miércoles, 2 de febrero de 2011

MÚSICA MAPUCHE


Canción de CECIL GONZALEZ ganadora del Festival en la Patagonia 1998,interpretada por Susana Angélica y Los Peñis. MI WE PEÑEÑ (LETRA) Letra y Música: Cecil González Cuando llegues niño mío cuanta dicha nos darás

Cuando acaben los días del crudo invierno
y su fruto sagrado nos dé el pewén,
ahí nacerás mi niño y me harás dichosa,
serás el más hermoso mi we peñeñ.

Millaway te pondremos como tu abuelo,
serás sano y robusto como aliwén,
tendrás fiesta de bautizo, y de regalo
tu kawellu, borrega y waca también.

Estribillo:

Mi pichiche, mi we peñeñ
traerás bello amanecer,
mi pueblo en ti va a renacer
pichiche, we peñeñ.

Crecerás orgulloso de ser pewenche,
tu tierra noble y bella siempre amarás,
honrarás a tu raza y antepasados,
nuestra lengua y costumbres conservarás.

Los árboles, cultivos, los animales,
como tu propia vida protegerás,
serás un hombre digno y respetado
Ngenechén desde arriba te guiará.

EL MÉDICO DE LOS MUERTOS- Literatura vanguardista.

EL MEDICO DE LOS MUERTOS

Julio Garmendia

CARACTERÍSTICAS FANTÁSTICAS

a. Lo inverosímil con aires de verdad. En este cuento se hace presente durante todo el desarrollo del mismo, ya que los muertos no salen a caminar, no se ríen, no hablan, no tienen movimiento. ejemplo

Los muertos se daban vuelta, se tapaban los oídos

Cuando llamaron al antiguo celador del cementerio ¡Pompilio!, ¡Pompilio!, Señor Pompilio!

b. Lo humanístico: se hace presente cuando estaban reunidos los muertos y uno de ellos se hizo el desmayado, lo que hizo a los demás ir a buscar al médico, quien era otro muerto. ejemplos

Estoy aquí echado sobre hojas secas, doctor, explicó el desmayado, incorporándose a medias en su lecho de crujiente hojarasca

c. Lo irónico: Se hace presente en este cuento cuando el médico de los muertos piensa: Cuando estaba entre los vivos era el médico de ellos y luchaba contra la muerte. A veces el desaliento me invadía y no aspiraba ya entonces más que a la muerte misma, para lograr al fin la certidumbre que nunca hallaba en la existencia y ahora, añadió con una vaga y dolorosa turbación el voz, ahora soy el médico de los muertos y yo mismo estoy muerto.

d. Lo ambiguo: Se encuentra en el cuento en todo su desarrollo, ya que en el mismo, los muertos hablan, caminan, tienen movimiento, se ríen, puesto que lo antes señalado son actividades realizadas solamente por los vivos. Ejemplos:

Mi tumba, dijo otro, era un reciente jardín, mil flores lo adornaban, daba gusto a sentarse ahí, debajo

Me acuerdo ahora, murmuró alguien, interrumpió este discurso, me acuerdo ahora que por aquí mismo fue enterrado cierta vez, Pompilio Urbano, quien fuera nuestro Celador principal por largo tiempo

e. Critica social y humana: La trama de este cuento presenta una crítica a la forma como la sociedad se comporta, sin una planificación adecuada, no teniendo en cuenta el daño que se pueda causar, al mismo tiempo la ciudad fue creciendo también, poco a poco, de esta forma, acercándose al cementerio y acabó finalmente por rodearlo.

LITERATURA DE VANGUARDIA

Literatura argentina de vanguardia (III).


Por Reina Roffé

Las nuevas tendencias, entre ellas el ultraísmo, circularon en el ambiente literario argentino a través de revistas y periódicos desde 1920 hasta 1940 aproximadamente. Dos décadas de publicaciones y encendidas polémicas que aportarían una nueva sensibilidad para concebir el hecho estético. La reacción más acusada de los poetas fue contra el imperio de Rubén Darío y su expansiva influencia, aunque algunos no quisieron renunciar totalmente a cierta estela de americanismo que el nicaragüense universal dejó como impronta en la poesía. Propusieron, eso sí, eliminar la anécdota y las confesiones intrascendentes o, como pensó el joven Jorge Luis Borges, contraponer a la estética «pasiva de los espejos» la noción «activa de los prismas», procurando limpiar la poesía «de estigmas ancestrales» para alcanzar una «visión desnuda de las cosas» hasta que cada uno pudiera componer «su creación subjetiva».

En el número 16 de Martín Fierro, la revista literaria de vanguardia por excelencia, los martinfierristas señalaron que la nueva poesía «lejos de considerar la realidad, la vida cotidiana, como fines de expresión, toma esta como productos que es necesario asimilar, como excitantes de un espíritu esencialmente constructivo y creador». A los martinfierristas pronto les surgieron adversarios. Un par de calles de la capital argentina situadas en distintos sectores de la ciudad dieron nombre a dos grupos literarios aparentemente antagónicos: Florida, representado por muchos miembros de Martín Fierro, y Boedo. Los de Boedo se hallaban bajo el amparo de la editorial Claridady la revista Los pensadores, que aglutinó las expresiones de izquierda. Uno de los partidarios del pensamiento soviético y el realismo social, el escritor Alvaro Yunque, se refirió a estos dos movimientos literarios diferenciándolos del siguiente modo: «Boedo era la calle; Florida, la torre de marfil. Buenos Aires, cerebro de la Argentina, se vio así representada por dos grupos turbulentos, excesivos hasta la injusticia, las dos ramas estéticas que, desde el Renacimiento, o sea desde que nació al mundo occidental la teoría del arte por la belleza, del arte-forma, se han disputado la posesión del arte. En Florida: los neogrecolatinos, los estetas, los que cultivaban un arte para minorías, hermético y vanguardista. En Boedo: los antimitológicos, los socializantes, los que iban hacia el pueblo con sus narraciones y sus poemas hoscos de palabras crudas, cargados de sangre, sudor y lágrimas, los revolucionarios».