lunes, 6 de junio de 2016

CAPÍTULO DIECISIETE - RODOLFO BENAVIDES


Capitulo XVII DIVERSAS PIRÁMIDES EN EL MUNDO La palabra pirámide parece haber tenido su origen en el idioma fenicio, es decir época ya muy tardía, en el correspondiente vocablo Pirimi-din, cuya probable traducción es luces y medidas divinas- Si se aplica esta definición de manera particular a la Gran Pirámide, geo- métricamente hablando, diremos que es la única construcción que recibe apropiadamente dicho nombre. Las pirámides construidas en América fueron hechas como plata- formas que servían de base a un templo, de donde se deduce que la motivación psicológica de las mismas es completamente distinta a las egipcias. Sin embargo, la pirámide de Sakara, en Egipto —por cierto gigantesca y anterior a la Gran Pirámide— está hecha de platafor- mas (mastabas, nombre por el que generalmente se las conoce) y pre senta así la misma forma que todas tas pirámides de América. Por otra parte, existen pirámides americanas que nunca tuvieron templo alguno en su cima, como en .Tikal (Guatemala). Hay también pirámides con función de templos funerarios, como son las de Palenque, Monte Albán, Chichén Itzá, etc., en Méxi- co. No solamente en Egipto y en América se han construido pirámi- des, también en la Mesopotamia están los Zigurats, que sirvieron de base a templos y tumbas; en Asia, las de China y Java. Todas ellas posteriores a las egipcias. En Fin. las hay en casi todo el mundo ¡hasta en Roma Se puede suponer que todas ellas fueron copiadas unas de otras debido a la influencia de unos pueblos sobre otros. (175) Sucede con frecuencia que al hablar en público de la Gran Pirá- mide, siempre hay alguien que pregunta sobre la relación que puede existir o que se puede establecer desde un punto de vista psicoiógico o religioso entre las pirámides egipcias y las de Teotihuacán o las mayas en México, las de Macchu-Picchu en Perú, etc. Desde luego, es notorio que existe una enorme diferencia tanto en el tiempo como en la distancia, ya que las pirámides egipcias son unos 3.000 años más antiguas que las americanas, por cuya razón podría asegurarse que no es factible influencia alguna de las egipcias sobre las de América. Sin embargo, mirando el tema desde nuestro particular punto de vista, quizá lleguemos a comprobar que las más antiguas pirámides podrían tener un origen único, a partir de una misma religión y una misma cultura, un día dispersadas por causas que todavía se ignoran. Muchos investigadores se han preguntado, sin encontrar todavía una respuesta clara y definitiva, cuándo y de dónde llegaron los teoti- huacanos, creadores de las grandes construcciones de Teotihuacán, todavía hoy existentes. Y es que cuando los aztecas llegaron a la región, encontraron que todo aquello, antes sagrado, había sido abandonado desde mucho tiempo antes. ¿Cuál fue la razón? ¡Nadie la conoce' Los mismos inte- rrogantes pueden plantearse respecto a los mayas, que abandonaron Chichón Itzá sin que hasta hoy se conozcan los motivos, aunque hayan muchas hipótesis que intentan explicarlo. Al ahondar en las investigaciones suelen encontrarse antropólo- gos e incluso historiadores que ligan la cultura teotihuacana con la cultura de Tiahuanaco, próspera ciadad que antiguamente se hallaba a la orilla del lago Titicaca, a unos 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar y a poco más de 500 kilómetros de Nazca. Perú (a pro- pósito, en este lugar se encuentra la ya famosa y antigua pista de aterrizaje de naves espaciales, que por cierto todavía no ha recibido una clara explicación científica, muy por el contrario ha habido muchas contradicciones y dudas al respecto). Sí aceptamos aquella teoría aunque sólo sea como hipótesis y la hacemos extensiva a Nazca, resultaría que Teotihuacán. Tiahuanaco (176) y Nazca tal vez estuvieron de alguna manera ligadas cultural y hasta racialmente. Cuando se observa el detalle superior de la Puerta del Sol de Tiahuanaco, la primera impresión que se recibe es que se trata de un trabajo maya, tolteca o azteca. En lodo caso, las variaciones podrían ser consecuencia del tiempo o de la distancia. Cualquier explicación que se intenta parece muy difícil; en Tia- huanaco por ejemplo, se han encontrado dibujos con técnicas muy avanzadas respecto de su época. Uno de esos dibujos enigmáticos es un tozodon, de cuyo esquele- to se han encontrado partes- Esos esqueletos pertenecieron a especies que vivieron hace 250,000 años, o sea cuando el ser humano aún no había aparecido sobre el planeta o al menos sin que se sepa con certe- za que existiera entonces. ¿Quiénes hicieron esos dibujos que impli- can la presencia de seres inteligentes, poseedores de la técnica necesa- ria para hacer las construcciones y esculpir los dibujos en la piedra y que además conocían la existencia del tozodon) Hay quienes complican más el problema sosteniendo que se ha encontrado estrecha relación entre las antiguas culturas de Abisinia. la de Tiahuanaco, la teotihuacana y la incaica. Esta teoría hasta hoy no parece haber recibido aprobación científica, sin embargo algo habrán encontrado esos investigadores para opinar así. Quizá pudie ra ser un buen indicio la escritura incaica. Según los investigadores Carlos Chewander, Ernesto von Wedemayer, Francisco Valencia y otros, existen en Pantiacollo, departamento de Madre de Dios, Perú, ciertos grabados en piedra de más de 20 metros de largo por unos 2 metros de ancho. Estos grabados son de tipo jeroglífico, presentan mucha semejanza con los encontrados en Ur —ciudad bíblica de la Mesopotamia— y datan de más de 3,000 años a, C. Es decir, que coinciden con la llegada a Egipto de la primera dinastía, con el brusco despertar de los sumerios y quizá con la llegada de los mayas a Cen- troamérica. En caso de confirmarse que estos signos de escritura son idénti- cos o muy parecidos entre si y que formaron parte de un mismo len- guaje y de una misma cultura, significaría que esos pueblos a pesar de (177) la enorme distancia geográfica que los separa actualmente, tuvieron su origen en un mismo tronco cultural. Otro motivo de incógnita y de misterio son las enormes cabezas de serpientes emplumadas esculpidas en piedra, que abundan en Teoti- huacán y que representan a Quetzalcóatl; otras parecidas representan a Kukulkan entre los mayas y otras también semejantes en Tiahuana- co representan quizá a Kon-Tiki. Los tres personajes representados con las cabezas de serpiente eran entendidos como de tez blanca y muy barbados, o sea de tipo nórdico. Por su parte los incas en Perú tenían como deidad a Viracocha, entendido igualmente como un hombre blanco y barbado. Ahora bien, si se unen con cierta imaginación esotérica los frag- mentos un tanto dispersos de muy antiguos mitos, leyendas, tradiciones religiosas, etc., con este conjunto de dioses de nombres tan dispares como Quetzalcóatl, Kukulkan, Kon-Tiki, Viracocha en América o Ra, Rama, Krishna, Osiris, etc. en Oriente, podría inducir a conside- rarlos como seres de una misma raza y apariencia física, que llegados del espacio exterior, visitaron todos los pueblos que en ese entonces existían- De haber ocurrido así las cosas, habría razón suficiente para que los deificaran y los perpetuaran en las religiones. Esos personajes habrían sido los maestros inspiradores de las ciclópeas construccio- nes más antiguas, lo que explicaría el sentido y el simbolismo astronó- mico de casi todas ellas. Pero esos monumentos no fueron construidos de manera simultánea o en la misma época. De ahí quizá pueda sospecharse que fueran varías las visitas de los misteriosos viajeros de aspecto nórdico llegados del cielo. Esto parece posible cuando se observan construcciones como la Puerta del Sol, enorme pórtico en Tíahuanaco que señala con gran exactitud fenómenos astronómicos, como son los solsticios y equi- noccios, las fases lunares y el transcurso de las horas igual que lo haría un reloj de sol, además de representar el año venusino de 225 días terrestres y meses de 24 días cada uno. (178) El motivo de serpiente esculpido en piedra, tan frecuentemente en Mesoamérica fue durante milenios un símbolo extendido a todo el mundo. . Fue edificada además con piedras tan enormes que muchos in- vestigadores han supuesto que la construyeran gigantes, única ma- nera de explicar el empleo y la utilización de piedras de más de veinte toneladas de peso. El acarreo y acomodo de piedras de tanta dimensión y peso es todavía una incógnita, lo mismo en Tiahuanaco que en Stonehenge, Wiltshire (Inglaterra). Las más recientes investigaciones sugieren que estos dólmenes megalíticos tuvieron una Finalidad absolutamente astronómica, por cierto de gran precisión. El tema ha quedado envuelto en una aureola de misterio, porque lla- ma la atención que pueblos tan antiguos y que siempre fueron juzgados como primitivos, hayan manifestado tanto conocimiento de la astrono- mía y un grado de aplicación de la misma tan altamente científico (179)