jueves, 29 de septiembre de 2011

VIOLENCIA ESCOLAR (5)

MANIFESTACIONES DEL COMPORTAMIENTO VIOLENTO
Y ANTISOCIAL EN LAS ESCUELAS
Pasaremos a mencionar y caracterizar en forma muy esquemática las manifestaciones de la violencia escolar, que revisten aspectos antisociales, se acompañen o no de trastorno de comportamiento disocial en el sentido del DSM IV o el CIE 10.
Son seis las categorías de manifestaciones de comportamiento violento y antisocial en las escuelas. Generalmente se presentan en forma combinada o mixta.
MANIFESTACIONES DEL COMPORTAMIENTO VIOLENTO
Y ANTISOCIAL EN LAS ESCUELAS
A- Disrupción en el aula:
B- Los problemas de disciplina:
C- Discriminación.
D - Maltrato entre compañeros (“bullying”):
E- Vandalismo y agresión física:
F- El acoso sexual:
G- El ausentismo:
H- Fraude o prácticas ilegales en educación:
A-DISRUPCIÓN EN EL AULA:
Consiste en el hecho de que tres o cuatro alumnos impiden, por su comportamiento, el desarrollo normal de la clase, obligando al docente a emplear cada vez más tiempo en controlar la disciplina o el orden. La disrupción constituye la más directa preocupación y la fuente de preocupación más importante para los docentes.
Aunque no pueda hablarse con propiedad de violencia en este caso, la disrupción es de todos los problemas estudiados, el que más preocupa al docente en la cotidianidad de su tarea y el que interfiere más gravemente el aprendizaje de la mayoría de los alumnos en las escuelas. Su proyección fuera de las aulas es escasa, porque no se trata de un problema con capacidad de llamar la atención pública como otras categorías.
B- LOS PROBLEMAS DE DISCIPLINA:
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Se presentan comúnmente como conflictos en la relación entre el docente y el alumno, corresponden al paso siguiente el señalado como disrupción. Se trata en este caso, de conductas que implican un mayor o menor componente de violencia, desde la resistencia o boicot pasivo hasta el desafío o el insulto activo al maestro o profesor, que puede desestabilizar la vida cotidiana en el aula. No se debe olvidar que a veces las agresiones son del docente al alumno y no lo opuesto, pero lo habitual es que se registre hipersensibilidad a las agresiones verbales, insultos explícitos de los alumnos a los maestros, por lo que se presume que agresiones que preanuncian problemas más graves en el futuro si no se detienen con decisión y con medidas ejemplificadoras.
C- DISCRIMINACIÓN:
Constituye el primer paso de la violencia y a la vez opera como el “justificativo” de futuras conductas violentas.
“Una mujer rubia y de ojos claros, anotó a sus hijos biológicos en una escuela sin problemas; cuando quiso inscribir a su cuarta hija, adoptiva, una niña toba, la directora le dijo que “la anotaba, pero no le garantizaba que la maestra la tratara bien” (10)
En la República Argentina, según el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) las denuncias por discriminación en ámbitos educativos alcanzan al 15 % del total y se concentran contra los alumnos hijos de inmigrantes latino americanos y contra niños pobres. Cosa que se observa últimamente entre los chicos, pero también en los docentes y en la conducción de las instituciones educativas.
Las actitudes de intolerancia adoptan en las escuelas distintas expresiones, algunas más visibles y otras aceptadas en forma implícita por los docentes y directivos (10).
Hay discriminaciones tan naturalizadas que los docentes no se dan cuenta de ellas, como las que tienen que ver con el género; se considere implícito que a los varones hay que estimularlos en su competitividad, en tanto que las niñas tienen que desarrollarse en la prolijidad y la obediencia.
La forma más grave de intolerancia y discriminación, que aumentó a raíz de la crisis económico social, está en relación con la pobreza, que se ha convertido en una marca de inferioridad; entre los chicos bolita, peruca, villero, son insultos corrientes.
“La discriminación es parte de una gran cadena, que empieza en el sistema, que desvaloriza a las escuelas de las zonas más carecientes, sigue con los docentes y llega a los chicos”.
Algunos docentes de escuelas carecientes se sienten impotentes ante las condiciones sociales y familiares de las que provienen muchos niños. Algunos tienen miedo, porque hay actitudes cada vez más violentas, y otros optan por dar clase a los que están en condiciones de prestar atención.. Así, la escuela que solía ser un lugar tendiente a la igualdad, está reforzando la exclusión de los niños discriminados.