Capitulo XVII
DIVERSAS PIRÁMIDES EN EL MUNDO
La palabra pirámide parece haber tenido su origen en el idioma
fenicio, es decir época ya muy tardía, en el correspondiente vocablo
Pirimi-din, cuya probable traducción es luces y medidas divinas- Si se
aplica esta definición de manera particular a la Gran Pirámide, geo-
métricamente hablando, diremos que es la única construcción que
recibe apropiadamente dicho nombre.
Las pirámides construidas en América fueron hechas como plata-
formas que servían de base a un templo, de donde se deduce que la
motivación psicológica de las mismas es completamente distinta a las
egipcias.
Sin embargo, la pirámide de Sakara, en Egipto —por cierto
gigantesca y anterior a la Gran Pirámide— está hecha de platafor-
mas (mastabas, nombre por el que generalmente se las conoce) y pre
senta así la misma forma que todas tas pirámides de América.
Por otra parte, existen pirámides americanas que nunca tuvieron
templo alguno en su cima, como en .Tikal (Guatemala).
Hay también pirámides con función de templos funerarios,
como son las de Palenque, Monte Albán, Chichén Itzá, etc., en Méxi-
co.
No solamente en Egipto y en América se han construido pirámi-
des, también en la Mesopotamia están los Zigurats, que sirvieron de
base a templos y tumbas; en Asia, las de China y Java. Todas ellas
posteriores a las egipcias. En Fin. las hay en casi todo el mundo ¡hasta
en Roma Se puede suponer que todas ellas fueron copiadas unas de
otras debido a la influencia de unos pueblos sobre otros. (175)
Sucede con frecuencia que al hablar en público de la Gran Pirá-
mide, siempre hay alguien que pregunta sobre la relación que puede
existir o que se puede establecer desde un punto de vista psicoiógico o
religioso entre las pirámides egipcias y las de Teotihuacán o las
mayas en México, las de Macchu-Picchu en Perú, etc.
Desde luego, es notorio que existe una enorme diferencia tanto
en el tiempo como en la distancia, ya que las pirámides egipcias son
unos 3.000 años más antiguas que las americanas, por cuya razón
podría asegurarse que no es factible influencia alguna de las egipcias
sobre las de América.
Sin embargo, mirando el tema desde nuestro particular punto de
vista, quizá lleguemos a comprobar que las más antiguas pirámides
podrían tener un origen único, a partir de una misma religión y una
misma cultura, un día dispersadas por causas que todavía se ignoran.
Muchos investigadores se han preguntado, sin encontrar todavía
una respuesta clara y definitiva, cuándo y de dónde llegaron los teoti-
huacanos, creadores de las grandes construcciones de Teotihuacán,
todavía hoy existentes.
Y es que cuando los aztecas llegaron a la región, encontraron
que todo aquello, antes sagrado, había sido abandonado desde mucho
tiempo antes. ¿Cuál fue la razón? ¡Nadie la conoce' Los mismos inte-
rrogantes pueden plantearse respecto a los mayas, que abandonaron
Chichón Itzá sin que hasta hoy se conozcan los motivos, aunque
hayan muchas hipótesis que intentan explicarlo.
Al ahondar en las investigaciones suelen encontrarse antropólo-
gos e incluso historiadores que ligan la cultura teotihuacana con la
cultura de Tiahuanaco, próspera ciadad que antiguamente se hallaba
a la orilla del lago Titicaca, a unos 4.000 metros de altura sobre el
nivel del mar y a poco más de 500 kilómetros de Nazca. Perú (a pro-
pósito, en este lugar se encuentra la ya famosa y antigua pista de
aterrizaje de naves espaciales, que por cierto todavía no ha recibido
una clara explicación científica, muy por el contrario ha habido
muchas contradicciones y dudas al respecto).
Sí aceptamos aquella teoría aunque sólo sea como hipótesis y la
hacemos extensiva a Nazca, resultaría que Teotihuacán. Tiahuanaco (176)
y Nazca tal vez estuvieron de alguna manera ligadas cultural y hasta
racialmente.
Cuando se observa el detalle superior de la Puerta del Sol de
Tiahuanaco, la primera impresión que se recibe es que se trata de un
trabajo maya, tolteca o azteca. En lodo caso, las variaciones podrían
ser consecuencia del tiempo o de la distancia.
Cualquier explicación que se intenta parece muy difícil; en Tia-
huanaco por ejemplo, se han encontrado dibujos con técnicas muy
avanzadas respecto de su época.
Uno de esos dibujos enigmáticos es un tozodon, de cuyo esquele-
to se han encontrado partes- Esos esqueletos pertenecieron a especies
que vivieron hace 250,000 años, o sea cuando el ser humano aún no
había aparecido sobre el planeta o al menos sin que se sepa con certe-
za que existiera entonces. ¿Quiénes hicieron esos dibujos que impli-
can la presencia de seres inteligentes, poseedores de la técnica necesa-
ria para hacer las construcciones y esculpir los dibujos en la piedra y
que además conocían la existencia del tozodon)
Hay quienes complican más el problema sosteniendo que se ha
encontrado estrecha relación entre las antiguas culturas de Abisinia.
la de Tiahuanaco, la teotihuacana y la incaica. Esta teoría hasta hoy
no parece haber recibido aprobación científica, sin embargo algo
habrán encontrado esos investigadores para opinar así. Quizá pudie
ra ser un buen indicio la escritura incaica. Según los investigadores
Carlos Chewander, Ernesto von Wedemayer, Francisco Valencia y
otros, existen en Pantiacollo, departamento de Madre de Dios, Perú,
ciertos grabados en piedra de más de 20 metros de largo por unos 2
metros de ancho. Estos grabados son de tipo jeroglífico, presentan
mucha semejanza con los encontrados en Ur —ciudad bíblica de la
Mesopotamia— y datan de más de 3,000 años a, C. Es decir, que
coinciden con la llegada a Egipto de la primera dinastía, con el brusco
despertar de los sumerios y quizá con la llegada de los mayas a Cen-
troamérica.
En caso de confirmarse que estos signos de escritura son idénti-
cos o muy parecidos entre si y que formaron parte de un mismo len-
guaje y de una misma cultura, significaría que esos pueblos a pesar de
(177)
la enorme distancia geográfica que los separa actualmente, tuvieron
su origen en un mismo tronco cultural.
Otro motivo de incógnita y de misterio son las enormes cabezas
de serpientes emplumadas esculpidas en piedra, que abundan en Teoti-
huacán y que representan a Quetzalcóatl; otras parecidas representan
a Kukulkan entre los mayas y otras también semejantes en Tiahuana-
co representan quizá a Kon-Tiki.
Los tres personajes representados con las cabezas de serpiente
eran entendidos como de tez blanca y muy barbados, o sea de tipo
nórdico.
Por su parte los incas en Perú tenían como deidad a Viracocha,
entendido igualmente como un hombre blanco y barbado.
Ahora bien, si se unen con cierta imaginación esotérica los frag-
mentos un tanto dispersos de muy antiguos mitos, leyendas, tradiciones
religiosas, etc., con este conjunto de dioses de nombres tan dispares
como Quetzalcóatl, Kukulkan, Kon-Tiki, Viracocha en América o
Ra, Rama, Krishna, Osiris, etc. en Oriente, podría inducir a conside-
rarlos como seres de una misma raza y apariencia física, que llegados
del espacio exterior, visitaron todos los pueblos que en ese entonces
existían- De haber ocurrido así las cosas, habría razón suficiente para
que los deificaran y los perpetuaran en las religiones. Esos personajes
habrían sido los maestros inspiradores de las ciclópeas construccio-
nes más antiguas, lo que explicaría el sentido y el simbolismo astronó-
mico de casi todas ellas.
Pero esos monumentos no fueron construidos de manera
simultánea o en la misma época. De ahí quizá pueda sospecharse que
fueran varías las visitas de los misteriosos viajeros de aspecto nórdico
llegados del cielo.
Esto parece posible cuando se observan construcciones como la
Puerta del Sol, enorme pórtico en Tíahuanaco que señala con gran
exactitud fenómenos astronómicos, como son los solsticios y equi-
noccios, las fases lunares y el transcurso de las horas igual que lo
haría un reloj de sol, además de representar el año venusino de 225
días terrestres y meses de 24 días cada uno. (178)
El motivo de serpiente esculpido en piedra, tan frecuentemente en Mesoamérica fue durante milenios un símbolo extendido a todo el mundo.
.
Fue edificada además con piedras tan enormes que muchos in-
vestigadores han supuesto que la construyeran gigantes, única ma-
nera de explicar el empleo y la utilización de piedras de más de
veinte toneladas de peso.
El acarreo y acomodo de piedras de tanta dimensión y peso es
todavía una incógnita, lo mismo en Tiahuanaco que en Stonehenge,
Wiltshire (Inglaterra). Las más recientes investigaciones sugieren que
estos dólmenes megalíticos tuvieron una Finalidad absolutamente
astronómica, por cierto de gran precisión.
El tema ha quedado envuelto en una aureola de misterio, porque lla-
ma la atención que pueblos tan antiguos y que siempre fueron juzgados
como primitivos, hayan manifestado tanto conocimiento de la astrono-
mía y un grado de aplicación de la misma tan altamente científico (179)