domingo, 11 de septiembre de 2016

CAPÍTULO TRES - EL CHICO Y EL COCODRILO


. El chico dijo al cocodrilo: -Antes de comerme, podríamos exponer nuestro caso ante este árbol. Vamos a ver qué dice. Al cocodrilo le pareció bien y los dos expusieron sus historias al árbol. Cuando terminaron, el árbol sacudió sus ramas y habló: -Cocodrilo. -¡Sí! -exclamó Bambo. -Creo que esta vez tienes razón. Nosotros los árboles sabemos lo ingratos que pueden ser los humanos. Vienen y se sientan bajo nuestra sombra, y los protegemos del sol abrasador. Nosotros les proporcionamos medicamentos y los ayudamos a que llueva mucho para el bien de sus tierras. Pero tan pronto como somos grandes y fuertes, vienen y nos cortan para sus egoístas propósitos. Son locos y desagradecidos. Cocodrilo, coge entonces tu presa -sentenció solemne el árbol. Bambo quedó encantado con lo que el árbol había dicho. -Ya lo has oído -dijo- es cierto que puedo comerte. Todo el mundo sabe lo ingratos que son los humanos. El chico empezó a cantar esta canción: Oh, tengo miedo al cocodrilo, tengo miedo al cocodrilo. Tengo miedo porque me comerá. Justo en ese momento, una vaca venía de beber del río. El chico le dijo al cocodrilo: -Podríamos exponer nuestro caso a esta vaca también. Estoy seguro de que ella no estaría de acuerdo con el árbol. Deja que veamos lo que ella nos tiene que decir. Bambo estuvo de acuerdo y llamaron a la vaca, que ya había terminado de beber. Cuando ambos terminaron de contar su historia la vaca levantó la cabeza y dijo: -Cocodrilo. -¿Si? -preguntó Bambo.CONTINUARÁ...