viernes, 10 de junio de 2016

CAPÍTULO VEINTISEIS - RODOLFO BENAVIDES


Aztecas Según los aztecas, la humanidad ha vivido cuatro periodos, épo- cas o edades conocidas por ellos antes de la presente. La edad en que estamos viviendo vendría a ser la quinta edad o quinto Sol. Estas épocas fueron medidas en tiempo por los aztecas de la siguiente manera: Primera época: Murió- la humanidad. La cronología azteca, según el Codex Vaticanus A-3738, dice que el primer ciclo de vida de la humanidad duró 4,008 años, habiendo terminado a causa de un Gran Diluvio. Segunda época: Renació la humanidad y vivió 4,010 años, terminan- do este segundo ciclo con un fuerte viento huracanado. Tercera época: Volvió a renacer la humanidad y vivió 4,801 años, terminando este ciclo con fuego que devastó la vida. Cuarta época: Nuevamente se rehizo la humanidad y vivió 5,042 anos habiendo terminado por hambre, miseria y ruina. Quinta época: Es la que estamos viviendo. Comenzó, según la cronología azteca, el año 75 T a.C. y terminará por »movimien- toa (terremotos). Como el lector puede apreciar fácilmente, los cuatro primeros períodos suman 17,861 años. Si a esto sumamos los 751 a. C., obten- dremos 18,612 años hasta el principio de la Era Cristiana. Curiosamente, la cifra 18,612 coincide con la Era de Escorpión, cuyo símbolo es maldad, veneno en la oscuridad. La siguiente constelación es Libra (balanza), símbolo de justicia, juicio y castigo. Le sigue Virgo, que al mismo tiempo es el final de la Edad, y su (271) símbolo es nueva y eterna vida. Todo esto aparece en la Gran Esfin- ge, cuya fecha está claramente señalada astronómicamente por el eje meridiano de la Gran Pirámide. Lo dicho demuestra que existe plena coincidencia entre los monumentos egipcios, la tradición de los soles maya y azteca y lo que dice el Bhagavata Purana, el antiguo libro sagrado de la India. De esto resulta que es una realidad que lo que se ha venido tomando por simples mitos y leyendas, son episodios verdaderamente . históricos. En los símbolos del Código Dresden figura la afirmación de que el mundo fue destruido por un diluvio. Por su parte, los mayas afir- man lo mismo. El obispo español que llegó con los conquistadores, Diego de Landa, el más importante relator de las tradiciones y cos- tumbres mayas, dejó escrito que los nativos mayas le aseguraron que "...los dioses que sostenían la Tierra se salvaron cuando el mundo fue destruido por cuarta vez, y que en esos días se estaba viviendo la quinta creación-,," Por lo que se ha venido diciendo en este capítulo, se aprecian varias fuentes distintas de información. Por consiguiente, no pueden ser meras invenciones del pensamiento primitivo de los mayas, ni de ninguna otra raza o pueblo. En Grecia —y la referencia corresponde a una época que puede ser contemporánea al diluvio de los mayas- se afirmaba igualmente que la ira de Zeus contra la impiedad de los hijos de LÍcaón habia precipitado un Gran Diluvio. Tal vez no sea necesario decir que estos relatos mayas y griegos coinciden notablemente en tiempo v en escenario con et relato acadio de GÍlgamesh, relato que muchos siglos después fue" incluido en el Antiguo Testamento como historia propia de los hebreos, y así se ha perpetuado en nuestra memoria hasta hoy día. Debido a todas estas coincidencias, se puede afirmar que hubo realmente una gigantesca catástrofe que afectó muy seriamente a la vida del ser humano a escala mundial, catástrofe en la que hubo particularmente agua. Lo diiicil ahora es poder señalar fechas, siquie- ra sean aproximadas, que es lo que a continuación se intentará. (272) El Diluvio de Noé Noé vivió hacia el año 2944 a. de C. (dato del diccionario bibli- co), época en la que los egipcios estaban en su tercera dinastía, en cuya época la Gran Esfinge tenía ya varios siglos de existencia. Otro tanto sucedía con ta pirámide de Sakará, y tal vez ya se estaba en los preparativos para la construcción de la Gran Pirámide. Estamos, pues, en una época completamente histórica. Después de las consideraciones anteriores, el diluvio de que habla la Biblia no pudo haber sido mundial, pues de Egipto y de Mesopotamia ya se sabe lo suficiente como para poder identificar un fenómeno de esa magnitud. En cambio, si es perfectamente posible que los ríos Tigris y Eufrates en la Mesopotamia se desbordasen, pro- duciendo una catastrófica inundación en toda su zona de influencia y de manera particular en las desembocaduras de dichos ríos, es decir, hacia Suiner, que es donde probablemente vivieron los hebreos antes de irse a Canaán en busca de la tierra de leche y miel. Esas inundacio- nes eran muy frecuentes en la Mesopotamia. Hay que pensar, pues que la Biblia se refiere a algo de eso cuando habla de un diluvio. A este respecto hay un libro muy importante titulado Y la Biblia tenia razón.... de W. Keller, en el que se explican detalladamente estos pro- blemas referentes a las inundaciones de los ríos Eufrates y Tigris. Pero, además, el asunto ya está muy investigado en las tablillas de barro con escritura cuneiforme, cuyo relato deja bien claro que el diluvio de Gilgamesh ocurrió muchos siglos antes de que naciera Noé. De este relato nace la probabilidad de que ocurriera hace más de 6,00üaños, tal vez hacia 6,660. Tal fecha coincidiría con el final de la regencia de la constelación de Gémmis, que cerró el sexto milenio (aproximadamente) de ia edad de Leo, para dar principio a la Constelación de Tauro, tercer símbolo de la Gran Esfinge. De nuevo vemos que la Gran Esfinge no es un simple monumento levantado a la vanidad, sino un símbolo de la mayor trascendencia, que, iamentablemente, hasta hoy no hemos entendido todavía. En apoyo a nuestra suposición de que el diluvio relatado por (273) Gilgamesh, muchísimos siglos antes de Noé, fue verdaderamente uni- versal, véase lo que dice el Popal Vuh. «...una inundación fue producida por el corazón del cielo; un gran diluvio se formó. Y por este motivo, se oscureció la faz de la Tierra y comenzó una lluvia negra de lodo y de materias en suspensión, debi- do al paulatino enfriamiento de la masa incandescente, así como de la atmósfera... Había entonces muy poca claridad sobre la faz de la Tie- rra, aún no habia Sol, aún no se veia la cara al Sol ni a la Luna ni a las estrellas y aún no habia amanecido, porque aún no se habia mani- festado, ni se ostentaba la claridad del Sol ni de la Luna. Hasta enton- ces no habia ni una gota de agua.-“ ¿No está hablando este dramático relato con bastante claridad de un gigantesco cataclismo con lluvia negra de lodo? Obviamente se trató de ceniza volcánica, producto de erupciones, mezclada con la lluvia. Aunque esto es posible en Guatemala, no parece ser posible en Yucatán, además de que por ese entonces los mayas todavía no habían llegado a las costas de América. Por tal motivo, el fenómeno antes relatado debió de ocurrir en tierras que no eran lo que hoy conocemos por América. Si dicho fenómeno hubiera ocurrido en una sola región de cual- quier parte del mundo, carecería de importancia citarlo, ya que volca- nes, erupciones y abundantes lluvias los ha habido siempre y algunos de ellos con mucha historia. Pero es que el Fenómeno que nos ocupa en estos momentos parece haber afectado a todo el mundo y al mis- mo tiempo. A nuestro juicio, lo peor de todo, y que queremos subrayar, es que todo eso ocurrió como una repetición a plazo fijo de algo muy semejante ocurrido unog 6,660 años antes. Esto es lo que nos hace suponer que, transcurrido un lapso semejante al anterior, volverá a ocurrir el nuevo cataclismo. I Mirando asi las cosas, recordemos que el primer cataclismo qut creemos haber detectado ocurrió hace 12,000-13,000 años, y el segundo hace más de 6,000 años y dentro de la vigencia de la constela- ción de Tauro. Cuanto más profundiza el pensamiento en la investigación, van apareciendo más y más importantes datos que demuestran que las (274) constelaciones zodiacales son como un reloj o calendario que va indi- cando cuándo sucedió algo de origen cósmico con naturales efectos sobre todas las manifestaciones de la vida, en primer lugar, la del hombre y, lógicamente, la de las especies animales irracionales, pro- duciendo mutaciones en ellas. La mente se ve asi asediada por un pensamiento recurrente: algunos de esos casos y acontecimientos ocurrieron ya varias veces de manera periódica, lo cual significa que a su tiempo volverán a ocurrir. Efectivamente, el diluvio de hace más de 6,000 años y menos de 7,000 no debió de ser un fenómeno aislado en alguna región, sino uno de los muchos elementos que constituyeron el cataclismo. Miran- do asi las cosas se entiende mejor el dramático relato de los mayas antes transcrito. Abundando en lo dicho, el profesor Martínez Paredes dice: "...su infierno (el de los mayas), no es la hoguera, el fuego, sino la frialdad, las nieves, los hielos, porque también esto pertenece a una amarga experiencia que la naturaleza les hizo pasar y sufrir con las glaciaciones y desglaciaciones- (...) Este es el motivo de por qué los pueblos preamericanos siempre tuvieron ese sentido del miedo y de terror a las regiones del Norte, y a este punto cardinal le pusieron bajo la advocación de la deidad Zac Uaye Yaab, o sea "aquí donde abunda lo blanco", refiriéndose a los hielos y nieves que reinan en esta región. También hay que observar que la palabra Uay o Uaye se refiere a quemaduras producidas por roce y contacto con algún liquido corrosivo. ¿Y acaso el frió inienso no quema y produce lla- gas? La traducción de Zac Uaye Yaab, obedecería al hecho claro refe- rente a lo blanco que lastima y es abundante. Y hay que observar que §5ta deidad es la más fatídica en el panteón maya. Si, porque ellos (los mayas) están diciendo en esta forma figurada lo que sufrieron al avanzar tos hielos, al enfriarse la Tierra, al congelarse, asi como al descongelarse, fenómenos estos que seguramente fueron acompaña- dos de una serie de conmociones catastróficas; de verdadero desor- den cósmico. Y si acudimos al Popol Vuh, vemos pintada tal situa- ción en esta forma: "Ahora bien, el fuego de los pueblos se liabia apa- gado igualmenie y aquellos se morían de frío..." Ya no podian sopor- tar el frió ni la helada, estaban temblando y dando diente con diente, ya no tenian vida; las piernas y las manos les temblaban y nada (275) podían coger con ellas cuando llegaron.., Pero no perecieron las tri- bus cuando llegaron aunque se morían de frió. Habia mucho granizo, lluvia negra y neblina y hada frió indescriptible... "No nos causa ver- güenza venir ante vosotros y pediros que nos deis un poco de vuestro fuego" dijeron al llegar, (Esto, tal vez cuando llegaron a Honduras), Pero no fueron recibidos... Y entonces se llenó de tristeza el corazón de las tribus... hallábanse todas las tribus temblando y tiritando de frió cuando llegaron a donde Balam Quitze. Baiam Acab, Majueutah e iqui Balam... ¿No tendréis compasión de nosotros que solamente os pedimos un poco de vuestro fuego?.. ¿Acaso no estábamos junios y reunidos? ¿No fue una misma nuestra morada y una sola nuestra patria cuando fuisteis creados, cuando fuisteis formados?» Hasta aqui el libro del profesor Domingo Martínez Paredes, que a su vez fue tomado del Popo/ Vuh. El Popol Vuh no da fechas. No obstante, la referencia al princi- pio del frió intenso se debió muy probablemente a la más reciente gla- ciación, y la confirmación de esta época de intenso frío se encuentra en leyendas de pueblos muy alejados de los mayas, como por ejemplo, en Tahiti, una isla de la Polinesia que se encuentra a unos 18 grados sur de la línea ecuatorial y casi sobre la Eclíptica de la Tierra; quiere decirse que allí el clima debe ser normalmente cálido y actualmente lo es. Pues bien, en esa isla existe una leyenda, entre otras muchas, que dice que hubo una época en la que el frío fue tan intenso, que estaba matando a la gent¿. Entonces vino un hombre (tal vez un dios), que decidió aproximar la Tierra al Sol. Para ello pasó una gran cuerda por debajo de la península y, usando de toda su fuerza, tiró de ella hacia el Sol. En eso estaba, con gran éxito, cuando lo distrajo el paso de una hermosa mujer, haciendo que soltara la cuerda, la cual azotó con tal violencia, que casi partió la Tierra, dejándola con la forma di istmo que ahora tiene. Fue asi como desde entonces Tahili quedó más cerca del Sol y jamás ha vuelto a sufrir el frió que mataba a la gente- Así dice la leyenda, y es evidente que en ta actualidad no puede sufrir de frío, puesto que se encuentra muy cerca de la linea ecuato- rial. Pero si mencionamos esta leyenda es porque hace pensar muy (276) seriamente que, si efectivamente et intenso frío llegó hasta el Ecuador, debió de ocurrir algo sumamente serio.