni tampoco c) plenamente dirigidas por un comando central, idea que se corresponde con la ingenua imagen del “lavado de cerebro”. No. Se trata de construcciones mucho más complejas, en las que ni siquiera todos los que participan de ellas son concientes de que lo hacen. Se trata de estimular determinado tipo de percepción operando sobre estructuras psicosociales muy elementales, como las del miedo y el deseo —estructuras, éstas, que se encuentras hiperestimuladas por la actividad mercantilista del capitalismo actual—, para lo cual, además, conjugan intereses tanto de índole económica como política de sectores relativamente concentrados.[84] La enorme cantidad de mensajes-estímulos que recibimos diariamente satura la capacidad de análisis crítico del habitante medio, y los mismos van sedimentando constituyéndose en certezas sobre las cuales luego se elaboran juicios. De esta manera se va acuñando una forma de pensar, de procesar la información, de producir datos, que conduce inevitablemente a un determinado tipo de conclusiones. Al tratarse de procesos sociales, y no individuales, actúan sinérgicamente potenciándose en cada sujeto. Entonces, mediante el rumor,[85] se certifican como certezas “de primera mano” las sucesivas validaciones reificatorias de un determinado tipo de pensamiento que supera y contraría los postulados de la modernidad. No se tratan los incidentes en tanto tales, sino como ratificación de las nuevas certezas: no hay delitos, sino delincuentes; no hay actos de terrorismo, sino terroristas. Se desplaza el significado de la acción hacia una ontología del sujeto: se es delincuente, terrorista, etc. Observemos las implicancias de esta operación: de acuerdo a los postulados de la modernidad una persona que comete un delito purga una pena y se reinserta socialmente; de acuerdo a la nueva forma de pensamiento vigente, el delito no se trata de un hecho incidental sino que es la acción contenida en la naturaleza de la persona, del delincuente. Naturaleza que, por otra parte, se vincula social y generacionalmente (los delincuentes viven en las villas, son hijos y padres de delincuentes, etc.). ¿Cuál es la única respuesta posible ante ello? De manera más solapada o más abierta siempre aparece: el exterminio (pena de muerte, cárcel perpetua, etc.). ¿No son acaso las mismas estructuras que promueve la contrainsurgencia? Instaladas por medio del terror, estas estructuras operan con menor densidad en momentos históricos en los que no se requiere un mayor énfasis en su práctica debido al escaso desarrollo de la lucha de clases y la insurgencia. Pero están ahí, incólumes, fortalecidas, vueltas sentido común, constituidas en certezas, dispuestas a ser exacerbadas cuando la situación lo amerite. En el plano de la guerra los Estados Unidos proponen suspender el Derecho pues, afirman sus ideólogos, el enemigo terrorista también avasalla sus parámetros. En la vida diaria de cada uno de nosotros como ciudadanos se nos dice, una y otra vez, que los “delincuentes comunes” tampoco deberían gozar del amparo jurídico puesto que tampoco respetan la ley. Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy - Prohibida su reproducción sin citar el origen. La lucha por la vigencia de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario cobra cada vez más sentido en este contexto, y el sano ejercicio de ir actualizando su contenido se vuelve una necesidad imperiosa al calor de los nuevos desafíos que nos obligan a enfrentar el retroceso inhumano que postula la política imperialista en la “guerra contra el terrorismo” y la “mano” dura en la cotidiana “guerra contra el delito”.[86] En esta dirección es auspiciosa la tarea que están abordando los organismos defensores de los Derechos Humanos en la Argentina en defensa de la represión policial contra los sectores populares donde abrevan los posibles “delincuentes”, y los casos de ejecución sumaria de sospechosos, conocidos como víctimas del “gatillo fácil policial”, asociando la lucha contra el genocidio promovido por la última dictadura con el genocidio que transcurre bajo los gobiernos parlamentarios que la siguieron. Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy - Prohibida su reproducción sin citar el origen.(4)
FUENTES intervinientes: Notas: [1] Universidad de Buenos Aires – Universidad Nacional de La Plata, República Argentina. [2] Universidad de Buenos Aires – (CONICET), República Argentina. [3] Gassino, Riobó y Alfaro, 2004: 405/6. [4] Parte de este argumento también es usado actualmente por los defensores de los miembros de la última dictadura militar argentina juzgados por crímenes contra la humanidad. [5] Zolo, 2007. [6] Caro Garzón, 2006. Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy - Prohibida su reproducción sin citar el origen. (Otras que forman parte de la nota se explicitan aparte por ser muy extensas)Consultar la fuente:http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/368-la-guerra-contrainsurgente-de-hoy