sábado, 26 de noviembre de 2016

FIDEL CASTRO Y SU LEGADO (Opinión personal)


HA MUERTO UN HOMBRE Simplemente eso. Un hombre que no se ha llevado nada, solo su alma. Y ha pasado por este mundo, sintiendo en sus internos que tenía una misión. Bien o mal ejercida esa misión fue fundamental para la historia de Cuba, y ya sabemos que trascendió mucho más allá. Hubo en su actuación un sin fin de medidas y acciones que desde el mismo momento en que él puso sus ideas a trabajar incidieron bien y mal en la vida de muchas personas. Hoy se escucha gente que ha sufrido en su país y otra gente que siempre ha visto bien muchas de sus tomas de decisiones y han encontrado un motivo. Cuando los hombres llevan adelante una misión se basa en ideas y van practicándolas paso a paso. En unos casos afianzándolas y en otro caso desechándolas Sus principios han sido seguramente construidos en su intelecto por todos aquellos que caminaron desde niño a su lado. Lo que diferencia a otros hombres de Castro es que él tuvo firmeza y determinación para llevarlas a cabo. Equivocado o no. También sabemos que en el devenir de los tiempos sus acciones han sido producto de no siempre hacer aquello en lo que creía y se ha tenido que adaptar a la gobernabilidad de su país, teniendo que pactar o negociar pleitos en muchas de los resultados obtenidos. Que así, casi sin notarlo se fue convirtiendo en un feudal. Su mismo pueblo le dio más poder del lógico en cada circunstancia. Un hombre así empieza siendo poco diplomático y si lo apoyan hace aquello que un jefe con poder irrestricto haría. No cabe dudas que gobernó con el sueño de hacer de CUBA una potencia en sí misma, cuyos hacedores eran ese mismo pueblo al que le pedía sacrificios muy grandes y si fue correspondido, en gran medida, lo fue porque se convirtió en líder indiscutible y de a poco se vio envuelto en tener que sacrificar al más débil. Producto de no saber renunciar a su tan prolongado liderazgo. Decimos que el poder puede hacerlo todo y puede gobernar llevando a cabo medidas que favorezcan al pueblo. Y es verdad, pero también es verdad que no sólo es eso, es también encontrar el equilibrio justo para pactar con otras potencias que buscan lo mismo en sus países y luchan en el plano internacional y que responden a los negociados de organismos mundiales que se asoman con el pico encorvado a querer despojar a los países más débiles de sus riquezas naturales. Así nacieron las guerras y las armas. También los soldados que mueren por ideales puestos en función de la lucha y hacen de las guerras una carnicería que luego culminan en tratados que nadie conoce y al pueblo solo le queda llorar a sus muertos. Tal vez fue todo esto visto desde el pensamiento de un hombre que sabía expresarse y llegaba aún a los más humildes, lo que enamoró al Che. Y su actuación de alumno destacado fue tan admirable en Cuba que llegó por momentos a opacar la imagen de Castro. Hombres como él son necesarios pero debemos evitar que se hagan de la suma del poder. Son humanos y pierden su mirada detrás de sus egos, de sus principios puestos al servicio de la política junto a políticos que adolecen de la misma condición y en ese plano un país está expuesto a cambiar sus luchas por las armas, ya que las ideas se alejan de la confrontación verbal, para convertirse en órdenes emanadas en forma contundente, tengan o no sustento. Aparecen fácilmente los dictadores y en ese punto es bastante difícil salir, ya que los pueblos son previamente cercenados en todos sus derechos y nadie puede levantar la voz so pena de ser eliminado. Creo que Cuba puede enseñarnos mucho. Puede hacernos pensar que el fanatismo es nefasto. Que no es vilipendiando a figuras como Castro que vamos a obtener algo. Es comenzar a pensar en cambiar lo subyacente, por ejemplo “educación deficiente” por sobre lo demás, porque ahí está la lucha inteligente de los hombres por su nación, aprendiendo desde jóvenes a confrontar ideas, a hablar y saber escuchar, a respetar la historia y así entender que la universidad debe formar profesionales para el trabajo concreto, para intervenir en los lugares carentes de educación y de todo aquello que necesite guía y protección. Que educar para entender lo que se vive es fundamental y que cuando se delega todo esto en solo un hombre, corremos el riesgo de darle mucho poder y luego no saber reaccionar convenientemente. No es gritando por las calles, es haciendo desde los pequeños lugares en los que nos toca actuar. Aquellos que quieren erigirse en “líderes” reúnen mucha gente para que griten su nombre…Y los líderes de verdad surgen en forma natural, con los valores que ven en ellos quienes los eligen, pero nunca deben ostentar el poder total. Por ejemplo nunca vimos a mucha gente reunida en las calles a favor de FAVALORO, Y él no buscó eso y por tal cuestión que le preocupaba debimos enterarnos luego. El sí trabajó desde su entorno y si no pudimos hacer nada en su momento, hoy es bueno recordarlo como ejemplo de que se puede luchar pese a los tiempos difíciles y dejar legados, y que cuando aplaudimos debemos estudiar a quiénes apoyamos. Él supo trabajar y formar un equipo de trabajo que sigue siendo exitoso. Ahí está la manera de empezar de una vez por todas, en reunirse no para victorear a figuras que desean erigirse en líderes impuestos, sino en trabajar en equipo por todos los proyectos que tienen que ver con nuestra vida como ciudadanos de una república. Descanse en paz un hombre que en la vida no la tuvo y que su figura sea una visión de cómo programar el futuro a partir de obtener de su carisma lo positivo y de su rostro más duro lo que no es bueno de repetir y que al pensarlo no nos centremos eligiendo lo bueno o lo malo de sus mandatos, sino lo positivo y lo negativo al mismo tiempo, ya que la vida nos enseña a evaluar sin rencores y tomar aquello de la experiencia que puede servirnos…Amparo Estévez Saviza