viernes, 10 de junio de 2016

CAPÍTULO VEINTISIETE - RODOLFO BENAVIDES


Éxodo El texto citado del profesor Martínez Paredes, asi como la leyen- da tahitiana, demuestran sin lugar a dudas que efectivamente hubo una catástrofe gigantesca, muy superior a una simple inundación o diluvio. Tan gigantesca, que los seres humanos, organizados antes en vida social de grupo, tai vez de raza, tuvieron que huir del sitio en que normalmente habían vivido y desarrollado su cultura hasta antes del cataclismo. Quizá huyeron de manera desordenada en busca de un refugio de salvación, cada cual a su manera y según sus personales posibilidades. Por lo que se aprecia en la descripción, seguramente no eran nativos de América continental, pues, de haberlo sido, a estas alturas ya se habrían encontrado las huellas, los antecedentes del arranque de su vida, el principio de su evolución. De los mayas se sabe que vsu nebuloso principio» —como dice Víctor W. Von Hagen en su libro El mundo de ios mayas— no va más allá de 2,000 años a. de C. Y es nebuloso, porque su principio verda- dero no estuvo en América. No se sabe de dónde salieron, ni por qué al liegar, en precarias condiciones de náufragos, tuvieron que empe- zar su vida partiendo de cero, y hacer frente a las más elementales necesidades de buscar alimentos. De hecho los frutos que encontra- ron les resultaron desconocidos, entre ellos el maíz, que parece ser que les salvó la vida, de donde procede su posterior adoración. Veamos algo más de lo que afirma el profesor Domingo Martí- nez Paredes: "„.Diversas teorías se sostienen respecto del lugar original donde arrancaron los hombres para dirigirse a este conlinenie (América). F.ntre citas se encuentra la referente a! paso del Eslrecho de Bering como d sitio más seguro, pero también se habla de que es probable que hayan venido del Pacifico. En esla forma parece resolverse este problema de la migración; pero lainbién tenemos oirá teoría que nosüirui. creemo.s posible de aceptar y es que. allá en el fondo del (278) Golfo de México, hayan existido tierras en las cuales los preamerica- nos habitaron y tuvieron sus pueblos. Existe et hecho de que frente a las costas de la península (Yucatán), se extiende la llamada plataforma continental que se calcula en no menos de 300 kilómetros, con diversas profundidades, lo cual indica que efectivamente la actual península de Yucatán, por lo que geológi- camente se manifiesta, estuvo sumergida bajo el mar en repetidas ocasiones y que, en su aspecto geográfico actual, dependió de su últi- ma inmersión del fondo de las aguas. El Popol Vüh dice: "Como la neblina, como la nube y como una pol- vareda fue la creación cuando surgieron del agua las montañas," Como ya habrá notado el lector, la descripción anterior es un magnífico escenario de lo que sucedió y cómo sucedió, aunque fuera tomada como génesis del mundo. Probablemente no fue nada más que el principio de una nueva vida, después de un cataclismo que pudo no haber sido de un día o de unos pocos días, sino tal vez muy prolongado, quizá de meses y hasta años. Eso explicaría las diferen- cias que se encuentran en los distintos fechamientos de acontecimien- tos semejantes en otras partes del mundo. Por su parte, el Códice Pérez contiene un relato que confirma lo antes dicho: "...Bolón Ti Ku creó, hizo aparecer al lagarto monstruo (Ilzam Cab Ain) para que acabase con ios seres vivientes del mundo cuando Si hundió el cielo y se hundió el Peten (Isla, o provincia), cuando empezó a sonar Oxiahun Ti Ku (se refiere al cielo que tapó a la diosa Luna), cuando hubo un cataclismo muy grande, cuando se Icvanlo el lagarto monstruo (el mar), lo cual ocurrió ai concluir una serie de Katunes (katún: 20 anos). Cotí un diluvio se acabaron los tiempos,,. Se cambió la rosa de los vientos (¿cambio de los polos'.') y se hundie- ron ciclos y tierra- En ese Katun. en el día 30 Oc. llegó aqui. En el dia Cimi acabó todo. Se dijo que los cuatro dioses Bacanes fueron los que destruyeron la Tierra. Después de este cataclismo se puso cu d árbol Imix rojo, que es uno de los sostenct. del cielo y que es el signo del amanecer. Este es e] Baca que se desvió. Kan Xib. el padre, plantó el Imix Blanco, al Norte, y dice Zac Xib Chac, que es señal de destrucción (¿hielos polares?). Se plantó el árbol Imix Negro al poniente del Peten, señal de cataclismo, y plantó el árbol Imix Amari- (278) llo al Sur del Peten, señal de destrucción. Llegó Ahkanoyalmut y plantó e! árbol Imix Verde en medio de la tierra, señal de destruc- ción.» Suponemos que, después de haber leído este texto, el lector, por si solo, habrá sacado ya sus propias conclusiones. Si aparecen tan admirablemente detallados los fenómenos, es seguramente porque fueron sufridos en carne propia. Esto debió de ocurrir hace más de 6,000 años, o sea, durante la constelación de Tauro y según la Gran Pirámide, la fecha más aproximada es 6,660 años: he aquí cómo, por un canal completamente distinto, se viene a explicar aquello de Bestia de destrucción. Lamentaciones producidas por un desastre hace más de 6,000 años Las expresiones llenas de angustia y los escenarios en los que eso ocurrió demuestran que los seres humanos de ese entonces sufrie- ron un cataclismo, cuyas consecuencias el mismo relato pone a la vis- ta. Las descripciones, tan objetivas, sugieren que corresponde a una época en la que los pueblos mayas vivían ya plenamente una vida sedentaria y socialmente organizada. Todo fue destruido por los ele- mentos de la naturaleza enfurecida. Véase lo siguiente: "...y luego despenaron los astros y desde entonces despertó el mun- do... , ...aquellas creaturas no tenían padres, vivían una vida de miseria, eran seres sin vida... ...antes, el hombre vivia en la miseria, se alimen- taba de madera, no tenía sangre ni carne y nada se encontró para ali- mentarlo hasta que fue hallado el maíz ... por este motivo se llenaron de alegría, por haber encontrado aquel paraje lleno de cosas sabrosas y buenas donde abundaban las mazorcas amarillas y blancas, donde abundaban también el pataxte (un tipo de cacao) y el cacao, donde no se veian más que zapotales, anómalos, jocotales. matazanales y miel -, llenos de comidas Jugosas estaban los lugares que nombra Paxil y Cayalá... (del Popol Vuh).» (279) Creemos que no es necesario transcribir más textos al respecto para que se pueda observar que aquellas gentes llegaron efectiva- mente en muy malas condiciones a un sitio que jamás habían conoci- do antes. Cuando habla de que comian madera, tal vez esté refirién- dose a raices y plantas crudas. El Popol Vuh sigue diciendo a manera de historia: -...éste es, pues, el origen de tas grandes tribus (eran 13) como noso- tros las llamamos. Sólo de las principales hablaremos. Muchas otras salieron de cada grupo del pueblo, pero no escribiremos, sino sola- mente el lugar donde fueron engendradas, por donde se levanta el sol—» No es necesaria mucha imaginación para darse uno cuenta de que se está refiriendo al Océano Atlántico, o por lo menos a algún punto del Golfo de México o del Mar Caribe: eso si, siempre lejanos la costa donde Finalmente desembarcaron- Esto significa igualmente, que muchos grupos procedentes del mar llegaron a América en situa- ción de náufragos, huyendo de la muerte violenta- Todos pertenecian a una misma región, aunque tal vez no a una misma raza ni a un mis- mo tronco cultural, pues veamos lo que a este respecto dejaron dicho los quichés: "...ellos no tenían con qué mantener sus fuerzas, solamente elevaban los ojos a! cielo y no sabian qué habian venido a hacer tan tejos ,„ tuvieron noticias de un pueblo y alii se fueron .. Allí estuvieron entonces la gente negra y la gente blanca. Distintos eran sus pareci- dos y distintas sus lenguas, asi como el modo de ver y de oír de aque- lla gente ,.. Había muchos de eüos bajo el cielo, los habia también en los montes; pero no se tes distinguian ¡as caras, ni tenían casas: sola- mente iban por los grandes y pequeños montes, como locos, como poseídos de locura.,.» (traducción de A. Recinos), Algunos autores opinan que todo el Popol- Vuh se refiere al ori- gen del ser humano sobre la Tierra. Pensando asi, resulta que las experiencias antes presentadas son meramente pensamiento filosófi- co, aunque de gran profundidad. Otros autores encuentran en estos relatos clara influencia del Génesis bíblico. Por nuestra parte, pensa-(280) mos que los relatos son tan realistas, tan objetivos y tan claros en todos sus detalles que están describiendo verdaderamente hechos reales vividos angustiosamente por tos primeros relatores. Ciertamen- te, esto no es posible en el caso de hombres primitivos, pues recuérdese que no se han encontrado restos fósiles de seres humanos muy pri- mitivos: ni siquiera se remontan a fechas anteriores a los 12,000 años, época aproximada en la que parece haber ocurrido el primer cataclismo que se grabó parcialmente en la mente humana como dolorosa tradición. Asi, pues, al señalar tantos pueblos ese lugar... por donde se levanta el sol..., es de suponer sin exageración que se trate de una isla o continente que se hundió, convirtiéndose en fondo de algún mar, y que los náufragos supervivientes acabaron por desem- barcar en tierra firme, pero una tierra completamente desconocida. Tal desconocimiento sugiere que la isla o continente debía de estar muy retirado de las tierras que para los náufragos resultaron tan absolutamente desconocidas e ignoradas. Reflexiones Es muy cierto que algunos investigadores han interpretado que las descripciones del Popol-Vuh se refieren al principio del mundo. Pero hay que preguntarse: ¿Y qué otra cosa pudo ser para un pueblo que salía de una tan prolongada como indescriptible tragedia, para luego, con el alma adolorida por el sufrimiento, volver a ver ulos astros» y el sol y asi empezar una nueva vida con ios elementos de la naturaleza ya en calma? Por nuestra parte, suponemos que todos esos relatos se refieren más bien al final de una era que terminó de manera violenta y luego al principio de otra: aquella en la que el pueblo maya y, seguramente otros muchos pueblos, empezaron una nueva vida —distinta a la ante- rior, indudablemente— en un nuevo sitio, como ya hemos explicado antes. Esto venaría a justificar y a explicar la tradición religiosa de la muerte y renacer de los cuatro soles. Pero conviene tratar de fechar tan importante acontecimiento. Para ello, debemos repetir que los mayas hicieron los cálculos necesa-(281) ríos para conocer las influencias solares sobre la vida y asi dar forma a su astrologia y a su calendario astronómico, que tuvo base y princi- pio el año 3,113 a. de C-, aunque tal vez sea más aceptable esta tacha para datar su llegada a Honduras en su segunda y última época. Decimos esto, porque justamente la época anterior —según el decir del cronista Diego de Landa— duró 5,125 años. Así, pues, la fecha 3,113 seguramente se refiere a algún acontecimiento muy importante para ellos, como es la muerte y nacimiento de un sol, llamado nuevo sol o cuarto sol, o algo por el estilo. Probablemente, ellos dedujeron que el anterior murió en el cataclismo, debido a que permaneció ocul- to durante mucho tiempo. Lo dicho no es meramente fantasía y resulta comprensible si recordamos que los mayas empezaron su vida, ya como entidad cul- tural, hace más de 5,000 años. Pero el principio de su existencia como raza está mucho más atrás en el tiempo, por ejemplo, hace unos 25,000 anos. En efecto, los mayas tienen una estatura media de 1'60 metros, igual que los mongoles. Como ellos, tienen también la famosa y conocida mancha mongólica, distintivo de la raza, que consiste en una mancha oscura o púrpura oscura hacia la base de la columna vertebral, un poco por encima de las posaderas. Pues bien, curiosa- mente todos los indicios hacen pensar que los mongoles son origina- rios del continente de Mu o Lemuria, de modo que los mayas ven- drían a ser lemurianos en su primer origen: esto significaría que los mayas son unos 21,000 años mas viejos que Adán y Eva. Así, pues, el dalo señalado de 3,113 años a- de C. puede fechar su principio no como raza, ni siquiera como pueblo socialmente orga- nizado, sino el de su cronología histórica en su últuna época, que empezó con el nuevo sol al final del cataclismo. Los rituales posterio- res han sido solamente recordatorios de los acontecimientos ya en un sentido religioso. Es muy importante observar que con mucha cercanía a esa fecha —por no decir de manera simultánea—, llegaron los primera faraones a Egipto, constructores de pirámides y de templos. También contemporáneamente los súmenos saltaron bruscamente de una vida lacustre a una sociedad organizada como estado. Y en la India apare-(282) ció la filosofía hasta hoy vigente del alma y el espíritu, la reencarna- ción y el karma, la trinidad divina y los tres templos simbolizados en el hombre, etc. ¿Serán éstas, y otras muchas cosas que en este momento no se mencionan, meras casualidades? ¡Aceptarlo como tal seria conformarnos con muy poco!